La púrpura de la rosa (Libreto)


LA PURPURA DE LA ROSA

Tomás de Torrejón y Velasco (Villarrobledo, España 1644, Lima 1728) vivió desde 1667 en Perú, donde llegó formando parte del séquito del Virrey Duque de Lemos.

El título de esta obra es “Representación musical, fiesta con que celebró el año décimo octavo y primero de su reinado el rey nuestro señor, Don Felipe V. Compuesta en música por Don Tomás de Torrejón y Velasco, Maestro de Capilla de la Santa Iglesia Metropolitana de la Ciudad de los Reyes, año de 1701”

Se estrenó el 19 de diciembre de 1701 en el Palacio del Virrey del Perú de Lima. Sobre el siguiente texto, escrito por Don Pedro Calderón de la Barca (1660-1685) para ser puesto en música.

 Personajes

VENUS

ADONIS

MARTE

BELONA

CHATO

CELFA

DRAGÓN

AMOR

Diosa del amor y reina de Chipre

Amante de Venus

Dios de la Guerra, enamorado de Venus

Hermana de Marte

Labrador (personaje cómico)

Esposa de Chato (personaje cómico)

Dragón al servicio de Marte

El Amor

Soprano

Soprano

Mezzosoprano

Mezzosoprano

Barítono

Soprano

Mezzosoprano

Soprano

La acción se desarrolla en época mitológica.


LOA

Texto anónimo para la Música de la Loa. Lima 1701

CORO

¡Ah del coro de las nueve ninfas, cuya dulce voz es al oído y al gusto armónica suspensión!:

los ves corred al templo de Apolo; veréis la atención con que Urania consagra a su culto cuanto al compás y a la esfera debió.

 

CALÍOPE

Ya del monte en que habita dejando el esplendor, del templo a los umbrales Calíope su influjo destinó.

 

CORO

¡Ah del coro de las nueve ninfas, cuya dulce voz es al oído y al gusto armónica suspensión!

 

TERPSÍCORE

Ya de la cumbre sacra, pináculo del sol, la altiva cumbre deja Terpsícore, al impulso de tu voz.

 

CORO

¡Ah del coro de las nueve ninfas, cuya dulce voz es al oído y al gusto armónica suspensión!

 

CALÍOPE Y TERPSÍCORE

Pues al descender al templo sacra víctima formó de los aromas de oriente nuestra humilde adoración.

 

CORO

¡Ah del coro de las nueve ninfas, cuya dulce voz es al oído y al gusto armónica suspensión!

 

CALÍOPE Y TERPSÍCORE

¡Ah del sagrado templo! cuyo retiro halló Urania tan propicio que la sombra reduce a resplandor.

 

CORO

¡Ah del coro de las nueve ninfas, cuya dulce voz es al oído y al gusto armónica suspensión! los velos corred al templo de Apolo; veréis la atención con que Urania consagra a su culto cuanto al compás y a la esfera debió.

 

URANIA

¿Quién hace a mis inquietudes la injuria de que yo divierta la tarea que, peregrina, imprime mi atención?

CORO

¡Ah del coro de las nueve ninfas! cuya dulce voz es al oído y al gusto armónica suspensión!

De la esfera luciente del fuego, los rayos dorados anuncios del sol, sin incendios que abrasan, alumbran el día que nace el planeta mayor.

 

URANIA

¡Oh tú, apacible lisonja del aire, que enigmas persuade a mi confusión, deja libre el sentido a mis dudas, o deja sin alma el concepto y la voz!

 

CORO

De la esfera luciente del fuego, los rayos dorados anuncios del sol, sin incendios que abrasan, alumbran el día que nace el planeta mayor.

 

EL TIEMPO

Ya el Tiempo a tu duda ofrece clara luz que incierta vio antes que fuese una vida término a su esplendor.

 

CORO

De la esfera luciente del fuego, los rayos dorados anuncios del sol, sin incendios que abrasan, alumbran el día que nace el planeta mayor.

El quinto planeta, Marte, de dos mundos superior, se digna de que tu vista admire su perfección.

 

ESPAÑA

La siempre invencible España la corona le ofreció, porque a su obediencia diese quilates su obligación.

 

CORO

¡Viva Filipo, viva!

¡Viva el sucesor del imperio que, puesto a sus plantas, seguro afianza su eterno blasón!

 

CALÍOPE Y TERPSÍORE

Todo el coro de las musas su influencia dedicó a dar asunto a la fama con la pluma y con la voz.

 

CORO

¡Viva Filipo, viva!

¡Viva el sucesor del imperio que, puesto a sus plantas, seguro afianza su eterno blasón!

¡Viva Filipo y su nombre aclame el clarín de la fama veloz por invencible, por justo y benigno, desde el oriente de su formación!

¡Viva Filipo, viva!

¡Viva el sucesor del imperio que, puesto a sus plantas, seguro afianza su eterno blasón!

¡Viva, viva! y nuestro afecto rendido a la superior majestad de su grandeza merezca aplauso y perdón!

¡Viva Filipo, viva!

¡Viva el sucesor del imperio que, puesto a sus plantas, seguro afianza su eterno blasón!

¡Viva Filipo y su nombre aclame el clarín de la fama veloz por invencible, por justo y benigno, desde el oriente de su formación!

¡Viva Filipo, viva!

¡Viva el sucesor del imperio que, puesto a sus plantas, seguro afianza su eterno blasón!

 

 

LA PURPURA DE LA ROSA

Escena Primera

 

(El teatro será de bosque y salen Flora, Cintia, Clori y Libia, cada una de por sí, cantando en estilo recitativo, mirando al vestuario, y huyendo, como con asombro, y admiración.)

 

LIBIA

¡Al bosque, al bosque, monteros,

que osadamente veloz,

va en alcance de una fiera

la hermosa madre de Amor!

 

FLORA

¡Ventores, al valle, al valle,

que, empeñado su valor,

se fía en que la hermosura

aun vence más que el arpón!

 

CINTIA

¡Al monte, al monte, sabuesos,

que bien tendrá su esplendor

contra los hombres, poder,

mas contra los brutos no!

 

CLORI

¡Lebreles, al llano, al llano,

que del cerdoso terror,

errado el tiro, embestida,

peligra su perfección!

 

LIBIA

Id …

 

CINTIA

Llegad …

 

FLORA

Corred …

 

CLORI

Volad …

 

TODOS

…que el cansancio …

que el temor …

han embargado en nosotras

vida, alma, aliento y acción.

 

(Dentro Venus y Adonis)

 

VENUS

¡Ay infelice! ¿No hay

quién me dé amparo y favor?

¿No hay quién me socorra; ¡cielos!,

en tan fiero lance?

 

ADONIS

Yo,

yo, que vivo imán del blando

boreal norte de tu voz,

pude en tu amparo llegar

a tan felice ocasión.

 

(Saca Adonis en brazos a Venus)

 

Que, acometido sin culto

lo hermoso de lo feroz,

solicitaba apagar

su mejor estrella al sol;

y adelantando a la planta

la saeta, que debió

de haber quitado la pluma

a un ala del corazón,

tremolada en su cerviz,

pues añadida se vio,

como en sagrado castigo

de tan sacrílego error;

con cuyo acertado impulso

el bandido bruto atroz

dejó de seguirte, a tiempo

que de tu fuga el pavor

tropezó en tu ligereza,

para que, llegando yo,

te recibiese en mis brazos,

con que no queda deudor

tu riesgo a mi beneficio,

pues tan presto le pagó

que ha dejado la fineza

ajada del galardón.

 

VENUS

Ya que del pasado susto,

gallardo, hermoso garzón,

mis fatigados alientos

cobran la respiración;

y más viendo que la herida

fiera, manchando el verdor,

al monte a emboscarse vuelve,

con que más segura estoy,

sepa quién eres.

 

TODAS

Y sepan

cuantas a su adoración

asisten a quién deudoras

de tan gran dádiva son

como la vida de Venus.

 

ADONIS

¿Tú eres Venus?

 

VENUS

Sí, yo soy

deidad y reina de Chipre.

Mas, ¿de qué es la suspensión?

 

ADONIS

De haber llegado a mirar

prodigio tan superior,

como que naciese nieve

para que engendrase ardor.

¿Tú eres la madre de aquel

desnudo vendado dios,

que, por más que dore el hierro,

nunca ha dorado el error?

¿De aquel escándalo niño,

tan siempre niño, que no

es mayor que el día que nace,

y crece a no se mayor?

¿De aquel tirano caudillo

que en la lid de una pasión

hizo sinrazón, haciendo

prisionera la razón?

¿De aquel intruso poder

que con el mismo dolor

que en la prisión la atormenta,

la entretiene en la prisión?

Pues perdona, que aunque sea

mi más heroico blasón

haberte dado la vida,

triunfo ha de ser no menor

no darte aplauso, porque

veas que Adonis llegó

solo en el mundo a lograr

en una victoria dos.

 

(Yéndose)

 

VENUS

Oye, no porque pretenda

aplausos tuyos, sino

porque sepa quien blasona

con tan libre presunción.

 

ADONIS

Quien aborrecido hijo

tan desde luego nació

de sus padres, que aún en ellos

no supo qué era afición.

Mirra, mi madre lo diga,

pues apenas me engendró,

cuando, en odio del concepto,

hurtó de amante traición,

su mismo padre mi vida,

y su vida abandonó,

tanto, que la dio la muerte;

cuya mísera aflicción

en sus último alientos

los dioses compadeció,

convirtiéndola en un árbol,

de cuyo llorado humor

guardando el nombre de Mirra,

nací bastardo embrión,

maldecido de mis padres,

y con tan gran maldición

como que de amor muera.

Considere tu atención

si en mi horóscopo primero

aborto de un tronco soy,

si después llevo tras mí

el heredado temor

de que de amor muera, puedo

no aborrecer al Amor.

A cuya causa, dejando

la comercial población

de los hombres, de las fieras

vivo una y otra mansión.

Tan huésped de las montañas

que muchas veces dudó

su mismo vulgo, si era

la caza, o el cazador;

y así, a mis hados, no a mí,

culpa, cuando ves que voy

huyendo de ti en alcance

del bruto que de mí huyó;

que he de rematarle, ya

que es tan rudo mi valor

que huya de las hermosuras

y de la fierezas no.

 

(Vase)

 

VENUS

Oye, aguarda, escucha, espera,

advirtiendo que no es don

para una dama una vida

que aún está en estimación.

¡Valedme, cielos!

 

 

 

Escena Segunda

 

(Quiere seguirle Venus, y sale Marte al encuentro)

 

MARTE

¿A quién,

hermosa Venus, tu voz

ansiosa llama, y de quién

forma quejas?…

 

VENUS

(Aparte)

¡Muerta estoy!

 

MARTE

Que según el eco oí

ser (tan liberal ladrón

que, hurtándole el medio acento,

entero se la volvió)

tu estimación ofendida,

se lamenta, y es baldón

que tú te quejes al cielo,

estando en la tierra yo.

¿Qué es esto, Venus?

 

VENUS

No sé.

 

MARTE

Considera, que aunque estoy

tan rendido a tu desdén,

tan postrado a tu favor,

no por eso no soy Marte,

que antes por eso lo soy,

que el osar a una hermosura

es el ánimo mayor.

¿Ves el militar estruendo,

ves el bélico rumor

con que me aclaman las lides

por su más guerrero dios?

Y más hoy, que Egnido y Delfos,

islas de Marte y del Sol,

arden en guerras, a cuya

causa ausente de ti estoy.

Pues todos mi triunfos, todas

mis victorias no lo son,

hasta llegar a ti, más

vencido que vencedor,

y así, no porque rendido

me veas, juzgues que no

te sabré vengar; ¿Quién, pues,

te ofende?

 

VENUS

(Aparte)

¡Qué confusión!

Si le digo lo que ha sido,

ha de mostrar su rigor

contra ese joven; y aunque

pasó a desaire el favor,

no es desaire que me obligue

más que a sentirle.

 

MARTE

Pues ¿no

respondes?

 

VENUS

¿Para qué quieres

que te diga que el temor

con que te amé sin cariño,

llega a tan mala ocasión

que acordándome de que

fuimos fábula los dos

de los dioses … yo … si … cuando …

Mas perdona, que no estoy

para proseguir, que un susto,

un delirio, una ilusión,

un letargo han embargado

alma y vida.


(Aparte)

 

¡Muerta soy!


(Vase)

 

MARTE

¿Qué extrañeza es esta, cielos,

que en Venus mi afecto halló,

que más que me calla el labio,

me dice la turbación?

¿Qué es esto, Flora?

 

FLORA

(Aparte)

¡Ay de mí!

que su fiera condición

no es para burlas.

(a Marte)

No sé;

Clori lo dirá mejor.


(Vase)

 

MARTE

Clori, ¿qué es esto?

 

CLORI

Saliendo

a caza al primer albor …

Mas Cintia te lo dirá.


(Vase)

 

MARTE

¡Cintia!

 

CINTIA

Yo nada, señor,

sé; mejor lo dirá Libia.


(Vase)

 

MARTE

¡Libia!

 

LIBIA

(Aparte)

Sin apelación

he quedado para otra.

 

MARTE

¿Qué es esto?

 

LIBIA

Tristezas son

de tu ausencia.

 

MARTE

¡Mientes, mientes!

Que a ser amante pasión,

los que ayer fueron halagos

no fueran despegos hoy.

Dime qué ha sido, o la muerte …

 

LIBIA

Suspende, Marte, la acción;

que en efecto soy criada,

aunque de deidad lo soy.

Venus siguió un jabalí,

y como, nunca es razón

que acierte con ningún puerco,

ningún amoroso arpón,

erró el tiro, con que él

tan grosero la embistió

que peligrara, si un bello,

airoso galán garzón

no la socorriera


(Vase)

 

MARTE

¡Calla,

no, prosigas, ten la voz!

Si no era para callado

lo que Libia me contó,

¿por qué me lo calló Venus?

Aquí hay segunda intención.

¡Cuánto, cielos, se adelanta

la amante imaginación!

 

(Dentro cajas y trompetas)

 

VOCES

(Dentro)

¡Arma, arma! ¡Guerra, guerra!

 

UNOS

¡Viva Marte!

 

OTROS

¡Viva el Sol!

 

MARTE

Pero, ¿qué lejano acento,

ocupando la región

del aire, llega a mi oído?

¿Quién trae estos ecos?

 

(Aparece Belona en lo alto)

 

BELONA

Yo,

que al fin, como hermana tuya,

e interesada en tu honor,

vengo, Marte, a persuadirte

que vuelvas por tu opinión;

pues los de Delfos, sabiendo

que te ausenta tu pasión

(porque el Sol se lo ha contado:

que no calla nada el Sol)

los ejércitos de Egnido

asaltan, y tu favor

cuántos en él

te dan sacra adoración.

A cuya causa mi ira,

siempre tuya, le pidió

a Juno el arco de Iris,

para que vuelvas, veloz,

a auxiliar tus gentes,

que dicen, en marcial rumor …

 

(Las cajas y clarines)

 

(Vase)

 

VOCES

¡Arma, arma! ¡Guerra, guerra!

 

UNOS

¡Viva Marte!

 

OTROS

¡Viva el Sol!

 

BELONA

¿Qué aguardas, pues?

 

MARTE

Ay, Belona!

que has venido en ocasión,

que rémora de mis iras

cobardes sospechas son.

Pero mi fama es primero,

vamos, que en viendo que doy

fuerza a mi gente, verás

que la quito a mi temor,

volviendo donde … Mas esto

lo dirá el tiempo mejor,

cuando, si a verdades pasan

sospechas que agora son,

diga el eco, en más sangrientas

lides de celos y amor…

 

TODOS

¡Arma, arma! ¡Guerra, guerra!

¡Viva Marte! ¡Viva el Sol!

 


 

Escena Tercera

 

(Despliégase el Iris, baja Belona, y arrebatando a Marte, desaparecen los dos, y salen Celfa y Chato, villanos rústicos.)

 

CHATO

¿Sabrás, Celfa, responder

a una duda?

 

CELFA

A buen seguro.

 

CHATO

Desde que eres mi mojer,

¿qué será …

 

CHATO

…que de puro

verte, no te puedo ver?

 

CELFA

¿Sabrás responderme a mí

tú a otra duda?…

 

CHATO

Creo que sí

 

CELFA

Aborrida yo también,

¿por qué no te quiero bien,

y que me muero por ti?

 

CHATO

Penas se toman y dan,

a un rofián enseñar plugo.

 

CELFA

Y en favor del tal rofián

yo vi azotar al verdugo...

 

CHATO

...yo enterrar al sacristán.

 

CELFA

A todos su mismo error

el pago da.

 

CHATO

No lo niego;

y porque lo veas mejor,

yo conocí un veedor ciego...

 

CELFA

...y yo sordo a un auditor;

mas ¿dónde el discurso irá

a parar? Saber espero.


CHATO

Todo marido es arriero

que lleva cargas y va

a dar en su paradero.

Cuando a ver a Venus bella

el dios Martes viene aquí

¿a qué efecto hace mi estrella

que sea el martes para ella,

y el agüero para mi?

¿Qué soldadillo es aquél

que suele venir con él?

 

CELFA

¿Soldadillo? Es ilusión,

porque no es sino Dragón.

 

CHATO

¿Quién vio pena más cruel?

¿Dragón?

 

CELFA

Sí, que de dragones

Marte, allá en sus escuadrones

diz que se sirve.

 

CHATO

¡Ay de mí!

Mas si es Dragón, ¿Cómo, di,

tú con él a hablar te pones

cada noche en el jardín,

adonde a Venus servimos?

 

CELFA

¡Ay, qué maldito magín!

 

CHATO

Ello dirá … y pues venimos

a este monte sólo a fin

de hacer leña, yo sabré

cortar un garrote que

diga si es dragón o no.

 

UNO

(Dentro)

¡Guarda la fiera!

 

OTROS

(Dentro)

¡To, to!

 

UNO

(Dentro)

De aquella montaña al pie

la he descubierto.

 

CELFA

¡Ay de mí!

 

CHATO

No te asustes, que por ti

deben de decirlo, ¡espera!

 

TODOS

(Dentro)

¡A la falda, a la ribera!

 

(Sale Adonis)

 

ADONIS

Decidme si por aquí

herida, al amanecer,

visteis, villanos, correr

una fiera.

 

CHATO

En todo el día

no he visto, por vida mía,

más fiera que a mi mujer.

Si ella, que bastante indicio

da de ser fiera rabiosa,

busca, en tan noble ejercicio,

aunque para vos no es cosa,

ahí está, a vuestro servicio.


(Vase)

 

CELFA

No hagáis caso de un villano

tan tosco, rudo y grosero.


(Vase)

 

ADONIS

El jabalí sigo en vano;

y pues no alcanzarle es llano,

descansar a sombra quiero

deste risco, que me ofrece,

matizado de colores

en la alfombra que guarnece,

verde lecho, que parece

mullido catre de flores.


(Echase en el suelo)


¡Cuánto vive aquí mejor

ociosa la voluntad

que en el alcázar mayor,

donde la deidad de Amor

a mi costa sea deidad!

Dígalo en la verde esfera

desta estancia lisonjera

cansancio que en sueño para,

pues no durmiera, si amara,

o no amara, si durmiera.



 

Escena Cuarta

 

(Quédase dormido y sale Venus y las ninfas)

 

VENUS

Pues extremos que él vio,

o cajas que yo oí

ausentaron a Marte,

¡dejadme discurrir

sin mí y conmigo a solas

el ameno país

destos montes, en cuyo

marañado confín

he de ver, ¡ay de mí!,

si hallo el descanso donde le perdí.

 

FLORA

Considera …

 

VENUS

No tienes,

flora, qué me decir.

 

LIBIA

Mira …

 

VENUS

¿Qué he de mirar?

 

CINTIA

Advierte …

 

VENUS

No he de oír …

 

CLORI

¿Tanto de una tristeza

te dejas vencer?

 

VENUS

Sí.

Dejadme, pues, dejadme

sola; ¡todas os id!

 

TODAS

A pesar del amor

que nos lleva tras ti,

te dejaremos.


(Vanse)

 

VENUS

Ya que las eché de aquí

he de ver, ¡ay de mí!,

si hallo el descanso donde le perdí.

¿Qué género de ansia,

altos montes, decid,

qué especie de penar,

linaje de sentir,

es el que en mí ha engendrado

haber llegado a oír

baldones del amor

a espíritu tan vil

que su deidad infama?

Y no tan sólo aquí

mis sentimientos cesan,

sino que, siendo así,

que obligada y quejosa,

es forzoso impedir

lisonjas de lo noble,

injurias de lo ruin,

en cuyos dos extremos,

quedando a discurrir

si podrá agradecer

quien tiene que sentir,

he de ver …

 

(Soñando Adonis)

 

ADONIS

(Soñando)

¡Ay de mí!

Que me da muerte a quien la vida di.

 

VENUS

Mas ¿qué triste lamento

intenta interrumpir

mis penas con sus penas?

La voz se oyó hacia allí.

 

(Vese a Adonis durmiendo entre unas ramas)

 

¿Qué miro? Sobre un risco

que supo persuadir

al cansancio, que era

florido transportín,

del venatorio afán

treguas dando a la lid,

sobre la aljaba de oro

y el arco de marfil,

dormido el joven yace.

¡O, si hubiera (a decir

vuelvo otra vez y ciento,

vuelvo otra vez y mil)

cómo, entre agradecida

y quejosa, partir

pudieran el camino

lo ilustre y lo civil!

¿Daréle muerte? No.

¿He da vengarme? Sí.

¡Oh, si hubiera un matar

que no fuera morir!

Pero sí habrá, que yo,

llegando a prevenir

cómo, sin morir, muera,

y viva sin vivir,

he de ver …

 

(Soñando Adonis)

 

LOS DOS

¡Ay de mí!

 

VENUS

…si hallo el descanso donde lo perdí.

 

ADONIS

…Que me da muerte a quien la vida di.

 

VENUS

Oh, tú, velero dios,

que en campos de zafir,

relámpago sin luz,

pájaro sin matiz,

huyendo mi regazo,

no hay remoto confín

que no corras, veloz,

que no vueles, sutil.

¡Oye mi voz!


(Sale Amor en lo alto)

 

AMOR

¿Qué quieres,

o tú, cuyo gemir

no sin causa acredita

lo hermoso de infeliz?

Que ya, a tu invocación

del diáfano viril

cortando las esferas,

me ves, para asistir

a tus lamentos, ser

de sus nubes, neblí,

sus páramos, centauro,

sus piélagos, delfín,

siendo su azul pensil

árbitro de un cénit a otro cénit.

¿Qué quieres, pues?

 

VENUS

Que veas

que hay quien tenga, sin ti,

vagabundo el pensar

y ocioso el discurrir.

Dormido yace el que,

Despierto, tu gentil

deidad desdeña, pues

montaraz adalid,

blasona que ha sabido

tu yugo sacudir,

sin que su blando lazo

le agobie la cerviz.

Y aunque en una ocasión

la vida le debí,

atenta a todo …

 

AMOR

No

tienes que proseguir,

puesto que para mí

el delito le basta de dormir.

Del favor y la ira,

el concepto entendí,

y, para que herir veas

su pecho, sin herir,

este dorado arpón,

pasando a serpentín,

de ese bruto diamante,

abrasado buril,

verás que, áspid de fuego,

muerde su pecho, a fin

de que, los dos vengados

con tiro tan feliz,

apuremos así

si es el amor matar y no morir.

 

(Dispara una flecha que da en el corazón de Adonis, y vuela, y Adonis despierta asombrado)

 

ADONIS

¡Favor, cielos divinos!

¡Dioses, piedad!

 

VENUS

¿Quién, di,

te obliga a que des voces?

Que al llegarlas a oír

veloz vengo, por ver,

si fuese tan feliz

que el favor te pagase.

 

ADONIS

Si tú estabas aquí,

no en vano presumí

que me da muerte

a quien la vida di.

 

VENUS

¿Qué ha sido esto?

 

ADONIS

No sé,

que a sombras me dormí

destos troncos, y como

se suelen repetir,

en fantasmas del sueño

de aquello que antes vi

las especies, soñé

que el fiero jabalí

que a ti te daba muerte,

volviendo contra mí

las aceradas corvas,

navajas de marfil,

con mi sangre, manchaba

las rosas que hasta aquí

de nieve fueron, para

que fuesen de carmín.

Y no sólo a este susto

del sueño me rendí,

pero sañudo áspid,

que debió de encubrir

de su traidor veneno,

de su ponzoña vil,

la astucia entre uno y otro

macilento alhelí,

el corazón me ha herido,

pues al restituir

el sentido, aún no cesa

el sentimiento en mí;

de suerte que despierto

duran en afligir

ansias que fabriqué,

temores que fingí,

pasando ¡ay infeliz!

la sombra a luz,

el pasmo a frenesí.

 

VENUS

La pesadez de un sueño

tal vez suele seguir

al más despierto;

y pues no es lo que presumí,

en paz te queda.

 

ADONIS

¿Tan presto

quieres volverte?

 

VENUS

Sí,

que baldones de amor

no he de volver a oír.

 

ADONIS

No hace poco el que enmienda

sus yerros; y si fui

grosero una vez, no otra

lo seré.

 

VENUS

¿Cómo así?

 

ADONIS

Como al verte sabré

forzar y reprimir

aquel amenazado

influjo en que nací.

 

VENUS

Pues ¿no me viste entonces?

 

ADONIS

Confieso que te vi,

pero no te miré.

 

VENUS

¿Y hay cómo distinguir

el ver del mirar?

 

ADONIS

Pues

¿hay quién ignore …

 

VENUS

Di.

 

ADONIS

…que el ver es sólo ver,

y el mirar, advertir?

 

VENUS

Y bien, ¿qué es lo que adviertes?

 

ADONIS

Que te llevas tras ti,

en tus rizos, del sol

todo el nevado Ofir;

del aura, en tus alientos,

todo el humor sutil,

que en destiladas gomas

cualquiera es ámbar gris;

del monte, en tu coturno,

todo el bello matiz,

que en cintas de esmeralda

son lazos de rubí;

del abril, en tu seno,

o blanco, o carmesí,

todo el candor y nácar

del clavel y el jazmín:

de suerte que dejando

sin ti el sol sin lucir,

la aura sin respirar,

el monte sin vestir,

y el abril, en efecto,

sin lograr y pulir

las flores, ciento a ciento,

las rosas mil a mil,

quedan mustios sin ti

el sol, el aura, el monte y el abril.


VENUS

¡Qué atrasadas lisonjas!

 

ADONIS

Perdona, que he de ir

siguiendo tu hermosura.

 

VENUS

¿A qué? Si en mi jardín,

que ya desde esta parte

se deja descubrir,

de atalaya un laurel

que abraza amante vid,

todo es amor, por señas

que dél a recibir

a su deidad, las ninfas,

en alegre festín,

salen al paso; y tú,

para llegar aquí,

no temes las fierezas,

y las bellezas, sí.

 

ADONIS

¡Ay!, que no sé qué afecto …

 

VENUS

No has de pasar de aquí.

 

ADONIS

…me hace no obedecer.

 

VENUS

Y agradecer a mí.

 

(Múdase el teatro en el jardín, y por las puertas salen cantando y bailando las Ninfas, Celfa y Chato.)

 

TODAS

Corred, corred, cristales;

plantas, vivid, vivid;

aves, cantad, cantad;

flores, lucid, lucid;

pues que vuelve Venus,

hermosa y gentil,

trayendo despojos

del Amor tras sí,

porque nadie puede

exento decir

que el vivir no amando

se llama vivir.

Corred, vivid, cantad, lucid.


VENUS

¿Que aún no te vuelves?

 

ADONIS

No.

 

VENUS

¿Y a entrar te atreves?

 

ADONIS

Sí.

 

VENUS

Entra, pues; y vosotras,

alegres, proseguid.

 

MÚSICA

Corred, corred, cristales …

 

(Vanse)

 

 

 

Escena Quinta

 

(Tocan cajas y trompetas, y habiendo dicho dentro los primeros versos, salen Marte, Belona, Dragón y Soldados)

 

BELONA

La planta fugitiva

del laurel ceda al roble.

 

TODOS

¡Marte viva!

 

MARTE

Mejor, Belona, fuera

decir la aclamación que Marte muera,

pues aunque de blasones

victorioso en Egnido me corones

de Delfos, ¿qué ha importado,

si en Chipre estoy a una ilusión postrado,

cuyos vanos recelos

ni celos son, ni dejan de ser celos?

 

BELONA

Siendo de amor, no infama

los heroicos asuntos de la fama.

 

DRAGÓN

Y más, cuando en abono

de que pueda un barbado hablar, en tono

de falsete, cariño,

llorando viejo y caducando niño,

no tiene otra disculpa,

para no ser ridícula su culpa

que decir que de Marte

es hijo Amor.

 

MARTE

¡Estaba por quitarte

mil vidas!…

 

DRAGÓN

Ten la mano;

y ese recado, a monseñor Vulcano.

 

MARTE

...que si de Marte fuera

bastardo hijo el Amor, no introdujera,

vilmente lisonjero,

que valga más lo hermoso que lo fiero,

temor que hoy en mí lucha.

 

BELONA

¿Cómo?

 

MARTE

Nadie aquí quede.

 

(Vanse Dragón y Soldados)

 

Ahora escucha;

que el fuego en que me abraso

tú sola has de saber.

 

BELONA

Pues habla paso.

 

(Hablan los dos en secreto, y sale Amor como recelándose.)

 

AMOR

Ya que la altivez de Adonis

venganza de Venus fue,

pues en sus jardines yace,

rendimiento y no altivez;

receloso de que Marte

lo ha de llegar a saber,

sin alas, arco ni aljaba

vengo a asistirle; porque

come esté a la mira Amor

sin ser conocido dél,

el más receloso amante

nada que le digan cree.

Hablando con mi enemiga

Belona está: ¡oh, si entender

algo pudiera! La sombra

me valga deste laurel.

 

(Retírase)

 

MARTE

Hasta aquí me dijo Libia,

y aunque el que vida la dé

un bello joven, no importa,

no importa que ella …

 

BELONA

Detén

la voz, que entre aquellas ramas

ruido he sentido. ¿Quién,

en acecho de los dos,

hace esas hojas cancel?

 

MARTE

¿Quién contra mi orden …

 

AMOR

¡Ay triste!

 

MARTE

…aquí ha quedado?

 

(Descubre al Amor)

 

AMOR

Si él

me conoce, muerto soy,

pues ha de querer saber

la causa de mi disfraz.


MARTE

¿Quién eres, dime, y a qué

te ocultas entre estas ramas?

 

AMOR

Soy quien, sí … cuando … por qué …

 

MARTE

No te turbes, que no sabes

cuánto sospechosa es

para mí una turbación;

y más, cuando llego a ver

lo que se parece a otra,

que, traidoramente infiel,

calló troncada en la voz

y habló pálida en la tez.

¿Quién eres, pues?

 

AMOR

Quien, si tú

no lo sabes, no lo sé.

 

MARTE

¿Si no lo sé, no lo sabes?

 

AMOR

Que tú los has de saber

primero que yo lo diga.

 

MARTE

Yo lo ignoro.

 

AMOR

Yo también.

 

MARTE

¿Enigmas me hablas ahora?

¡Hola!

 

(Salen los soldados)

 

SOLDADOS

¿Qué mandas?

 

MARTE

¡Prended

a este joven!

 

AMOR

Será

esta la primera vez …

 

MARTE

¿Qué?

 

AMOR

…que otro me prenda a mí,

y no yo le prenda a él.

 

BELONA

Pues ¿cómo escapar podrás

solo de tanto poder?

 

AMOR

Ya que depuse las alas,

Me he de valer de los pies.

 

(Vase)

 

MARTE

¡Tenedle, que es el Amor!

 

BELONA

¿Cómo es posible sea él,

sin conocerle hasta ahora?

 

MARTE

No eso admiración te dé,

porque el amor de un celoso

no es fácil de conocer

hasta que otras señas digan

si es amor o no lo es.

Y pues decir que ninguno

a él le ha podido prender

y que ha depuesto las alas

lo ha declarado más bien,

¡seguidle todos, seguidle,

que ya me importa saber

de su disfraz la intención!

pues yo en su alcance iré …

 

BELONA

¡Ay de ti, si a Amor que huye

intentas seguir!

 

MARTE

¿Por qué?

 

BELONA

Porque nadie siegue a Amor

que en mayor riesgo no dé.

 

MARTE

¿Qué mayor que no apurar

que aquí disfrazado esté,

y no le conozca yo?

 

(Vase)

 

BELONA

¡Sitiad el monte, corred

la campaña!

 

(Vase)

 

DRAGÓN

¿Quién vio andar

a ojeo de Amor, ni quién

la amó sino como yo?

Que si a Celfa quiero bien,

es sólo el rato que importa

a la maraña.

 

(Vase)

 

BELONA

(Dentro)

¡Romped

los riscos!

 

TODOS

(Dentro)

¡Al valle! ¡Al llano!

 

(Sale Amor)

 

AMOR

Favor los cielos me den,

que sin alas, el aliento

empieza a desfallecer.

Aquí hay una quiebra: ella

me ha de amparar y valer

contra las iras de Marte.

 

(Entra Amor por un lado y sale por otro, en cuyo espacio se ve el teatro de la gruta, y él no hace más que atravesar por ella)

 

DESENGAÑO

(Dentro)

Si hará, que éste el centro es

donde siempre para Amor.

 

DRAGÓN

(Dentro)

De aquella montaña al pie

entra a una gruta.

 

MARTE

(Dentro)

Aunque fuera

el Báratro, entrara en él.

 

(Salen Marte y Dragón.)

 

DRAGÓN

En poco nos ha engañado,

que yo pienso que lo es,

según horroroso y triste

se nos muestra.

 

MARTE

Dices bien,

pues nunca la planta, pues nunca la vista

pisó temerosa, previno confusa

tan lóbrega estancia, mansión tan horrible,

prisión tan funesta ni cárcel tan dura.

A la escasa luz que dispensa

el torpe bostezo que entreabre la gruta,

porque el sol, que de miedo no pasa,

de lejos la acecha aún más que la alumbra,

melancólico espacio diviso

de negras paredes, que teas ahúman,

colgadas de grillos, cadenas y lazos,

trofeos que infaman, deidad que no ilustran.

 

DRAGÓN

Aún no sólo mirados asombran

despojos tan viles, mas oídos asustan.

 

(Dentro ruido de cadenas)

 

MARTE

Dices bien, que al compás de arrastradas

prisiones, llorosos lamentos se escuchan.

 

DRAGÓN

Atiende, quizá sabrás quién habita

del fúnebre centro la esfera nocturna.

 

(Dentro la música, en tono triste)

 

TODOS

¡Ay de aquel que en principio de celos,

huyendo el Amor, no le deja que huya!

 

MARTE

¿Ay de aquel que en principio de celos,

huyendo el Amor, no le deja que huya?

¿Quién eres, oh tú, que la ajena desdicha,

mirándola mía, la tienes por tuya?

 

TEMOR

(Dentro)

Quien pena …

 

SOSPECHA

(Dentro)

Quien siente …

 

ENVIDIA

(Dentro)

Quien gime …

 

IRA

(Dentro)

Quien llora …

 

TEMOR

…tu asombro.

 

SOSPECHA

…tu pena.

 

ENVIDIA

…tu queja.

 

IRA

…tu angustia.

 

MARTE

Mi angustia, mi queja, mi pena, mi asombro,

¿hay quién lamente?

 

TODAS

Sí, pues que pronuncia:

¡Ay de aquel que en principio de celos,…!

 

MARTE

A pesar del pavor, de quien eres

haré hoy experiencia lo que era pregunta.

 

(Van saliendo, cada una con su verso; el Temor con una hacha, la Sospecha con un anteojo de larga vista, la Envidia con un áspid, la Ira con un puñal, todas con mascarillas y vestidas de negro.)

 

TEMOR

Quien vive …

 

SOSPECHA

...y no vive.

 

ENVIDIA

Quien muere …

 

IRA

...y no muere...

 

TEMOR

...entre ansias...

 

SOSPECHA

...asombros …

 

ENVIDIA

...horrores …

 

IRA

...y furias.

 

MARTE

Del oído pasando a los ojos,

de nuevo al principio se vuelven mis dudas.

¿Has visto jamás tan pálidas sombras?

 

DRAGÓN

¿Yo había de ver tan horrendas figuras?

 

MARTE

¿Quién sois, decid?

¿Y qué bóveda es ésta

que tiene, ¡ay de mí! tal familia por suya?

 

TEMOR

Esta es de los celos …

 

SOSPECHA

…la mísera cárcel …

 

ENVIDIA

…adonde de Amor …

 

IRA

…siempre paran las fugas.

 

TODAS

¡Ay de aquel que en principio de celos!…

 

MARTE

¿Quién eres, oh tú, que con trémula antorcha,

saliéndole al paso, al que alumbras deslumbras?

 

TEMOR

Yo soy aquel miedo que tiene el que ama,

de cuanto achacosa es cualquier hermosura;

y así, tropezando en primeros temores,

le sirvo la luz, y déjole a oscuras,

 

(Apaga la luz)

 

porque busca con ella su daño,

y luego le pesa de hallar lo que busca.

 

MARTE

Y tú, que a un cristal parece que, corta

de vista, le estás graduando las lunas,

¿quién eres?

 

SOSPECHA

Yo soy la Sospecha que al miedo

le piso la sombra.

 

MARTE

Y bien, ¿qué procuras?

 

SOSPECHA

Que artificioso este antojo de vidrio,

creciendo los grados a cuanto presuma,

represente de un álamo, un monte,

de un átomo, un mar, de una gota, una lluvia.

 

ENVIDIA

Y yo, que siguiendo antojos de aumento,

doy luego por ciertas ajenas fortunas,

anudando un áspid a otro,

de envidia en mi seno les doy la cicuta.

 

IRA

Con que, a la Envidia siguiendo la Ira,

los áspides que ella enlaza, y anuda,

en víboras yo convierto de acero,

que para venganzas afilen sus puntas.

 

LAS CUATRO

Y las cuatro, que somos las guardas

del preso que yace en prisión tan oscura,

al peregrino el riesgo avisamos;

mas todos le oyen y nadie le escucha.

 

MARTE

Pues ya que el aviso decís, cuánto en vano

al peregrino el riesgo le anuncia,

ya que entré, ¿quién el preso es de celos?

 

TODAS

Aquella vejez helada y caduca …

 

(Vese dentro de la gruta el Desengaño, viejo, con barba larga, vestido de pieles y con prisiones.)

 

TEMOR

Que triste …

 

SOSPECHA

…padece …

 

ENVIDIA

…postrada …

 

IRA

…rendida …

 

TEMOR

…fatigas …


SOSPECHA

… desprecios …

 

ENVIDIA

… baldones …

 

IRA

… y injurias.

 

MARTE

¿Quién es sepa, pues?

 

TODAS

Es el Desengaño,

por quien repetimos, ya solas, ya juntas:

¡Ay de aquel que en principio del celos …

 

DESENGAÑO

¡Oh tú, que, venciendo a todos,

a ti solo no te vences,

y con humanas pasiones

divinas señas desmientes!

Sabrás que en aquesta cárcel,

para que nadie le encuentre,

con varias guardas los celos

preso al Desengaño tienen.

Pero, ya que huyendo Amor,

escapar de ti pretende

a estos umbrales, adonde

sus fugas van a dar siempre.

Mira, ¿qué quieres de mí,

pues alcanzarle a él no puedes,

porque en llegando aquí, todas

sus pompas se desvanecen?

 

MARTE

¿Qué quieres que de ti quiera

quien siguiendo a un ciego viene,

que visto se desconoce

y no visto no se entiende?.

Sino saber con qué causa

hoy disfrazado pretende

asistirme, y huir de mí.

 

DESENGAÑO

Si a tanto empeño te atreves,

dile al Temor que te traiga,

la Sospecha que te acerque,

la Envidia que te desmaye,

y a la Ira que te aliente.

 

LAS CUATRO

Sí, haremos para que juntas

corriendo la nube débil,

este empañado cristal

veas claro y transparente.

 

(Descúbrese un espejo, y vese en él lo que dicen las coplas.)

 

MARTE

Ya lo está.

 

DESENGAÑO

¿Qué ves en él?

 

DRAGÓN

Señores, ¿qué encanto es éste?

 

MARTE

De las campañas de Chipre

el más deleitoso albergue,

en cuya apacible estancia

festivos coros alegres

de ninfas, la falda al monte

van floreciendo dos veces.

 

DRAGÓN

Hasta Chato y Celfa van.

 

MARTE

Pues eso, ¿por qué te ofende?

 

DRAGÓN

Porque las mujeres propias

no han de ser propias mujeres.

¿Faltábala con quién ir

a una pícara insolente

que no fuese su marido?

 

MARTE

Calla, bárbaro, y atiende.

Ya el ojeo pasa, y ya

por varias sendas descienden

Venus y un gallardo joven,

Que, amorosos y corteses,

con los brazos se saludan,

y el uno al otro se ofrecen

los despojos de la caza.

¡Que aquesto mire! ¡Oh, aleve

cristal! Perezca tu luna,

aún cuando la del sol fuese,

si es verdad, porque es verdad;

y si mientes, porque mientes.

 

TODOS

Aunque quebrarla pretendas,

no haya miedo que la quiebres.

 

MARTE

¿Por qué?

 

TODOS

Porque el Desengaño

sus sombras desaparece,

luego que antídotos suyos,

que sanan con lo que duelen,

dando la muerte, dan vida.

 

MARTE

¿De qué suerte?

 

TODOS

Desta suerte.

 

(Dentro ruido, como de terremoto; cúbrese la gruta.)

 

MARTE

¿Quién creerá que Marte huya

de ver prodigio tan fuerte?

 

DRAGÓN

¿Ni quién, que Dragón de Celfa

celos maridales siente?

 

(Vanse)

 

 

 

Escena Sexta

 

(Vense los jardines, y en ellos Venus sentada, Adonis en sus faldas, y las Ninfas, Chato y Celfa)

 

VENUS

En tanto que declinando

el sol, sus ardores temple,

para volver a la caza,

porque conmigo no eches

menos a tu inclinación,

descansar, Adonis, puedes,

en estos jardines.

 

ADONIS

¿Qué

echará menos quien tiene,

cuando merecen sus dichas

las dichas que no merecen,

afianzada en tus favores

la costa de tus desdenes?

 

VENUS

Y vosotras, porque no haya

cosa que no le deleite,

cantad algo.

 

CHATO

Celfa, ven

a hacer unos ramilletes

para el nuevo amo.

 

CELFA

Veamos

cómo una música puede

parecer entre otra...

 

CHATO

...como

entre lo rojo, lo verde.

 

CORO 1

No puede Amor

hacer mi dicha mayor.

 

CORO 2

Sí puede Amor.

 

CORO 1

No puede Amor,

ni mi deseo,

pasar del bien que poseo;

porque crecer el empleo

de tan divino favor,

no puede Amor …


CORO 2

Sí puede Amor …

 

LOS DOS

…hacer mi dicha mayor.

 

ADONIS

Aunque la letra que oí

en lo primero que ofrece,

que habla conmigo parece,

pues yo el más dichoso fui,

perdona, si

en lo segundo mi error

funda mejor

su dicha.

 

VENUS

¿De qué manera?

 

ADONIS

Como la contienda era

del vuestro dulce primor…

 

CORO 1

No puede Amor

hacer mi dicha mayor.

 

CORO 2

Sí puede Amor

hacer mi dicha mayor.

 

ADONIS

La dicha no merecida

se posee desairada,

que mal puede estar hallada

sin achaques de perdida;

y mi vida

más quisiera merecer,

que poseer.

Luego si Amor puede dar

dicha que es más singular

cuanto hay de mérito a error …

 

CORO 2

Bien puede Amor

hacer mi dicha mayor.

 

VENUS

Dicha que a ser dicha crece

aún antes que sea esperanza,

es dicha del que la alcanza,

mas no del que la merece;

y si ofrece

tanta ventura tener

llegando a ver

la dicha sin merecella,

dando cuanto puede en ella

de mérito y de valor …

 

CORO 1

No puede Amor

hacer mi dicha mayor.

 

ADONIS

El que sin propio interés

logró dichas semejantes,

haberlas logrado antes

podrá merecer después.

Luego si es

suya en la segunda acción

la estimación

que hacer de su dicha puede,

y en ella Amor le concede

que pueda quedar mejor …

 

CORO 2

Bien puede Amor

hacer mi dicha mayor.

 

VENUS

Servir el favorecido

no es en leyes del cuidado

mérito de enamorado,

que es deuda de agradecido;

y el más rendido

podrá agradecer y amar,

mas no aumentar

los grados a la fineza;

que es ser nieve, cuando empieza,

y cuando fallece, ardor.

 

CORO 1

No puede Amor

hacer mi dicha mayor.

 

ADONIS

No hace poco el que agradece.

 

VENUS

El que agradece, ¿qué hace?

 

ADONIS

Por lo menos satisface.

 

VENUS

Satisface y no merece.

 

ADONIS

En fin ofrece

lo que puede su ventura.

 

VENUS

Es locura,

si ofrece y no sacrifica.

 

ADONIS

¿Eso no implica …?

 

VENUS

Sí implica;

que una vez mío el favor …

 

CORO 1

No puede Amor

hacer mi dicha mayor.

 

CORO 2

Bien puede Amor

hacer mi dicha mayor.

 

CORO 1

No puede Amor …

 

CORO 2

Sí puede Amor …

 

LOS DOS

…hacer mi dicha mayor.

 

(Sale Amor)

 

AMOR

Sí puede y no puede Amor

hacer la dicha mayor.

No puede, pues que no puede

crecer las delicias;

y sí puede, supuesto que puede

torcer las desdichas.

Marte, a quien quise asistir,

temiendo sus iras,

penetró del disfraz en el acecho,

la cauta malicia.

Y como hacia el Desengaño

es siempre mi huida,

a pesar de las guardas de celos

rompió sus ruinas.

Habiendo en su espejo visto …

Mas ¿qué hay que repita,

si los montes, que al verle estremecen,

mejor te lo avisan?

Mira tú, pues, ¿qué defensa

poner solicitas?,

porque celosa su furia amenaza

a quien …

 

VENUS

No prosigas.

Y tú, Adonis, porque aquí

no te halle su vista,

de aqueste jardín pasando a los montes,

restaura tu vida.

 

ADONIS

¿Cómo puedo, ingrata Venus,

ya más que benigna,

asaltado también de sospechas

que es fuerza me embistan,

dejando tu vida a riesgo,

cuidar de la mía?

 

VENUS

En cuanto a tus celos, tener a un tirano

temor no es caricia;

y en cuanto a mi vida, piensa

que está defendida,

porque como a ti no te encuentre,

en nada peligra.

¡Huye, pues, huye a los montes!

 

ADONIS

Venció mi porfía,

que Amor pudo, pues pudo sin celos

hacer más mis dichas.


(Vase)

 

AMOR

Aunque él huya, ¿cómo tú

a verle te animas?

 

VENUS

Como industria habrá con que enfrene

sus sañas altivas.

 

AMOR

¿Qué industria hay contra los celos?

 

VENUS

La siempre encendida

fragua, en que a Júpiter forja Vulcano

los rayos que vibra,

para el abrasado temple

que montes fulmina,

de venenosas aguas se vale,

leteas y estigias.

Destas, pues, rompiendo los diques

las Furias impías,

haré que estas fuentes mis tósigos corran,

en vez de sus ninfas;

cuya disonantes voces

verás que, al oírlas,

adormecido el sentido … Mas esto

su efecto lo diga,

cuando al callado conjuro …

 

(Dentro ruido)

 

AMOR

Si de eso te fías,

prevente, que a mí el asombro de verle

de aquí me retira.

 

(Vase)

 

VENUS

¡Ninguna huya de vosotras!

 

(Sale Marte)

 

MARTE

Aleve enemiga,

en quien, como en mí, humanas pasiones

se mienten divinas:

¿juzgaste que tus engaños,

traiciones, mentiras,

pudieran jamás a sospechas de Marte

negar sus noticias?

¿Dónde está el amante que,

mudable, acaricias?

Que no quiero que empiece por tuya

venganza que es mía.

No en lo débil debe el rayo …

 

VENUS

¡Suspende las iras,

que vienes no bien informado de alguna

loca fantasía!

 

(Aparte)

 

Ya es tiempo …

¿Qué esperáis, Furias?

 

(Corren las fuentes)

 

MARTE

Por más que te finjas

no culpada en mis celos, en vano

negarlos codicias,

porque ¿cómo…?Pero, ¿quién

de aliento me priva?

¿Quién la lengua entorpece, y las voces

del labio me quita?

Porque ¿cómo puedes …?¡Cielos!

El juicio delira,

la razón fallece, y la luz

se pierde de vista.

 

VENUS

¿Ves cómo tus sinrazones

los dioses castigan?

¡Habla, pues! ¿En qué fundas tus quejas?

 

MARTE

No puedo decirlas.

 

(Adormécese Marte, y sale Belona)

 

BELONA

Sí puedes: que yo que a todo

estoy a la mira,

del ruidoso estruendo del agua

que impura, te hechiza,

con otro estruendo sabré

vencer la malicia.

 

VENUS

¿Tú? ¿Cómo?

 

BELONA

Al metal haciendo que brame

y al parche que gima.

¡Suenen idiomas de Marte,

y en voces altivas

confundid un ruido con otro,

y viva el que viva!

 

(Cajas y voces dentro)

 

VOCES

(Dentro)

¡Al arma, celos, al arma,

que agravios obligan,

y para venganzas, oh Marte, despierta,

alienta y anima!

 

(Despierta)

 

MARTE

¿Qué nuevo espíritu en mí

es bien que revista

este estrépito de armas, que cobra

mis sañas perdidas?

 

VENUS

Si voces de agua y de fuego

contrarias militan,

las del aire excedan a todas.

 

MARTE

¿Juzgaste, enemiga …?

 

(Las Ninfas dentro)

 

NINFAS

No al arma, celos, no al arma,

que ofensas se olvidan,

y al letargo dormida la queja,

ni llore, ni gima.

 

MARTE

Aunque cobrado pretenda

volver a mis iras,

no puedo, ¡ay de mí!


(Adormecido)

 

BELONA

¡Prosiga el estruendo!

 

VENUS

¡Las voces prosigan!

 

(Las voces con cajas y clarines, y las ninfas con instrumentos, cada una sus versos.)

 

CAJAS Y VOCES

¡Al arma, celos, al arma!…

 

INSTRUMENTOS Y NINFAS

No al arma, celos, no al arma …

 

MARTE

De una confusión en otra

no sé lo que elija

entre aguas que aduermen,

acentos que elevan

y cajas que incitan.

 

CAJAS Y VOCES

¡Al arma, celos, al arma!…

 

INSTRUMENTOS Y NINFAS

No al arma, celos, no al arma …

 

BELONA

En fin, ¿a qué te resuelves?

 

VENUS

Di, ¿qué determinas?

 

MARTE

Sin vengarme en tu vida, tirana,

vengarme en tu vida;

y pues tu cobarde amante

huyó de mí vista,

tras él he de ir

penetrando los montes,

llevando por guía

estos dos villanos, que

sus faldas y cimas

registren conmigo,

pues saben adonde

el temor le retira.

 

CELFA Y CHATO

Nosotros tal no sabemos.

 

MARTE

Venid, pues, aprisa.

 

LOS DOS

Aún yendo despacio, iremos cansados …

 

MARTE

¡Venid!

 

(Vase, con Belona, llevándolos)

 

LOS DOS

¡Qué desdicha!

 

VENUS

Porque no le busque y le halle,

esferas divinas,

empañad de esos velos azules

las luces que brillan;

y tú, Júpiter, pues sabes

lo que es amar, mira

que nunca mejor

que ahora empleaste

los rayos que vibras:

pues nunca mejor se emplean

sagradas tus iras.

 

(Vase con sus ninfas, y con esta música se muda el tablado en monte, y vuelve Marte, trayendo de la mano a Chato y Celfa.)


 

 

Escena Séptima

 

MARTE

Pues sabéis por dónde fue,

¿quién duda que sepáis dónde

este cobarde se esconde?

 

CELFA

Yo, señor Martes, no sé

más de que, muy asustado,

huir de su vista provino.

 

CHATO

Bien como hijo de vecino

de los que entran por un lado,

y por un lado también

los escapa su temor,

luego que señor mayor

llama a la puerta.

 

CELFA

Mas quien

tan parto es de estas montañas,

es, cierto que a ella vendría.

 

MARTE

Pues el albergue de guía

me servid, que en sus entrañas

Tiene.

 

CHATO

Es vana pretensión,

que no sabemos allá.

 

MARTE

De otra manera será.

 

CELFA

¿De que manera?

 

MARTE

¡Dragón!

 

CHATO

No al dragón llamar intentes,

que anda en su conversación,

que no hace falta el dragón

adonde está la serpiente.

 

MARTE

¡Dragón!

 

CHATO

A huir me acomodo.

 

MARTE

¡Dragón!

 

CHATO

¡Ay, triste de mí!

 

MARTE

¿Hacia dónde está?

 

(Sale Dragón y soldados)

 

DRAGÓN

Hacia aquí,

esperándote, del modo

que tú me mandaste estoy.

¿Qué quieres?

 

MARTE

Que estos villanos

atados de pies y manos

a dos troncos queden hoy.

 

(Los soldados atan a Chato, y Dragón a Celfa.)

 

DRAGÓN

Yo lo sé

 

VOCES

(Dentro)

¡Huid, pastores!

 

MARTE

¿Qué ruido es éste?

 

(Salen villanos huyendo por delante ellos, y después Adonis, flechando el arco.)

 

UNO

Huid, que del monte

el herido jabalí,

que ha tantos días que aquí

es terror deste horizonte,

baja al valle, donde vuelve

a hacer estragos mayores.

 

UNOS

¡Huid, zagales!

 

OTROS

¡Huid, pastores!

 

TODOS

¡Al llano, al bosque, a la selva!


(Vanse)

 

ADONIS

No temáis, que si le alcanza

mi activa velocidad,

lo que antes fue agilidad

ahora será venganza,

como primero instrumento

de mi desdicha cruel.


(Vase)

 

CHATO

Pues el que busca es aquel

que atrás va dejando el viento,

¿para qué nos quiere ya?

 

MARTE

Dices bien, aquél es, sí,

al que tan dichoso vi.

Y pues tras la fiera va

en que empezó la primera

fineza suya el Amor,

¡empiece de mi furor

también la ira! ¡O tú, Megera,

que de las tres Furias eres

la que más a Marte asiste,

en aquel bruto reviste

toda la saña que adquieres!

Vean prados, montes, selvas,

que, en venganza de una injuria,

de toda una infernal Furia,

nada les sobra a los celos.


(Vase con los soldados)

 

CHATO

Con que aquí ya no hay que hacer …

 

DRAGÓN

Sí hay, por si falta lugar

después.

 

CHATO

¿Qué es?

 

DRAGÓN

No más que dar

de coces a su mujer.


CHATO

Si eso sólo falta,

y a usté le importa,

ahí, por eso se dijo,

me las den todas.

 

CELFA

Pues ¿por qué a mi de coces,

seor Dragoncillo?

 

DRAGÓN

Por conjunta persona

de su marido.

¿No le basta a un pobre hombre

sufrirla en casa,

sino que a los ojeos

con él se vaya?

 

CELFA

¿Qué delito es ése,

si hay en tal tiempo

maridos que no sirven

en los ojeos?

 

DRAGÓN

Aunque nunca estorben,

es fuerte cosa

ser la mujer grillo

¿No basta esposa?

Y aún si fuera con otro,

poco importara;

pero ¡con su marido!


(Pegándola)

 

CELFA

¡Basta!

 

DRAGÓN

No basta.

 

CHATO

¡El Dragón es un santo!

¿Quién vio, señores,

gente más ajustada

que los dragones?

 

DRAGÓN

¡Quédese ella para ella,

y él para un asno!


(Vase)

 

CHATO

Y aún por eso he tenido

tan lindo rato.

 

CELFA

¡Que cargarme de coces

le deje un tonto!

 

CHATO

Hija, aquesas son las cargas

del matrimonio.

 

CELFA

Bien ves, pícaro, infame,

cómo me han puesto.

 

CHATO

Y pos no verlo, diera

volver a verlo.

 

CELFA

¿Que a tu esposa dejes

que den de coces?

 

CHATO

Como aquesos trabajos

pasan los hombres.

 

CELFA

Pues en ti he de vengarme

de sus desprecios.


(Embiste con él)

 

CHATO

Para mí tendrás manos …


(Dentro ruido, como cayendo)

 

ADONIS

(Dentro)

¡Valedme, cielos!

 

CHATO

Pero ¿quién a su cargo

toma mi queja?

 

CELFA

Aún mayores prodigios

hay en la selva;

pues en desmandadas tropas

de esparcidos escuadrones

todas las Ninfas de Venus

huyendo vienen.


 

 

Escena Octava

 

(Sale Venus suelto el cabello, medio desnuda, ensangrentadas las manos)

 

VENUS

Pastores

decidme, ¡ay de mí!, decidme

si dijeron unas voces:

"¡Piedad, cielos!"

 

(Adonis dentro)

 

ADONIS

¡Piedad, cielos!

 

VENUS

"¡Favor, dioses!"

 

ADONIS

¡Favor, dioses!

 

VENUS

Mas no tenéis que decirme,

si ellas mismas me responden

que es cuyo temo el gemido

y cuyo imagino el golpe.

Suyo es, sin duda, ¡ay de mí!

y aunque tan cerca se oye,

no sé si osaré llegar

a examinarlo.

 

(Sale Belona)

 

BELONA

No oses,

pues aún yo, compadecida,

troqué a lástimas, rencores,

al ver tus penas; y así

digo otra vez que no oses,

si no quieres ver tan fiero

trágico asunto, tan torpe,

como ver que, salpicando

los más cándidos albores,

no sé qué vivo cadáver

desde la cumbre del monte

rosas deshojadas vierte

a un valle que la recoge.

 

VENUS

Yo he de ver quién es.

 

(Sale Libia y las Ninfas)

 

LIBIA

No veas:

que yo, al temer que en horrores

o su gemido me aflija,

o su queja me congoje,

vengo huyendo con el miedo

de que sea el que así llore

el más venturoso amante

y el más desdichado joven.

 

VENUS

¿No es peor dudarlo?

 

BELONA

No,

que la duda no supone

lo que la evidencia; y temo,

como la verdad te informe,

que sientas saber quién es

quien en pena tan inorme

con su sangre les infunde

nuevo espíritu a las flores.

 

VENUS

Entre temer y apurar

término no se conoce.

 

BELONA

Sí conoce, cuanto dista

que el mal se dude o se ignore;

y así ¿para qué has de ver

qué humana púrpura corre?

 

TODAS

Tanto, que della animadas,

cada flor es un Adonis.

 

VENUS

¿Un Adonis? ¡Ay de mí!

¿Cómo, soberanos dioses,

cielo, sol luna y estrellas,

riscos, selvas, prados, bosques,

aves, brutos, fieras, peces,

troncos, plantas, rosas, flores,

fuentes, ríos, lagos, mares,

ninfas, deidades y hombres,

sufrís tal estrago?

 

(Sale Marte)

 

MARTE

Como

la paz me dio más blasones

en un pastoril albergue

que la guerra entre unos robles;

a cuya causa, tirana,

no hubo en todo este horizonte

ni risco que no examine,

ni peñasco que no toque,

tanto, que no dirá uno,

que el rencor de mis rencores

le dejó por escondido

o le perdonó por pobre,

hasta que la misma fiera,

de mi ofensa primer móvil,

primer móvil de mi ira,

halló al que de mí se esconde.

Y porque mejor lo veas,

llega, fiera, llega adonde,

bien herido y mal curado,

se alberga un dichoso joven.

 

(Descúbrese Adonis caído entre unas flores)

 

VENUS

¡Ay infelice de mí!

Injusto amante, que pones

con la fuerza de tu sañas,

la fuerza de tus temores:

aunque tirano te vengues,

por lo menos no blasones

que sin tirarle Amor flechas

le coronó de favores.

Flechas le tiró el Amor,

temida deidad del joven

tanto, que porque tus celos

su mayor triunfo no borren,

vivirá a su ruego eterno,

aunque ahora en él y en mí notes

la venas con poca sangre,

los ojos con mucha noche.

 

(Cae Venus desmayada)

 

TODOS

Con la fuerza del dolor

cayó desmayada sobre

las rosas, y las espinas

van violando sus colores.

 

(La parte superior del teatro será de cielo, vese un sol, que se va poniendo, y al mismo tiempo sale una estrella; el Amor está en lo alto, y Venus, y Adonis van subiendo cada uno a su lado; Adonis por una parte, y Venus por otra.)

 

AMOR

Porque vean que no es en vano,

cuando en púrpura se tornen,

le halló en el campo aquella

visa, y muerte de los hombres.

Júpiter, pues, conmovido,

o indignado de que goce

sin los imperios de un alma

los de una vida tu nombre.

De esa derramada sangre

quiere que una flor se forme,

y que de aquella se vistan

roja púrpura las flores,

para que en tierra y en cielo

estrella, y flor, se coloquen;

a cuya causa, subiendo

donde entrambos se coronen,

verás que, desde este día,

con la nueva luz de Adonis,

sale la estrella de Venus

al tiempo que el sol se pone.

 

TODOS

El horror de la tragedia

a nuestra vista se esconde,

viendo que ya todo es dicha.

 

MARTE

No es todo sino rigores,

al ver que a triunfo de Amor

otra vez mis celos tornen,

supuesto que flor y estrella

ascienden Venus y Adonis.

 

(Van subiendo los dos)

 

al tiempo que expira el sol

entre pardos arreboles,

y la enemiga del día

su negro manto descoge.

 

(Van subiendo)

 

VENUS

Pues porque mejor lo digas,

los dulces acentos oye …

 

ADONIS

…con que nos aclama a un tiempo

la música de dos orbes.

 

 

TODOS

A pesar de los celos,

sus triunfos logre

el Amor, colocados

Venus y Adonis;

y reciban ufanas,

y eternas gocen

las estrellas su estrella,

su flor las flores.

 

BELONA

A cuyo aplauso festivo

fin a su fábula pone

La púrpura de la rosa,

volviendo a decir las voces:

 

TODOS

A pesar de los celos, su triunfo logre …

 

(Suben los dos; iguálanse con el Amor, desaparecen los tres, escondiéndose el sol, queda la Estrella, y dase Fin.)

 

 

FIN DE FIESTA


BAILE DEL VILLANO
Poesía y música del siglo XVII

EL VILLANO
Al villano ¿qué le dan?
la cebolla con el pan
con el pan, con el pan,
la cebolla con el pan

TODOS
Al villano ¿qué le dan?
la cebolla con el pan
con el pan, con el pan,
la cebolla con el pan...

FLORA
 ...para que el tosco villano
cuando quiera alborear
salga con su par de bueyes
y su arado, ¡otro que tal!

CINTIA
Le dan pan, le dan cebolla,
y vino también le dan:
ya camina,
ya se acerca,
ya llega, ya empieza a arar.

LIBIA
Al villano testarudo
danle pan y azote crudo.

CLORI
 No le daban otra cosa
sino la mujer hermosa,
pero pobre y virtuosa.
Para la mujer, afán.

LIBIA
 Al villano ¿qué le dan?
la cebolla con el pan.

LAS CUATRO
Al villano ¿qué le dan?
la cebolla con el pan
con el pan, con el pan,
la cebolla con el pan.

CELFA
 Al villano, si es villano,
danle el pie, toma la mano,
vive contento y ufano
cuando a visitarle van.
 
CHATO
El villano que no quiere
con su dama ser galante
tunda linda caiga en él,
que le muele o que le ablande.
 
DRAGÓN
Al villano que le importa
ser veloz de carcañales,
si al dan dan siempre está dócil,
al den den nunca está fácil.

DESENGAÑO

Cuando en tu casa el villano

“tra, tra” a la puerta llama

en viniendo sin tintin

un to to que le ladre.

LOS CUATRO

 Al villano ¿qué le dan?

la cebolla con el pan

con el pan, con el pan,

la cebolla con el pan.

BELONA

Al que vive solo dan

el sosiego con el pan;

al cortesano soberbio

con los regalos ¡veneno!

MARTE

Al pastor desengañado,

el sosiego en el pan,

que apacienta su ganado

el sosiego con el pan.

 

AMOR

Al villano se lo dan

entre paja el blanco pan.

Al villano rico y pobre

danle pan hasta que sobre.


LOS TRES
Al villano ¿qué le dan?
la cebolla con el pan
con el pan, con el pan,
la cebolla con el pan.

TODOS
Al villano ¿qué le dan?
la cebolla con el pan
con el pan, con el pan,
la cebolla con el pan.

ADONIS
Al villano se le dan
cebollita, pan y puerro.
cebollita, puerro y pan.
 

VENUS

Al villano se le dan

la ventura con el pan;

al villano que, en comiendo,

le llamarán hombre bueno.


TODOS
Al villano ¿qué le dan?
la cebolla con el pan
con el pan, con el pan,
la cebolla con el pan.

LOS DOS

Pues, hoy al villano dan

carne, vino, sangre y pan,

carne, vino, carne, vino,

carne, vino, sangre y pan.


TODOS
Al villano se  le dan
la ventura con el pan
con el pan, con el pan,
la ventura con el pan.

TODOS
Al villano ¿qué le dan?
la cebolla con el pan
con el pan, con el pan,
la cebolla con el pan.

Toquen y cantan los músicos mientras Martín baila.

1 comentario: