La corte de Faraón
La Corte de Faraón el día de su estreno |
La corte de Faraón, Zarzueka se estrenó en el Teatro Eslava de Madrid, la noche del 21 de Enero de 1910. Sus libretistas, Guillermo Perrín y Miguel de Palacios, la llaman “opereta bíblica” y desarrollan la acción en el esplendoroso Egipto de los faraones.
El primer cuadro del único acto de la zarzuela está situado en una
gran plaza pública de Menfis, engalanada para una gran fiesta. Sentados bajo el
dosel de la tribuna están en Faraón y su esposa, la Reina. El pueblo agolpado
en la plaza aclama entusiasta al general Putifar, que acaba de regresar
victorioso de las guerras de Siria. Entre el griterío general se adelanta el
Gran Sacerdote, que presenta a Lota, la casta doncella de Tebas, elegida por la
Reina para convertirse en la esposa del general. Al adelantarse Putifar le es
presentada su futura esposa. Poco a poco la plaza se va quedando desierta; todos se han
marchado hacia el templo. Aparece entonces Ismael acompañado por dos israelitas que van camino del mercado a vender a José, un muchacho hebreo que a su vez ha sido vendido por su familia. Se tropiezan con Selhá y Seti, que compadeciéndose de la triste suerte del muchacho deciden comprarle para que trabaje como pinche de cocinero del general Putifar. Se llevan a José con ellos y le presentan ante Putifar y Lota, que acaban de casarse. El muchacho resulta del agrado de ambos, que deciden quedárselo.
En el cuadro segundo llegan tres viudas que van a dar algunos consejos a la recién casada. Lota las recibe amablemente y escucha con atención cuanto le dicen, confiando en que serán muy hermosas las horas de amor junto a Putifar. Pero cuando éste llega y quedan solos, el general se mantiene a prudente distancia de su mujer, entreteniéndola con narraciones de sus hazañas bélicas. Al amanecer suena la diana, y Putifar ha dado orden al joven José para que en su ausencia haga compañía a su esposa. Lota acepta con alegría la presencia de José, al que ve con buenos ojos y del que no tarda en encapricharse. Pretende abrazarle, pero el muchacho se resiste una y otra vez, hasta que no tiene más remedio que huir. Lota consigue arrancarle la capa, e indignada llama a sus esclavas diciéndoles que José ha intentado deshonrrarla. Como prueba muestra la capa.
El cuadro siguiente se sitúa en el palacio del Faraón, hasta donde llega Lota pidiendo justicia, y detrás de ella José, conducido por Selhá y Seti. Lota refiere su versión de lo ocurrido a la Reina, pero ésta, atraída por la presencia del muchacho, no desea castigarle demasiado severamente. Decide, por lo tanto, que intervenga su esposo el Faraón, pero éste se desentiende del caso y se marcha hacia el jardín.
Entonces la Reina ordena que suelten a José, y le hace explicar lo ocurrido tal como fue, es decir, con el supuesto abrazo. Lota juzga que aquello es un abuso por parte de la Reina, ante la que proclama a José como esclavo suyo. Pero la Reina decide comprar a José para su propio servicio. Temeroso ante el cariz que toma la disputa entre ambas mujeres, José se acerca al ventanal de la estancia y se tira, cayendo en el jardín a los pies del Faraón que dormía sobre un banco. El faraón se despierta malhumorado a causa de un extraño sueño cuyo significado le gustaría saber. Aprovechando la oportunidad que se le presenta, José le pide que explique su sueño, que él tratará de interpretar. El Faraón queda maravillado ante la sabiduría del muchacho, y promete nombrarle virrey de Egipto para tenerle siempre a su lado.
El último cuadro de la zarzuela recoge como escenario la entrada al templo del buey Apis. José, de rodillas ante el Faraón, es nombrado con toda solemnidad virrey de Egipto, y la obra da fin con los vítores de la multitud que va postrándose ante la estatua del buey sagrado.
La Corte de Faraón está considerada como algo singular dentro de su género y es sin duda la mejor y más popular de las zarzuelas del compositor valenciano Vicente Lleó.
El cuadro siguiente se sitúa en el palacio del Faraón, hasta donde llega Lota pidiendo justicia, y detrás de ella José, conducido por Selhá y Seti. Lota refiere su versión de lo ocurrido a la Reina, pero ésta, atraída por la presencia del muchacho, no desea castigarle demasiado severamente. Decide, por lo tanto, que intervenga su esposo el Faraón, pero éste se desentiende del caso y se marcha hacia el jardín.
Entonces la Reina ordena que suelten a José, y le hace explicar lo ocurrido tal como fue, es decir, con el supuesto abrazo. Lota juzga que aquello es un abuso por parte de la Reina, ante la que proclama a José como esclavo suyo. Pero la Reina decide comprar a José para su propio servicio. Temeroso ante el cariz que toma la disputa entre ambas mujeres, José se acerca al ventanal de la estancia y se tira, cayendo en el jardín a los pies del Faraón que dormía sobre un banco. El faraón se despierta malhumorado a causa de un extraño sueño cuyo significado le gustaría saber. Aprovechando la oportunidad que se le presenta, José le pide que explique su sueño, que él tratará de interpretar. El Faraón queda maravillado ante la sabiduría del muchacho, y promete nombrarle virrey de Egipto para tenerle siempre a su lado.
El último cuadro de la zarzuela recoge como escenario la entrada al templo del buey Apis. José, de rodillas ante el Faraón, es nombrado con toda solemnidad virrey de Egipto, y la obra da fin con los vítores de la multitud que va postrándose ante la estatua del buey sagrado.
La Corte de Faraón está considerada como algo singular dentro de su género y es sin duda la mejor y más popular de las zarzuelas del compositor valenciano Vicente Lleó.
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