La marchenera
La marchenera, Zarzuela en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela, el día 7 de Abril de 1928. Sus libretistas, Ricardo Gomzález del Toro y Fernando Luque. Música de Federico Moreno Torroba.
Acto I
La acción se desarrolla en el ventorrillo de Jeroma, en Marchena, en 1842. Un grupo variopinto, en el que destacan tres guitarristas grotescos -Sentimientos, Pituti y Mezquita- y un curtido contrabandista conocido como el Niño de Algeciras, prepara una fiesta de cumpleaños para Paloma, la ahijada de Jeroma, hija de una cantaora flamenca muerta muy joven. Mientras unos festejan, otros aprovechan para conspirar discretamente y otros se cortejan como es el caso de Taravilla -criada del ventorrillo- y Cárdenas, el mayoral del Conde de Hinojares a quien esperan los conspiradores porque va a organizar una partida de patriotas para contribuir al alzamiento revolucionario en Sevilla. Suenan fuera unos tiros. Don Félix, un don juan madrileño que tiene a todas las mujeres enamoradas, ha tumbado a garrotazos a tres oficiales que molestaban a Amparo, Socorro y Don Miguel, y entra en la venta. Don Félix está sinceramente enamorado de Paloma, pero ella se resiste por la fama de mujeriego de aquel. Precisamente, llega a la venta, tapada, Valentina, la hija del Conde de Hinojares, "alegre, decidora e ingenua", encaprichada también de Don Félix. Orentino, un cobarde que huye de las revueltas en Madrid y había dormido en la puerta de la venta, comienza a contar lo que vio por la noche hasta que un embozado le da una bolsa llena de monedas y un billete que dice "el silencio es oro". Don Félix, escamado, trata de sonsacarle emborrachándole en medio de la fiesta en la que, como Paloma no quiere cantar, canta Valentina vestida de flamenca. Reaparece el Conde de Hinojares y Valentina tiene que escapar aprovechando un descuido. Se descubre entonces que el embozado que entró en la venta la noche anterior fue el Conde y que estuvo con él Paloma. Don Félix, celoso, recrimina a Paloma su aparente recato.
Acto II
En la feria de Mairena, una tarde de abril. Don Félix ha urdido un plan para vengarse a la vez de Paloma y del Conde de Hinojares. Piensa que ambos han traicionado su amor sincero por Paloma y, aprovechando el capricho de la hija del Conde, se dispone a pasear por toda la feria a Valentina en la grupa de su caballo y llevársela luego a la sierra. Taravilla, cortejada por Orentino y regada con el dinero que éste recibió en la bolsa, anda en relaciones con él y Cárdenas, para asustarle, le reta a un duelo. Se revela entonces cual es la verdadera relación del Conde con Paloma; él la ha protegido siempre como si fuera un padre y, sabiendo que ella está enamorada de Don Félix, se propone unirles hasta que se entera de que éste ha paseado a su hija por la feria y se la ha llevado a la sierra. Herido en su honor, pide entonces su caballo y se apresura a perseguirles.
Acto III
Cárdenas vigila la puerta del palacio del Conde. Valentina y Paloma se ven en el patio que media entre el palacio y la venta; entre ellas las cosas están claras, nunca ha habido ninguna rivalidad y temen que el Conde quiera exigir a Don Félix que se case con Valentina como reparación de su afrenta. Se relata entonces el desenlace del acto anterior: el Conde alcanzó a Don Félix y le hirió con su espada, llegó Paloma y confesó a Don Félix su amor por él contándole que el Conde era su padrino y que sus visitas nocturnas a la venta eran sólo para conspirar. Valentina y Paloma preparan la fuga de Paloma con Don Félix. Repentinamente, aparece el Conde. La sublevación ha fracasado y, perseguido, tiene que huir a Gibraltar. Como va embozado, Don Miguelito, que está tramando la fuga de Paloma, confunde al Conde con Don Félix y le descubre sus planes. Finalmente, todo se soluciona; Paloma y Don Félix se unen con el consentimiento del Conde; Orentino y Taravilla se van con ellos a Madrid, el uno como amanuense y la otra como doncella, y el Conde, prosigue su huida a Gibraltar acompañado por Cárdenas.
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