La pícara molinera
La pícara molinera, Zarzuela en tres actos se estrenó en el Teatro Circo de Zaragoza, el día 28 de Octubre de 1928. Sus libretistas, Angel Torres del Alamo y Antonio Asenjo Pérez. Música de Pablo Luna.
Acto I
En una aldea asturiana se oyen a lo lejos los cortejos de los mozos y las mozas. A la puerta de un chigre, cuatro hombres juegan a la brisca y comentan cómo la hermosa Carmona juega con los sentimientos de dos hombres, Juan de Colás y El Pintu, hombre violento y de mala fama. Llega El Pintu acompañado de su amigo Felguerosu. Se percibe en la reacción de los jugadores de brisca el temor ante el Pintu excusándose todos para irse y alejarse así de ellos. El Pintu manifiesta sus intenciones sobre La Carmona a quién quiere conseguir por las buenas o por las malas. Se oye a lo lejos la música de la gaita y Pepa sale al encuentro del gaitero Riverín, cantando un dúo en el que comparan el amor y la gaita. Aparecen en escena El Cachano y Juan de Colás, que conversa amigablemente con Riverín y Pepa; La Pondala les ofrece una sidra y se une a la charla. Todos ellos elogian a Don Román, el médico, que ayuda a quién lo necesita sin cobrar. Llega Don Román que bromea sobre si es mejor el vino o el agua para beber. Todos comentan que La Carmona solivianta a los mozos para que riñan por ella e intentan disuadir a Juan de su amor por esa mujer señalándose las virtudes de La Pondala. Todo termina en una fiesta, en la que unos borrachos exaltan la sidra, mientras entran en el chigre. Juan se queda a solas con La Pondala, confesando su dolor por el desamor de La Carmona, aunque ella pide que la olvide. La Carmona pasa cantando, descotada y provocativa, sin reparar en Juan que la mira embelesado. Juan le pregunta directamente a cual de los dos prefiere pero La Carmona se ríe y no contesta. Coquetea con otros mozos que la rondan, hasta que aparece El Pintu y todos salen huyendo. A solas ambos se confiesan con pasión su amor a pesar de las reticencias iniciales. En la despedida son sorprendidos por Pepa y La Pondala, aunque La Carmona niega que El Pintu sea su novio. Van saliendo todos del chigre y deciden improvisar unos cantos dedicados a sus amadas. El Pintu y Juan se enfrentan por La Carmona y se retan para pelearse en el campo, Juan sale para esperarle y El Pintu permanece en el chigre. Riverín temiendo alguna desgracia le sigue a cierta distancia para protegerle. Se oyen dos disparos ante la sorpresa de todos; El Pintu sonríe con malicia.
Acto II
Cuadro primero. En el interior del chigre, La Pondala, Pepa y La Felipona comentan el incidente, en el que Riverín disparó para defender a Juan hiriendo al Felgorosu. Juan, que ha sido herido, canta con tristeza su situación, ya que continúa enamorado de La Carmona sin ser respondido. Entra ésta para preocuparse por su estado de salud, reavivando las esperanzas de Juan con palabras ambiguas aunque termina burlándose de él según su costumbre. En otra escena, las dos hermanas, La Pondala y Pepa, cierran el chigre y echan de allí a algunos mozos. Llaman por la puerta de la cuadra y resulta ser Riverín que se ha escapado de la enfermería de la cárcel donde estaba gracias a la influencia de Don Román. Llegan Don Román, Cachano que toman unos vinos mientras hablan de sus hazañas toreras de juventud. Se dan cuenta de los nervios de las dos mujeres y finalmente se enteran de que Riverín se ha escapado de la cárcel para ver a su mujer. Don Román se enfada por las consecuencias que esto pudiera traerle y se compromete a llevarle de vuelta a la cárcel de madrugada antes de que nadie le vea en la aldea.
Cuadro segundo. Han pasado cuatro meses desde el incidente pero Don Román y Cachano consideran que Juan sigue corriendo peligro ya que sospecha que el instigador fue El Pintu. La Carmona sigue jugando con los dos. Cachano se va en busca de Juan y en ese momento Pepa aprovecha para hablar con Don Román ya que no se encuentra bien. Don Román confirma que está embarazada y se ofrece como padrino si fuera necesario. Entra El Pintu en el chigre con la arrogancia acostumbrada pero ni La Pondala ni Cachano le reciben con gusto. Mencionan entre ironías veladas quién pudo ser el que hirió a Juan. El Pintu quiere anunciar, valentón, su boda con La Carmona al cabo de una semana. Se reúnen los mozos y mozas del pueblo con Juan y cantan al son de una gaita. En medio de la fiesta aparece un mozo anunciando que han matado al Pintu con su hoz, Juan niega su culpabilidad y Cachano señala que fue la Providencia.
Acto III
Meses después, Felipona y otras mozas comentan el nacimiento del hijo de Pepa, concebido mientras su marido Riverín estaba en la cárcel ya que nadie conoce su fuga de aquella noche. Intentan sacarle parecidos a la criatura con Don Román o con Cachano. Pasa por allí Don Román que les recrimina su actitud y sus habladurías sin fundamento. Riverín, que ha vuelto a la aldea indultado del resto de su pena, se mofa de las murmuraciones. Mientras toma unas sidras con Cachano y Don Román, contesta a todos con su habitual desenfado. En la aldea aún se siguen preguntando quién pudo ser el asesino de El Pintu. La Carmona expresa con soberbia a Felipona su intención de casarse con Juan, mientras se vanagloria de traer locos a los hombres. Pero tras la muerte de El Pintu, los hombres de la aldea huyen de ella y la desprecian, Juan incluido. Gracias a las intrigas de Don Román y Riverín convencen a Juan y La Pondala para que se declaren su amor y concierte su boda. Según se anuncia el compromiso, se cruza La Carmona dice que se va para siempre de la aldea, alejándose vencida.
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