El potosí submarino
El potosí submarino (Viaje al fondo del mar), Zarzuela cómica fantástica de gran espectáculo en tres actos se estrenó en el Teatro de los Bufos Arderius (Circo) de
Madrid, el día 29 de Diciembre de 1870. Su libretista, Rafael García Santisteban. Música de Emilio Arrieta.
Acto I
El doctor Misisipí, timador profesional y fundador de "El potosí submarino" -falsa sociedad de crédito, "exploradora de los tesoros del mar", que le permitirá hacerse rico-, ha sido acogido en su domicilio, por el cervecero inglés Pale-Ale; éste pretende que el "honesto" doctor se case con su hija Celia, pero ella ama en secreto a un grumete llamado Cardona, que le corresponde. Misisipí trata de convencer a los posibles accionistas de que ha averiguado las coordenadas exactas de un antiguo galeón naufragado, cargado de tesoros; si invierten en su sociedad conseguirán recuperar de nuevo su dinero y hacerse ricos. Esa misma tarde tendrá lugar en casa del cervecero el meeting de los accionistas que tras pelearse por comprar el mayor número de acciones, han decidido trasladarse al mar en un tren gratuito que pone el ferrocarril del norte, para ver en acción el invento "acuático-pulmonar" que va a permitir a Misisipí ser el primer hombre anfibio de la historia. Llega Cardona y su novia le cuenta las intenciones de su padre de casarla con Misisipí, el joven le promete seguir al pícaro para descubrirlo, haciéndole creer que es un náufrago del Pirata, nombre del falso galeón inventado por el pícaro. El acto concluye con una fiesta, regada por litros de cerveza, para celebrar el triunfo del proyecto.
Acto II
Siguiendo a Misisipí, Cardona ha llegado al fondo del mar. El grumete se cree muerto, mientras un coro de anfibias trata de convencerle de que está vivo, ofreciéndole todo tipo de "mimos". Aparece en escena el afeminado Príncipe Escamón, que viene a recibir a Cardona y Misisipí, tras haber conocido su llegada gracias al cable trasatlántico. Llega a escena Perlina -pareja del Príncipe-, con toda su corte de coralinas, caracolinas y anfibias; pronto se siente atraída por Cardona, pero éste le confiesa que ama a Celia y le será fiel. Misisipí reaparece en escena y se encuentra con Perlina y Coralina, que le obligan a elegir como novia a una de ellas en un gracioso número. El doctor decide echar a suertes la elección y cuando resulta Perlina la elegida, aparecen en escena los alabarderos de Escamón, decididos a apresar al villano, que se libra gracias a la intervención de Perlina. Tras las pertinentes disculpas, el doctor embauca también al Príncipe ganado su confianza, para saber como es posible volver a tierra firme. Escamón, que aburrido de la vida "marítima", desea también partir, confiesa que el sistema más rápido consiste en esperar junto al cable telegráfico a que sea reparado por los grumetes de la marina, aprovechando el tirón de éstos para ascender; Escamón y Misisipí deciden en secreto partir esa misma tarde. Cardona regresa a escena para asistir al desfile de orfeones, apoteosis final del segundo acto, que celebra el aniversario del cable submarino. Misisipí se da cuenta de que el cable se mueve, enganchándose a él con Escamón, mientras recita frases de despedida al fondo del mar. Perlina, Coralina y el coro de anfibias -a quienes Misisipí ha vendido acciones de otra nueva sociedad salinera-, montan en cólera y juran subir a tierra para vengarse.
Acto III
La inauguración de la quinta de recreo del Conde de Gruyer -nuevo nombre de Misisipí- ha reunido gran cantidad de gente, entre los que se encuentran las velocipedistas Perlina, Coralina, Caracolina y Celia; aparece en escena Cardona quien, tras saludar a las cuatro socias, comenta la inmensa difusión social alcanzada por el velocípedo. El grumete cuenta a Celia y Perlina que la prensa ha publicado la convocatoria de junta de accionistas de "El potosí submarino" ese mismo día 16 de septiembre, por lo que espera la llegada de los inversores timados que, como ellos, desean vengarse de Misisipí. El sonido de una nueva marcha orquestal anuncia la llegada del Conde -Misisipí- y Escamón, que se ha convertido en su ayuda de cámara. Ambos aparecen vestidos a la usanza deciochesca, de manera cursi y afectada, y celebran su suerte al poder vivir a cuenta de los pobres accionistas a los que el doctor ha timado. La llegada de Pale-Ale y Celia desconcierta al pícaro que se creía a salvo y, tratando de controlar la situación, les propone conocer su palacio. Escamón, que se ha quedado solo en escena, se arrepiente de haber seguido al pícaro Misisipí, pero cuando ha decidido regresar al mar se encuentra a una velocipedista que resulta ser Perlina. Llegan los accionistas, cargados con garrotes, reclamando justicia; han decidido ahorcar al bribón y, tras leer un cartel que anuncia el "gran tren de recreo, el Vengador, billete de ida y vuelta a Nueva York, donde vamos a ahorcar al director", suben todos al ferrocarril que aparece en escena, mientras suena la marcha final -repetición de la marcha Nº 14-. La exclamación de Cardona "Cuando se hará esto en España...", cierra la zarzuela.
Acto I
El doctor Misisipí, timador profesional y fundador de "El potosí submarino" -falsa sociedad de crédito, "exploradora de los tesoros del mar", que le permitirá hacerse rico-, ha sido acogido en su domicilio, por el cervecero inglés Pale-Ale; éste pretende que el "honesto" doctor se case con su hija Celia, pero ella ama en secreto a un grumete llamado Cardona, que le corresponde. Misisipí trata de convencer a los posibles accionistas de que ha averiguado las coordenadas exactas de un antiguo galeón naufragado, cargado de tesoros; si invierten en su sociedad conseguirán recuperar de nuevo su dinero y hacerse ricos. Esa misma tarde tendrá lugar en casa del cervecero el meeting de los accionistas que tras pelearse por comprar el mayor número de acciones, han decidido trasladarse al mar en un tren gratuito que pone el ferrocarril del norte, para ver en acción el invento "acuático-pulmonar" que va a permitir a Misisipí ser el primer hombre anfibio de la historia. Llega Cardona y su novia le cuenta las intenciones de su padre de casarla con Misisipí, el joven le promete seguir al pícaro para descubrirlo, haciéndole creer que es un náufrago del Pirata, nombre del falso galeón inventado por el pícaro. El acto concluye con una fiesta, regada por litros de cerveza, para celebrar el triunfo del proyecto.
Acto II
Siguiendo a Misisipí, Cardona ha llegado al fondo del mar. El grumete se cree muerto, mientras un coro de anfibias trata de convencerle de que está vivo, ofreciéndole todo tipo de "mimos". Aparece en escena el afeminado Príncipe Escamón, que viene a recibir a Cardona y Misisipí, tras haber conocido su llegada gracias al cable trasatlántico. Llega a escena Perlina -pareja del Príncipe-, con toda su corte de coralinas, caracolinas y anfibias; pronto se siente atraída por Cardona, pero éste le confiesa que ama a Celia y le será fiel. Misisipí reaparece en escena y se encuentra con Perlina y Coralina, que le obligan a elegir como novia a una de ellas en un gracioso número. El doctor decide echar a suertes la elección y cuando resulta Perlina la elegida, aparecen en escena los alabarderos de Escamón, decididos a apresar al villano, que se libra gracias a la intervención de Perlina. Tras las pertinentes disculpas, el doctor embauca también al Príncipe ganado su confianza, para saber como es posible volver a tierra firme. Escamón, que aburrido de la vida "marítima", desea también partir, confiesa que el sistema más rápido consiste en esperar junto al cable telegráfico a que sea reparado por los grumetes de la marina, aprovechando el tirón de éstos para ascender; Escamón y Misisipí deciden en secreto partir esa misma tarde. Cardona regresa a escena para asistir al desfile de orfeones, apoteosis final del segundo acto, que celebra el aniversario del cable submarino. Misisipí se da cuenta de que el cable se mueve, enganchándose a él con Escamón, mientras recita frases de despedida al fondo del mar. Perlina, Coralina y el coro de anfibias -a quienes Misisipí ha vendido acciones de otra nueva sociedad salinera-, montan en cólera y juran subir a tierra para vengarse.
Acto III
La inauguración de la quinta de recreo del Conde de Gruyer -nuevo nombre de Misisipí- ha reunido gran cantidad de gente, entre los que se encuentran las velocipedistas Perlina, Coralina, Caracolina y Celia; aparece en escena Cardona quien, tras saludar a las cuatro socias, comenta la inmensa difusión social alcanzada por el velocípedo. El grumete cuenta a Celia y Perlina que la prensa ha publicado la convocatoria de junta de accionistas de "El potosí submarino" ese mismo día 16 de septiembre, por lo que espera la llegada de los inversores timados que, como ellos, desean vengarse de Misisipí. El sonido de una nueva marcha orquestal anuncia la llegada del Conde -Misisipí- y Escamón, que se ha convertido en su ayuda de cámara. Ambos aparecen vestidos a la usanza deciochesca, de manera cursi y afectada, y celebran su suerte al poder vivir a cuenta de los pobres accionistas a los que el doctor ha timado. La llegada de Pale-Ale y Celia desconcierta al pícaro que se creía a salvo y, tratando de controlar la situación, les propone conocer su palacio. Escamón, que se ha quedado solo en escena, se arrepiente de haber seguido al pícaro Misisipí, pero cuando ha decidido regresar al mar se encuentra a una velocipedista que resulta ser Perlina. Llegan los accionistas, cargados con garrotes, reclamando justicia; han decidido ahorcar al bribón y, tras leer un cartel que anuncia el "gran tren de recreo, el Vengador, billete de ida y vuelta a Nueva York, donde vamos a ahorcar al director", suben todos al ferrocarril que aparece en escena, mientras suena la marcha final -repetición de la marcha Nº 14-. La exclamación de Cardona "Cuando se hará esto en España...", cierra la zarzuela.
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