El relámpago
El relámpago, Zarzuela en tres actos se estrenó en el Teatro de la Zarzuela de
Madrid, el día 15 de Octubre de 1857. Su libretista, Francisco Camprodón. Música de Francisco Asenjo Barbieri.
Acto I
Se abre la escena con dos muchachas, Clara y Enriqueta paseando por el jardín y el coro de negros cantando. Ambas comentan entre sí que su tío, médico afamado y hombre rico que las tiene tuteladas, desea casarlas pronto. La mayor, Clara, se ha quedado viuda muy joven. Aparece Jorge, joven gallego, sobrino también del mismo tío al que éste ha mandado llamar para que despose a una de las sobrinas; ambas se empeñan en convencerle de que se case con la otra; él, que es un poco bobalicón, cree que ambas le desean como marido y se siente halagado. Las dos muchachas se retiran. Clara prepara su partida porque no es partidaria del campo. Aparece un nuevo caballero, León; es oficial de la marina y están atracados en la isla, ocasión que él ha aprovechado para saltar a tierra donde paseando se ha encontrado con la hermosa plantación. Jorge le acoge con simpatía y le invita a tomar algo con él. Ambos se enzarzan en una conversación sobre el amor en la que el oficial confiesa que sus únicos amores han sido su madre y el mar. Cuando León se va comienza a presagiarse una tempestad, Jorge se queda dormido y es despertado por un violento trueno, mira hacia la playa y ve a su prima Enriqueta y a los negros de la plantación tratando de socorrer al marino que está tendido en el suelo. Cuando éste vuelve en sí se da cuenta de que ha sido cegado por un rayo y no puede ver, es conducido a la casa donde Enriqueta se encarga de sus cuidados.
Acto II
El oficial de marina permanece en la plantación recibiendo los amorosos cuidados de Enriqueta a la que solamente distingue por su voz, y de su tío que se ha encargado de su curación y espera que pronto pueda recuperar la vista. Llega Clara de la ciudad a visitarles, Enriqueta la sale a recibir y le cuenta cómo se siente su corazón desde que está allí el oficial de marina y su hermana advierte que se ha enamorado de él. Jorge le confiesa a su vez a Clara que en su ausencia se ha enamorado de Enriqueta. También la ponen al corriente de que esa misma noche el tío tiene previsto quitarle la venda al ciego al que ha realizado una operación y cree que podrá ver. El tío también ha advertido los sentimientos de Enriqueta y le da largas al primo que quiere desposarse con ella. Al llegar la noche, cuando el oficial se quita la venda y ve de nuevo, se encuentra de frente con la bella cara de Clara y cree que ella es la que le ha estado cuidando.
Acto III
Enriqueta se siente herida con la confusión y decide desaparecer de la finca no sin antes haber dejado una carta en la que dice que no regresará hasta que Clara y el oficial se hayan casado. Se ha tramado un ardid para que Enriqueta regrese: decirle que se han casado aunque no es cierto. El tío está al tanto de todo, ella regresa y Jorge la informa de que Clara y el marino no son felices. Finalmente se deshace el enredo y ambos se confiesan su amor. Enriqueta se entera de que el matrimonio había sido fingido y Jorge que no sabía nada se ve desairado en sus expectativas de casarse con Enriqueta, pero Clara le hace saber que a ella no le disgusta la idea del matrimonio.
Acto I
Se abre la escena con dos muchachas, Clara y Enriqueta paseando por el jardín y el coro de negros cantando. Ambas comentan entre sí que su tío, médico afamado y hombre rico que las tiene tuteladas, desea casarlas pronto. La mayor, Clara, se ha quedado viuda muy joven. Aparece Jorge, joven gallego, sobrino también del mismo tío al que éste ha mandado llamar para que despose a una de las sobrinas; ambas se empeñan en convencerle de que se case con la otra; él, que es un poco bobalicón, cree que ambas le desean como marido y se siente halagado. Las dos muchachas se retiran. Clara prepara su partida porque no es partidaria del campo. Aparece un nuevo caballero, León; es oficial de la marina y están atracados en la isla, ocasión que él ha aprovechado para saltar a tierra donde paseando se ha encontrado con la hermosa plantación. Jorge le acoge con simpatía y le invita a tomar algo con él. Ambos se enzarzan en una conversación sobre el amor en la que el oficial confiesa que sus únicos amores han sido su madre y el mar. Cuando León se va comienza a presagiarse una tempestad, Jorge se queda dormido y es despertado por un violento trueno, mira hacia la playa y ve a su prima Enriqueta y a los negros de la plantación tratando de socorrer al marino que está tendido en el suelo. Cuando éste vuelve en sí se da cuenta de que ha sido cegado por un rayo y no puede ver, es conducido a la casa donde Enriqueta se encarga de sus cuidados.
Acto II
El oficial de marina permanece en la plantación recibiendo los amorosos cuidados de Enriqueta a la que solamente distingue por su voz, y de su tío que se ha encargado de su curación y espera que pronto pueda recuperar la vista. Llega Clara de la ciudad a visitarles, Enriqueta la sale a recibir y le cuenta cómo se siente su corazón desde que está allí el oficial de marina y su hermana advierte que se ha enamorado de él. Jorge le confiesa a su vez a Clara que en su ausencia se ha enamorado de Enriqueta. También la ponen al corriente de que esa misma noche el tío tiene previsto quitarle la venda al ciego al que ha realizado una operación y cree que podrá ver. El tío también ha advertido los sentimientos de Enriqueta y le da largas al primo que quiere desposarse con ella. Al llegar la noche, cuando el oficial se quita la venda y ve de nuevo, se encuentra de frente con la bella cara de Clara y cree que ella es la que le ha estado cuidando.
Acto III
Enriqueta se siente herida con la confusión y decide desaparecer de la finca no sin antes haber dejado una carta en la que dice que no regresará hasta que Clara y el oficial se hayan casado. Se ha tramado un ardid para que Enriqueta regrese: decirle que se han casado aunque no es cierto. El tío está al tanto de todo, ella regresa y Jorge la informa de que Clara y el marino no son felices. Finalmente se deshace el enredo y ambos se confiesan su amor. Enriqueta se entera de que el matrimonio había sido fingido y Jorge que no sabía nada se ve desairado en sus expectativas de casarse con Enriqueta, pero Clara le hace saber que a ella no le disgusta la idea del matrimonio.
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