LA CORTE DE FARAON:
Opereta
bíblica en un acto, dividido en cinco cuadros, en verso.
Libreto
Guillermo Perrín y Miguel de Palacios.
Música
de Vicente Lleó.
Se estrenó en el Teatro Eslava de Madrid, la noche del 21 de Enero
de 1910.
REPARTO (Estreno)
Lota
– Julia Fons.
La
Reina – Juanita Manso.
Raquel
– Soledad Alvarez.
Ra  / Sul – Carmen Andrés.
SEL
– Concepción Salvador.
Ta
– Enriqueta Blanch.
El
Gran Faraón – Ramón Peña.
José
– Antonio González.
El
General Putifar – Carlos Allen-Perkins.
El
Copero de su Majestad – Francisco Alarcón.
El
Gran Sacerdote – Luis Llaneza.
Ismael
– Manuel Rodríguez.
Selhá
– Emilio Stern.
Seti
– Lorenzo Velázquez.
Salech
– José Mariner.
Amón
– Antonio Castañé.
Ismaelitas.
Esclavas
egipcias.        
Coperos.
        
Esclavas
sirias.             
Visiones.
         
Guerreros.
      
Sacerdotes.
     
Sacerdotisas
de Isis.    
Pueblo
egipcio.            
Trompetas.
     
Comparsas.
    
Coro
general.   
ACTO UNICO
CUADRO I
¡Ritorna
vincitor!
Gran
plaza pública en Menfis, engalanada para una gran fiesta. Edificios
característicos de la época. A la derecha del actor, tribuna egipcia con dosel
para los Reyes. Sillones, alfombra, etcétera. A la izquierda, entrada y fachada
de un templo egipcio. Al fondo, y a lo lejos, obeliscos, estatuas, esfinges, etcétera,
y en último término las Pirámides. Libres las cajas y parte del fondo. Luz
rojiza de la tarde.
Escena I
Al
levantarse el telón aparecen El Gran Faraón y La Reina sentados bajo el dosel
de la tribuna. Dos Esclavas egipcias les espantan las moscas con abanicos de
plumas de colores. Cuatro Soldados egipcios (hombres) dan guardia de honor a la
tribuna regia. El Copero de su Majestad al pie del trono. Frente a la tribuna,
delante del templo y llenando la escena, Pueblo egipcio. Hombres y Mujeres, con
diversos y característicos trajes.
(Música)
 CORO           
¡Victoria,
victoria         
para
el triunfador,         
que
a Siria de Menfis   
las
armas llevó!            
¡Victoria,
victoria, 
laureles
y honor,           
y
Osiris proteja            
al
gran Faraón!            
EL
GRAN FARAON  
Gracias,
amado pueblo,           
los
víctores guardad,
hasta
que a Menfis llegue         
el
bravo general.          
CORO
           
¡Putifar,
Putifar!           
¡Gloria
a Putifar!          
EL
GRAN FARAON  
¡Gloria
a Putifar!
EL
COPERO DE SU MAJESTAD     
El
gran Sacerdote        
ya
viene hacia aquí,      
del
templo de Isis         
dejadle
salir.     
CORO
           
 (Arrodillados) 
¡Isis,
Isis! ¡Diosa,
da
tu protección           
al
pueblo de Egipto      
y
a su Faraón!  
(Empieza
a salir la comitiva del templo: Sacerdotes, Lota, Raquel, Esclavas y
Sacerdotisas)
EL
GRAN SACERDOTE       
La
casta doncella         
más
pura que el Loto
que
a orillas del Nilo    
ofrece
su flor    
el
templo abandona      
y
espera inocente         
del
bélico esposo
los
besos de amor.       
LA
REINA      
(A
Lota) 
Compañera
vas a ser   
del
valiente Putifar,       
que
triunfante   
en
cien batallas
ahora
a Menfis             
va
a llegar.       
CORO
           
¡Putifar!
¡Putifar!          
¡Gloria
a Putifar!          
LOTA
 
De
Tebas soy yo,
en
Tebas nací.  
La
Virgen de Tebas     
me
llaman a mí.            
CORO
           
Virgen
es,        
Virgen
es;
cuando
en Tebas lo dicen         
es
que en Tebas lo deben saber.          
LOTA
 
En
el templo de Isis      
purificada,
       
por
las aguas del Nilo
fresca
y bañada.           
EL
GRAN SACERDOTE       
Ya
veis que a la doncella          
de
pura frente   
no
le falta nada             
absolutamente.
RAQUEL
       
Del
noble guerrero       
la
esposa serás,            
tu
esclava, primero,      
plácemes
te da.            
TODOS
         
Del
noble guerrero
la
esposa serás,            
el
pueblo de Egipto      
plácemes
te da.            
En
el templo de Isis      
purificada,
por
las aguas del Nilo   
fresca
y bañada.           
UNO
  
(Hablado) 
¡Viva
Putifar!   
(Suenan
dentro las trompetas de las tropas que regresan)
¡¡¡Viva!!!!
TODOS
         
Ya
de las trompetas
escúchase
el son.         
Ya
llega el caudillo       
siempre
vencedor.        
EL
GRAN SACERDOTE       
¡Ritorna
vincitor!          
TODOS
         
¡Ritorna
vincitor!
¡Victoria,
victoria         
para
el vencedor,         
que
a Siria de Menfis   
las
armas llevó!            
(Aparecen
Guerreros con lanzas, trompetas, estandartes y banderas. El General Putifar con
el botín de guerra. Esclavas nubias. Selhá, Seti, Esclavos y Guerreros)
¡Victoria,
victoria,
laureles
y honor,           
y
Osiris proteja            
al
gran Faraón!            
EL
GRAN FARAON  
Mis
brazos te reciben,  
valiente
Putifar.
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Salud,
oh, soberanos,             
salud
en general!          
TODOS
         
¡Salud,
salud    
al
héroe de la guerra y la virtud!           
LA
REINA      
Esposa
te concedo
en
premio a tu valor.    
Hermosa
es la doncella,           
tesoro
de candor.         
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Horror!
SELHA
          
¡Horror!
SETI
   
¡Horror!
SELHA
y SETI 
¡Está
para doncellas el señor!
EL
GENERAL PUTIFAR       
Herido
vengo de la campaña,   
para
casarme no estoy muy bien,         
pero
lo ordena mi soberana,     
y
pues lo manda, me casaré.    
EL
GRAN SACERDOTE       
Aquí
está la doncella.
LOTA
 
¡Señor!
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Qué
hermosa es!
Maldita
la saeta...         
SELHA
y SETI           
¡Y
adónde a darle fue!             
EL
GRAN SACERDOTE       
El
templo nos espera.   
EL
GRAN FARAON  
Al
templo sin tardar;
después
de que te cases           
te
voy a coronar.          
(Márchanse
todos al templo, quedándose solos en escena Selhá y Seti)
ESCENA II
Selhá
y Seti.
(Hablado)
SETI
   
Selhá,
¿qué dices a esto?         
SELHA
          
Seti,
¿qué quieres que diga?     
SETI
   
¡Qué
lástima de doncella!
SELHA
          
¡Pobrecita!
SETI
   
¡Pobrecita!
SELHA
          
Pero,
¿cómo Putifar,    
teniendo
tan grave herida...      
después
de la operación...        
se
casa con esa niña?
SETI
   
Selhá,
que yo no lo entiendo.   
SELHA
          
Esto,
Seti, no se explica.          
SETI
   
Quizá
aguarde de los Dioses    
un
milagro.
SELHA
          
Es
infinita
de
los Dioses la grandeza.
Su
poder nos maravilla.            
Corta
en el campo un rosal      
y
si de dejarle cuidas    
una
o dos yemas, pues crece    
y
el milagro se realiza
de
verle en la primavera           
cuajado
de rosas lindas            
y
de capullos hermosos;           
pero
hay cosas en la vida         
que
se cortan y no salen
aunque
los Dioses lo digan.      
SETI
   
(Yendo
al fondo) 
¿Pero
quién llega?... Silencio.   
(Ruido
por el fondo)
SELHA
          
Unos
cuantos ismaelitas.          
ESCENA III
 Dichos, Ismael acompañado de dos Ismaelitas y
José por el fondo.
ISMAEL
        
¡Salud,
egipcios!
SELHA
y SETI           
¡Salud!
JOSE
  
Salud
y muy buenos días.
SELHA
          
¿Adónde
vais?
ISMAEL
        
Al
mercado.
A
vender...
SETI
   
¿Qué
mercancía?
ISMAEL
        
(Señalando
a José) 
Está
de venta este hebreo.       
Nos
lo vendió su familia.          
JOSE
  
Mis
hermanitos, que son
la
peor granujería         
de
toda Mesopotamia.             
Yo
no sé si por envidia            
de
ser más guapo que ellos      
o
porque todas las chicas
me
miraban al pasar     
de
un modo que me comían,    
aunque
yo no las miraba           
porque
bajaba la vista,             
porque
soy Casto de mío,
me
hicieron mil perrerías.         
Porque
le dije a mi padre         
lo
que los tunos hacían,            
que
era atracarse de fruta         
siempre
que a los campos iban,
y
porque en otra ocasión          
le
referí lo que había     
soñado
la noche antes,             
que
fue que, atando gavillas,     
las
suyas se doblegaban
levantándose
la mía...   
me
cogieron, me llevaron,        
me
dieron una paliza     
y
después en cueritatis,            
que
cualquiera se constipa,
me
echaron a una cisterna.       
Pasaron
los ismaelitas   
y
me vendieron, lo mismo         
que
si fuera una gallina,            
por
veinte siclos, que son
mal
contados y deprisa,           
pues
ciento cincuenta y siete     
reales
vellón en Castilla.           
SELHA
          
¡Pobre
mancebo!
SETI
   
(A
Ismael) 
¿Es
muy caro?
ISMAEL
        
Queremos
darle salida.
Por
treinta siclos se vende.       
JOSE
  
¿Soy
hombre o soy baratija?    
SELHA
          
Para
nosotros no es.    
Mas
quizás le convendría         
al
general Putifar,
como
pinche de cocina.           
JOSE
  
Bueno,
pues haré de pinche,    
que
eso ni corta ni pincha.        
SELHA
          
Se
oye rumor en el templo.      
SETI
   
Ya
sale la comitiva.
ESCENA IV
Dichos
y por su orden El Gran Faraón y La Reina. El General Putifar y Lota. Esclavas y
Raquel. El Copero de su Majestad y El Gran Sacerdote. Sacerdotisas, Guerreros y
Pueblo.
(Música)
TODOS
         
Ya
la ceremonia           
terminada
está.             
Ya
tiene señora            
el
gran Putifar.  
EL
GRAN FARAON  
Bienvenido,
bien
casado      
y
que sea para bien.     
LA
REINA      
Que
los Dioses te concedan     
larga
luna y mucha miel.           
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Señor!
LOTA
 
Excelsa
Reina,
mil
gracias.
LA
REINA      
No
hay de qué.
EL
GRAN SACERDOTE       
Osiris
dé a la esposa    
lo
que haya menester.   
TODOS
y CORO       
Osiris
dé a la esposa    
lo
que haya menester.
EL
COPERO DE SU MAJESTAD     
Señor,
marchemos.      
EL
GRAN FARAON  
Marchemos,
pues.       
TODOS
         
Que
los Dioses les concedan    
larga
luna y mucha miel.           
(Se
van todos menos Lota y El General Putifar)
EL
GENERAL PUTIFAR       
Salve,
Lota.
Salve,
Lota, pura y bella          
flor
galana,       
flor
galana de mi hogar.            
Tú
serás la reina           
de
mis amores,
mi
bien serás.   
Salve,
Lota, pura y bella          
flor
galana de mi hogar.            
LOTA
 
Noble
esposo, bravo y fuerte,  
yo
tu esposa fiel seré.
Yo
seré la hiedra amante          
que
tu tronco abrazaré.            
(Salen
Selhá y Seti)
SELHA
          
¡Señor!
EL
GENERAL PUTIFAR       
¿Por
qué me llamas
en
esta situación?         
SELHA
          
Porque
aquí se ha presentado
un
negocio de ocasión.             
Unos
ismaelitas            
venden
a un hebreo.     
SETI
   
Tiene
buena pinta.        
SELHA
          
Y
además no es feo.
SETI
   
Lo
dan muy barato.      
SELHA
          
Y
una ganga es.           
EL
GENERAL PUTIFAR       
Pues
venga y otro esclavo        
tendrá
mi mujer.           
(Salen
con José los Ismaelitas, Raquel y las Esclavas)
SELHA
y SETI           
Este
es el esclavo.
JOSE
  
Muy
buenas, señores.  
LOTA
 
El
joven que vimos       
en
paños menores.       
RAQUEL
       
El
de la cisterna.           
LOTA
 
El
mismo, Raquel.
RAQUEL
       
¡Es
él!
LOTA
 
¡Es
él!
LAS
DOS       
No
hay duda que es él.            
EL
GENERAL PUTIFAR       
Hecho
el trato. Me conviene.   
Este
esclavo es para ti.             
LOTA
 
Gracias
mil. Raquel, amiga,
¿por
qué otra vez le vi?            
EL
GENERAL PUTIFAR       
¿Cuál
es tu nombre?    
JOSE
  
José
me llamo.             
EL
GENERAL PUTIFAR       
Pues
bueno, Pepe,       
yo
soy tu amo.
Esclavas,
llevadla         
y
con suaves perfumes de Oriente        
perfumadla.
     
Tú,
José, con las esclavas.       
JOSE
  
¡Qué
vergüenza, yo no sé
entre
tantas, tú tan casto,          
qué
te va a pasar, José!           
RAQUEL
       
Te
aguarda, mi señora,             
la
cámara nupcial,        
y
a buscarte irá el esposo
que
tus brazos buscará.            
(Mutis
Lota, Raquel, José y Esclavas)
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Qué
situación!            
SELHA
y SETI           
Difícil
es.          
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Qué
va a decir!           
SELHA
          
Figúrate.
SETI
   
Temblando
estás,         
noble
señor.     
EL
GENERAL PUTIFAR       
Decís
verdad,   
temblando
estoy,          
mas
no soy un gallina.
Lo
dijo mi valor.          
SELHA
y SETI           
Pero
eres otra cosa      
mucho
peor.     
RAQUEL
       
(Dentro)
Te
aguarda, mi señora,             
la
cámara nupcial,
y
a buscarte irá el esposo         
que
tus brazos buscará.            
(Telón lento)
MUTACION
CUADRO II
La
capa de José.
Antecámara
nupcial en el palacio de El General Putifar. Puertas laterales y todo el fondo
abierto, figurando una terraza que da sobre las orillas del río Nilo, en cuyas
aguas riela la luna. Vegetación frondosa. En la estancia muebles de la época
riquísimos. Pieles, armas, tapices, pebeteros, etcétera.
ESCENA I
Aparece
Lota con traje blanco egipcio, sencillo, pero algo provocativo. Se halla echada
a la derecha sobre un estrado, con pieles y almohadones. Cuatro Esclavas
abanicándola. Otras encendiendo los pebeteros. Otras tocando arpas pequeñas. Raquel
pulsando también el arpa. Esclavas egipcias bailando en el centro de la escena,
al compás de los cantos de Raquel. Luego José, Ra, Sel y Ta, viudas egipcias.
(Música)
RAQUEL
       
La
luz de la luna           
se
quiebra en el Nilo.   
El
Ibis sagrado
los
aires cruzó.             
Azul
brilla el cielo,        
la
flor dio su aroma,     
la
brisa murmura          
canciones
de amor.
ESCLAVAS
y RAQUEL        
Danzad,
hijas del Nilo,             
danzad
al dulce son      
del
arpa que acompaña            
de
amores la canción.   
JOSE
  
Tres
viudas de Tebas
quieren
penetrar.          
LOTA
 
(Como
recitado) 
Franca
está la puerta,   
pueden
pasar.  
RAQUEL
       
Siempre
que en Egipto             
casa
una doncella,
vienen
tres viudas         
a
explicarle a ella          
las
obligaciones            
que
deben tener           
en
el matrimonio
marido
y mujer.            
VIUDAS
        
(Saliendo)
Salud
a la doncella       
hermosa
como el día.   
Que
Anubis te proteja  
y
Osiris te bendiga.
Al
pasar de soltera a casada    
necesitas
de preparación;         
óyenos,
porque somos viudas  
y
sabemos nuestra obligación.  
Es
muy duro
y
molesto, yo te lo aseguro,      
y
muy pronto,   
y
muy pronto lo vas a saber,    
el
derecho, el derecho,             
el
derecho que tiene el marido
sobre
su mujer.            
Al
marido después de la boda,             
nada,
nada se debe negar,        
pues
con él en la casa entra toda,         
pero
toda su autoridad.
Y
aunque llanto,           
aunque
llanto al principio te cueste       
que
él te trate,  
que
él te trate con mucha dureza,         
si
le sabes seguir la corriente,
pues
al fin bajará la cabeza.      
Sé
hacendosa,  
primorosa,
      
dale
gusto        
siempre
cariñosa.
Muévete
         
para
que          
lo
que pida       
dispuesto
ya esté.         
Cuídalo,
mímalo,
           
no
le digas a nada        
que
no.            
Y
con estas ligeras nociones     
de
moral que te damos aquí,
tú
verás cómo te las compones            
para
hacer a tu esposo feliz.     
TODAS
          
(Menos
Lota) 
Sé
hacendosa,  
primorosa,
      
dale
gusto
siempre
cariñosa.         
Muévete
         
para
que          
lo
que pida       
dispuesto
ya esté.
VIUDAS
        
Cuídalo,
          
mímalo,
           
no
le digas a nada        
que
no.            
LOTA
 
¿No?
VIUDAS
        
No.
     
(Hablado)
LOTA
 
Seguiré
vuestros consejos,       
que
no he de olvidarlos nunca.             
RA
      
La
práctica enseña mucho        
y
nada se nos oculta,
pues
del matrimonio somos      
tres
veteranas viudas.   
SEL
    
Verás
cómo el matrimonio       
no
es ninguna ciencia infusa.     
LOTA
 
Pues
yo de él tengo formada
una
idea tan obscura,   
que
todos mis pensamientos     
son
misterios y son dudas.        
TA
      
Es
porque ahora ves el cielo     
lleno
de nubes y brumas
y
no puedes ver sus astros       
de
refulgente hermosura.          
RA
      
Mas
ya verás las estrellas         
en
cuanto salga la luna  
y
rompa el tenue celaje
que
el cielo de amor te oculta,  
y
una vez roto, verás    
que
todo es luz y ventura.         
RAQUEL
       
¡Cómo
saben! ¡Qué bien hablan!         
¡Qué
experiencia tan profunda!
LOTA
 
¿Vosotras
lo sabéis todo?        
LAS
TRES      
Pero
todo.
LOTA
 
Ya
segura
miro
mi felicidad.          
RA
      
¡Que
el Ibis te dé una luna        
de
miel eterna!
SEL
    
¡Que
Osiris
haga
no se canse nunca            
tu
esposo!
TA
      
¡Que
el Dios sagrado
os
dé fuerzas en la lucha           
de
la vida!
EL
GENERAL PUTIFAR       
(Dentro)
¡Pepe!
LOTA
 
(Asustada)
¿Quién?
RAQUEL
       
Es
tu esposo, que te busca.
ESCENA II
Dichos
y El General Putifar.
RA
      
Y
armado de todas armas.       
EL
GENERAL PUTIFAR       
(A
las Viudas) 
¿Quiénes
sois?
RA
      
Las
tres viudas
de
costumbre, general.             
EL
GENERAL PUTIFAR       
(Aparte)
Me
partieron.
LAS
TRES      
Que
su ayuda
te
den los Dioses.
(Saludan
y vanse) 
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Adiós!
RAQUEL
       
Envidiamos
tu ventura.             
(Vase
con las Esclavas) 
ESCENA III
Lota,
El General Putifar y José.
EL
GENERAL PUTIFAR       
Dulce
Lota... ¡Esposa mía!       
LOTA
 
Putifar...
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Mi
bien!
JOSE
  
(Aparte)
¡Caramba!
(Alto)
¿Necesita
algo el señor?          
EL
GENERAL PUTIFAR       
Desármame.
JOSE
  
¿Yo?
EL
GENERAL PUTIFAR       
¿Qué
tardas?
JOSE
  
Pensé
que no iba conmigo.       
EL
GENERAL PUTIFAR       
Que
me quites estas armas.      
JOSE
  
Allá
voy...
(Aparte)
¡Qué
prisa trae!
(Le
quita las armas, etcétera) 
LOTA
 
(Al
fondo) 
Ya
la luna se levanta,    
pronto
romperá el celaje
su
puro rayo de plata.  
JOSE
  
Ya
está. ¿Me retiro?
EL
GENERAL PUTIFAR       
Claro.
JOSE
  
¿Vas
a tomar algo?
EL
GENERAL PUTIFAR       
Nada.
JOSE
  
Bueno.
Pues muy buenas noches.         
Que
ustedes descansen.
EL
GENERAL PUTIFAR       
Gracias.
(Saluda
José y vase)
ESCENA IV
Lota
y El General Putifar.
LOTA
 
(Pausa.
Sentándose en el estrado) 
¡Hermosa
noche!
EL
GENERAL PUTIFAR       
(De
pie y paseándose) 
¡Magnífica!
LOTA
 
No
hace ni calor ni nada.         
EL
GENERAL PUTIFAR       
(Aparte)
¿Con
qué entretengo yo a ésta             
hasta
que toquen diana?           
LOTA
 
¿No
te sientas, Putifar?
EL
GENERAL PUTIFAR       
El
que venció en cien batallas   
sobre
su potro de guerra          
y
a pie, cuando le faltaba...       
no
necesita sentarse.    
Un
guerrero no se cansa.
LOTA
 
Que
eres fuerte y vigoroso       
tu
gallardía declara.      
EL
GENERAL PUTIFAR       
Mis
conquistas bien lo dicen,    
bien
lo pregona mi fama.          
LOTA
 
¿Conquistas
de amor?...
EL
GENERAL PUTIFAR       
De
guerra.
Te
contaré mis hazañas,           
que
son muchas.
LOTA
 
Como
gustes.
Pero
no serán muy largas,        
¿no
es verdad?
EL
GENERAL PUTIFAR       
No.
Regulares.
LOTA
 
(Como
resignada) 
Entonces
bueno.
EL
GENERAL PUTIFAR       
(Se
escama)
Yo
en la Siria por asalto           
solo
no más con mi lanza          
entré
en una ciudadela,             
donde
estaban encerradas        
mil
doncellas muy hermosas.
Los
hombres que las guardaban           
eran
muchos, pero pronto        
a
mi empuje y mi arrogancia     
cayeron.
LOTA
 
¿Y
las doncellas?
EL
GENERAL PUTIFAR       
Me
las traje para casa,
las
bañaron en el Nilo   
y
las hice mis esclavas.             
Unas
cuantas regalé,    
me
quedé con otras cuantas     
y,
aunque soy duro en la guerra,
soy
muy blando con las damas.            
Quedé
como un caballero        
en
aquellas circunstancias.        
LOTA
 
Pero
ven, ven a mi lado.           
EL
GENERAL PUTIFAR       
Voy.
(Se
sienta) 
LOTA
 
¿No
me miras?
EL
GENERAL PUTIFAR       
Estaba
recordando
lo que hice            
allá
en la Mesopotamia.           
LOTA
 
Tú
no haces más que contarme            
hazañas
y más hazañas,            
y
mi corazón espera
de
ti amorosas palabras.          
EL
GENERAL PUTIFAR       
¿Palabras
dices?... Pues oye...             
Mi
corazón y mi espada,          
mis
laureles y mi nombre,         
todo
lo pongo a tus plantas.
Lo
poco que tengo... es tuyo.   
LOTA
 
No
será tan poco...
EL
GENERAL PUTIFAR       
(Aparte)
Vaya.
Aquí
la conversación    
es
lo que hace menos falta...     
Y
ese Selhá, que no viene...
y
Seti, que no me llama,           
y
estoy haciendo un papel...     
LOTA
 
(Muy
cariñosa) 
¿Qué
te ocurre?... ¿Qué te pasa?         
¿Te
pones malo?... ¿Qué tienes?...       
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Mujer!...
Que no tengo nada,
¿cómo
lo voy a decir?  
LOTA
 
¡Putifar!...
EL
GENERAL PUTIFAR       
¿Qué?
LOTA
 
No
me amas.
Yo
no sé qué noto en ti.           
No
arde en tus ojos la llama     
del
amor... Tú no me quieres.
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡No
me digas eso!... ¡Calla!     
¿Que
no te quiero?... ¿Por qué?          
¡Sí
que te quiero, mi alma!       
Y
dice que no la quiero...         
¿No
he de quererte... serrana?
LOTA
 
Así
le gustas, así,          
a
tu esposa enamorada.           
(Ciñéndole
con los brazos) 
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Dioses,
haced un milagro!       
(Suenan
dentro clarines tocando diana)
LOTA
 
¿Cómo?
EL
GENERAL PUTIFAR       
(Separándose
de Lota rápidamente y levantándose) 
¡Por
fin! ¡La diana!
(Empieza
a clarear)
LOTA
 
¿Qué
es eso, mi bien querido?
EL
GENERAL PUTIFAR       
Son
las tropas que me llaman.  
Tengo
que partir, mi bien,        
dispensa
si te hago falta.           
Lo
siento... pero me marcho.   
LOTA
 
¡No
te vayas!... ¡No te vayas!...
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡No
hay más remedio!... Me voy,        
me
lo ordena la ordenanza.      
ESCENA V
Dichos,
Selhá y Seti.
SELHA
          
¡Señor!...
Tu caballo espera.    
SETI
   
¡Señor!...
Tus tropas te aguardan.        
EL
GENERAL PUTIFAR       
¿Lo
ves? Me están esperando.
LOTA
 
 (Cae sobre los almohadones del estrado) 
¡Y
yo estoy desesperada!        
EL
GENERAL PUTIFAR       
(A
Selhá y Seti) 
¡Maldita
aquella saeta!             
SELHA
          
¡Tiró
a dar el que tiraba!          
(Vase
El General Putifar)
SETI
   
¡Bonita
noche de bodas!          
SELHA
          
¡Era
cosa descontada!
(Vanse
los dos)
LOTA
 
Ya
amanece, y por Oriente      
se
tiñe el cielo de grana.           
Nunca
pensé que la aurora       
me
cogiese levantada.  
ESCENA VI
 Lota y José.
JOSE
  
Fue
al campamento el señor
y
me mandó que viniera           
y
compañía te hiciera    
porque
no pases temor            
estando
sola.
LOTA
 
José,
pues
lo mandó mi marido,
y
a acompañarme has venido,  
pues
entretenme.
JOSE
  
¿Con
qué?
¿Con
unos cuentos?... Por cientos       
los
sabe José, señora.  
LOTA
 
No
quiero cuentos ahora.
Todos
me vienen con cuentos.             
JOSE
  
Pues
la señora dirá       
cómo
quiere entretenerse,        
sobre
qué quiere que verse      
lo
que hablemos.
LOTA
 
Ven
acá.
Siéntate,
José, a mi lado.          
JOSE
  
Pero...
LOTA
 
Yo
te lo permito.
JOSE
  
¿Y
si viene el señorito?            
LOTA
 
No
viene, si está ocupado.       
JOSE
  
(Sentándose)
Bueno,
pues ya estoy aquí.
LOTA
 
Más
cerca.
JOSE
  
¡Dios
de Israel!
LOTA
 
Yo
con mi esclava Raquel        
hace
tiempo que te vi.  
JOSE
  
¿En
dónde?
LOTA
 
Pues
en Harán...
De
una cisterna salías.
JOSE
  
¡Ay!...
Entonces me verías       
vistiendo
el traje de Adán.        
¡Qué
vergüenza!
LOTA
 
A
mí me dio
también
en aquel instante,         
porque
me fijé bastante,
mas
luego se me pasó.             
JOSE
  
Claro.
LOTA
 
Y
di, joven hebreo,
aunque
esté mal preguntado,    
¿eres
muy enamorado?            
JOSE
  
¿Yo
señora?... Eso es muy feo.
LOTA
 
¡Qué
tontería!... ¿Por qué?...   
JOSE
  
Ruborizándome
estás,  
porque
no sé si sabrás  
que
soy el casto José.  
(Música)
JOSE
  
Yo
soy el casto, yo soy el casto,
yo
soy el casto, casto José.      
Pastor
he sido y entre rebaños             
desde
pequeño pastoreé.         
LOTA
 
¿Y
en la montaña como en el prado     
no
turbó nunca tu soledad
ni
un pensamiento de enamorado         
que
te dijera debes amar?        
JOSE
  
Yo
tocaba la flauta       
y
el caramillo    
y
a mi lado triscaban
los
cabritillos.   
No
pensaba en amores            
por
ser pecado            
y,
además, porque estaba        
muy
ocupado
en
que no se me fuera  
ni
un corderito  
y
no se me perdiera      
el
pobrecito.     
LOTA
 
¡Qué
inocencia tan hermosa!
No
se encuentra un hombre así.           
Un
mancebo tan honesto          
yo
quisiera para mí.      
JOSE
  
¿Para
ti?
LOTA
 
Para
mí.
Porque
yo, como tú, soy así.
Ven,
José.        
Ven
acá.          
Qué
es amor    
yo
te voy a explicar.     
Porque
creo
que
el amor debe ser cosa rica.            
¡Ay!
¡Hebreo!  
Debe
ser un bichito que pica.   
Un
bichito que da un hormigueo           
sin
saber en el sitio en que está
y
que enciende en el alma un deseo      
que
fatigas de muerte nos da.   
JOSE
  
Yo
no sé          
qué
será,          
de
estas cosas
estoy
en la a.    
Por
favor,        
sí,
señor,          
no
te acerques,            
porque
hace calor.
LOTA
 
Déjame
que te diga dulces palabras.    
Déjame
que te ciña con dulces lazos.   
Déjame
que en tus ojos mis ojos mire  
y
de amor la cadena formen mis brazos.           
JOSE
  
Déjame
por Osiris, porque me azoras,
déjame
por el Ibis y por Anubis;          
el
amor que me pides en vano imploras.           
Déjame
y no me hagas entrar por uvis.             
LOTA
 
Ven,
José,        
quiero
yo.
JOSE
  
No
me cojas la capa,   
que
no.            
LOTA
 
Ven,
José,        
ven
acá,           
que
la flor misteriosa del Loto
para
ti será.      
JOSE
  
Quítate,
           
déjame,
           
no
me cojas la capa     
otra
vez.
LOTA
 
¡Pepito!
          
JOSE
  
¡Chitito!
          
Déjame,
déjame, déjame.        
LOTA
 
¿Por
qué?        
JOSE
  
Porque
yo soy el casto, yo soy el casto,
yo
soy el casto, casto José.      
(Hablado)
LOTA
 
¿Cómo
tu pecho desdeña        
esta
amorosa pasión?   
O
no tienes corazón     
o
será de bronce o peña.
JOSE
  
(Aparte)
Y
como guapa es muy guapa.  
LOTA
 
(Tirándole
de la capa) 
¿Qué
es lo que dices, José?     
JOSE
  
Pues
digo señora... que            
no
me tires de la capa.             
LOTA
 
Si
es que detenerte quiero.
JOSE
  
¿De
veras?... Ya lo entendí.     
(Medio
mutis) 
Vuelvo...
LOTA
 
(Agarrándose
a la capa) 
José,
ven aquí,
porque
si te vas me muero.      
JOSE
  
¡Suelta!
LOTA
 
¡No!
No he de soltar.
¡Que
no!
JOSE
  
¡Que
sí!
LOTA
 
¡Que
no!
JOSE
  
Quita.
(Dando
la vuelta y abandonando la capa en manos de Lota)
Ahí
te queda la capita...           
¡Socorro!...
(Sale
corriendo) 
LOTA
 
(Con
la capa en sus manos) 
¡Me
he de vengar!
¡Esclavos!...
¡A mí, favor!...     
ESCENA VII
Lota,
Selhá, Seti, Raquel y cuatro Esclavos.
SETI
y SELHA           
¡Señora!
RAQUEL
       
¿Qué
ha sucedido?
LOTA
 
Que
aquí un esclavo atrevido
atentó
contra mi honor.            
Con
el infame luché,     
pero
el infame se escapa,         
dejándome
aquí su capa.          
(Mostrándola
a todos) 
TODOS
         
¡Oh!...
¡La capa de José!
LOTA
 
Sí...
Prendedle sin tardar          
y
que pague con la vida.           
¡Pronto!
Lo manda ofendida    
la
mujer de Putifar.       
(Toma
una actitud de figura bíblica. Música y cuadro) 
MUTACION
CUADRO III
De
capa caída.
Estancia
regia del palacio de El Gran Faraón. En el fondo de esta estancia, un hueco en
medio punto y cuadrilongo, donde va un lecho de la época, cubierto con tapices
y pieles. A ambos lados de este hueco, dos grandes pebeteros egipcios. El lecho
estará sobre una grada de un peldaño. Esta grada la cubrirá un rico tapiz, que
baja hasta el centro de la escena. En los dos ángulos del fondo de esta
decoración, dos estatuas egipcias de mármol negro. A la derecha, gran ventanal,
que se supone da a los jardines del palacio, por donde entrará luz del día, que
contrastará con la artificial de una lámpara egipcia que pende del techo de la
estancia. A la izquierda, dos grandes puertas practicables. Todos los detalles
arquitectónicos y de mobiliario a gusto del pintor.
ESCENA I
El
Gran Faraón, tendido en el lecho, y a su lado de pie y escanciándole en una
copa, con un ánfora, La Reina. Sobre el tapiz del centro y en actitudes
artísticas mujeres con trajes egipcios de hombre. Coperos del rey con ánforas y
vasos.
(Música)
LA
REINA      
Bebe,
bebe, mi señor,
del
rico vino de Antía,  
bebe
y reposa, que ya  
amanece
el nuevo día.  
COPEROS
     
Bebe
el vino sabroso,   
vino
rico y dorado
que
en tus regios lagares          
pisó
el esclavo.            
LA
REINA      
Si
quieres, mi dueño,    
que
arrullen tu sueño    
de
Nínive bella
canciones
de amor,      
hermosas
mujeres        
que
brindan placeres    
vendrán
a cantarte        
su
dulce canción.
ESCENA II
Sul
(mujer), Salech, Amón y Coro de señoras. Visten trajes de bohemios babilónicos.
Llevan unos panderos triangulares con campanillas.
(Música)
SUL,
SALECH, AMON y BOHEMIOS        
De
Nínive, do reina Sardanápalo,        
venimos
hoy aquí,        
y
al son de sus canciones melancólicas             
cruzamos
el país;          
al
aire resonando nuestros címbalos
a
Menfis, la inmortal,    
llegamos
los cantores babilónicos         
tras
largo caminar.        
Andando,
        
llevando
do
quier           
nuestra
canción.           
Cantando,
       
danzando,
       
moviendo
el
tin tan ton.    
SUL
    
Una
canción babilónica            
voy
a cantar.    
CORO
           
Toda
la grey faraónica  
te
va a escuchar.
SUL
    
Son
las mujeres de Babilonia    
las
más ardientes que el amor crea,      
tienen
el alma samaritana,         
son
por su fuego de Galilea.     
Cuando
suspiran voluptuosas,
el
babilonio muere de amor,     
y
cuando cantan ponen sus besos         
en
cada nota de su canción.     
Ay,
Ba... Ay, Ba...       
Ay,
Babilonio que marea.
Ay,
va... Ay, va...        
Ay,
vámonos pronto a Judea.   
TODOS
         
Ay,
va... Ay, va...        
SUL
    
(Suspiro)
¡Ay!
    
Vámonos
allá.
Como
las hembras de Babilonia           
no
hay otras hembras tan incitantes;     
arde
en sus ojos de amor la llama,        
buscan
sus labios besos amantes;         
como
palmeras que el viento agita,
doblan
si danzan sus cuerpos bellos     
dando
en sus giros al aire ardiente        
la
negra seda de sus cabellos.   
Ay,
Ba... Ay, Ba...       
Ay,
Babilonio que marea.
Ay,
va... Ay, va...        
Ay,
vámonos pronto a Judea.   
Los
Babilonios cuando enamoran         
son
muy rendidos enamorados,            
brindan
placeres con sus palabras
y
hablan de goces nunca soñados.        
Y
cuando luego pasan de amantes,      
porque
se casan, a ser maridos,           
tras
de las noches en que amor vela,    
entonces
vaya si están rendidos.
Ay,
Ba... Ay, Ba...       
Ay,
Babilonio que marea.         
Ay,
va... Ay, va...        
Ay,
vámonos pronto a Judea.   
Hace
unas noches que en Babilonia
luce
en el cielo bello cometa     
y
todos temen que ocurra un choque    
o
con la cola le dé al planeta.   
Y
las doncellas de Babilonia     
al
cielo miran, aunque temblando,
porque
la estrella les gusta mucho        
y
no se asustan de verle el rabo.           
Ay,
Ba... Ay, Ba...       
Ay,
Babilonio que marea.         
Ay,
va... Ay, va...
Ay,
vámonos pronto a Judea.   
Dicen
en Tebas que el sabio Cana,      
jefe
hoy de todos los sacerdotes,         
va
a hacer en Tebas como le dejen      
en
todo mangas y capirotes.
Andan
en Tebas entusiasmados           
a
Tebas viendo ya transformada,          
y
hay quien en Tebas le dice... Pepe,    
a
ver si te vas sin hacer nada.   
Ay,
Ba... Ay, Ba...
Ay,
Babilonio que marea.         
Ay,
va... Ay, va...        
Ay,
vámonos pronto a Judea.   
Anda
el servicio de las criadas             
allá
en las casas de Babilonia
de
una manera tan deplorable,  
que
hay que mudarlas cada dos horas.             
En
una casa que yo conozco    
no
paran nunca las cocineras,   
y
hace unos días que de repente
salió
la Segis y entró la Pepa.   
Ay,
Ba... Ay, Ba...       
Ay,
Babilonio que marea.         
Ay,
va... Ay, va...        
Ay,
vámonos pronto a Judea.
En
Babilonia los Ministerios     
entran
y salen tan de repente,   
que
quien preside por la mañana          
ya
por la tarde no es presidente.          
De
estos trastornos ministeriales
dicen
que tiene la culpa sola     
un
astro errante llamado Maura,           
que
es un cometa de mucha cola.         
Ay,
Ba... Ay, Ba...       
Ay,
Babilonio que marea.
Ay,
va... Ay, va...        
Ay,
vámonos pronto a Judea.   
(Hablado)
LA
REINA      
Basta.
Callad, babilónicos,       
que
el Faraón se ha dormido.   
SALECH
        
Mi
reina... pues que los Dioses
le
den un sueño tranquilo,         
aunque
habiendo visto a éstas  
el
tin tan ton... yo imagino         
que
va a soñar el monarca        
y
va a dar cada respingo
en
el lecho, que ya ya.  
AMON
          
Siempre
nos pasa lo mismo:     
nos
ve un monarca y se duerme.          
SUL
    
De
gusto, no de aburrido.        
SALECH
        
Faraona...
Osiris te guarde.
Niñas...
Vamos despacito,       
de
puntillas, para no     
despertar
al rey egipcio.           
Semíramis,
diecisiete,   
Babilonia.
A tu servicio.
(Vanse
de puntillas con música piano en la orquesta por la segunda izquierda)
LA
REINA      
(A
los Coperos) 
Dejadme
sola.
(Vanse
los Coperos por la segunda)
ESCENA III
El
Gran Faraón y La Reina.
LA
REINA      
(Mirando
a El Gran Faraón, dormido) 
¡Qué
hombre!
¡Siempre
borracho pedido!      
¡Siempre
durmiendo! ¿Por qué            
me
unieron a su destino,           
para
vivir sin amor,
sin
halago y sin cariño?             
ESCENA IV
Dichos
y Lota, y a poco José por la lateral primera izquierda, conducido por Selhá y Seti.
LOTA
 
¡Justicia!
¡Favor!
LA
REINA      
¿Qué
es esto,
Lota?
LOTA
 
Amparo
necesito.
¡Ay,
gran señora!
LA
REINA      
Más
bajo,
que
duerme allí mi marido.
LOTA
 
¡Perdón!
LA
REINA      
Dime,
¿qué te pasa?
LOTA
 
Señora...
Un esclavo indigno    
pretendió...
JOSE
  
(Saliendo)
¡Falso,
mentira!
Que
es mentira yo lo digo.       
LA
REINA      
(Viendo
a José) 
¡Hermoso
mancebo!
JOSE
  
Sí.
Que
es mentira, lo repito.         
EL
GRAN FARAON  
(Despertándose
y bajando del lecho) 
¡Por
los cuernos del Buey Apis!           
¿Quién
despierta al Rey de Egipto?      
JOSE
  
(¡Caracoles!...
Faraón)            
LA
REINA      
¡Señor!...
Aquí Lota vino
a
pedir justicia.
EL
GRAN FARAON  
Habla.
JOSE
  
Quien
va a hablar y muy clarito            
soy
yo.
SELHA
          
¡Silencio!
SETI
   
¡Silencio!
EL
GRAN FARAON  
¿Quién
es este jovencillo?        
LOTA
 
El
que estando yo en mi estancia
sola,
porque a mi marido          
le
llamaron los clarines...          
para
hacer el ejercicio,             
entró...
EL
GRAN FARAON  
¿Pero
Putifar
en
esos momentos críticos
de
la noche de la boda             
caso
a los clarines hizo?           
En
tal caso, ni se oye    
la
trompeta del Juicio.  
LOTA
 
Pues
se marchó al primer toque.
EL
GRAN FARAON  
Prosigue.
(¡Valiente primo!)     
LOTA
 
Entró
en mi estancia este esclavo         
y
pretendió...
EL
GRAN FARAON  
Comprendido.
LOTA
 
Y
me quedé con su capa          
para
probar su delito.
JOSE
  
Se
quedó, porque tiraba.         
EL
GRAN FARAON  
Basta,
que en este litigio,          
pues
la ofendida es mujer,        
también
el juez determino         
que
lo sea. Tú, mi Reina,
escogerás
el castigo.    
Tengo
dolor de cabeza            
de
los vapores del vino            
y
me voy a los jardines             
a
ver si a solas dormito.
TODOS
         
¡Gran
señor!
(Saludando)
EL
GRAN FARAON  
(¡Qué
Putifar,
irse
a hacer el ejercicio!)          
(Vase
segunda izquierda) 
LA
REINA      
(Mirando
a José) 
¡Qué
hermosa presencia tiene!             
LOTA
 
¡Que
juzgues a este atrevido    
te
demando, gran señora!
JOSE
  
(Aparte)
(¡Qué
querrán hacer conmigo!)            
LA
REINA      
(A
Selhá y Seti) 
Soltadle.
SELHA
y SETI           
Ya
está.
LA
REINA      
Salid.
SELHA
          
(Saludando)
¡Señora!
SETI
   
Con
tu permiso.
(Vanse
primera izquierda)
ESCENA V
La
Reina, Lota y José.
(Música)
LA
REINA      
Para
juzgar       
y
sentenciar
quiero
saber     
lo
que pasó;     
precisa
pues     
reproducir
       
lo
que en tu estancia
sucedió.
          
LOTA
 
Yo
estaba muy triste    
y llorosa estaba,          
porque
sin saberlo        
algo
me faltaba.
JOSE
  
Yo
entré a distraerla     
y
ella me miró,  
yo
bajé los ojos           
y
ella se acercó.           
LA
REINA      
Y
al tener
junto
a ti           
a
una hermosa  
mirándote
así,   
sentiste
un no sé qué,   
tan
dulce sensación,
que
hiciste con los brazos         
lo
mismo que yo.          
(Le
abraza) 
JOSE
  
¡Ay,
señora,     
no,
señora,       
qué
manera
de
apretar!       
Pues,
señor, aquí son todas      
como
la de Putifar.       
LOTA
 
Me
parece, gran señora,          
que
esto va a acabar muy mal.
LA
REINA      
Es
que si no me entero bien      
no
puedo sentenciar.    
LOTA
 
Comprendo
ya vuestro interés,            
pero
eso es abusar.      
JOSE
  
Me
estoy temiendo yo que aquí
me
ocurra algún percance a mí             
y
que mi decantada castidad    
se
perderá.       
LA
REINA      
Ven
aquí, quiero yo.     
LOTA
 
No
desdeñes mi amor.
LA
REINA      
Soy
la Reina y lo mando.
LOTA
 
Pero
él es mi esclavo.   
JOSE
  
Por
Dios,         
si
no quise con una,      
¿cómo
he de atreverme con dos?
ELLAS
           
Ven
aquí. Mírame,       
no
te sientas tan casto, José.    
Mis
brazos te darán...  
JOSE
  
Al
fin conseguirán...      
ELLAS
           
Caricias
y calor.
JOSE
  
Que
muera de rubor.    
ELLAS
           
Ven
junto a mí.            
JOSE
  
Pobre
de mí.    
ELLAS
           
Los
dos así.     
JOSE
  
Las
dos aquí.
ELLAS
           
Gocemos
de mi...         
JOSE
  
Al
fin me sacan el color.           
ELLAS
           
Eterno
amor.    
Un
eterno amor.           
JOSE
  
Esto
es un horror.
ELLAS
           
Podemos
disfrutar...     
JOSE
  
Yo
creo que no salgo bien...    
ELLAS
           
Mi
bien, que es el placer mayor.          
JOSE
  
Con
eso del amor.       
(Hablado)
LOTA
 
Yo
he venido a que lo juzgues.
LA
REINA      
Pues
mira, yo le perdono.        
LOTA
 
¿De
veras?
LA
REINA      
Y
tan de veras.
LOTA
 
¿Sabes
que me dan antojos      
de
perderte aquí el respeto       
y
de señalarte el rostro?
LA
REINA      
Putifara,
cállate,           
que
me dan náuseas y todo      
y
si dejo de ser reina    
y
desciendo de mi trono,          
te
va a pesar.
LOTA
 
¡A
mí, Menfis!
JOSE
  
Se
van a arrancar el moño...     
¡Nobles
egipcias, por Isis,        
por
Anubis!... ¡Por el toro        
sagrado...
qué vais a hacer!      
Señoras...
poquito a poco;
siquiera
por las Pirámides         
un
poquito de decoro.  
LA
REINA      
¡Vaya,
se acabó! A José          
a
mi servicio lo tomo.   
Ni
más, ni menos... ¿Te enteras?
LOTA
 
A
ése le compró mi esposo      
para
que a mí me sirviera.        
LA
REINA      
(Cogiendo
a José) 
Ven
por él.
JOSE
  
¡Ay,
qué sofoco!
LOTA
 
(El
mismo juego) 
Este
es mío y retemío.  
LA
REINA      
¡Generala!...
LOTA
 
¡Reina!
JOSE
  
Corro
y
salto por la ventana,  
porque
si no, no respondo.      
(Va
hacia el ventanal y le detienen) 
LA
REINA      
No
te tires.
LOTA
 
No
te tires.
(Tirándole
de las vestiduras) 
JOSE
  
¡Ay!...
¡Que me lo rompen todo!         
MUTACION
CUADRO IV
Los
sueños de Faraón.
Jardines
del palacio de El Gran Faraón. Toda la frondosidad que debieron tener aquellos
lugares. En primer término izquierda un fragmento de la fachada del palacio,
con el gran ventanal señalado a la derecha del anterior cuadro. Debajo de este
ventanal, un banco rústico cubierto con pieles. Estatuas, flores, etcétera. En
el fondo floresta y dos árboles corpulentos que entrelazan sus ramas y forman
un arco. Todo este fondo se transparenta a su tiempo y se descorrerán las gasas
que lo forman para el cuadro que se indicará.
ESCENA I
Al
hacerse la mutación, aparece El Gran faraón, dormido, sobre el banco rústico y
a su lado en el suelo El Copero de su Majestad, también dormido. José baja por
el ventanal de la fachada y viene a caer a los pies de El Gran Faraón.
JOSE
  
(Al
caer) 
Si
no me tiro, me comen.
EL
GRAN FARAON  
(Despertando)
¿Qué
es esto?
JOSE
  
¡Jehová
me valga!
El
Faraón.
EL
COPERO DE SU MAJESTAD     
(Despertando)
El
esclavo.
EL
GRAN FARAON  
¡Cuando
tranquilo soñaba        
despertarme!
JOSE
  
Mi
perdón,
señor,
demando a tus plantas.
EL
GRAN FARAON  
¿Te
ha perdonado la reina?      
JOSE
  
Sí,
señor. Es muy magnánima.  
EL
GRAN FARAON  
Sí.
(A
El Copero de su Majestad) 
¡Qué
sueños tan extraños
ha
poco me atormentaban!       
Explicármelos
no puedo,
que
no tengo ciencia tanta        
para
interpretarlos.
EL
COPERO DE SU MAJESTAD     
Mira,
pues
a este esclavo nos mandan           
los
Dioses. A mí hace poco,     
cuando
estuvo en la antecámara
detenido,
me explicó    
lo
que en la noche pasada        
hube
soñado.
EL
GRAN FARAON  
¿Qué
dices?
JOSE
  
El
cielo me dio esa gracia.        
Desde
que era pequeñito
acertijos
y charadas     
y
ensueños son para mí            
cosas
corrientes y claras.         
También
soy algo profeta         
y ducho
en las artes mágicas,
y
es porque mis facultades       
todas
las conservo intactas,      
porque
como yo soy casto,      
un
casto no se desgasta.           
EL
GRAN FARAON  
Pues
escucha mis ensueños
y
explícamelos.
JOSE
  
Pues
habla.
(Música)
EL
GRAN FARAON  
Vi
entre sueños tres mujeres     
con
extrañas vestiduras,           
que
agitando así las manos       
adoptaban
mil posturas.
De
cintura para abajo   
todo,
todo lo movían    
y
enseñaban muchas cosas       
de
cintura para arriba.  
Era
un encanto verlas bailar,
nunca
en mis reinos vi cosa igual.         
JOSE
  
Ya
sé lo que dices.       
Mira
si eso fue.            
(Se
abre la floresta del fondo y aparecen tres visiones. Mujeres con trajes
modernos y dispuestas para un garrotín)
EL
GRAN FARAON  
¡Por
Anubis, por Osiris,           
eso
es lo que yo soñé!
EL
COPERO DE SU MAJESTAD     
Renilo,
¡qué asombro,  
qué
barbaridad!           
EL
COPERO DE SU MAJESTAD y EL GRAN FARAON  
¡Vaya
unas señoras,     
qué
ricas están!            
JOSE
  
Esas
tres mujeres
que
miras allí    
bailarán
en lo futuro      
el
movido garrotín.       
(Bailan
las mujeres)
Cuando
te miro el cogote         
y
el nacimiento del pelo
se
me sube, se me sube y se me baja   
la
sangre por todo el cuerpo.    
TODOS
         
Cuando
te miro el cogote         
y
el nacimiento del pelo            
se
me sube, se me sube y se me baja 
la
sangre por todo el cuerpo.    
JOSE
  
¿Qué
te quieres apostar,          
qué
te quieres apostar  
a
que tengo yo una cosa           
que
no tienes ni tendrás?
TODOS
         
¿Qué
te quieres apostar,          
qué
te quieres apostar  
a
que tengo yo una cosa           
que
no tienes ni tendrás?          
(Bailan
todos)
(Hablado)
EL
GRAN FARAON  
¿Quién
eres, joven hebreo,
que
das interpretación  
a
mis sueños? Di, ¿quién eres?             
JOSE
  
El
hijo de un tal Jacob.             
EL
GRAN FARAON  
¿En
qué te ocupas?
JOSE
  
En
nada.
EL
COPERO DE SU MAJESTAD     
Muy
bonita profesión.
EL
GRAN FARAON  
Pero
es un sabio.
JOSE
  
Mil
gracias.
EL
GRAN FARAON  
Y
premiarle quiero yo.             
ESCENA II
Dichos,
El General Putifar, La Reina, Lota, Selhá y Seti.
EL
GENERAL PUTIFAR       
¿Dónde
está ese vil esclavo?    
LOTA
 
Allí
le tienes, señor.      
EL
GRAN FARAON  
¿Qué
es esto?
LA
REINA      
¡Señor!...
Escucha.
EL
GENERAL PUTIFAR       
(A
La Reina) 
Con
permiso. Faraón,  
¿sabes
lo que este mancebo     
hacer
en mi casa osó?  
EL
GRAN FARAON  
Lo
que osó, todo lo sé.            
Mas
mi esposa su perdón
le
ha dado.
EL
GENERAL PUTIFAR       
Pues
yo, el marido,
le
daré castigo atroz.    
EL
GRAN FARAON  
De
marido no presumas,          
que
el hombre que abandonó   
a
su esposa en la primera
entrevista
del amor,      
no
tiene nada de hombre.         
SELHA
          
Se
ha enterado.
SETI
   
Se
enteró.
EL
GENERAL PUTIFAR       
Lo
sabe.
EL
GRAN FARAON  
(A
Lota) 
Preciosa
Lota,
quise
darle esta lección
para
ver si así se enmienda.      
LOTA
 
Quiéralo
Anubis.
JOSE
  
Y
yo
que
soy casto, ¿cómo quedo?  
Rechazo
la acusación.  
EL
GRAN FARAON  
Basta.
¡Que le den la capa
que
en la refriega perdió!         
Y
si todos los maridos  
cumplieran
su obligación,         
no
pasaran estas cosas.            
LA
REINA      
Muy
bien dicho.
LOTA
 
Sí,
señor.
EL
GRAN FARAON  
Y
ahora mis brazos te esperan,            
hijo
ilustre de Jacob.    
Te
nombro Virrey de Egipto.   
TODOS
         
¡Virrey!
(Postrándose
todos) 
JOSE
  
¡Gracias,
Faraón!
Si
por adivino y casto
me
otorgan tan alto honor,       
cuando
enamore señoras,         
¿dónde
voy a llegar yo?           
EL
GRAN FARAON  
¡Saludadle!
(Todos
saludan)
JOSE
  
Muchas
gracias.
LA
REINA      
(Pasando
al lado de José ceremoniosamente) 
Mi
mano a besar te doy.
(Cuando
quieras puedes verme)           
JOSE
  
Pues
la veo, sí, señor.   
LOTA
 
Te
perdono. (Y ya hablaremos)           
JOSE
  
Yo...
le doy... conversación.    
EL
GRAN FARAON  
(Cogiendo
a El General Putifar) 
El
Buey Apis nos espera.
EL
GENERAL PUTIFAR       
Vamos
al templo del Dios.       
EL
COPERO DE SU MAJESTAD     
A
consagrar al Virrey.  
JOSE
  
Llegó
mi consagración.            
(Oscuro)
MUTACION A LA VISTA
CUADRO V
El
Buey Apis.
Se
borra todo el fondo de la decoración anterior y aparece la entrada al templo
del Buey Apis. Sobre una escalinata está colocado el Buey de oro. Rodean la
entrada del templo Guerreros, Esclavos y Sacerdotisas. A cada lado del Buey y
cogiéndole cada uno de un cuerno El General Putifar y El Gran Faraón. José, de
rodillas, entre Lota y La Reina, que le acarician. El Gran Sacerdote, El Copero
de su Majestad, etcétera. Cuadro artístico a gusto de los directores de escena.
ESCENA I
(Hablado dentro de la música)
EL
GRAN FARAON  
Que
el cuerno que estoy tocando         
te
dé honores y abundancia.
EL
GENERAL PUTIFAR       
Que
este otro cuerno que toco             
muy
poderoso te haga.             
EL
GRAN SACERDOTE       
Y
de mis manos recibe             
la
noble insignia sagrada.          
(Dándole
un báculo dorado) 
EL
COPERO DE SU MAJESTAD     
¡Gloria
al Virrey!
EL
GENERAL PUTIFAR       
¡Gloria!
TODOS
         
¡Gloria!
EL
GRAN FARAON  
El
Buey te saluda.
(Saluda
con la cabeza el Buey, movido por El General Putifar y El Gran Faraón)
JOSE
  
¡Gracias!
¡Qué
honor para mi familia!      
¡Cuando
se enteren en casa!...             
(Bailan
las Esclavas mientras todos cantan)
TODOS
         
¡Gloria,
gloria   
a
nuestro gran Virrey!
Honremos
al Apis,       
honremos
al Buey.       
¡Gloria
al Buey!           
(Se
postran todos ante el Buey sagrado. Las Esclavas caen a los pies de José y,
terminada la ceremonia, va cayendo el telón lentamente)
FIN
Información obtenida en: 
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/paro/05819485499403895207857/index.htm
http://www.cervantesvirtual.com/servlet/SirveObras/paro/05819485499403895207857/index.htm
 
¿Alguien podría aclararme la razón de que existan dos versiones de esta zarzuela? Aparentemente existe esta versión y otra, algo más larga, en la que hay un personaje que no aparece aquí: Arikón.
ResponderEliminarNo he logrado localizar información sobre estas diferencias.
La obra original no trae los personajes de Artemisa y Arikón, los cuales se interpolan en nuestra época, por razones de "igualdad". En la película de 1985, tampoco aparece Arikón, lo que ratifica mi opinión: Son personajes incluidos por "igualdad", pero no le agregan nada a la obra. En la grabación de 2005 (disponible en este foro) se encuentra la obra con diálogos (las escenas interpoladas están aparte, lo que permite oír la obra sin dichas escenas). Para mayor facilidad en la lectura del libreto, he dejado la numeración original de las escenas, y agregando la palabra *bis en las partes añadidas (Ej. Escena I, y luego un diálogo entre Raquel y Artemisa Escena Ibis)
EliminarA ciencia cierta no te puedo decir el motivo, aunque sí era muy típico de la época de su estreno el ir añadiendo personajes y diálogos conforme se iba representando.
ResponderEliminarSi es verdad que he leído que en la versión de 1998 que realizó Juanito Navarro se añadió este personaje que él interpretaba.
Por otra parte y debido a la censura estuvo prohibida durante muchos años, aunque en la versión de 1931 tampoco aparece éste personaje, sí en los vídeos de 2004 y 2013 (que puedes encontrar aquí en el apartado de vídeos)
Tal vez algún experto pueda darte una explicación más completa.
Saludos
Fernando
Me explicaba "La Revoltosa", que este personaje no figura en el libreto original. En el vídeo de la producción protagonizada por Adolfo de Grandy, se puede ver el Arikón. Mi consulta a "La Revoltosa" se originó porque en 2016 en el Teatro de Bellas Artes de Bogotá (durante las temporadas de la FAL, en coproducción con España), se presentó LA CORTE DE FARAÓN y también aparecía el Arikón. Si se suprime el personaje, la acción avanza sin tropiezo, ya que sólo interviene en alguna escena con José y tiene diálogos con ARTEMISA, otro personaje inventado para estas representaciones. Las intervenciones de Artemisa y Arikón se limitan a las Escenas Ibis y IVbis del Cuadro I; escena Vbis del Cuadro II, Una escena de José y Arikón después del Intermedio orquestal y antes del iniciar el Cuadro IV (un entreacto) y la Escena IIbis del Cuadro IV.
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