LA ALSACIANA
Zarzuela
en un acto. Dividido en dos cuadros.
Libreto
de José Ramos Martín.
Música
de Jacinto Guerrero.
Estrenada
el 12 de Noviembre de 1921 en el teatro Tívoli de Barcelona.
REPARTO
(Estreno)
Margot
– Luisa Vela.
Nina
– Consuelo Sanz.
Flora
– María Ferrer.
Capitán
– Emilio Sagi-Barba.
El
Mariscal – Enrique Best.
Frandinet
– José Acuaviva.
Fritz
– José Llimona.
Teniente
1º - Emilio Ruiz.
Teniente
2º - José Torres.
Teniente
3º - Domingo Montó.
Teniente
4º - Juan García Muñoz.
El
Sargento – Francisco Sanz.
Federico
– Alfonso Oya.
El
Alcalde – José Oliva.
Pablo
– Alberto Martí.
Seis
Aldeanas, Seis Tambores
Coro
General.
La
acción en una aldea alsaciana, durante el Imperio de Napoleón I.
ACTO UNICO
CUADRO PRIMERO
Patio
de una casa de labor en la Alsacia. El foro y toda la lateral izquierda le
constituye una tapia de ladrillo que tiene ancha puerta de dos hojas en el
centro del foro y una puertecilla pequeña en primer término izquierda, que se
supone da a un corral. A la derecha, ocupando toda la lateral, fachada de la
casa, con ventana en la parle superior y puerta en la inferior, practicables ambas.
El telón de foro ese un panorama de campo. Es de día.
(Sentada
frente a la puerta de su casa está Floro, anciana alsaciana, cosiendo. Oyense
los Cantos de los labriegos)
(Música)
CORO
(Dentro)
Marchad,
labriegos, a la campiña,
marchemos
todos a trabajar,
la
Madre Tierra, con dulces frutos,
nuestros
esfuerzos ha de pagar.
La
paz del campo nos llama a todos
para
entregarnos su dulce don,
el
sol radiante, desde los cielos,
manda
a la tierra "su bendición.
Marchemos
todos,
vamos
allá,
lo
que hoy es verde espiga,
mañana
será pan.
(Por
la puertecilla de primer término izquierda, sale Margot, linda aldeana. Trae en
los brazos un corderillo recién nacido, y se dirige, muy alegre, a Flora)
(Hablado sobre la música)
MARGOT
Abuela,
abuela, mira... Un corderillo... Nació con el día... Aun no abrió los ojos...
FLORA
Déjale
con su madre... Vas a hacerle daño.
MARGOT
¿Daño?...
Eso sí que no. Su madre no le trataría con tanto mimo como yo le estoy
tratando... ¡Qué bonito!... Duerme, corderito, duerme...
(Se
sienta, con el cordero encima, y canta)
Duerme,
duerme, corderito,
duerme,
duerme en mi regazo,
ten
el calor de mis besos,
ten
el calor de mis brazos
Corderito
mío,
corderito
blanco.
He
de ponerte una cinta,
y
con ella te haré un lazo,
un
lazo de color vivo,
verde,
azul o colorado.
Te
pondré una campanilla
que
se mueva con tus pasos,
y
suene cuando te lleve
a
que pastes en los prados.
Corderito
mío,
corderito
blanco,
duerme,
duerme, mi cordero,
duerme,
duerme en mi regazo.
(Hablado sobre la música)
FLORA
Llévale
al lado de su madre y echa de comer a las gallinas.
MARGOT
Voy.
(He levanta y hace mutis por donde salió. Vuelven a oírse los cantos de loa
labriegos)
CORO
(Dentro)
Marchad,
labriegos, a la campiña,
marchemos
todos a trabajar,
la
Madre Tierra, con dulces frutos,
nuestros
esfuerzos ha de pagar.
La
paz del campo nos llama a todos
para
entregarnos su dulce don,
el
sol radiante, desde los cielos,
manda
a la tierra su bendición
Marchemos
todos,
vamos
allá,
lo
que hoy es verde espiga,
mañana
será pan.
(Corta
la armonía de este canto lejano redoble de tambores y marcha de cornetas. Sale
Margot. Flora se levanta, sobresaltada)
FLORA
¿Has
oído. hija?...
MARGOT
Sí;
cornetas son.
(Se
asoma a la puerta del foro)
Soldados,
abuela...
Vienen
hacia acá...
FLORA
(Retirando
de la puerta a nieta, y cerrando)
Margot,
vete dentro....
Déjame
cerrar...
MARGOT
No
cierres la puerta,
los
quiero ver yo...
Desde
mi ventana
los
veré mejor.
(Hace
mutis por la puerta de la casa y, a poco, aparece en la ventana. El sonido de
los tambores y de las cornetas se aproxima. Se supone que se acercan los
soldados y que pasan por el foro. Margot los contempla entusiasmada desde su
ventana. Flora vuelve a sentarse y se tapa los oídos con las manos para no oír
la marcha de las tropas)
MARGOT
(Mirando
desde su ventana) Han hecho alto en la plaza... Son granaderos, abuela... ¡Qué
uniformes más bonitos!...
FLORA
(Pensativa)
Granaderos, granaderos... (Oyense unos golpes dados en la puerta del foro)
¿Quién?...
MARGOT
Es
Nina. Buenos días...
NINA
(Dentro)
Buenos días, Margot...
MARGOT
Abre,
abuela...
FLORA
(Levantándose)
Voy, voy...
MARGOT
(Burlándose)
No tienes poco miedo a los militares...
FLORA
(Volviéndose
para contestar a Margot) ¿Yo?
MARGOT
Sí.
Nada temas. No somos enemigos... Somos de los suyos...
FLORA
(Con
tristeza) Sí. De los suyos. (Margot se retira de la ventana. Flora abre la
puerta del foro y entra Nina, aldeana también. Representa unos cuarenta años,
pero se esfuerza por parecer joven y bonita, claro es que sin lograrlo) Buenos
días. Nina...
NINA
Dios
os guarde, señora Flora. Vengo sobresaltada. ¿Habéis visto?... ¿Habéis oído? La
soldadesca se esparce por las calles de la aldea. Ha hecho alto en su marcha y
se detiene aquí a descansar... y quién sabe si a pasar la noche.
FLORA
Tal
vez...
NINA
Temblemos
entonces las mujeres jóvenes, las virtuosas y las que poseen ciertos encantos.
(Sale Margot de la casa)
MARGOT
¿En
cuál de esos grupos os consideráis incluida?
NTNA
Por
mis años, en el primero; por mi conducta, en el segundo, y por lo que me dicen
los hombres, en el tercero.
MARGOT
Esos
soldados van a la guerra, ¿verdad?..
NINA
Sí.
¡Pero qué soldados, Margot querida!... I Qué soldados, señora Flora!... Sucios,
polvorientos, nidos, groseros... No reparan en nada. Hace falta armarse de
paciencia para sufrirlos. ¿Querréis creer que he pasado por entre un grupo de
seis o siete?...
MARGOT
¿Y
os han dicho algo?...
NINA
Absolutamente
nada. Como si no hubiera pasado nadie. Todavía los teniente tienen cierta
educación, suelen ser galantes... ¡Ay, el batallón ideal sería uno todo de
tenientes para arriba!
MARGOT
¿Y
estarán hasta mañana en la aldea?
NINA
Es
probable. Por lo cual, como comprenderéis, estoy horrorizada, porque me
obligarán a tener algún alojado en mi casa. Y como yo soy muy buena patriota,
tendré que estar amable con él. Y eso sí; aunque por dentro esté dada a los
demonios estaré muy amable... Pero por patriotismo, sólo por patriotismo...
MARGOT
¿Y
tendremos, también nosotros alojados?
FLORA
Lo
temo.
NINA
Seguramente.
Como vuestra casa es la mejor del pueblo, os mandarán algún oficial, o quién
sabe si al mariscal que manda las tropas... Y eso que el mariscal irá
seguramente a casa del señor Frandinet., No porque la suya sea mejor, sino
porque como él es noble...
MARGOT
Eso
dice él.
NINA
(Profundamente
convencida) ¡Ah. y no podemos ponerlo en duda! Lo revela en sus maneras, en su
trato... Es una lástima que por una genialidad suya le desterrara Napoleón y se
vea privado de volver a París. Porque no hay duda de que París es el centro de
un gran señor como lo es el señor Frandinet.
MARGOT
A
mí eso del destierro me parece una patraña.
FLORA
Margot,
te prohíbo que hables así.
NINA
¿Pero
qué dices?...
MARGOT
Que
su rancia nobleza y su destierro no son sino embustes forjados por él para
deslumbrarnos a todos... y sacar el dinero a los incautos.
NINA
Pues
por la aldea se afirma que te hace la corte.
MARGOT
¿Y
no añaden que yo me río de él todo cuanto puedo?...
FLORA
Margot.
MARGOT
No
me gusta, abuelita. Su cortesía me cansa, sus galanteos me aburren. Es un
mentecato... (Por la puerta del foro sale Frandinet. Representa unos cuarenta
años, y se da la importancia de un gran señor)
FRANDINET
(Desde
el umbral) ¿Me dais licencia para transponer las umbrales de esta puerta, que
es el pórtico de la gloria, porque tras ella hay una santa (Por Flora) y un ángel?
(Por Margot)
NINA
(Haciendo
acto de presencia para que la diga alguna galantería) Señor Frandinet...
FRANDINET
(Subsanando
la omisión) Y un arcángel.
NINA
(Entusiasmada
por el elogio) ¡Oh, qué cumplido!...
FLORA
¡Adelante,
señor Frandinet!... (Frandinet avanza)
FRANDINET
(Saludando
a Flora) Rendido a vuestros pies. (Idem a Nina). Muy rendido. (A Margot, y casi
en su oído) Desfallecido...
NINA
¿Habéis
visto la tropa?...
FRANDINET
Sí,
y he tenido ocasión de saludar a tres tenientes, antiguos amigos, compañeros en
mis correrías por París; el marqués de Aps, el duque de Ops y el conde de Oulouipaspas...
Todos nobles, como y o...
MARGOT
¿Tenéis
vos algún título?
FRANDINET
Muchos.
Pero no los uso por modestia. Ya veis, por mis abuelos paternos soy conde, por
los maternos, duque, y por mi padre y por mi madre, soy barón.
NINA
(Con
intención) ¿Oyes, Margot?...
FRANDINET
Todos
los hombres de mi familia han sido señores de pendones y calderas…
NINA
¿Y
las mujeres?...
FRANDINET
Señoras
de calderas y pendones. Todos de sangre azul.
MARGOT
Sufriréis
mucho en vuestro destierro...
FRANDINET
Mucho,
encantadora Margot. Figuraos cada vez que pienso en que mis bienes están
confiscados... Lo único que me hace olvidar alguna vez mis desventuras es la
contemplación de las bellas alsacianas, flor de este divino rincón de Francia.
NINA
(Agradeciendo
la lisonja, que cree va dirigida a ella) Muchas gracias, señor Frandinet.
FRANDINET
(Con
naturalidad, y dándole a entender que lo que decía de las flores no iba por
ella) No hay de qué Nina...
NINA
(Sin
comprender) Sois muy galante.
FRANDINET
(Insistiendo)
Repito que no hay de qué.
MARGOT
¿Y
sabéis si las tropas van a pasar la noche en el pueblo?
FRANDINET
Sí.
Estarán aquí hasta mañana al medio día. En la plaza está el Alcalde arreglando
con el señor mariscal la cuestión de los alojamientos.
NINA
¿Y
me obligarán a mí a albergar a algún soldado?...
FRANDINET
Seguramene
no, porque varios aldeanos han ido a ofrecer sus casas, y…
NINA
(Rápidamente)
Ah, pues voy yo también a ofrecer la mía. Me sacrificaré por mi patria. No
quiero que nadie me tache de mala ciudadana. Bien sabe Dios lo que me molesta;
pero no teniendo más que un soldado, menos mal, porque con uno... se entiende
una bastante bien. (Despidiéndose) Vaya, quedad con Dios... Adiós señora Flora
.. Adiós, Margot... Señor Frandinet... (Le alarga la mano pare que él la bese,
pero Frandinet. fingiendo no reparar en ello, se vuelve de espaldas)
FRANDINET
Id
con Dios.
NINA
(A
Margot, que la acompaña hasta la puerta del foro) Es muy simpático el señor
Frandinet. ¡Qué lástima que sea un poco corto de vista!
MARGOT
Sí
que es lástima.
NINA
Adiós,
señor Frandinet... (Vase por la puerta del foro)
MARGOT
Adiós,
Nina...
FRANDINET
Encantadora
Margot, ¿seríais tan amable que me dierais un vaso de agua.?...
MARGOT
Al
momento. (Entra en la casa)
FRANDINET
Agradecidísimo.
(Se vuelve hacia Flora) ¡Oh, mi venerable señora Flora; bendigo la casualidad
de que nos hayamos quedado solos!...
FLORA
La
casualidad de que tuvierais sed.
FRANDINET
Ciertamente.
¿Y qué?... ¿Podéis darme alguna noticia?...
FLORA
Ninguna,
señor Frandinet.
FRANDINET
¿Cómo?...
¿No hablasteis aun de mi asunto a vuestra nieta?... ¿No la pintasteis, como os
rogué, mi amor puro y ardiente?... ¿No la dijisteis que estoy dispuesto a
concederla el honor de casarme con ella... si ella quiere casarse conmigo?...
FLORA
Os
repito lo que tantas veces os he dicho. Es un asunto tan delicado este del
amor, que, francamente, no me atrevo a aconsejarle nada a mi nieta. Si yo la
veo interesada por alguno, podré darla un consejo, pero mientras tanto...
FRANDINET
¿No
creéis que soy un buen partido para Margot?...
FLORA
¿Quién
habla de eso ahora, señor Frandinet?...
FRANDINET
Hoy
día, claro está que mi caudal es escaso... Tanto que seguramente vuestro esposo
me doblará el capital; pero el día en que me levanten el destierro y me
devuelvan mis bienes, entraré en posesión de mi fortuna...
(Sale
Margot con el vaso de agua y se acerca a Frandinet que está de espaldas a ella)
MARGOT
Aquí
tenéis el agua...
FRANDINET
(Fingiendo
no darse cuenta de la llegada de Margot y continuando hablando para que ella le
oiga) Por eso, yo vuelvo a suplicaros que habléis a Margot. Decidla que la
adoro, que la haré mi esposa y que cuando me levanten el destierro, iremos a
París, y allí, como mujer de un hombre tan hidalgo como yo, se tratará con toda
la nobleza francesa, irá a saraos, a fiestas mundanas, a...
MARGOT
(Impaciente
ya) Agua, señor Frandinet…
FRANDINET
¡Ah!
¿Estabais ahí?...
MARGOT
Aquí
estaba .hace media hora...
FRANDINET
¿Me
habéis oído?...
MARGOT
No
he prestado gran atención a lo que decíais. (Le da el vaso. Frandinet bebe y se
lo da luego a Flora) Oí, sí, que hablabais de salones, de fiestas mundanas...
Cosas que no me atraen...
FRANDINET
¿Qué
sabéis vos de esas cosas?...
MARGOT
¿Y
qué sabéis vos de mis gustos, señor Frandinet?...
(Música)
FRANDINET
La
mujer que se case conmigo,
mucho
ha de brillar.
En
salones y en fiestas mundanas
la
he de presentar.
(Coge
de una mano a Margot y la pasea por el escenario, como si la presentase en una
reunión)
Así,
así, así,
de
mi mano cogidita,
por
gentil y por bonita,
será
asombro de París.
MARGOT
(Soltándose
de la mano de Frandinet)
Vuestra
esposa será muy dichosa
con
vos en París;
más
su suerte no iguala a la mía,
porque
mi alegría
es
estar aquí.
FRANDINET
No
me explico la razón...
MARGOT
Oíd
lo que dice la canción.
Viva
mi Alsacia.
De
Alsacia soy.
Que
a otras tierras no me lleven,
porque
no voy.
En
la paz de mis campos
libre
respiro;
en
mi humilde cabaña
contenta
vivo.
No
ambiciono otra gloria,
no
quiero honores;
mi
campiña y mi casa
son
mis amores.
Lejos
de aquí nada busco,
lejos
de aquí nada quiero:
no
hay más tierra que mi Alsacia,
no
hay más sol que el de mi cielo.
En
mi Alsacia yo he nacido,
y
en mi Alsacia viviré:
que
me cubra, cuando muera,
la
tierra que yo pisé...
Viva
mi Alsacia.
De
Alsacia soy.
Que
a otras tierras no me lleven,
porque
no voy.
(Hablado)
MARGOT
¿Qué
os ha parecido?... ¿Tiene miga la cancioncita, verdad?...
FRANDINET
Y
corteza, ya lo creo...
MARGOT
Pues
con vuestro permiso, voy a echar de comer a mis gallinas...
(Por
la puerta del foro sale Fritz, tipo de viejo aldeano. Al hombro trae un azadón,
que deja arrimado a la pared de su casa)
FRITZ
Dios
guarde a todos...
MARGOT
Buenos
días, abuelo... (De un saco que hay arrimado junto a la tapia, saca grano y lo
echa en un barreñito, después de agitarlo en un cedazo)
FRANDINET
Salud,
señor Fritz...
FRITZ
Muy
buenas, señor Frandinet...
FLORA
¿Cómo
vuelves tan pronto del campo?...
FRITZ
Oí
las cometas de la tropa y dejé mis labores para venir hacia acá.
(Margot
hace mutis por la puertecilla de la lateral izquierda)
FRANDINET
Os
gusta ver de cerca a los soldados, ¿eh?...
FRITZ
Sí;
pero atended, señor Frandinet... Voy a pediros un favor.
FRANDINET
Todos
cuanto queráis. Soy todo oídos.
FRITZ
Vos
seguramente tendréis amigos entre los tenientes que acaban de llegar.
FRANDINET
Amigos
íntimos.
FRITZ
Acaso
conoceréis al Mariscal...
FRANDINET
Somos
uña y carne. Nos conocemos desde que éramos él así y yo así...
(Indicando
estaturas)
FRITZ
Pues
bien, yo os agradecería con toda mi alma que procuraseis que no me obliguen a
tener ningún alojado en mi casa.
FRANDINET
¿No
es más que eso?... Hecho.
FRITZ
No
me tachéis de mal patriota... Es que...
FRANDINET
No
tenéis que darme explicaciones. Voy corriendo a hablar con mi gran amigo el
Mariscal. Estad tranquilo. No vendrá aquí ningún soldado. Basta que yo lo diga.
FRITZ
Gracias,
señor Frandinet.
FRANDINET
De
nada. Hasta luego, señor Fritz... Adiós, señora Flora...
FLORA
Id
con Dios.
FRANDINET
(Aparte)
Ya estará cada alojado en su casa. Quedaré admirablemente sin molestarme, y
Fritz agradecidísimo... (Alto) Hasta después. (Vase por la puerta del foro)
FRITZ
(A
Flora) Son granaderos, Flora...
FLORA
Granaderos,
Fritz...
FRITZ
Gracias
al señor Frandinet, no tendremos que cobijar a ninguno bajo nuestro techo.
FLORA
Es
lo mejor.
FRITZ
¿Y
Margot?...
FLORA
Entró
en el corral a echar de comer a las gallinas. Si la hubieras visto antes con
qué alegría contemplaba desde esa ventana la llegada de las tropas...
FRITZ
Pobre
criatura... (Sale el señor Frandinet por la puerta del foro)
FRANDINET
Albricias,
señor Fritz, albricias...
FRITZ
Pronto
habéis dado la vuelta.
FRANDINET
Después
de cumplir vuestro encargo.
FRITZ
¿Ah,
sí?...
FRANDINET
Al
salir de aquí me encontré al Mariscal, y arreglé el asunto.
FRITZ
¿O
sea que?...
FRANDINET
Dos
soldados os habían destinado; pero 3-0 le he dicho: "Oye, Mariscalete, eso
no puede ser. Tengo interés en que allí no vaya nadie." Y él me ha contestado:
''Pues nada, lo que tú quieras, Frandinetillo..." O sea que ya lo sabéis.
FRITZ
No
podéis figuraros cuánto os lo agradezco, señor Frandinet. Permitidme que os dé
un abrazo.
FRANDINET
Los
que gustéis... (Se abrazan) Ya lo sabéis, aquí no viene nadie...
(Por
la puerta del foro sale el Alcalde, seguido de los tenientes lº, 2°, 3° y 4° Las
aldeanas 1ª, 2ª, 3ª, 4ª, 5ª y 6ª, que les siguen curiosas, se detienen frente a
la puerta, sin entrar)
FRITZ
¿Qué
se os ofrece, señor Alcalde?...
ALCALDE
(A
los tenientes) Pasad, señores... (A Fritz) Hemos dispuesto que se alojen en
vuestra casa el señor mariscal y los cuatro tenientes de su escolta.
FRANDINET
(Sin
saber qué decir) ¿Lo veis?... Sólo el mariscal y los cuatro tenientes.
FRITZ
(A
Frandinet) ¿Pero no decíais?...
FRANDINET
(Al
Alcalde) Pero no le ha tocado ningún tambor, ¿verdad?...
ALCALDE
No.
FRITZ
(A
Frandinet) ¿Pero no acabáis de decirme?...
FRANDINET
(Fingiendo
que le da hipo) Hip, hip...
FRITZ
¿Pero
no habéis hablado vos con el señor mariscal y os ha dicho?...
FRANDINET
Hip,
hip... No puedo hablar... Pícaro hipo... Voy a que me den un susto y vuelvo.
FRITZ
¿Pero?...
FRANDINET
Hip,
hip... Ya lo veis... No puedo hablar... Hip, hip... (Vase, corrido, por la
puerta del foro)
ALCALDE
(A
Fritz) ¿Tenéis algo que decir vos?...
FRITZ
Nada.
Siempre estoy dispuesto a servir a mi patria y a sus defensores.
ALCALDE
Pues
id a preparar los alojamientos.
FRITZ
Vamos,
Flora...
FLORA
Vamos.
(Se encaminan los dos viejos hacia la puerta de su casa)
FRITZ
No
hay remedio. Los tendremos aquí.
FLORA
Sea
lo que Dios quiera, Fritz. (Entran Flora y Fritz en su casa)
TENIENTE
1°
Buena
casa, ¿eh?...
ALCALDE
La
mejor de la aldea, señor. Por eso os he traído a ella.
TENIENTE
2°
Lástima
que no estuviéramos aquí tres o cuatro días para descansar, que bien lo
necesitamos.
ALCALDE
Con
vuestro-permiso, me retiro...
TENIENTE
3°
Id
con Dios. (Vase el Alcalde por la puerta del foro)
TENIENTE
4°
(A
las Aldeanas, que le contemplan) Pasad, chiquillas.
ALDEANA
1ª
De
ningún modo.
TENIENTE
1º
¿Queréis
que salgamos nosotros a buscaros?
ALDEANA
2ª
Eso
sí que no. Pasad compañeras, que nada malo hay en que hablemos con ellos.
TENIENTE
2°
Cierto
que no. (Entran las Aldeanas. El Teniente 4° queda a la puerta, mirando lutria
el campo)
ALDEANA
3ª
¡Qué
uniformes más bonitos!...
TENIENTE
2°
¡Y
qué aldeanas más lindas!... (Va a abrazarla)
ALDEANA
3ª
(Retirándose
unos pasos) ¡Eh, las manos quietas, señor soldado!...
ALDEANA
4ª
Sed
respetuosos o nos iremos.
TENIENTE
4°
No
os vayáis, que vamos a presentaros a nuestro Capitán. Por allí viene. (Mirando
hacia la derecha)
TENIENTE
3°
No
le llames, que ese nos desbanca a todos.
TENIENTE
4º
¿Crees
que no va a entrar en cuanto pase por ahí y vea a estas muchachas? Aquí está
ya... (Se retira de la puerta y se acerca a sus compañeros)
(Música)
TENIENTES
(Señalando
hacia la puerta)
Ahí
tenéis al soldado más valeroso.
al
que pelea siempre con más afán,
invencible
en las guerras y en los amores
Os
presento, chiquillas, al Capitán.
ALDEANAS
Ese
es, pues, el soldado más valeroso,
el
que pelea siempre con más afán,
invencible
en las guerras y en los amores.
Guarde
Dios muchos años al Capitán.
(Por
la puerta del foro sale el Capitán. Representa unos treinta y tantos años. Es
de figura arrogante y distinguida)
CAPITAN
(Desde
la puerta y avanzando a poco)
Ese
soy yo:
un
Capitán,
que
en salir siempre victorioso
cifra
su ideal.
(A
tas aldeanas, con brío)
Miradme,
alsacianas, cubierto de polvo,
porque
la jornada fatigosa fue;
cruzando
caminos con mis tropas,
y
tal vez mañana con ellas me iré.
Yo
marcho a la guerra, yo marcho animoso,
porque
en la pelea yo cifro mi afán;
mas
no os cause espanto mi aspecto guerrero,
que
también de amores sabe el Capitán.
(Con
dulzura)
Capitán,
Capitán,
que
vas a combatir,
sin
el bendito Amor,
¿qué
sería de tí?...
Amor,
bello ideal,
encantadora
luz,
fantástica
ilusión
de
eterna juventud.
Yo
sé morir por ti,
por
ti yo sé matar,
porque
eres siempre, Amor,
el
más bello ideal.
Mujer,
dulce beldad,
mujer,
candida flor,
ven
a encender en mí
la
luz de la ilusión.
Tu
amor me hace soñar
las
mieles de un edén;
por
él quiero vivir;
en
él pongo mi fe.
(Hablado)
TENIENTE
4°
Bien,
Capitán, bien...
CAPITAN
Linda
compañía la vuestra.
TENIENTE
1°
Seis
para cinco. Tocamos...
CAPITAN
A
todas las que se dejen.
ALDEANA
5ª
No
harán tal, que tenemos buenas manos para defendernos.
ALDEANA
6ª
Y
buenos novios para castigar al que se propase.
CAPITAN
No
habléis de novios, que es cosa que ofende siempre.
MARISCAL
(Dentro)
Que marche cada soldado al alojamiento que se le ha señalado, y venid luego a
recibir mis órdenes.
CAPITAN
El
señor mariscal. ¿Viene también a esta casa?...
TENIENTE
3º
También.
ALDEANA
1ª
Vámonos,
chicas. Saldremos por la puertecilla del corral.
ALDEANA
4ª
Sí,
vamos...
TENIENTE
4°
Id
con Dios, palomas...
CAPITAN
Quién
fuera gavilán... (Vanse las seis aldeanas por la puertecilla de la izquierda)
TENIENTE
2º
(Viendo
aparecer por la puerta del foro al Mariscal) El señor Mariscal. (Saludando) A
vuestras órdenes... (Saludan todos)
MARISCAL
(Avanzando)
Hola, brava gente. (Dos soldados y un sargento guardan la puerta del foro por
la parte de fuera) ¡Ay! . . . (Sentándose y echándose mano a una pierna, con
gesto de dolor)
CAPITAN
¿Qué
os pasa, señor?...
MARISCAL
Mis
dolores, Capitán, mis dolores. Reliquias de las pasadas campañas y la picara
gota.
(El
Mariscal es un hombre de poco más de cincuenta años)
CAPITAN
Habéis
hecho una brillante carrera en el Ejército; pero ha sido a costa de vuestra propia
sangre.
MARISCAL
Las
cicatrices de mi cuerpo pueden atestiguarlo. La herida más grave que recibí fue
cuando tenía tu edad. Estuve un mes luchando con la muerte. Sargento…
SARCENTO
(Avanzando)
A la orden.
MARISCAL
Haz
venir al dueño de la casa; que se presente al momento. (Fase el Sargento por la
puerta de la casa) ¿Le habéis visto vosotros?...
TENIENTE
2°
Sí.
Entró a disponer los alojamientos.
MARISCAL
No
parece mala casa.
TENIENTE
2º
No,
por cierto.
TENIENTE
4°
Debe
de ser de un labrador bien acomodado.
CAPITAN
¿No
os habéis fijado en que por acá, por la Alsacia, todas las casas parecen hechas
por las mismas manos?
MARGOT
Es
verdad. Idéntica distribución en todas; el patio en el centro; a un lado, el
huerto, y al otro, la vivienda; y en esta, la sala grande, y a su alrededor las
alcobas, al fondo la cocina...
TENIENTE
4º
Es
cierto.
MARISCAL
Y
en todas, las más bellas mujeres de Francia, las más románticas, las más,
soñadoras... Quien se muere sin haber gustado el amor de una alsaciana, se va
al otro mundo sin saber lo que es la gloria terrenal.
CAPITAN
He
visto algunas aldeanas por esas calles...
MARISCAL
Guapas,
¿eh?...
CAPITAN
Divinas.
MARISCAL
Pues
duro con ellas... Que no se diga que no son galantes mis soldados. El militar
debe dejar dulce recuerdo de su paso. ¡Ay, si no fuera por mis dolores! Si yo
tuviese vuestra juventud... (Por la puerta de la casa salen el Sargento y Fritz)
SARGENTO
(Acercándose
al Mariscal) Señor...
MARISCAL
¿Qué?...
SARGENTO
(Señalando
a Fritz) Este es el patrón.
FRITZ
Para
serviros.
MARISCAL
¿Tienes
dispuesta mi habitación?
FRITZ
Ya
está preparada. ¿Queréis verla?...
MARISCAL
Vamos
allá. (Al levantarse, se echa mamo otra vez a la pierna) ¡Ay!...
FRITZ
(Indicándole
el camino) Pasad por aquí, señor Mariscal.
MARISCAL
Antes
de entrar en la casa, mira hacia el interior de ella, y se vuelve hacia el
capitán y los Tenientes) ¿No os dije?... Tienes razón, Capitán. Es lo mismo que
todas.
FRITZ
(Sin
entenderle) ¿Decíais?...
MARISCAL
Nada.
Vamos....
FRITZ
Pasad.
(Hacen mutis por la puerta de la casa el Mariscal, Fritz y el Sargento)
TENIENTE
1°
Qué
gran persona es nuestro Mariscal.
TENIENTE
2º
Excelente.
TENIENTE
3°
Fuera
de los campos de batalla, más que nuestro jefe, es nuestro amigo.
TENIENTE
4º
Y
el confidente de todos nuestros amores...
CAPITAN
Cómo
le complace oírnos hablar de ellos.
TENIENTE
3°
Y
qué buenos consejos nos da...
CAPITAN
Sabe
mucho de eso, porque en sus mocedades fue un gran amador. Dicen que no había
mujer que se le resistiera.
TENIENTE
4º
Pues
tú eres su mejor discípulo.
CAPITAN
Bah,
exageraciones.
TENIENTE
1°
No
te hagas el modesto. Tus aventuras galantes son públicas.
TENIENTE
4°
Tus
amores con aquella planchadora de París...
TENIENTE
3º
Y
con aquella duquesa de Versalles.
CAPITAN
Bobadas.
Cuando se presenta una ocasión, la aprovecho, como todos... (Por la puertecilla
de la izquierda sale Margot; al verla, el Capitán termina su frase) Como ahora.
MARGOT
Dios
os guarde, señores. (Se dirige hacia la tapia, saca grano y vuelve a hacer la
misma operación de antes)
TENIENTE
2º
¡Qué
mujer, Compañeros!...
TENIENTE
1°
Debe
ser una moza de la casa.
CAPITAN
Tal
vez la hija del patrón.
TENIENTE
3°
Veréis...
CAPITAN
¿Qué
vas a hacer?...
TENIENTE
3°
Decirla
una cosa... (Se acerca a ella) Niña hechicera...
MARGOT
(Suspendiendo
su tarea y levantando la cabeza) ¿Qué queréis?...
TENIENTE
3°
Qué
feliz sería yo si comiese el pan que se haga con ese trigo, sólo porque ha
pasado antes por vuestras manos.
MARGOT
No
es trigo, señor. Es cebada para las caballerías...
TENIENTE
1º
(Burlándose)
¡Atiza!
CAPITAN
(Apartándole)
Quita, estúpido... (Acercándose a Margot) Escucha, bella niña...
MARGOT
¿Qué
deseáis?...
CAPITAN
Decirte
que en toda nuestra jornada no hemos visto una cara tan linda como la tuya.
TENIENTE
3°
Que
es una cosa muy parecida a lo que yo la he dicho...
MARGOT
(Queriendo
hacer mutis) ¡Dejadme, por Dios! No os burléis de mí...
CAPITAN
Atiende...
MARGOT
No,
no...
CAPITAN
(A
los Tenientes) Sitiad la plaza... (Los Tenientes rodean a Margot)
MARGOT
Por
favor...
CAPITAN
Escúchanos...
MARGOT
Señores...
(Música)
CAPITAN
Eres
alsaciana
tú,
cual bella flor;
un
trono merece
tu
dulce candor.
Merece
ser reina,
reina
del Amor,
quien
en el fuego de su mirar
lleva
la luz de la pasión.
TENIENTES
Eres
alsaciana,
tu,
cual bella flor;
etc.
MARGOT
No
merezco un premio tal,
no
merezco tal honor,
porque
el trono que ambiciono
sólo
es un corazón.
Yo
tan sólo he de reinar
en
el pecho de mi amor.
Reina
siempre, si me quiere
como
yo.
ELLOS
Por
el Amor
a
ser Rey llega el pastor...
Por
el Amor
Es
esclavo un gran señor…
Por
tu querer
mil
locuras voy yo a hacer,
que
tú serás
la
que en mi corazón reinarás.
(Hablado)
MARGOT
Dejadme,
señores, dejadme. No está bien que os burléis de una pobre aldeana...
CAPITAN
¿Quién
te asegura que es burla?...
MARGOT
¿Quién
me asegura que no lo es?...
CAPITAN
Yo.
MARGOT
¡Dejadme,
por Dios! (Mirando hacia su casa) Mí abuelo sale... Si me viera, hablar con
vos, me reñiría...
CAPITAN
Escucha…
MARGOT
Perdonad...
Que Dios os guarde. (Hace mutis por la puertecilla de la izquierda)
TENIENTE
2°
Linda
de veras es la mozuela...
TENIENTE
1º
Divina...
TENIENTE
4º
Habla
con un candor...
TENIENTE
3º
Decídmelo
a mí.
TENIENTE
4º
(Al
capitán, que permanece a la puerta de la corralada mirando hacia el sitio por
donde ha desaparecido Margot) Capitán...
CAPITAN
(Volviéndose
hacia ellos) ¿Qué hay?...
TENIENTE
4°
Es
hermosa la alsaciana, ¿verdad?...
CAPITAN
Ya
lo creo. (Disponiéndose a seguirla) Si pregunta por mí el Mariscal, decidle
cualquier embuste,
TENIENTE
3°
¿Vas
a ver si se rinde la plaza?...
CAPITAN
Voy
a sitiarla. (Vase por la puertecilla del corral)
TENIENTE
1°
Qué
suerte tiene el Capitán con las mujeres.
TENIENTE
3°
La
misma que hubiera tenido yo, si no llega a ser cebada lo de ese esquito. (Por
la puerta de la derecha Hale el Mariscal, seguido de Fritz)
MARISCAL
Está
bien, patrón, está bien...
FRITZ
¿Queréis
que os traiga unas jarras de cerveza?
MARISCAL
Sí,
traedlas. (Vase Fritz por la puerta de su casa) ¿Y el Capitán?...
TENIENTE
4°
Señor,
conquista entre manos.
MARISCAL
Hola,
¿quién es ella?...
TENIENTE
1º
La
nieta del patrón.
MARISCAL
Bravo...
(Por la puerta del foro sale Frandinet, acompañado de Federico y Pablo, aldeanos)
PABLO
(A
Frandinet, que no tiene maldita la gana> de acompañarles) Vos sois el más
indicado para hablar al Mariscal en nuestro nombre.
FRANDINET
(Resistiéndose)
No, hombre, no...
FEDERICO
¿No
decís que sois muy amigo suyo?...
FRANDINET
Intimo.
Pero no he hablado con él en mi vida.
FEDERICO
Le
hacéis presente nuestro deseo.
FRANDINET
Pero
si yo no...
PABLO
Vamos...
(Llamando la atención del Mariscal) Señor Mariscal…
MARISCAL
¿Qué?...
(Sale Fritz. Coloca jarras y vasos sobre, la mesa, y luego pasa al lado de los
Aldeanos)
FEDERICO
(Al
Mariscal) ¡Dios os guarde, señor!
MARISCAL
Y
a vosotros.
PABLO
El
señor Frandinet os explicará... (Empujando a Frandinet, que trataba de
ocultarse) Vamos, hablad...
FRANDINET
(Acercándose,
bien a pesar suyo al Mariscal) Je... Je... Vos, claro, no os acordaréis de mí.
MARISCAL
No.
FRANDINET
(Profundamente
convencido) Claro.
MARISCAL
No
caigo.
FRANDINET
(A
los aldeanos) ¿Veis? No cae el señor Mariscal... (Intenta nacer mutis, sin
lograrlo, porque Pablo le detiene)
FRITZ
Es
el señor Frandinet...
MARISCAL
¿Frandinet?...
PABLO
Un
noble, desterrado de París, que vive entre nosotros hace varios meses.
FEDERICO
Barón
de no sé qué...
MARGOT
¿Sois
barón?...
FRANDINET
A
la vista.
MARISCAL
¿Barón
de qué?...
FRANDINET
De
Fusac.
MARISCAL
(Acercándose
a él muy cariñosamente) ¡Uh! A vos no tenía el gusto de conoceros
personalmente; pero a vuestra familia, sí.
FRANDINET
(Asombradísimo)
¿Que conocéis a mi familia?...
MARISCAL
Ya
lo creo. Precisamente, ¿no sabéis?, uno de los tenientes de mi regimiento, es
sobrino vuestro...
FRANDINET
(Cada
vez más escamado) ¿Sobrino mío?...
MARISCAL
Sí.
(Al Teniente 3°) Hacerle venir, para que salude a su tío...
FRANDINET
(Deteniendo
al Teniente 3°) No, no; un momento, un momento . Que no me salude.
MARISCAL
¿Por
qué?
FRANDINET
Porque
me da el corazón que ese teniente y yo, no nos tocamos absolutamente nada.
MARISCAL
¿No
decís que sois el barón de Fusac?...
FRANDINET
De
Fusac... (Prolongando mucho la última letra)
MARISCAL
Eso:
terminado en c.
FRANDINET
Y
después de la c, h, j , k y 1.
Mi título es de origen ruso.
MARISCAL
Ah,
si es ruso...
FRANDINET
Completamente
moscovita.
MARISCAL
¿Terminado
en ele?...
FRANDINET
Ele.
MARISCAL
Entonces
no sois pariente suyo.
FRANDINET
Ni
él mío. Y a os lo decía yo.
MARISCAL
¿Y
decís que estáis desterrado?
FRANDINET
Desterradísimo.
MARISCAL
Vaya,
pues alegraos, y bendecid esta entrevista, porque os voy a comunicar una
noticia muy grata, que, seguramente ignoráis...
FRANDINET
¿Cuál?
MARISCAL
¿No
sabéis que Napoleón ha levantado el destierro a cuantos sufrían esa pena?...
FRANDINET
(Alarmado)
¿Qué decís?...
FEDERICO
Albricias,
señor Frandinet...
FRITZ
Entonces
volveréis a París...
PABLO
Y
os restituirán vuestros bienes...
FEDERICO
Y
nos pagaréis lo que os hemos adelantado.
MARISCAL
¿Qué
os parece la nueva que os traigo?...
FRANDINET
(Profundamente
contrariado) ¡Ah, novísima!... (Asaltado por una idea repentina) Pero a mí no
me alcanza ese indulto...
PABLO
¿Cómo?...
FRITZ
¿Por
qué?
MARISCAL
A
todos los desterrados por delitos políticos.
FRANDINET
Es
que el mío no fue político: fue personal. (Dándose tono) Tuve unas palabras con
Napoleón... Le insulté...
MARISCAL
(Iracundo)
¿Cómo decís?... ¿Fuisteis capaz de atreveros contra nuestro Emperador?...
FRANDINET
(Viendo
el giro que toma la cuestión intenta rectificar) No. Quise decir...
FEDERICO
Dejad
eso ahora, señor Frandinet, y vamos a lo nuestro...
FRANDINET
(Viendo
el cielo abierto, inicia la marcha) Vamos donde queráis...
PABLO
(Sujetándole
para que no se vaya) No...
MARISCAL
¿Qué
deseáis?...
FEDERICO
Yo
lo diré, señor Mariscal. Los vecinos de esta aldea, quieren rendir en vuestra
persona un homenaje a las tropas de nuestra amada Francia...
MARISCAL
Mil
gracias...
PABLO
Quieren
entregaros flores y frutos de nuestra tierra, y la moza más bella de la aldea
os dará la salutación en nombre de todos...
MARISCAL
Acepto
gustoso vuestro homenaje...
PABLO
Pues
con vuestra venia voy a decir que pasen. (Bajo a Frandinet) ¿Veis?
FRANDINET
Claro.
(Dándose tono) En cuanto ha visto que veníais conmigo. (Vase por el foro)
FRITZ
Pero
debéis poner en claro eso de vuestro destierro.
FRANDINET
Tiempo
hay. (Sale el Capitán de la puertecilla de la izquierda. Fritz lo mira receloso)
MARISCAL
(Al
Capitán) ¿Dónde te metes, picarón?...
CAPITAN
Mariscal,
la nieta del patrón es divina...
MARISCAL
Pero...
CAPITAN
Inocente
como una paloma. La he dado una cita para esta noche al pie de su ventana...
MARISCAL
¿Y
ella?...
CAPITAN
No
acaba de decidirse. Dice que lo pensará. Si acepta, al pasar junto a mí tirará
una flor al suelo...
MARISCAL
Duro,
duro con ella. (Fritz, mirando receloso al Capitán, hace mutis por la puerta de
la izquierda)
PABLO
(Sale
por la puerta del foro, seguido del Coro general de Aldeanos:) Aquí están ya,
gran señor...
MARISCAL
Que
pasen, que pasen...
PABLO
(A
los aldeanos) ¡Viva Francia!...
TODOS
¡Viva!...
CORO
Jóvenes
y viejos,
hombres
y mujeres
a
los militares
quieren
saludar,
y
como homenaje,
frutos
de la tierra
a
las bravas tropas
quieren
entregar.
(Se
apartan todos a Un lado. Por la puerta de la izquierda sale Margot, acompañada
de su abuelo. En la mano trae un ramo de flores. Viene ataviada con lujoso
traje de aldeana. La siguen varias aldeanas, formando su corte. Avanzan todos
hasta quedar en primer término, frente al Mariscal)
CORO
Aquí
os traemos
la
flor más bella,
la
flor más pura
de
nuestra aldea.
(Margot
se acerca ruborosa al Mariscal)
En
sus labios inocentes
que
se aprestan a besaros
recibid
el homenaje
de
todos los aldeanos.
(Margot
besa en la frente al Mariscal. Aclamaciones del Coro y alegría extraordinaria
en todos. Las Mozas se disponen a bailar. Margot, al entregar el ramo al
Mariscal, deja caer al suelo una flor, que recoge el Capitán)
Bailad,
bailad.
Vivan
nuestras tropas...
Viva
el Mariscal...
MARISCAL
(A
su abuelo)
Dejadme,
por favor,
que
a acompañar con mi canto
sus
danzas voy yo.
(A
una señal de Fritz se adelanta Margot y canta, mientras bailan las Mozas)
Baila,
alsaciana gentil,
baila,
llevando el compás,
que
cuando bailas así
gustas
más a tu galán.
Son
tus labios bella flor,
donde
Amor liba su miel,
no
cese tu baile ya;
alsaciana,
muévete.
Baila
moza,
que
tu galán te mira,
y
al mirarte,
loco
de amor suspira.
Baila,
moza,
no
dejes de bailar,
que
para animar tu danza
yo
no ceso de cantar.
TODOS
Baila
moza,
que
tu galán te mira...
(Animación
extraordinaria. Los Aldeanos echan al aire sus Sombreros. Aplausos, vítores,
etc. Fuerte en la orquesta y telón rápido)
C U A D R O SEGUNDO
Plaza
en la aldea. En primer término derecha, exterior de la casa de labor, con dos ventanas
practicables, dando frente al público; dicha fachada se prolonga, luego en ángulo
recto hacia el foro, y en dicho lado está la puerta) de entrada. Al foro, dos rompimientos
de fachadas de casas humildes, formando una calleja, que se pierde en la
perspectiva del telón de foro. A la izquierda, rompimientos de árboles. En
primer término izquierda, una fuente, cuyo pilón es grande y practicable, para que
en su borde puedan sentarse cómodamente dos personas, dando frente al público.
Al levantarse el telón comienza a amanecer.
(Al
levantarse el telón sale por la derecha Frandinet seguido de seis Tambores)
FRANDINET
Por
aquí... Despacio... No metáis ruido. (Se para ante la ventana de las flores)
Alto. Esta es su ventana. No olvidéis mis instrucciones, y cuidadito con equivocarse.
TAMBOR
1º
¿Pero
y el dinero?...
FRANDINET
Esta
misma noche os lo entregaré.
TAMBOR
2°
Es
que nosotros quisiéramos...
FRANDINET
(Con
dignidad) Silencio. Frandinet cumple siempre su palabra. Y ahora, ya lo sabéis,
primero acompañar mi serenata. Y luego los vítores y las aclamaciones. Ante sus
ojos debéis aparecer como antiguos servidores de mi famosa quinta de Versalles.
¿Estamos?...
TAMBOR
1º
Venga.
(Música)
FRANDINET
A
ver cómo redobláis,
a
ver cómo acompañáis
mi
canción apasionada...
TAMBORES
¡A
ver cómo nos pagáis,
ya
que así nos despertáis
al
llegar la madrugada!
FRANDINET
¡Chitón!
¡A
callar!
¡Atención,
y
a redoblar!
(Acercándose
a la ventana)
Si
no me quieres oír
lo
que aquí vengo a cantarte,
me
voy a tener que ir
con
la música a otra parte.
Lucero
de la mañana,
asómate
a la ventana,
si
te da la gana,
que
ya estoy aquí...
¡Ay
sí!
TAMBORES
Asómate
ya,
divina
Margot,
porque
ya está aquí.
FRANDINET
¡Ay,
sí!
¡Ven,
que aquí estoy yo!...
TAMBORES
Aquí
está porque te adora;
aquí
está loco perdido.
FRANDINET
Aquí
estoy porque te quiero,
y
aquí estoy porque he venido.
FRANDINET
Tanto
te quiero yo a tí,
que
de aquí no me marchara,
o
sea que estoy aquí
sólo
por tu linda cara.
Escucha,
luz matutina;
no
duermas, niña divina,
de
tez nacarina,
que
te canto yo..
¡Ay,
no!...
TAMBORES
Asómate
ya.
divina
Margot,
porque
ya está aquí...
FRANDINET
¡Ay,
no!...
Ven,
que aquí estoy yo.
TAMBORES
Con
los parches bien templados
te
damos la serenata...
FRANDINET
¡A
ver si ahora vas a. echamos
con
las cajas destempladas!...
(Hablado)
FRANDINET
Está
bien.
TAMBOR
1°
Me
parece que no se puede pedir más por cuatro cochinos; escudos...
FRANDINET
(Imponiendo
silencio) Chist, más bajo. En eso de loa escudos estáis equivocados. Ni son
cochinos, ni son cuatro: son dos.
TODOS
¿Eh?...
¿Cómo?...
TAMBOR
1º
Dijisteis
cuatro.
FRANDINET
Vaya,
serán cuatro si dais un viva que retumbe en toda la aldea. Grita, tú: ¡Viva el
noble señor Frandinet!...
TAMBOR
1º
¡Viva
el no!... (Deteniéndose) Vengan antes los cuatro escudos.
FRANDINET
En
cuanto termine el viva...
TAMBOR
1°
¡Viva
el noble señor Frandinet!...
FRANDINET
(A
los Tambores) Todos ahora: ¡Viva!...
TODOS
¡Viva!...
FRANDINET
Con
más brío, con más fuerza .. Esto no vale arriba de medio escudo...
TODOS
(Muy
fuerte) ¡Viva!... (Se entreabre la ventana de las flores!)
FRANDINET
Muy
bien... ¡Ah. ya acude al reclamo! ¡Cómo conozco el corazón de las mujeres!...
(Se asomo el mariscal a la ventana. Frandinet adopta una actitud gallarda,
creyendo que quien se asoma es Margot)
MARISCAL
(Muy
ofendido) ¡Ira de Dios!... ¿No podíais iros con vuestros vivas al infierno?...
TODOS
¡El
Mariscal! (Hacen mutis los Tambores apresuradamente)
FRANDINET
Caray,
qué, cambio...
MARISCAL
Señor
Frandinet... o señor Demonios; convendréis conmigo en que tas no son horas de
escandalizar por las calles... ¿No podíais haber elegido otro lugar para dar
voces?...
FRANDINET
¡Perdonad,
señor Mariscal! Yo ignoraba que vos dormíais ahí.
MARISCAL
¿Dormir?...
Ojalá pudiera... Estos malditos dolores...
FRANDINET
Venía
a cortejar, pensando que en esa habitación, como todas las noches, estaba
aguardándome la gentil Margot .
MARISCAL
Pues
no está aquí.
FRANDINET
Se
habrá trasladado a la alcoba de la cocina, que tiene la ventana al otro lado.
MARISCAL
No
sé...
FRANDINET
Pues
voy allá, porque me estará aguardando muy impaciente.
MARISCAL
Id
con Dios . (Se retira y cierra la ventana)
FRANDINET
Que
El os guarde. No hay mal que por bien no venga. Me he ahorrado cuatro escudos.
(Vase por la derecha y sale por la izquierda el Capitán, el cual se dirige
resueltamente hacia la ventaría de lo celosía)
CAPITAN
Esta
es su ventana. Tras ella me estará esperando. ¿Me espiará el viejo Fritz?...
Parece que anda algo receloso. (Oyese toser al Mariscal, que sale a poco por la
puerta de la tapia) ¡Ah, el Mariscal! Señor: buenas noches...
MARISCAL
¿Qué
hay, Capitán?...
CAPITAN
¿Habéis
descansado bien?
MARISCAL
No.
No he podido dormir, y he salido a respirar el aire fresco de la mañana.
CAPITAN
Que
está hermosísima...
MARISCAL
Bien.
Puedes retirarte.
CAPITAN
Siempre
a sus órdenes, señor... (Verdaderamente contrariado inicia el mutis hacia la
izquierda, pero vuelve ante el Mariscal) ¿A qué hora hemos de partir?
MARISCAL
Al
medio día.
CAPITAN
Corno
mandéis.
MARISCAL
Anda
con Dios. (Inicia el Capitán la marcha. El Mariscal, dándose cuenta de la
situación, le llama) Capitán...
CAPITAN
Señor...
MARISCAL
(Sonriendo
con malicia le hace ver que sospecha ¡tus planes) ¡Capitán!...
CAPITAN
(Animado)
No os lo niego. A vos, que sois tan bueno para nosotros, y que con tanta
indulgencia miráis nuestras aventuras, no puedo engañaros. Esa es su ventana.
Ahí me espera...
MARISCAL
Juventud,
divinas locuras... Te dejo el campo libre.
CAPITAN
No
podré hablar con ella. El abuelo algo sospecha, y con ojo avizor, vigila.
MARISCAL
¿Fritz?...
CAPITAN
Fritz,
que según mis noticias, cuando se enteró de nuestra llegada hizo gestiones para
evitar que se alojase nadie en su casa. Es celoso guardián del candor de su
nieta, Vedle ahí. (Señala hacia dentro por la puerta de la tapia)
MARISCAL
Burlaremos
su vigilancia. Yo le entretendré. Aprovecha el tiempo y regala los oídos de la
bella con las dulces frases que habrán pensado tus locos deseos.
CAPITAN
¡Qué
bueno sois para vuestros soldados!
MARISCAL
También
yo me acerqué con amor a las rejas de las bellas. Esta casa es como aquellas Tu
aventura, como tantas de las mías... Juventud, loca juventud: feliz quien te
posee.
(Hace
mutis por la puerta de la tapia)
CAPITAN
¡Al
fin! (Se dirige la ventana de la celosía. Es ya de día completamente)
(Música)
CAPITAN
Acude
al reclamo
de
su Capitán...
Pobre
paloma inocente.
Aquí
está su gavilán.
(Por
la puerta de la tapia sale Margot. El Capitán se dirige hacia ella)
Oye,
gentil alsaciana,
la
de negrísimo pelo,
son
tus. labios como grana,
son
tus ojos luz del cielo.
Amor
florece en tu boca,
boca
de claveles rojos,
se
encienden las ilusiones
al
resplandor de tus ojos.
MARGOT
Guarde
el señor caballero
su
cortesía galana,
que
no es elogio sincero
de
esta gentil alsaciana.
CAPITAN
Ven
aquí,
no
te alejes, ingrata, de mí.
MARGOT
Capitán,
yo
no puedo atender vuestro afán.
Capitán,
Capitán,
que
vas a combatir
sin
el bendito amor,
¿qué
sería de ti?
Amor,
bendito amor,
encantadora
luz,
fantástica
ilusión,
de
eterna juventud.
CAPITAN
Rendido
ya quedé,
esclavo
soy de amor; no quiero libertad,
si
libre he de perder
esta
dulce ilusión; esta bella ansiedad;
que
tu belleza fue
para
mi vida un dulce y suave imán,
si
amor no conquisté,
amor,
no quiero vivir ya.
MARGOT
Rendido
ya quedó,
esclavo
es del amor; no quiere libertad,
si
libre ya perdió
la
más dulce ilusión, la más bella ansiedad;
que
mi belleza fue
Para
su vida un dulce y suave imán;
si
amor no conquistó,
amor
no quiere vivir ya.
LOS
DOS
CAPITAN
Rendido
ya quedé,
esclavo
soy de amor;
no
quiero libertad, etc.
MARGOT
Rendido
ya quedó,
esclavo
es del amor;
no
quiere libertad, etc.
(Hablado)
MARGOT
Soltadme...
Alguien viene...
CAPITAN
Volveré
luego. ¿Saldrás?...
MARGOT
Capitán...
(Dudando)
CAPITAN
Saldrás,
sí. Tus ojos me lo dicen... (La acompaña hasta la puerta de la tapia, y al
despedirse de ella la da un beso en la mano. Ella hace mutis y él se va por la
derecha. Por la lateral izquierda salen el Mariscal y Fritz)
FRITZ
Venid
por aquí. Repito que estaremos mejor a la puerta de mi casa. (Mirando receloso
o todos lados)
MARISCAL
Qué
manía. (Se sienta en el banco) Ladino es el viejo. (Alto) Por mí podéis
retiraros a descansar cuando os plazca.
FRITZ
Prefiero
haceros compañía.
MARISCAL
Gracias.
(Ofreciéndole rapé) ¿Un polvo de rapé?...
FRITZ
No
lo gasto, señor...
MARISCAL
Pero
venid acá. Sentaos a mi lado y charlemos.
FRITZ
A
vuestras órdenes.
MARISCAL
¿Sabéis
lo que noto, amigo Fritz?...
FRITZ
¿Qué
notáis?...
MARISCAL
Que
sois tal vez el unió aldeano a quien disgusta la presencia de los saldados en
el lugar.
FRITZ
Os
engañáis.
MARISCAL
No,
Fritz, no. Sé que por vuestro gusto hubierais cerrado estas puertas a nuestro
paso. (Cariñosamente) Conozco vuestras gestiones para conseguir que no entrase
ninguno de los míos en vuestra casa. (Fritz calla) ¿No es verdad?
FRITZ
No
lo niego.
MARISCAL
Eso,
amigo Fritz, está mal. Esa actitud hostil con los soldados de Francia no es de
buen patriota.
FRITZ
Quiero
a mi patria como pueda quererla el que más, y por ella daría gustoso mi
hacienda y mi vida...
MARISCAL
Pues
entonces...
FRITZ
¿A
qué repetiros la historia que alguien os habrá contado ya?... Todos la conocen
en la aldea y respetan el dolor que me produce el paso de las tropas.
MARISCAL
Nada
sé. ¿Perdiste algún hijo en la guerra?...
FRITZ
Perdí
una hija.
MARISCAL
¿Eh?...
FRITZ
De
regreso de una campaña, se alojó en mi casa un teniente. Venía gravemente herido,
y un mes estuvo luchando con la muerte en una de esas alcobas. A la solicitud
del médico se unieron nuestros cuidados para salvarle. Mi hija veló muchas
noches al lado de su cama, atendiéndole, procurando consolar sus dolores. Salvó
el teniente, y aún estuvo un mes entre nosotros. Cuando marchó, le despedimos con
tristeza. Mi Adriana, llorando, llorando mucho. No volvimos a saber nada de él.
Nació Margot. Mi hija murió de pena, y de vergüenza. Mi nieta no sabe quién fue
su padre...
MARISCAL
(Profundamente
conmovido) Fritz... (Reponiéndose) Amarga es tu historia.
FRITZ
¿Comprendéis
por qué miro con dolor el paso de las tropas?...
MARISCAL
Sí.
(Pausa. Con resolución) Capitán, Capitán... (El Capitán sale por la derecha)
CAPITAN
Señor...
MARISCAL
Toquen
marcha. Toda la gente lista para partir al momento...
CAPITAN
Pero
señor...
MARISCAL
Obedece.
CAPITAN
¿Pero
no dijisteis que saldríamos de madrugada?... ¿Olvidáis?... (Señalando a la
ventana de Margot)
MARISCAL
(Con
autoridad) Cumple mis órdenes... (Bajo y con energía) Y de esa mujer no vuelvas
a acordarte...
CAPITAN
Pero...
MARISCAL.
Capitán!...
CAPITAN
A
vuestras órdenes. (Vase por la derecha)
MARISCAL
(A
Fritz) Avisad al Sargento y a los Tenientes.
FRITZ
En
seguida. (Vase por la puerta de la tapia. Oyese el sonido de las trompetas que tocan
marcha. El Mariscal contempla la casa. Sale Frandinet por la derecha)
FRANDINET
¿Pero
cómo? ¿Os vais?...
MARISCAL
Sí.
FRANDINET
¿Tan
pronto?.
MARISCAL
Es
preciso.
FRANDINET
Pues
yo tenía entendido que estaríais en la aldea hasta mañana.
MARISCAL
Pues
yo he decidido marchar esta noche. ¿Qué, os parece mal?...
FRANDINET
¿A
mí?... ¿A mí?... (Aparte) A mí me desconcierta este hombre.
(Salen
por la puerta de la tapia el Sargento y los Tenientes 1°, 2°, 3° y 1° Se oye
más lejano el toque de las cornetas)
MARISCAL
Sargento,
que preparen mí caballo, y todos listos para partir al momento. (Vase el
Sargento por la derecha)
TENIENTE
1º
Ya
estaba yo en el primer sueño.
TENIENTE
2°
Y
yo. (Salen por la puerta de la tapia Fritz, seguido de Margot y de Flora)
MARISCAL
(A
Fritz) Gracias por vuestras atenciones, Fritz...
FRITZ
Señor...
MARISCAL
(Señalando
a Margot) Tu nieta, ¿eh?...
MARGOT
Para
servirle.
MARISCAL
(Dirigiéndose
a ella, muy conmovido) Bella niña: de alguna manera quiero pagaros vuestra
hospitalidad... (Sale el Capitán y se acerca) al grupo de los Tenientes)
FRITZ
¿Que
decís?...
MARISCAL
(Se
quita una medalla con su cadena que lleva al cuello) Toma. (Se la da a Margot)
Poco es su valor.
MARGOT
Señor...
MARISCAL
Consérvala
como recuerdo de un teniente que pasó por aquí.
FRANDINET
De
un mariscal, querréis decir...
MARISCAL
Sí,
de un mariscal. Toma. (Margot la coge)
MARGOT
Gracias,
señor...
MARISCAL
(A
Fritz, bajando la voz) Yo volveré por aquí, Fritz; pero yo solo, sin esos.
(Volviéndose hacia los Tenientes) En marcha. (Comienzan a desfilar los soldados
por la calleja al son del pasodoble, y no dejan de pasar hasta que cae el telón)
Adiós. (Mira conmovido a Margot y se ve que tiene que hacer un esfuerzo grande
para aparecer sereno)
FLORA
y FRITZ
Adiós,
señor...
MARISCAL
(Bajo
a los dos viejos y llevándoles a un lado) Rezad por Adriana... Yo también rezo
por ella. (Antes de que Flora y Fritz puedan contestarle, inicia la marcha, y
sorprende en ese momento a Margot y al Capitán hablando)
CAPITAN
(A
Margot) ¿Me esperarás?
MARGOT
Sí.
CAPITAN
Pues
yo te juro que volveré.
MARISCAL
(Con
autoridad) ¡Capitán!... En marcha. (Inician todos lo, marcha. Cuadro. Telón)
FIN DE LA OBRA
Información obtenida en:
http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/registro.cmd?id=2435
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