Maruxa (Libreto)



MARUXA



Egloga lírica en dos actos.

Libreto: Luis Pascual Frutos.

Música: Amadeo Vives.

Estrenada en el Teatro de la Zarzuela el 28 de mayo de 1914.


REPARTO (Estreno)

Maruja – Ofelia Nieto.

Rosa – Emilia Iglesias.

Eulalia - Sra. Ortega.

Pablo – Juan Corts.

Antonio – Rafael López.

Rufo – Francisco Meana.

Un Zagal - Sr. Vela.

Estrenada el 28 de mayo de 1914 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid.


(Todo cantado)


ACTO PRIMERO

(La acción se desarrolla en Galicia, hacia 1910. La escena representa un prado alegre de Galicia. Es un amanecer de un día de verano. Tras un breve preludio se escucha un coro de pastores)

(Maruja, Pablo)

PASTORES
La luz del nuevo día
nos llama a las labores,
también nuestro rebaño
nos llama sin cesar.
El sol es la alegría
de ovejas y pastores
balidos y zampoñas
en breve sonarán.

(Al levantarse el telón se oirá a lo lejos el alalá de los pastores. Maruxa aparece sentada en un risco peinando y engalanando con lazos azules a su ovejita Linda. Después le pone delante para que se vea en un trozo de espejo y la dice que se mire. Pareciéndole un poco empañada la luna del espejo, la humedece con el aliento, la seca con la falda, y ya limpia, se mira en él, y complacida de su limpidez se lo presenta nuevamente a la oveja)

MARUXA
Mírate, mírate.
Mírate al espejo,
mírate al espejo.
Mírate en el espejo
mi Linda amada,
mírate y dime presto
si no estás guapa.
¿Qué, te afligen las penas?
¿Por qué tontina?
¡Si eres tú la del prado
la oveja linda!
¿Es que ya no me quieres?
¿Te he disgustado?
No me seas esquiva,
ven a mis brazos.

(Maruxa abraza a la oveja y la llena de besos. Después casi tendida en el suelo, habla al oído de la oveja como para confiarle un secreto)

Ovejita tan blanca
Como mis sueños.
¿No es verdad que me quieres
como te quiero?
Llama con tus balidos
al guapo mozo
más gallardo y más bueno
de este contorno.
Di con tus dulces quejas
que le esperamos,
di que sin él nos falta
vida en el prado.

(Se sienta y coloca la oveja encima de su falda)

¿Es que ya no me quieres?
¿Te ha disgustado?
¡Si tendrás celos!
¡Ven a mis brazos!

(Como en éxtasis)

¡Ovejita tan blanca
como mis sueños...
solamente tú sabes
lo que te quiero!

(Se oye a lo lejos los sones de una gaita que alegran a Maruxa, porque anuncian la llegada de Pablo. Besa a la oveja y la dice)

¿No oyes?
¡Es él!...¡Es él!

(De repente cesa la música de la gaita. Maruxa sorprendida pregunta)

¿Por qué calló?

(Después escucha con mucha atención y temiendo que la oveja pueda interrumpir el silencio, la dice poniéndose un dedo en la boca)

¡Silencio!

PABLO
(Dentro)
Herido del mal de amores
estoy por una rapaza.
¡Si no me quiere me muero!
¡Y si me quiere me mata!

(Maruxa, al oír la voz de Pablo, se levanta haciendo grandes demostraciones de alegría, y al oír nuevamente los sones de la gaita, que se van aproximando, baila sin poder contener su entusiasmo)

MARUXA
La, la, la, la.
(Llamándole)
¡Pablo! ¡Pablo!

PABLO
(Dentro)
Maruxa!

(Esta corre a su encuentro)

(Pablo, Maruxa)

PABLO
(Aparece)
Con la aurora salió la zagaliña,
y con ella el sol quiso lucir,
y hasta el prado iluminado
parece sonreír.

MARUXA
¡Y vivir!

PABLO
Prados claros, tranquilos y risueños
que llenáis de alegría el corazón;
fuentes corredoras y murmuradoras
seguid vuestra canción.

MARUXA
¡Qué ilusión!
Yo también he venido hasta este prado
a buscar las venturas que hay aquí.

PABLO
Pues por eso corriendo vine a verte.

MARUXA
y lo mismo que a ti, me pasó a mí.

PABLO
Por ver tus ojos ¡ay! vida mía,
por ver tus ojos, quiero vivir.

MARUXA
Yo te diría, si me atreviera,
lo que mis ojos no han de decir.

PABLO
Tú qué dirías ¡ay! dime pronto,
tú qué dirías ¡ay! dime ya

MARUXA
Yo te diría..., mas no lo digo

PABLO
Habla, Maruxa.

MARUXA
Pues voy a hablar.
Yo te diría que eres muy tonto.

PABLO
¡Ay, Marusilla, tienes razón!

MARUXA
(Con gazmoñería)
¡Luego diría que eres muy guapo!

PABLO
¡Maruxa mía del corazón!....
De gusto quieren bailar las piernas.

MARUXA
También las mías quieren bailar.
La gaita ya.

PABLO
Tocando está.

MARUXA y PABLO
Dancemos. Sí. A bailar.

(Los dos con voz fuerte y gangosa imitan la gaita gallega)

MARUXA
(Iniciando un paso de baile)
¡Ah! La, la.

PABLO
¡Ay! Maruxiña, danza muy ligera.

MARUXA y PABLO
Danza alegre y a compás,
luciendo en tu figura
donaire y hermosura.
Dancemos mucho más.

(Resueltamente bailan, con tal rapidez, que tropezando caen los dos al suelo, uno encima del otro. Se levantan rápidos y avergonzados)

PABLO
¡Maruxa!

MARUXA
¡Pablo!

PABLO
(Acercándose a ella cariñoso)
¿Te has hecho daño?

MARUXA
No; pero siento muy adentro
una angustia que me mata,
como una espina que me tortura
como un deseo, como un afán.

PABLO
¡Ay, Maruxa! ¿Por qué lloras?

MARUXA
No lo sé ni lo adivino.

PABLO
¿No sospechas tú la causa?

MARUXA
Es un mal que está escondido.

PABLO
¡Oyeme!

MARUXA
¡Pablo!...

PABLO
(Muy amorosamente)
¡Ah!
Una angustia también aquí siento,
tan extraña que nunca sentí,
y esa angustia empezó aquella tarde
que en el prado y a solas te vi.
Me pregunto mil veces la causa
y la causa no acierto a explicar;
sólo sé que al llegar a tu lado
en seguida se calma ese afán.

MARUXA
Yo tampoco acierto claramente
a comprender
la angustia que siento cuando no
te puedo ver,
y por eso quiero yo estar siempre
junto a ti,
que el mal que me aqueja
no podrá curarse nunca más que así.

PABLO
Pues si así se cura, bienvenido sea el mal.

MARUXA
No, porque el remedio es
difícil de encontrar.

PABLO
Yo estaré a tu lado
y así el mal se alejará.

MARUXA
Siempre junto a mí
¿dices que estarás?
Si eso fuera así, ¡qué felicidad!

PABLO
Ven y calma mis ansias

MARUXA
¿Será eso amor?

PABLO
¡Ay, pastora del alma!
¿Qué es el amor?

MARUXA y PABLO
Si es amor el mirarme en tus ojos,
y muy dentro su fuego sentir,
si es deseo jamás explicado,
si el la bella ilusión de vivir,
si es sentir tus caricias constantes
y morir de alegría y dolor,
es amor lo que siento en el alma,
lo que llevo en el alma es amor.


(Rufo, Maruja, Pablo)

RUFO
(Dentro, gritando a la manera de los pastores)
¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!
Teño unha nena’n o Betanzos,
outra neniña teño’n o Ferrol,
s’a d’o Betanzos non e boa muller,
a outra e moito peor.
(Pablo y Maruxa al oír la canción se separan y se dirigen cada uno por un lado para averiguar quién es el cantor)

MARUXA y PABLO
¡Es el señor Rufo!

MARUXA
Vámonos al hato.

PABLO
Vamos.

MARUXA
Que hace algunos días
nos está observando.

(Los dos pastores se hacen una seña de inteligencia como indicando que deben disimular y hacen medio mutis, cada uno por un lado, cantando la canción de Rufo, burlescamente)

MARUXA y PABLO
Teño unha nena’n o Betanzos,
outra neniña teño’n o Ferrol.

PABLO
(Llamando a Maruxa que ya casi ha desaparecido)
¡Maruxa!

MARUXA
(Saliendo)
¡Qué! ¿Se fue?

PABLO
¿Se fue?... ¡No se le ve!...

MARUXA
Pues ten sigilo al caminar
porque cerquita debe andar.

(Medio mutis)

PABLO
(Vuelve a llamar a Maruxa)
¡Pst!... ¿Esta tarde?...

MARUXA
Donde siempre.
En la fuente del consejo,
Y ahora, adiós, que yo me marcho
a mi hato, que está lejos.

PABLO
(Sin resignarse a que se vaya Maruxa)
¡Oyeme!... ¡Espera!...

(Llegando al centro de la escena)

¡Dame esa flor!

MARUXA
(Aproximándose a Pablo y entregándole la flor que lleva en el pecho)

¿Es ésta? ¡Tómala!

PABLO
(Sin tomarla)
¡Ah! No. Así, no.

MARUXA
(Besando la flor y dándosela a Pablo)
¿Y así?

PABLO
¡Tampoco!

MARUXA
¿Pues cómo? ¿Di?

PABLO
Como tú sabes.

MARUXA
Pues ven aquí.

(Maruxa mira a todos lados, no ve a nadie, se coloca la flor en la boca y las manos detrás y espera. Pablo, también con las manos detrás, avanza hasta Maruxa y pretende quitarle la flor con la boca. Maruxa mueve la cabeza varias veces, esquivando que Pablo la quite la flor, hasta que al fin triunfa el pastor, en el preciso momento en que aparece Rufo)

RUFO
(Sorprendido de lo que ve)
¡Ah! ¡Ah!

(Maruxa y Pablo, repuestos del susto, ríen estrepitosamente. Y, haciendo burla a Rufo, hacen mutis corriendo cada uno por un lado)


(Rufo)

(Rufo ha quedado perplejo de la burla de los pastores y no sabe a qué sitio acudir primero para castigar tal atrevimiento. Se contenta con subir al fondo amenazando a los chicos con los puños cerrados)

RUFO
¡Ganapanes!... ¡Atrevidos!....
¡Y se mofan además!...
No respetan mi presencia,
ni que soy su capataz.

(Con amarga resignación)

Es mi sino desgraciado
como amargo es mi destino,
mi destino de encargado
de esta hacienda del vecino.
Hombre probo y de conciencia
mis deberes cumplo atento,
pero da la coincidencia
que de todos soy ungüento
y aprovechan mi presencia
para algún atrevimiento.
¡Y he de ver!... ¡Y he de callar!
¡Rayos y centellas!,
esto es demasiado,
carros de demonios,
no lo lograrán.
¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!
Gon, golondrón, golondrina que a mí
gon, golondrón me preguntan así:
“Rufo feliz, glondrín, golondrón,
dime, dime, por qué llevas ese zurrón”

(Rufo pasea malhumorado por la escena)

Vino ayer a hacerse cargo
de su herencia la señora,
y su primo, que es muy largo,
la acompaña y la enamora.
Y me encargan los tutores
que les cuide diligente,
y proteja sus amores
sin ningún inconveniente,
y a mis años, es, ¡señores!
un papel impertinente.
¡Y he de ver!...¡Y he de callar!
¡Rayos y centellas!,
esto es demasiado,
carros de demonios,
no lo lograrán.
¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah! ¡Ah!
Gon, golondrón, golondrina que a mí
gon, golondrón me preguntan así:
“Rufo feliz, glondrín, golondrón,
dime, dime, por qué llevas ese zurrón”

(Rufo se dispone a marcharse cuando ve llegar, enzarzados en una disputa a la pareja, - su señorita Rosa y su primo- por lo que decide ocultarse detrás de un árbol)


(Rufo, Rosa, Antonio)

RUFO
(Para sí)
Guarda, Rufo, que vienen
los novios riñendo,
y yo he de impedirlo.
¡A Dios me encomiendo!

ROSA
(Dentro)
¡Yo no quiero verte!

ANTONIO
(Dentro)
¡Ni yo quiero hablarte!

ROSA
(Saliendo)
¡Pues se terminó!

ANTONIO
(Saliendo)
¡A qué habré venido!

ROSA
¡A qué habré llegado!

ANTONIO
Eso digo yo.

RUFO
(Escondido)
Eso es cariño. ¡Cómo no!

ROSA
No vi otro zángano
más estrambótico.

ANTONIO
No vi otra gárrula
de genio exótico

RUFO
Colijo, por lo que escucho,
que los dos se quieren mucho.

ROSA
Eres insolente.

ANTONIO
Como tú una arpía

ROSA
Primo, que te calles.

ANTONIO
Pues no quiero, prima.

ROSA
No te lo tolero.

ANTONIO
Sé tú la primera.

RUFO
(Aparte)
¡Eso es la verdad!

ROSA
¡Ay!, qué majadero.

ANTONIO
Eres una fiera.

ROSA
Tú, tú.

ANTONIO
Tú, tú.

RUFO
(Aparte)
¡Qué barbaridad!
¡Qué preciosa ocasión,
para yo intervenir
en la conversación!

ROSA
(Aparte)
Es preciso despistarle,
aburrirle y marearle,
que no sepa lo que intento.

RUFO
(Aparte)
¡Esto pasa ya de cuento!

ROSA
(Aparte)
Si sus padres, mis tutores,
concertaron los amores,
por quedarse con mi hacienda...

RUFO
(Aparte)
¡El demonio que lo entienda!...

ROSA
.... claramente ha comprendido
que no estoy por sus amores,
y que todo está perdido.

ANTONIO
Desde niño me enseñaron
a pensar en ti,
y yo necio, más que necio,
que en tu amor creí

(Aparte)

Si su amor es imposible
mi venganza será horrible.

ROSA
Dime lo que has pensado.

ANTONIO
¿No te lo has figurado?
Si tu amor no puede ser
tal vez encuentre otra mujer.

ROSA
Si piensas que celos
me puedes dar,
escucha un consejo
que no has de olvidar.
Te emplazo, si novia quieres buscar,
recorre los prados de la heredad
Si alguna pastora te enamora
poco me ha de importar.

ANTONIO
Calla prima y modera tu altivez.
Ese orgullo te lo guardas otra vez.

ROSA
Porque digo las verdades
se incomoda el señorito.
Si no quieres escucharlas
vete ya, te lo repito.

RUFO
(Aparte)
¡Si hacen la ruptura aquí
el disgusto es para mí!...

ANTONIO
Me voy por no oírte.

ROSA
Yo me alegro tanto

ANTONIO
Estoy harto ya.

ROSA
Eres un imbécil.

ANTONIO
Eres una arpía.

ROSA
(Desafiándole)
¡Anda, ven acá!

RUFO
(Saliendo del escondite, al ver la actitud de los novios)
¡Alto!

ROSA y ANTONIO
(Con alegría, porque la presencia de Rufo salva la situación)
¡Rufo!

(Pausa porque nadie sabe qué decir)

RUFO
(Muy embarazosamente y tartamudeando)
Soy el mismo, el mismo
que ahora acaba de llegar.

ROSA
(Aparte)
¡Qué embustero!

ANTONIO
(Aparte)
¡Qué oportuno!

RUFO
Sentiría, sí, sentiría molestar.

ANTONIO
Nada de eso

ROSA
Bien llegado.

RUFO
(Queriendo disimular y abanicándose mucho con la mano o el sombreo)
¿Pero han visto qué calor?

ANTONIO
(Aparte)
¡Si encontrara mi pastora!...

ROSA
(Aparte)
¡Dónde estará mi pastor!..

RUFO
¡Qué calor! ¡Qué calor! ¡Uf! ¡Qué calor!

ROSA
Rufo, que oportuno,
con su intervención,
nos ha librado
de esta discusión.
Jamás de primo
novia yo he de ser.
No soy una niña
sino una mujer.
Y el primer chispazo
de un soñado ardiente amor,
me prendió en el alma
el día que yo vi al pastor.

ANTONIO
Rufo, que oportuno,
con su intervención,
nos ha librado
de esta discusión.
A fin de que Rosa
mía pueda ser,
yo le daré celos
con otra mujer.
La Maruxa hermosa
acudirá en mi favor,
tendrá que humillarse
y no desdeñará mi amor.

RUFO
Nunca más a tiempo
pude aquí llegar,
porque los dos primos
son locos de atar,
y con sus rencillas
y su mal humor,
van las relaciones
de mal en peor.
Por eso los amos
quieren que yo esté,
detrás de los novios
pero no hay de qué;
porque no consigo
con mi intervención,
el que hagan las paces
como es de razón.
Y esto me horripila
y me hace penar,
porque si los primos
no van al altar,
me han dicho los amos
que yo sobro aquí,
y que estoy sobrando.
¡Yo creo que sí...
Ay, maldito sino
que en mí cebó!...
¿De mí qué pretendes?
¿qué mal te hice yo?
Ya no saben los dos qué decir.
¡Qué bonito papel hago aquí!...

ROSA
¡Ay, Dios mío, qué rabia!...
no se marcha nunca ese bribón.

ANTONIO
(Alejándose)
Ya verás, prima Rosa,
como es mío, al fin, tu corazón.

RUFO
(Aparte)
El primito se quiere marchar.
Es un medio para terminar.

ROSA
Ya se va, ¡qué placer!

ANTONIO
(Haciendo mutis)
¡Inconstante mujer!

ROSA
¡Corazón late ya,
que ese necio se va!...

RUFO
Cerca de los novios
quieren que yo esté.
Yo no lo comprendo,
no sé para qué.

ROSA
Ya por fin no se le ve.
¡Al fin triunfaré!...

(Rosa queda mirando por donde se fue Antonio. Rufo desde el otro lado hace gestos y burla a la señorita, hasta que ésta se vuelve y dirigiéndose a él le llama dándole un golpe en el hombro)


(Rosa, Rufo)

ROSA
Rufo, amigo.

RUFO
¡Señorita!
A servirla estoy dispuesto.
¡Mande usted!

ROSA
Ve enseguidita,
Busca a Pablo y tráele presto

(Impacientándose a un gesto de disgusto que hace Rufo)

Anda, Rufo, por favor.

(Con pasión)

Le dirás que quiero hablarle.
Rufo
¿Pablo?

ROSA
Sí, Pablo el pastor.

RUFO
(Aparte)
Ya comprendo ahora el enfado,
loca está la señorita,
del pastor se ha enamorado
y mi auxilio solicita.

ROSA
¿Qué murmuras?

RUFO
¡Nada, nada!

ROSA
Tráeme a Pablo. Corre, pronto.
¿No me ves emocionada?

RUFO
(Con amarga resignación hace medio mutis)
Gon golondrón, golondrina, simplón,
¡dime por qué llevas ese zurrón!...

ROSA
(Deteniendo a Rufo, le dice confidencialmente)
¡Que en el pastor
puse mi amor!

(Con vehemencia, alegría y pasión)

Le vi, me vio
y su mirada
en mí clavó.
También anhelante,
le miré un instante;
¡se ruborizó!...
Yo quedé confusa,
pero sentía,
un inesperado
placer, que fluía
por todo mi ser
y que transformaba
la vida mía...
¡Qué inmensa alegría
¡Oh! Gran poder
el de su mirada,
que a una mujer
deja enamorada!
¡Alma mía!
¡No sé qué hacer!...

RUFO
¡Señorita, qué horror,
querer a un pastor!...
Esa locura es imposible.

ROSA
¡Le amo!...

RUFO
A casarse usted va;
novio tiene ya.
¡Habrá un escándalo terrible!

ROSA
¡Pablo!

RUFO
Yo no traigo al pastor.

ROSA
Sólo yo mando aquí.

RUFO
Pero yo tengo miedo;
se enteran sus tíos
y pobre de mí.

ROSA
Sólo yo mando aquí.

RUFO
No lo puedo negar.
Pero yo tal locura
no puedo amparar.

ROSA
(Exaltada, sin hacer caso a Rufo)
¡Oyeme!...

RUFO
No la puedo escuchar.

ROSA
¡Cállate!...

RUFO
No me puedo callar.

ROSA
Allí, en la fuente,
yo le encontré.
Avancé anhelante,
y en el mismo instante,
yo me enamoré.

RUFO
(Aparte)
¡Qué barbaridad!...

ROSA
Fui de pronto a hablarle,
mas de entre la espesura
apareció....

RUFO
¡Seguid!...

ROSA
....una gentil criatura.
Me saludó, y a Pablo con ternura
la pastora alegre abrazó.

RUFO
Fue la Maruxa.

ROSA
Maruxa, sí, esa era la pastora.

RUFO
Cierto, que Pablo la enamora,
según afirman por aquí.

(Con gran exaltación)

Y en estos prados son los pastores,
más que corderos, lobos fieros
en su amor.

ROSA
¡Esa mujer bellísima!....
¡De ojos plácidos!...
¡Me robó al pastor!...

RUFO
¡Ay, señorita mía!...
Reflexionad, ¡qué dirá la gente!...

ROSA
¡Cállate!...

RUFO
Vais a casar y es una picardía.

ROSA
¡Basta ya!...

RUFO
Oídme a mí que hablo de ver...

ROSA
(Tapándole la boca con la mano)
¡Qué impertinente!....

RUFO
(Insistiendo)
¡Ah! ¡Señora mía! ¡Que la razón
ha de inspirar al corazón!...

ROSA
(Impaciente)
Me traes a Pablo,
le quiero hablar.

RUFO
(Haciendo burla)
La, la, la,
Cerca de una fuente
le voy a buscar.

ROSA
(Abstraída)
Venturoso amor,
oigo tu rumor
grato y dulcemente.
Yo lucharé con brío.
Bendeciré ese feliz amor mío.
Feliz seré con tal desvarío,
dulce ensueño que fiel guardaré.

RUFO
¡Locura! ¡Locura! ¡Locura!...

(Con ironía)

¡Voy a buscar al pastor!...

ROSA
¡Di que aquí le aguardo!...

RUFO
Voy

(Resignado hace mutis)

¡Gon, golondrón,
golondrina, simplón!...

(Rufo mira y al ver a Pablo que se aproxima, se vuelve a Rosa y, sonriente, le indica con una seña la llegada del pastor. Después se oculta haciendo grandes aspavientos)


(Pablo, Rosa, Rufo)

PABLO
(Dentro)
Alalá, que en las montañas
Donde pacen mis ovejas,
veo a mi amor,
las noches de luna llena.

ROSA
¡Es él! ¡El!
¡Ya viene aquí; feliz momento!...
la dulce melodía
de su canción
oyendo, turba el alma mía.
¡Ten calma, corazón,
no aumentes mi emoción,
ni mates mi alegría!...

(Cruza la escena un rebaño de ovejas y corderos, guiados por un zagal. este, va dando los gritos característicos de los pastores y tirando alguna piedra para encauzar el rebaño)

PABLO
(Entra en escena dando un brinco y como persiguiendo una oveja)
¡Eh!... ¡Rubina!... ¡Eh!...

ROSA
¡El!

(Llamándole)

¡Pablo!...

PABLO
(Sorprendido)
¡Ah! ¡Señorita!...

ROSA
Oye.

PABLO
Servirla ansío.

ROSA
¿Dónde camina el mozo con tal prisa?

PABLO
Al remanso del río.
Zagal

(Dentro)

Cuando llega el otoño,
da sentimiento
ver las hojas doradas,
que arrastra el viento...

ROSA
¿Quién es ese que entona
canción tan bella?

PABLO
El zagal que yo llevo
con las ovejas.

ROSA
Yo tus cantares
también oí,
que hablan al alma,
que hacen sentir.

PABLO
Nuestros cantares
sencillos son.

ROSA
Mas casi todos
hablan de amor.

PABLO
¿Que hablan de amor? ¡Quizás!
¡Con un amor soñé!..
se convirtió en cantar.

ROSA
¡Con un amor soñó!...
se convirtió en cantar.

PABLO
De ese sueño, el encanto
aún me duró, al despertar.

ROSA
Háblame de ese amor.
Dime cual fue tu sueño.

PABLO
¿De mi amor? ¿De mi sueño?
Lo que soñé, yo no sabría explicar.
Fue, yo no sé, como un deseo de amar.
Una ilusión, una tan honda ansiedad.
¡Ay! corazón, ¡ay! quién volviera a soñar.

ROSA
Sigue, Pablo, con tu sueño
Pablo
¡Señorita!..

ROSA
Toma asiento.

(Le ofrece asiento a su lado, pero Pablo se sienta en el suelo)

No, no eso, Pablo amigo.
A mi lado estás mejor.

PABLO
¡Oh, no!... Señorita Rosa.
No es posible.

ROSA
¿Por qué no?..

PABLO
Soy su criado.

ROSA
Si es preciso
Como dueña te lo ordeno.

PABLO
Bien, me sentaré a su lado.

(Se sienta en una esquina del banco para evitar tropezar con Rosa)

ROSA
Aún más cerca.

(Ofreciéndole más sitio, para que se acomode mejor. El acepta indeciso)

PABLO
La obedezco

ROSA
¡Sigue el sueño!....

PABLO
¿El de mi amor?
Pues lo manda, seguiré.

ROSA
¿Tomó forma?

PABLO
La tomó

ROSA
¿Y era hermosa?

PABLO
Era... ¡mujer!
¡Tan dulcísima expresión
en sus ojos advertí,
que robó mi corazón!

ROSA
¿Aún te acuerdas?

PABLO
Siempre. ¡Sí!

ROSA
Ya comienzas a querer
sin saber lo que es amar,
y a tu sueño, la ilusión,
sin saberlo, forma da.

(Tan apasionada se encuentra en esta momento, que poco a poco va aproximándose a Pablo quien a su vez va separándose de ella, al fin, pierde el asiento, y obligado por el instinto de conservación, se coge a la cintura de Rosa para no caer)

PABLO
¡Perdón!... ¡Es que resbalé!...

ROSA
(Aparte. Levantándose)
Este se empieza a enterar.

PABLO
(Muy emocionado)
¡Oh! ¡Lo que siento
aquí dentro, no sé!...

ROSA
Ven que tu sueño
yo descifraré.
Para darle al sueño vida,
dejo de ser tu señora.
Mírame, pues, convertida,
en una humilde pastora.

PABLO
¡Imposible!

ROSA
No, eso no,
que tu sueño no acabó.
Por nombre me pondré... ¡Maruxa!..

PABLO
(Con pasión)
¡Ah! ¡Maruxa!...

ROSA

(Aparte)

¡Cuánto la adora!
Me acerco a ti muy dulcemente
Te digo: “Pablo, soy tu pastora.”

PABLO
¿Sois mi pastora?

ROSA
(Voluptuosamente)
¡Mírame! Que mi corazón
siente la ilusión
de tus ojos amantes.
¡Oyeme!... Acercándote
expresándote,
como siente el que adora.
¡Háblame!... Como te hablo a ti,
inclinando así,
blandamente, mi frente.
¡Bésame, arrullándome
en un sueño feliz de amor!...

PABLO
¡Sueño sí, que me da rubor!...
¡Desvanécete!

ROSA
Ven, pastor a mi lado,
que el amor que yo siento aquí
todo es para ti.
¡Que ese amor, no es soñado!...

PABLO
Mas decid, decidme por favor
si la que me habla así
es mi pastora o no.

ROSA
Soy tu pastora,
sí; ¡la que te adora!

PABLO
¿Es que ella me ama así?

ROSA
Por ella te hablo aquí.
Luego, tú debes contestarle con dulzura
¡Alma mía!....
Tú eres mi ventura, en mi amor confía.
El encanto,
juntos gozaremos de un inmenso amor.
Es el cielo,
lo que ve en tu cara mi amoroso anhelo.
Quiero besos,
que de tu alma entera broten al calor.

PABLO
(Arrobado)
¡Alma mía!
Tú eres mi ventura... etc.

ROSA
Vas aprendiendo la lección;
está muy bien así;
así se expresa la pasión.

PABLO
(Desprendiéndose de los brazos de Rosa)
¡Airiños, aires, brisa fresca y pura,
llegad hasta mí!

ROSA
El amor es la locura
y el amor se expresa así.

PABLO
Amor del alma. ¡Ay, Maruxa mía,
Es lo que sentí!

ROSA
El amor es locura,
y el amor se siente así.

PABLO
¡Alma mía!
¿Si este amor será tu alegría,
o será quizá ese amor,
como todo sueño, engañador?

ROSA
(Delatando poco a poco su pasión por Pablo)
Oyeme, no puedo fingir más;
tu amor mi vida es;
quiero gozar de su encanto;
siempre así la dicha concebí;
uniendo a un dulce amor
besos con mezcla de llanto.
Arrullos tiernos de placer
que son del alma la ilusión;
te ofrece amante esta mujer
que te rindió su corazón.

PABLO
Quiero saber quién me habla ahora,
¿la señorita, o la pastora?

ROSA
(Aparte)
Ya me olvidaba, torpe de mí.

(En voz alta)

soy tu pastora, ¿me quieres, di?

PABLO
Pues si eres ella, te quiero sí

ROSA
También te quiero,
ilusión hermosa de mi amor primero.
Son tus palabras
de un encanto dulce, tierno y seductor.
En tus caricias
quieren mis amores encontrar delicias.
¡Oh dulce sueño,
que a mis ilusiones dio vida y calor!

PABLO
Ven, mi pastora,
que tu linda boca canta y enamora.
Feliz, mi alma,
con el tierno encanto de tu inmenso amor.
Maruxa mía,
en tus ojos brillan rayos de alegría.
¡Qué dulce sueño
para la pastora tiene su pastor!

ROSA
(Aparte)
¡Ay, que no entiende
de mi amor inmenso, toda la expresión!

PABLO
¡Ay, qué alegría,
del amor yo siento clara la emoción!

ROSA
(Recitado)
¡Pablo mío!

PABLO
(Muy emocionado)
¡Mi pastora!

(Rosa en un transporte de amor, abraza y besa a Pablo, en el preciso momento en que aparece Rufo, quedando sorprendido del cuadro que se ofrece a su vista)

RUFO
¡Jesús!

PABLO
(Avergonzado al ver a Rufo, da un brinco y se marcha por la derecha cantando, queriendo disimular)

Alalá, la, la

ROSA
(Contrariada)
¡Maldito Rufo!
¡Mío ha de ser!

RUFO
¡Yo estoy confuso!
¡Los espanté!


(Rosa recorriendo la escena con agitación, se detiene de pronto. Se da un golpe en la frente como encontrando la solución que buscaba, y se dirige a Rufo, imperativa, solicitándole que traiga a Pablo para hablarle con la intención de separarle de su pastora, Rufo queda pensativo e inquieto)


(Maruxa, Rosa, Rufo, Antonio)

MARUXA
(Entra corriendo desolada; al ver a Rosa se dirige hacia ella. Antonio tras ella)
¡Ay! Por Dios, señorita,
perdí mi ovejita allá en el prado.
De un lado a otro lado
Corrí veloz y no la he encontrado.
¡Ay, pobrecita! ¿La habrán robado?
¡Ay! Mi ovejita preciosa,
gentil, cariñosa,
¿de ti qué ha sido?
si acaso la vieron
contesten ya,
por dónde se ha ido
porque me muero
si se ha perdido.

ROSA
No te apures, Maruxa hermosa.

RUFO
Yo te guardo otra linda oveja.

ANTONIO
Y otra yo, que es también preciosa.

MARUXA
¡Ah!... No hallarán otra igual.
Era chiquita, muy chiquitita
llevaba un lazo en su cuellecito
y de él pendía un cascabelito.
Y en su correr y en su brincar
cómo sabía cascabelear.
¡Ay, qué dolor!
¡Ay, qué sufrir!
Su tintineo
ya no vuelvo a oír.

ROSA
A los pastores he de separar
pues sus amores no he de tolerar.

ANTONIO
(Aparte)
A la pastora he de enamorar,
porque sin ella yo no puedo estar.

RUFO
¡Pobre Maruxa! Te han de separar
de tu Pauliño. ¡Ya puedes llorar!

MARUXA
¡Ay! Comprendan mi queja
porque era mi oveja
mi amor, mi vida
a mí siempre unida
feliz vivió
contenta y querida.
¿Por qué me deja?
¿Por qué esa huída?
¡Ay, si Pablo se entera
que yo en la pradera
perdí el tesoro,
acaso creyera,
lo sé muy bien,
que ya no le adoro.
¡Ay, si supiera
que por él lloro !

ROSA
(Acariciándola)
A tu llanto pondré remedio.

RUFO
Otra oveja tendrás mañana.

ANTONIO
De encontrarla tendré yo el medio.

MARUXA
¡Ay ! No hallarán otra igual.
Era conmigo como una hermanita,
nunca ella quiso dejarme solita
si cariñosa la hacía un mimito,
me respondía con un balidito.
¿Era de amor? Bien podrá ser,
porque mi Linda sabía querer.
Y hoy por mi mal, yo la perdí,
si no la encuentro, ¿Qué será de mí?
¿Qué le digo a Pablo yo?
¡Porque la ovejita,
que era tan blanquita,
una mañanita
me la regaló.

ROSA
(Consolando a Maruxa)
Yo haré que busquen por todo el prado,
esa ovejita que se ha extraviado.

MARUXA
¡Ay! ¡Señorita!... Diera mi vida
por encontrar a mi ovejita perdida.

ROSA
Vamos no llores calma tu pena.
¡Qué muchacha tan linda y tan buena!
Vente conmigo, linda pastora.
A mi servicio estarás desde ahora.

MARUXA
(Desolada)
¡Ah!

RUFO
¡Jesús me valga!

ANTONIO
¡Qué buena idea!

MARUXA
¡Qué es lo que dice!
¡Ay, mi Pauliño,
irme a su casa
y dejar su cariño!

ROSA
¡Qué, no te agrada!

MARUXA
Sí, sí señora,

(Muy triste y acudiendo contra su voluntad)

lo que usted mande
eso hará la pastora.

(Aparte)

Si de ti, mi Paulino, me alejan
yo te juro muy pronto volver,
que el amor al hablarme de ausencia
he sentido en mi pecho nacer.
Yo no quiero dejar estos prados
ni sus anchos senderos perder.
Con mi Pablo y mi oveja querida
aquí siempre feliz puedo ser.

ROSA
(Aparte)
Al separarla del pastor
ya nunca más se podrán ver,
porque la ausencia es lo mejor
para olvidar este querer,
y así de Pablo he de obtener
su amor, que será la ilusión de mi ser.

ANTONIO
(Aparte)
Ya separada del pastor
en nuestra casa la tendré,
y en un ambiente embriagador
a la pastora ofreceré mi amor.
Y ahora así convenceré
de que soy un galán seductor
y quizá otro amor rendiré.

RUFO
(Aparte)
¡Jesús! ¡Horror!... ¡Muy mal!
¡Eso es atroz! ¡Fatal!
¡Que tales cosas oiga yo!
Es evitarlas mi deber.
¡Lo estorbaré!... ¡Lo impediré!
¡Señor!... ¿Pero acaso me puedo oponer?

(Gran emoción de todos al oír la voz de Pablo que canta dentro)


(Pablo, Rosa, Antonio, Maruxa, Rufo)

PABLO
Con la aurora sale mi zagala
y con ella siempre sale el sol,
y sus rayos al besar los prados
besan a mi amor.
Prados claros que al brillar risueño
de alegría late el corazón,
escuchando de la mi zagala
la gentil canción.

ROSA
(Algo desconcertada y queriendo precipitar los acontecimientos)
Retirémonos a casa
que está lejos y ya es hora.

(Maruxa que escuchaba embobada a Pablo, rompe a llorar con toda la amargura de su corazón)

ROSA
¡Eh! ¡Maruxa! ¿Di qué tienes?

ANTONIO
¿Maruxiña, por qué lloras?

(Han comenzado a hacer mutis. Antonio va delante con Maruxa, que no cesa de llora. Rosa, que se ha quedado algo rezagada, dice, aparte a Rufo)

ROSA
Tú, aquí, espera, y dile a Pablo
que me llevo a la pastora.

(Hace mutis, Rufo queda sólo en escena haciendo gestos y desaprobando la conducta de Rosa)

MARUXA
(Dentro)
Pastorcillo, me llevan, me llevan,
y aunque marche muy lejos de aquí,
mis pensares se quedan, se quedan,
en los prados muy cerca de ti.

PABLO
(Apareciendo  muy alegre)
¡Alalá! ¡Alalá!
Hola, Rufo. ¿Y Maruxa?

RUFO
(Sin saber qué decir)
Pues partió con la señora;
necesita una doncella,
y ha escogido a la pastora.

PABLO
(Desolado)
¡Eh! ¿Que se fue?
¿Sin decírmelo a mí?

(Rufo, turbado por no saber qué decir, desparece)

¿Se marchó? ¡Sin saber nada yo!
¡Ay! Maruxa, por Dios, vuelve aquí;
vuelve, vuelve, mi amor,
que me espanta mi horrible soledad;
que este prado sin ti, tristeza da,
y hasta el valle y el río
me parecen sombríos;
¿quién al pobre pastor consolará?

(Aparece en escena, y como perdida, la oveja Linda. Pablo se lanza sobre ella, la coge y la besa frenéticamente, exclamando:)

¡Linda! ¡Linda!

(Luego, arrodillado, abrazándola y besándola amorosamente, le canta)

Di, ¿Qué haremos,
los dos, aquí tan solos,
linda hermosa
de mi corazón?
¡Ay! ¡Maruxa mía,
que eres mi alegría!
¡Tennos compasión!

(Pablo llora con amargura infinita, besando y abrazando a la oveja)


(La escena representa el exterior de la casa de Rosa, enclavada en la falda de una montaña. Comienza la acción al promediar la tarde)

(Rufo aparece en escena regando las flores y plantas del cenador. De repente, deja la regadera en el suelo, saca una carta y la mira por todos lados, como queriendo descifrar un enigma)


(Rosa, Rufo, Maruxa, Antonio)

ROSA
(Saliendo de la casa. A Rufo)
¿Cumpliste mis instrucciones?

RUFO
(A Rosa)
Y salió como pensamos.

ROSA
(A Rufo)
¿No tiene sospechas?

RUFO
(A Rosa)
Nada

ROSA
(A Rufo)
¿Y la carta?

RUFO
(A Rosa)
Aquí la traigo

MARUXA
(A Rufo, con impaciencia)
Pero de Pablo ¿qué dice?

RUFO
Que en ti siempre está pensando,
y llora como un bendito

MARUXA
¿Pero llora?

RUFO
El buen Pablo
se ha puesto con tus amores
como manteca de blando.

ANTONIO
(Dando un pisotón a Rufo. Aparte)
¡Maldito Rufo!

ROSA
(Pellizcando a Rufo. Aparte)
¡Qué rabia!

RUFO
(A los dos)
¡Vaya! ¡Que no soy de palo!

MARUXA
(A Rufo)
¡Siga, por favor!

RUFO
¿Qué siga?
Mi cuento se ha terminado.
Aquí tienes esta carta
que debe decirte algo.

MARUXA
(Cogiendo la carta)
¡Venga!

(Mira la carta por todos lados y entristecida dice)

¡Si no sé de letras!
¡Qué dirán los garrapatos!

ANTONIO
Que la lea la prima

ROSA
(Cogiendo la carta)
Aquí yo no veo claro

(Dándole la carta)

¡Rufo!

RUFO
(Cogiendo la carta)
Yo no soy leído.
¡El señorito!

(Dándole la carta)

ANTONIO
(Cogiendo la carta)
Veamos

MARUXA
Léala usted toda.

ANTONIO
¡Toda!

(Antonio se coloca en el centro, a su derecha Rosa, y a la izquierda Maruxa, y Rufo a la derecha de Rosa. Leyendo)

¡Maruxa del alma! No sé cómo escribo
ni se qué me pasa desde antesdeayer;
sin ti yo no como, ni duermo, ni vivo,
llorando tu ausencia, queriéndote ver.
¡Maruxa querida!

(Abrazando a Maruxa. Rosa,  disgustada por esta frase, da un pellizco a Rufo, y éste, dando un brinco del dolor deshace la línea para colocarse a la derecha de Antonio. Leyendo)

¿Por qué te has marchado?

RUFO
(Creyendo que es por él)
Fue para enterarme.

ANTONIO
(Sorprendido)
¿Qué dices?

ROSA
(A Rufo)
¡Simplón!

RUFO
(A Antonio)
Nada, continúe.

MARUXA
(Impaciente)
¡Jesús, qué pesado!

ANTONIO
(Leyendo y abrazando a Rufo)
¡Maruxa!

(A Rufo saliendo de su error)

Dispensa la equivocación

(Rufo, molesto por el abrazo, vuelve a la derecha de Rosa. Leyendo)

¿No vienes, Maruxa? Pues voy a tu lado,
vivir no es posible si vivo sin ti.
Me faltan el aire y aromas del prado,
contigo se fueron, se fueron de aquí.
¡Maruxa del alma! No sé cómo escribo;
ni sé qué me pasa desde antesdeayer;
sin ti yo no como, ni duermo, ni vivo,
llorando tu ausencia, queriéndote ver.

(Maruxa, emocionada, cae en brazos de Antonio, Rosa en los de Rufo. Contemplando a Maruxa)

¡Oh, dulces sorpresas que guarda el amor,
su fuego, que aquí siento, brota abrasador!

MARUXA
Carta que ha escrito mi pastor.
Dadme sus letras a besar.
Yo siento también ese amor abrasador.

ROSA
Feliz recuerdo del pastor
que ausencia llora
también por ti siento ese amor abrasador.

RUFO
Jamás me han gustado los cuentos de amor,
amor es un loco de atar, perturbador.

MARUXA
(Desprendiéndose de los brazos de Antonio)
¿Qué, la carta ha terminado?

ANTONIO
¡Se acabó!

MARUXA
¡Pablo del alma!

(Nerviosamente)

Yo quisiera contestarle,
mas no sé escribir palabra.
Antonio
Pues escribe la prima Rosa.

(A Rosa)

Tú escribes y ella redacta.

ROSA
(Haciendo un ademán como de habérsele ocurrido una idea diabólica)
Sí, sí; no está mal pensado.
Vamos a escribirle. Anda.

(Indicándole el cenador)

Después, Rufo, en propia mano
a tu Pablo da la carta.

RUFO
(Aparte)
¡Siempre Rufo! ¡Rufo siempre,
ya está otra vez en danza!

MARUXA
¿Qué le diré?

ANTONIO
Dile que venga esta noche,
que quieres verle sin falta.

ROSA
(Aparte, ensimismada)
¡Esta noche!

ANTONIO
(A Rufo)
¡Creo que caen en la trampa!

ROSA
(Aparte)
¡Esta noche!

(A Maruxa)

Vamos a escribir la carta.

(Se dirigen al cenador)

ANTONIO
(A Rufo)
Tú aguardas aquí mi vuelta.

RUFO
(A Antonio)
Aquí.

ANTONIO

RUFO
Mi sino es éste.

MARUXA
Voy a morir de impaciencia.


(Rufo, Rosa, Maruxa)

RUFO
(A Rosa)
¡Señorita!

ROSA
(A Rufo)
Tú no te vayas.

RUFO
(Dirigiéndose a un banco de la plazoleta, se sienta saca un libro del zurrón y se dispone a leer, colocándose unas gafas)
Bueno, pues aquí me quedo,
saco este libro pequeño
de sabias máximas repleto
me siento, lo leo y espero.

ROSA
(Que con Maruxa habrán entrado en el cenador, después de preparar papel y sobre)
Tú dirás

MARUXA
¿Yo?

ROSA
Pues claro

MARUXA
¿Pero qué voy a decir,
si no sé cómo explicarle
todo lo que siento aquí?

ROSA
Deja, pues, que yo le escriba,
dime luego si te agrada.

RUFO
“Huye el sabio cual fuego
de mujer enamorada”

ROSA
(Escribiendo)
¡Pablo mío!

MARUXA
(Asintiendo)
¡Pablo mío!

ROSA
Yo me muero de pasión.

MARUXA
(Interrumpiendo)
Eso va a afligirle mucho,
con la ausencia que padece.

ROSA
Escribiendo se enternece
sin notarlo el corazón.

(Escribiendo)

“Hoy soñé que me llamaba
cielo mío, mi pastor”

MARUXA 
(Interrumpiendo)
No, no; ponga otra cosa:
que además de ser su cielo,
yo quisiera ser su esposa.

ROSA
(Con desdén)
¡Tú su esposa!

MARUXA
(Ingenua, pero convencida)
¿Por qué no?

ROSA
(Escribiendo)
“A las nueve de hoy te espero.”

MARUXA
(Complacida)
A las nueve le veré.

ROSA
(Aparte)
A las nueve de esta noche
no eres tú quien verá Pablo.

RUFO
(Leyendo)
“La mujer es como el diablo”,
dice el libro, y dice bien.

ROSA
(Escribiendo)
“Ven, mi Pablo, que te espero
para darte un tierno abrazo.”

MARUXA
En vez de uno, yo prefiero
que le ponga dos o tres.

RUFO
(Se levanta para ver lo que hacen Rosa y Maruxa)
¡Qué calladas están!
¡Qué es lo que escribirán!

ROSA
(Escribiendo)
“Cuánto sufro con tu ausencia,
ven a verme, por favor.”
Esto sí debe gustarte,
por que expresa lo que sientes.

MARUXA
Justo sí; precisamente
eso quiero decir yo.
Dígale que como el mío
no hallará nunca otro amor.

ROSA
(Algo insolente)
¿Tú qué sabes?

MARUXA
(Con naturalidad)
Sí, señora,
nadie como yo le adora
nadie como su pastora.

ROSA
(Aparte)
¡Mucho más le quiero yo!

MARUXA
(Dictando)
Dígale que si me olvida
de pesar voy a morir.

ROSA
(Interrumpiendo)
¿No decías que de muerte
no se debe hablar ahora?

RUFO
(Leyendo)
“La serpiente engañadora
siempre ha dado que sentir”

MARUXA
Pero si él no ha olvidarme
nada tengo que temer.

ROSA
Deja, deja que le escriba.

MARUXA
Siga, siga, dice bien.

ROSA
(Abstraída en lo que escribe, olvida que está presente Maruxa)
“¡Pablo mío!
Viéndome tan sola, mi alma siente frío.
Ven, que quiero
que tus labios me hablen como aquella vez.”

MARUXA
(Aparte)
No comprendo.

ROSA
“Ven, mi dueño,
devuélveme aquel beso
que el encanto ha roto de tu sueño”

MARUXA
(Cada vez más sorprendida)
Qué es lo que dice yo no sé.
Pues nunca, nunca le besé.

ROSA
“Ya que el alma mía
se abrasó  aquel día”

MARUXA
¡Ay, Dios, que temo comprender
y me entristezco sin querer!

ROSA
“Ven, que tú serás mi amor y mi alegría”

MARUXA
(Interrumpiendo con energía)
Basta señora: no, no prosiga.

ROSA
(Volviendo a la realidad. Aparte)
¡Cielos! ¡Qué es lo que hice!
¡Mi cariño descubrí!

MARUXA
(Con reproche)
Esos besos de que habla en la carta
del pastor, yo jamás lo sentí.

ROSA
(Disimulando)
Pues rompamos la carta si quieres.

MARUXA
No la rompa, no, no. Quede así.
Porque si él no la recibe,
¿cómo vamos a decir
que a las nueve de esta noche
su pastora espera aquí?

ROSA
Borraremos lo del beso
ya que no te gusta a ti.

RUFO
(Impacientándose)
Me parece que a esta carta
no le voy a ver el fin.

MARUXA
¡Yo no sé por qué estoy triste!
¡Yo no sé qué siento en mí!

ROSA
¿Qué más quieres que le diga
a tu Pablo idolatrado?

(Aparte)

Su recelo he despertado
y ahora tengo que fingir.

MARUXA
Si a las nueve voy a verle
nada más hay que decir.

ROSA
Sólo falta ya la firma.

MARUXA
Póngala usted, señorita.
¡Ay, me ahoga ya esta casa!
¡Ven, mi Pablo, ven por mí!

ROSA
(Leyendo)
“Adiós, Pablo.
Tu Maruxa.”

MARUXA
¿Es la firma?

ROSA
(Enseñándole la carta)
Mira, sí.

MARUXA
Muchas gracias. La señora
es muy buena para mí.

RUFO
He leído todo el libro
desde el prólogo hasta el fin.

MARUXA
¡Qué angustioso sentimiento
nuevamente siento en mí
¡Pablo mío! Ven corriendo,
llévame pronto de aquí.

ROSA
(Aparte)
Esta noche, de seguro
a la cita ha de acudir,
y el pastor enamorado
será sólo para mí.

RUFO
¡Quién pudiese, Dios eterno,
de las hembras prescindir.

ROSA
(Saliendo del cenador y llamando)
¡Rufo! ¡Rufo!
Rufo

(Levantándose)

¡Señorita!
¡Qué! ¿Por fin han terminado?

ROSA
Esta carta a su destino.

RUFO
Para Pablo, ¿no es verdad?

ROSA
Dile que se fije en ella.

RUFO
La leerá de cabo a rabo

MARUXA
Que le espero aquí a las nueve.

RUFO
A las nueve aquí estará

ROSA
Pues adiós

RUFO
Adiós, señora.
Maruxa ¡Adiós, señor Rufo!

ROSA y MARUXA
(Que se han dirigido a la casa, cada una por una puerta, dicen desde el dintel)
¡Ay! ¡Ven, mi pastor!


(Antonio, Rufo)

ANTONIO
(Saliendo)
¿Se han marchado?

RUFO
Ya se fueron.

ANTONIO
¿Y la carta?

RUFO
Hela aquí

ANTONIO
Venga pronto

RUFO
Mas, ¿qué intenta?

ANTONIO
Tú verás. Déjame a mí.

(Entra en el cenador, rompe el sobre y lee la carta)

“A las ocho y media espero”
Voy la cita a retrasar.

RUFO
Otro lío con las horas,
Pero, ¡cuándo acabarán!

ANTONIO
(Corrigiendo la hora de la cita y escribiendo otro sobre)
Yo retraso aquí la cita,
y al llegar el pastor
se hallará con que a Maruxa
me la habré llevado yo.

(A Rufo)

A las nueve, digo a Pablo
que a la cita ha de venir.
Ve corriendo.

RUFO
Voy corriendo

ANTONIO
A las nueve soy feliz.

(Mutis a la casa saltando de contento)

RUFO
(Sorprendido)
¡La señora que adelanta
esta cita y el encuentro
¡El señor que la retrasa!
¿Pero, a qué viene este enredo?
Y tú, Rufo, ¡qué decides?
¿Me incomodo? ¿Me contengo?
Pues yo tomo mi paraguas,
que se va nublando el cielo.

(Coge el zurrón que está colgado, se lo coloca y muy resignado va a buscar el paraguas, cantando)

Gon, golondrón, golondrina, que a mí
gon, golondrón preguntan así.
Rufo feliz, golondrín golondrón,
dime, dime por qué llevas ese zurrón.

(Deteniéndose)

pero no, que yo no debo
proteger esos amores,
porque entonces doy al traste
con el plan de los tutores.
¡Ah! Sí. Sí, feliz idea.
Atrevida es la aventura
pero en cambio los primitos
no se salen con la suya.
¡La, la, la....!

(Mira al cielo para ver si llueve; luego cogiendo el paraguas, se dispone a marchar. En ese momento aparecen por el foro Eulalia y Marlana, llevando entre las dos un gran cesto de ropa y una ferrada cada una en la cabeza. Rufo, al hacer mutis, como va preocupado, no ve a las zagalas y tropieza con el cesto. Las zagalas hacen mutis a la casa riendo, mientras Rufo, dado a todos los diablos, de la risa de las muchachas y de la coincidencia del cesto, desaparece)

(De la casa sale un criado y recoge los objetos que hay en el cenador y en la escena. Estando en esta labor, oye a lo lejos la gaita y el tamboril, da muestras de alegría y se dispone a recibir a los músicos. Aparecen poco después, tocando, el gaitero, el tamborilero y el del bombo; llegan a la puerta de la casa, cesan de tocar y entran en el interior acompañados del criado)

(Van apareciendo parejas que llevan grandes cestos con frutas, que van dejando en un extremo de la escena)


(Pastores, Pastoras, Eulalia)

PASTORES
Anqu’a tua porta me poñan
a artillería volante,
è a teu pai d’ artilleiro,
teño de seguir adiante.

PASTORAS
Mociño qu’estás á a porta,
para ti n’hay nada dentro,
estira o fociño un pouco,
mira d’onde sopra o vento.

PASTORES
(Muy expresivo)
Os ollos con que me miras
no son os acostumbrados,
á a legua se che conoce
qu’andan os tempos mudados.
Lalará, lalará.

PASTORAS
A moza qu’e calladiña
é non di mal de ninguen
canto mais baixiño mira
tantos mais amores ten.

(Han formado dos grupos: unos que bailan y otros que miran y cantan. Mucha alegría. Salen criados que toman parte en la fiesta)

TODOS
¡Viva! ¡Viva!
Lalará, lalará. ¡Ujujuy!
Baila, nena, e non pares de bailar,
Qu’as estrelas tamén bailan
Sin perder seu alumar.

(Aparecen en el dintel de la puerta el tamborilero y los demás músicos, demostrando que han sido obsequiados, y se disponen a tocar sus respectivos instrumentos. El baile  toma mayor grado de alegría. Las mujeres tocan castañuelas y los hombres panderos)

EULALIA
(Apareciendo en la puerta)
Bueno, basta ya de baile
que la nube se avecina
además que la señora
hoy no está para visitas.

(Va oscureciendo. A los criados)

Vosotros entrad esas cestas.

(Al coro)

Y ustedes, a casa enseguida.

(Los criados van entrando los cestos en la casa. Los demás se preparan por parejas para marchar)

PASTORES
¿Vamos?

PASTORAS
¡Vamos!

(Un trueno enorme recorre el valle. Al oírle, los pastores se sobrecogen y se santiguan muchas veces)

Padre nuestro pequeniño,
lévame por bo camiño,

(Caen hojas de árboles por la escena, lanzadas por el viento)

Vai a chover n este instante.

PASTORES
Non che importe e adiante.

(Las mozas se cubren la cabeza con la saya y buscan su pareja. Un nuevo trueno les hace santiguarse otras cuantas veces y cada vez más deprisa)

PASTORAS
Padre nuestro pequeniño,
lévame por bo camiño.

(Los pastores, cogiéndolas dulcemente por la cintura, van saliendo con sus rapazas, como entraron. Eulalia y los criados entran en la casa y cierran. Nuevo trueno, seguido de relámpagos que no cesan hasta que termina el aguacero)

TODOS
(Dentro)
Si chove deixa chover,
si orvalla deixa orvallar,
que por mais que chova e chova,
de ti non m’hei d’ apartar.
Toda-las chuvias d’Abril
e as xiadas de Xaneiro,
non valen pra comprar
un amor qu’e verdadeiro.

(Comienza la lluvia y se va acentuando poco a poco, hasta convertirse en una tempestad formidable, con relámpagos y truenos)


(Coro)

CORO
(Dentro y muy lejos)
Toda-las chuvias d’Abril
E as xiadas de Xaneiro, etc, etc.

(Poco a poco va cesando la tormenta y vuelve la claridad)


(Rufo, que ha dado la carta de Maruxa a Pablo, trata de calmar la impaciencia del pastor, haciéndole notar que todavía falta media hora para la cita, pero le asegura que cuando se encuentren, podrá llevarse del pazo a su querida zagala)

(Pablo se sienta en una piedra cerca del cenador, y coloca la oveja en las rodillas. Un rayo ilumina suavemente la escena)


(Pablo)

PABLO
Aquí n’este sitio, sitio,
aquí n’este sitio, canto,
aquí teño os meus amores
que lles quero tanto, tanto.
¡Quén te me dera meniña,
meniña, quén te me dera!
¡Quén te me dera, meniña
sentada aquí n’esta pedra!
Escribir é non firmar
é como escribir n’o vento,
quen me dera a min saber
donde tés o pensamento.
¡Non ven! Tanto afán por ve-la
nunca sentin.
¡O sen tardar
mort’e para min!
Aquí n’este sitio, sitio,
aquí n’este sitio, canto,
aquí teño os meus amores
que lles quero tanto, tanto.


(Rufo, Maruxa, Pablo, Antonio, Rosa)

RUFO
(Aparece por la puerta con una linterna seguido de Maruxa)
¡Pasa!...

MARUXA
(Muy emocionada)
¡Dios mío!

RUFO
¡Silencio! Habla bajo por favor.

(Señalando al cenador)

Allí tienes a tu Pablo.

MARUXA
(Corre al encuentro de Pablo y presa de inmensa alegría se arroja a sus brazos)
¡Pablo mío!

PABLO
(Con pasión desbordada)
¡Ven, mi amor!

(Rufo les indica que hablen en voz baja, mientras él vigila)

¡Alma mía! Por fin te vuelvo a ver
y en mí siento otra vida renacer.
¡Yo sin ti no vivía
y mi oveja decía,
sin Maruxa vivir es padecer!

MARUXA
(Abrazando y besando a la oveja)
¡Linda, hermosa de mi corazón!
¡Pablo mío! ¡Muero de emoción!

PABLO
¡Ay, Maruxa! ¡Yo pensé morir!

MARUXA
Sin mi Pablo no quiero vivir.

PABLO
(Muy amorosamente)
Ven al prado, Maruxa del alma.

MARUXA
Lindo prado que yo abandoné,
vamos, sí, que nos lleva el amor

PABLO
Que nos lleva el amor que soñé
y allí siempre juntitos y amantes.

MARUXA
Y allí siempre muy juntos los dos
nuestro amor sin temor vivirá.

PABLO
Y la vida tranquila y risueña.

MARUXA
La ilusión y el amor nos dará.

PABLO
Vamos pronto de aquí, porque allí
encontraremos, mi bien,
en la brisa dela campo
completa y eterna felicidad.

MARUXA
Que en el prado hasta el aire que corre
trae en sus alas la felicidad.

(Hacen mutis abrazados. La luz de la luna ha ido poco a poco desapareciendo de la escena, iluminando los montes lejanos)

ANTONIO
(Apareciendo por la puerta disfrazado de pastor y sonando una esquila)
Pareciome percibir
un constante murmurar,
pero aquí nadie se ve.
Sólo estoy a no dudar.

(Adelantando y buscando cautelosamente por todas partes)

¡Pst! ¡Maruxa! Aún no llegó,
la hora pronto ha de sonar.
(Se esconde en un rincón y hace sonar la esquila)
La noche está oscura
y este buen disfraz
favorece mucho
mi atrevido plan.
Yo no sé qué tengo
que con la emoción
siento los latidos
de mi corazón.

(Suena la esquila del temblor que tiene)

ROSA
(Apareciendo por la casa disfrazada de pastora)
La esquila de la oveja
sonó a lo lejos
y sus sonidos suaves
en mi alma siento;
¡corazoncito mío! Repica fuerte,
que vas a ver al hombre
que tú más quieres.

ANTONIO
Siento pasos por allí
la pastora debe ser.

ROSA
¡No sé qué pasa por mí
al pensar que lo he de ver!

ANTONIO
¡Es tan fuerte mi emoción
que no puedo ya ni andar!

ROSA
Calla, calla, corazón
que me puedes delatar.

(Antonio hace sonar la esquila sin querer, dominado por la emoción)

El pastor es, ya no hay duda.

(Los dos avanzan y se reúnen en el centro. Rosa al llegar Antonio finge la voz)

¡Pablo mío!

ANTONIO
(Fingiendo la voz también)
¡Mi Maruxa!

ROSA y ANTONIO
¡Ah! ¡Por fin!

ROSA
¡Sígueme Pablo!

ANTONIO
¿Dónde?

ROSA
¿Dónde? ¡A la aventura!

MARUXA y PABLO
(Dentro)
El amor es mirarme en tus ojos
y muy dentro su fuego sentir.

(Rosa y Antonio al oír la canción de los pastores se sueltan de la mano, sorprendidos y emocionados)

ROSA
¡Esa voz!...

ANTONIO
¡Ese cantar!...

ROSA
¿Es que loca me volví?

ANTONIO
¿Es que loco me volví?

(Continúan escuchando cada vez más sorprendidos)

MARUXA y PABLO
(Dentro)
¡Ah! Deseo del alma rendida,
que es la bella ilusión de vivir.

ROSA
¡Esa voz es del pastor!

ANTONIO
¡La pastora es la que oí!

ROSA
(A Antonio con desdén)
Así, pues, ¿Quién eres tú?

MARUXA y PABLO
(Apareciendo por un alto de las montañas del foro Iluminados por la luz de la luna)
Quiero ya tus caricias constantes
que mitiguen mi acerbo dolor.

ROSA
(Viendo a los pastores por la montaña)
¡Ellos! ¡Cielos! ¡Ah!
¡Venid! ¡Venid!

(Llamando a todas partes, reconociendo a Antonio)

¡Antonio!

ANTONIO
(Lo mismo)
¡Rosa!

RUFO
(Apareciendo con su linterna)
¿Pero quién gritando está?

(Viendo el cuadro que se ofrece a su vista)

¡Me morí!...

ROSA
(Gritando y corriendo al foro como queriendo detener a Pablo)
¡Pablo! ¡Pablo! ¡Ven a mí!

ANTONIO
(Que habrá quedado como petrificado)
¡Se burlaron de los dos!

ROSA
(Con desconsuelo)
¡Para siempre le perdí!

MARUXA y PABLO
(Subiendo por la montaña hasta desaparecer)
Que es amor lo que siento en el alma,
lo que llevo en el alma es amor.

RUFO
(Levantando los brazos en alto, y como dando gracias a Dios, e iluminando al mismo tiempo la escena con su linterna)

¡Alabado sea Dios!

(Maruxa y Pablo, en lo más alto de la montaña quedan abrazados. Rosa cae llorando sobre una piedra,  mientras Antonio, inmóvil y avergonzado, lamenta su derrota)


FIN


Información obtenida en la Página Web http://lazarzuela.webcindario.com/

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