LA ROSA DEL AZAFRAN
Zarzuela en dos actos, y seis
cuadros.
Libreto original de Federico Romero y Guillermo Fernández-Shaw.
Música de Jacinto Guerrero.
Estrenada el 14 de marzo de
1930 en el Teatro Calderón de Madrid.
REPARTO (Estreno)
Sagrario – Felisa Herrero.
Catalina – María Téllez.
Custodia – Ramona Galindo.
Juan Pedro – Emilio Sagi
Barba.
Moniquito – Eladio Cuevas.
Carracuca – Pepe Alba.
Don Generoso – Valentín
González.
Carmelo –
Un Pastor –
Dominica –
Lorenza –
Micael –
Miguel -
Julián –
Quilino –
Francisco –
Mendigo –
Mozos, Mozas, Espigadoras, y
Campesinos.
PRIMER ACTO
CUADRO PRIMERO
Patio
exterior de una casa de labradores acomodados. En primer término del lateral
derecho, porche de entrada -desde la calle- en forma de arco, sin puertas, que
se suponen en el fondo del porche. Sobre éste, una o dos ventanas rectangulares
y apaisadas, cerradas por una fina tela metálica. A continuación, cuerpo del
edificio principal, que avanza, ocupando un tercio del patio. En la planta baja
presenta, frente al público, una ventana con reja, y en la pared perpendicular,
una puerta trasera, con el umbral algo elevado del suelo. En el foro enlaza con
el anterior edificio un arco que une aquél con un porche calado, dentro del
cual hay dos grandes tinajas de vino. A través del arco y de las tinajas se ve
el patio de carros de la finca, y en él, galeras y carros de lanza. En el
lateral izquierdo, puerta abierta de la cuadra, en primer término; a
continuación, el brocal de un pozo y después la puertecilla de un pajar. En la
planta alta de este lateral, ventanitas similares a las del derecho, y sobre la
puerta del pajar , una piquera.
Todos
los elementos descritos en la planta baja son practicables. Junto al pozo, un
zaque abierto y unido a la soga, que cuelga de la polea. Por la escena están
distribuidos discretamente algunos aperos y útiles de labranza, tales como un
arado romano, una toza, capachos de esparto, mazo de madera y mantas. Algunos
taburetes de madera y una o dos sillas bastas con asiento de esparto trenzado.
Es
de día.
(Criados,
Gañanes y Pastores están celebrando la fiesta onomástica del amo, formando
varios grupos. A la derecha, aparecen sentados Micael, el mayoral de la casa, y
Francisco, un viejo pastor, con dos o tres hombres de su misma edad. A la izquierda
-sentados también, pero en el santo suelo- Quilino y Carmelo, gañanes.
Rodeándoles, en pie, cuatro o cinco Gañanes más. En el centro, hacia el fondo y
alrededor de una mesita baja, Catalina y Lorenza, criadas, y dos o tres Mozas
más. Grupo de Mozas y Mozos labradores, en pie, rellenando los huecos del
cuadro, por detrás de los grupos principales. Todos comen melones, sandías,
garbanzos tostados, anises, mantecados de la tierra y pan. Beben “zurra”, vino
blanco con agua y limón, en jarras que llenan en un gran lebrillo de barro
cocido. Dos parejas están bailando seguidillas manchegas. Un Gañán toca la
guitarra)
(Música)
Preludio
Catalina,
La Custodia, Micael, Francisco, Quilino, Juan Pedro, Lorenza, Carmelo, El de la
guitarra y Coro.
CATALINA
Aunque
soy de La Mancha
no
mancho a nadie;
más
de cuatro quisieran
tener
mi sangre.
Y
el estribillo:
que
no hay chocolatera
sin
molinillo.
(Cesa
el baile, como es costumbre, al terminar la copla, y coincide con la salida de
La Custodia, mujer de unos cincuenta años, que saca una sartén de patas llena
de chocolate)
(Hablado sobre la música)
LA
CUSTODIA
Hermano
Micael, ¿quiere usté chocolate?
MICAEL
Dáselo
a los mocetes, que el chocolate no es de
mi
quinta. ¿Verdad tú, Francisco?
FRANCISCO
A
nosotros “zurra”.
MICAEL
Y
si le quitaran el agua, mejor.
LA
CUSTODIA
¡Ea,
pues tomar!...
(A
los del grupo de a la izquierda, dejándoles la sartén en el suelo)
QUILINO
Y
esto, ¿se come con cuchara?
LA
CUSTODIA
En
no metiendo los hocicos, con lo que queráis.
(Unos,
en efecto, extraen el chocolate de la sartén con una cuchara; otros cortan
trozos de pan, que pinchan con sus grandes navajas, mojando el pan en la sartén)
(Cantado)
JUAN
PEDRO
(Dentro,
por el fondo)
Aunque
soy forastero,
rondo
en la villa.
No
me digas, morena,
que
es culpa mía.
¡Qué
culpa tengo
de
que me hayan herío
tus
ojos negros!
Hablado
sobre la música
LA
CUSTODIA
Mira
el ayudaor cómo se aplica.
LORENZA
Con
su intención la canta.
CATALINA
Cállate
ya.
LORENZA
¿Es
un secreto?
LA
CUSTODIA
¡Qué
me se haiga escapao a mí!
CARMELO
(A
El de la Guitarra)
¡Pintarruecas!
¿Se le ha acabao la cuerda a la
María
Antonia?
QUILINO
Ties
razón. ¡Venga otra manchega!
EL
DE LA GUITARRA
¡Allá
va!
(Durante
el rasgueo de la guitarra y antes de empezar el baile, vuelve a oírse la voz de
Juan Pedro)
(Cantado)
JUAN
PEDRO
(Dentro)
No
le digas a nadie
que
nos queremos,
porque
todos se vuelven
chismes
y cuentos.
Tú
no lo dices,
y
el que quiera saberlo
que
lo adivine.
(Empieza
el baile otra vez)
CATALINA
De
qué me vale, amigo,
que
yo me calle,
si
tú lo vas diciendo
por
toas partes.
Y
aunque callaras,
te
lo conocerían
en
la mirada.
TODOS
Desde
Manzanaritos
a
La Solana
hay
una legüecita
de
tierra llana.
No
hay una yegua
que
en menos de dos horas
se
ande esa legua.
(Hablado)
LA
CUSTODIA
Y
basta ya de bailoteo, galanes. Aliviar con el chocolate. Usté, hermano
Francisco, tendrá que dirse con el hato.
Vosotros
(A los Gañanes), a preparar lo vuestro pa la dimudación, que bien sé que este San
Miguel sos vis a otra casa... por ganar más soldá, que más honra no podéis
ganar en denguna. Y vosotras (A las Criadas), a recogerlo too, que la Sagrario,
vuestra ama, se hallará repisa de haberos dao tanta manga ancha.
MICAEL
Y
a ti, so licenciá, que no eres más que una licenciá, ¿quién te ha dao el báculo
y la mitra pa que mandes aquí como un cabo melitar?
LA
CUSTODIA
Pues,
mira tú mi apego a la casa, que aquí (El pecho) se ha alimentao la Sagrario más
de diecinueve meses, y ya sabe usté que en esta casa no se hace matanza, ni
cochura, ni fiesta, ni duelo sin que venga a dirigirlo too La Custodia.
FRANCISCO
Ni
en esta casa ni en denguna. Donde no te llaman pa que fregues, te avisan pa que
des friegas.
CATALINA
Ese
es su fuerte: la medecina.
(Por
la derecha entra Carracuca, tipo de gañán o pastor, con abarcas y montera de
piel)
CARRACUCA
¿Anda
por aquí la hermana Custodia?
MICAEL
Ahí
la ties, hombre.
CARRACUCA
Hermana
Custodia, acérquese usté por mi casa, que a la Gertrudir le ha güelto a dar el
histérico. Y güeñas tardes.
LA
CUSTODIA
¿Pues
no te habías apañao con Moniquito?
CARRACUCA
Y
sí que había mejorao la Gertrudis desde que Moniquito nos llevó a San Roque;
pero esta tarde se ha liao a patás con toos nosotros, y si Moniquito no se
lleva a San Roque, no sé lo que hubiera pasao.
CATALINA
Hay
que ver lo que está sufriendo la pobre.
CARRACUCA
Ande
usté, hermana Custodia. Que si se me muere la Gertrudis, ¿qué hago yo con cinco
creaturas?
LA
CUSTODIA
Allá
voy, hombre. No debía dir, porque me has abandonao el tratamiento.
CARRACUCA
Es
que... Yo por lo de las cataplasmas de merengue había pasao, y tampoco le puse
reparos a las friegas de vino con sesos de burraca; pero se pone usté a recetar
baños de inmersión, y me ha dicho el boticario que eso hay que encargarlo a
Madrí.
(Aparece
por la derecha Moniquito, joven santero de la ermita de San Roque. Trae al
costado izquierdo una urna con un San Roque)
MONIQUITO
¡Ea,
buenas tardes! ¿Ya estás aquí, Carracuca?
CARRACUCA
Y
¿qué le voy a hacer, Moniquito? Si se me muere la Gertrudis es un desavío. Y
como San Roque se ha declarao incompetente...
MONIQUITO
¿Qué
has dicho, ateo? ¡Gracias a que drento de la urnia no te oye; pero si le
abriera el postigo te echaba el perro!
CATALINA
¿Y
de verdá San Roque es milagroso?
MONIQUITO
Que
si es...
LA
CUSTODIA
Que
lo diga la Gertrudis.
CATALINA
¡Pobrecilla!
MONIQUITO
¡Menudo
milagro ha hecho esta mesma tarde!
CARRACUCA
¿Después
de dirme yo?
MONIQUITO
¡Antes!
¿Tú no has visto que no hice más que entrar en tu casa y me lo llevé? Pues es
que el santo, así que vio a la Gertrudis con el ataque, me guiñó un ojo, como
diciéndome: ¡Amonos de aquí, que la mato! Y ties mujer entavía, porque nos
hemos dío.
CARRACUCA
Hermana
Custodia, amos pa allá, que, aunque éste dice que tengo mujer, lo que tenía
hace un rato era una devanadera con patas.
LA
CUSTODIA
Amos...
Yo me creo que en cuanto le pongamos unas compresas de aceite de alvellanas...
MONIQUITO
Yo
que usté le pondría una cincha.
LA
CUSTODIA
¿Qué
sabes tú, sacristán? Ahí sos quedáis.
CARRACUCA
¡Adiós!
(Mutis
por la derecha, de La Custodia y Carracuca)
MONIQUITO
¿Y
qué es lo que se celebra?
CATALINA
El
santo del amo.
MONIQUITO
¡Sobar!
Ties razón.
CATALINA
¿quies
un vaso?
MONIQUITO
¿Un
vaso o un beso?
CATALINA
A
elegir
MONIQUITO
El
vaso pa’l hermano Micael, que es mu refrescaor.
CATALINA
Pues
el beso que te lo dé el hermano Francisco.
MONIQUITO
Mira
que eres adusta, Catalinilla. Con las veces que te he dicho que te quiero, que
te adoro y que te amo.
CATALINA
Pero,
¿qué voy a hacer yo con un hombre tan filomeno?
MONIQUITO
Pue
que no te faltara quehacer.
LORENZA
Pues
con ésta no ligas como no haga San Roque un milagro.
MICAEL
Pero
si creo que ni siquiera es San Roque, que a mí me han dicho que lo cogiste de
un nacimiento y representaba un pastor de Belén.
MONIQUITO
(Exhibiendo
al santo)
¿Tie
cara de pastor este santo? Si talmente paece un general.
FRANCISCO
¿Y
el perro? ¿No paece una cabra?
MONIQUITO
Al
perro no le falta más que ladrar pa ser una persona.
(Dentro,
por la derecha, se oyen voces infantiles, unísonas)
VOCES
¡Un,
dos; un, dos; un, dos!
DON
GENEROSO
(Dentro)
¡Alto!
¡Al...!
MONIQUITO
¿Qué
te paece?
DON
GENEROSO
(Dentro)
¡Soldados
de la lealtad! No olvidéis vuestro lema: patria y religión. ¡Muera Espartero!
VOCES
¡Muera!
DON
GENEROSO
¡Marchen!
¡Mar...!
VOCES
(Alejándose)
¡Un,
dos; un, dos....!
MONIQUITO
A
ése sí que no le cura La Custodia.
LORENZA
Ni
San Roque.
MONIQUITO
San
Roque, tal vez.
CATALINA
¡Lástima
de verle tan loco!
MONIQUITO
Pa
él la guerra no se ha acabao. Lo malo es que no sabe si es la Carlista o la de Africa.
CATALINA
Ni
sus dineros, que tos se le fueron en levantar partidas...
MICAEL
De
su pobreza viene su locura, que cuando él era el amo de esta casa, que mal
vendió a la madre de nuestros amos, era bien razonaor y bien razonable.
QUILINO
Usté
entró de zagal en sus tiempos.
MICAEL
Zagal
mayor era en la casa cuando un día nos juntó a tos -ya más loco que un
torbellino- y nos dijo: “Me mudo a vivir
a la casilla de la plaza del Arcipreste. Aquí queda la Juana –la madre de
Sagrario y de Miguel- al cuidao de mi hacienda”. Y era que toa la había vendío,
en pago de empeños que no podía levantar.
MONIQUITO
¡Sobar!
Y así le sigue llamando “su casa”, y aquí se lo consienten.
(Sale
de casa Sagrario)
SAGRARIO
Y
el que no obedeciera a Don Generoso, en lo que sea de razón, como si la casa
fuera todavía suya, hágase cuenta de que a mí o a mi hermano nos desobedece.
¡Pobre loco!
MONIQUITO
Buenas
tardes, Sagrario.
SAGRARIO
Buenas
tardes. Y a tiempo llegas, Moniquito. Tú, que tienes entrada libre en todas
partes, deja esta onza en casa de Don Generoso, sin que él te vea.
MONIQUITO
Se
la pondré al pie de San Roque pa disimular.
MICAEL
Y
pa que se piense que es un milagro.
MONIQUITO
A
ver si creéis que el santo necesita que le cuelguen milagritos ajenos. ¡Con la
plétora que tenemos en casa! ¡Descreído!
(Avanzando
hacia la puerta)
¡Israelita!
¡¡¡Sardanápalo!!!
(Mutis
por la derecha. De la casa sale Miguel, el hermano de Sagrario)
MIGUEL
Va
siendo la hora de concluir el agasajo.
¿Y
Juan Pedro?
MICAEL
Trajinando
por ahí.
CATALINA
¿Voy
a llamarle?
MIGUEL
No.
(A
Quilino y Carmelo)
Aquí
tenéis el dinero que os resta del año.
QUILINO
Too
está a la orden del día.
CARMELO
Y
si nos vamos de la casa no es por na, sino que uno...
MIGUEL
Ya
lo comprendo. En esta casa dejáis un amigo pa lo que queráis.
SAGRARIO
Y
mi hermano no es de los que hablan por hablar.
MICAEL
Aquí
están los gañanes nuevos.
CATALINA
Y
aquí viene Juan Pedro.
(Por
la derecha entran dos Gañanes. Por la primera izquierda aparece Juan Pedro)
GAÑAN
1.º
Buenas
tardes, mayoral.
GAÑAN
2.º
Buenas
tardes.
MICAEL
Ahí
tenéis a los amos.
SAGRARIO
Bien
venidos seáis a nuestra casa, y que os apliquéis es lo que conviene.
GAÑAN
1.º
Ea...
GAÑAN
2.º
Ea...
MIGUEL
Lo
que os he de decir, ya lo dijo mi hermana; a medias llevamos el caudal, pero
voluntad no hay más que una. ¡Juan Pedro!
JUAN
PEDRO
Mándeme
el amo.
MIGUEL
Mañana
principiaréis la simienza.
JUAN
PEDRO
Todo
está preparao.
MICAEL
Y
así estás tú de contento, que no paece sino que naciste pa sembraor.
JUAN
PEDRO
Así
es, mayoral.
SAGRARIO
Así
sea.
(Música)
Canción del Sembrador
Juan
Pedro y Coro General.
JUAN
PEDRO
Cuando
siembro voy cantando,
porque
pienso que al cantar,
con
el trigo voy sembrando
mis
amores al azar.
No
hay empresa más gallarda
que
el afán del sembrador.
¡Por
sembrar en tierra parda
soy
a gusto labrador!
Pisan
mis abarcas la llanura,
raya
el firmamento mi montera,
porque
al sembrador se le figura
que
es el creador de la panera.
Y
el grano arrojo
con
tanto brío
que
me parece
que
el mundo es mío...
¡Ah!
Sembrador
que
has puesto en la besana
tu
amor:
la
espiga de mañana
será
tu recompensa
mejor.
Dale
al viento
el
trigo y el acento
de
tu primer lamento
de
amor.
Y
aguarda el porvenir,
sembrador.
TODOS
No
hay empresa más gallarda
que
el afán del sembrador.
Por
sembrar en tierra parda
¡quién
no fuera labrador!
JUAN
PEDRO
Vuela
la simiente de mi puño,
cae
sobre la tierra removida,
siente
la caricia del terruño
y
abre sus entrañas a la vida.
Y
al sol de mayo,
que
es un tesoro,
millares
brillan
de
lanzas de oro.
TODOS
Sembrador
que
has puesto en la besana
tu
amor:
la
espiga de mañana
será
tu recompensa
mejor.
JUAN
PEDRO
Dale
al viento
el
trigo y el acento
de
tu primer lamento
de
amor...
¡Y
aguarda el porvenir,
sembrador!
(Hablado)
MICAEL
Ven
que te abrace, galán, que así sientes tú la afición a la tierra como yo mesmo
en mis años mozos. ¡Paece mentira que seas forastero! ¿Tu padre era también
gañán?
JUAN
PEDRO
Mi
padre, hermano Micael... (Con emoción) no lo he conocido.
SAGRARIO
Al
avío, muchachos.
FRANCISCO
Y
ca cual al suyo. Que muchos años disfrutemos este agasajo y tos con salud.
MIGUEL
Muchas
gracias, hermano Francisco.
(A
los Gañanes nuevos)
Vosotros
venid. Mayoral, sacaremos la simiente.
Y
a vosotros...
(A
Quilino y Carmelo) lo dicho.
QUILINO
Ahí
se quedan ustés.
CARRACUCA
De
aquí a luego.
(Hacen
mutis Miguel, Juan Pedro, Micael, Gañanes 1.º Y 2.º y dos o tres Gañanes más, por
el fondo; algunas mujeres, entran en la casa; Francisco y los demás, por la
derecha, quedando en escena Sagrario, Catalina y Lorenza, recogiendo los
cacharros y restos de la merienda)
SAGRARIO
Muy
bien se ha explicado Juan Pedro lo de la simienza.
CATALINA
Tie
muchas letras y mucho corazón, a lo que se ve.
LORENZA
Y
no será porque se le ponían pocos reparos; que si admitir a un forastero, que
nadie sabe quién es, que unos dicen que viene de Alcázar, que otros cuentan que
del Lugar Nuevo...
SAGRARIO
Ni
mi hermano ni yo hacemos caso de habladurías, cuando la gente es honrá y
trabajaora.
LORENZA
Ahora
viene aquello como nube de mayo .
SAGRARIO
¿El
qué es aquello?
CATALINA
Que
le quiero pedir a usté licencia pa dir los sábados a mi casa pa platicar con
él.
SAGRARIO
¿Con
él?
LORENZA
Con
Juan Pedro.
SAGRARIO
¿Cuándo
te has hecho novia con Juan Pedro?
CATALINA
Entodavía
no hemos platicao..., ayer me pidió, que si el ama es gustosa de que
platiquemos, le daré el sí.
LORENZA
El
ama ¿qué ha de pensar, sino que mejor hombre no puedes pedir? Ella es moza
soltera y entiende de estas cosas más que tú.
SAGRARIO
Si
te entraras todo eso a la casa...
LORENZA
Pa
que me calle es.
(Mutis
a la casa con algunos cacharros)
CATALINA
¡Y
que no es licenciá la Lorenza!
SAGRARIO
Oye,
Catalinilla...
CATALINA
¿Qué
dice usté?
SAGRARIO
El
ama es gustosa de que platiques con Juan Pedro o con quien tú quieras. Y si
bien se mira, con Juan Pedro mejor que con otro, que es un hombre formal,
hacendoso, despierto, callao, leal, valiente pa’l trabajo, fino en la palabra...
y guapo de verdá...
CATALINA
To
eso me he pensao yo; pero pa mis adentros... El ama lo explica muy bien.
SAGRARIO
Desde
el sábado podéis platicar, pero desde esta tarde él saldrá de la casa.
CATALINA
¿De
la...?
SAGRARIO
Sí,
Catalina. Ya sabes que no está bien mirao en el pueblo que dos novios duerman
en la misma casa.
CATALINA
Pero
Juan Pedro es el alma de la labor.
SAGRARIO
Bien
te pruebo que eres algo para mí cuando prescindo de él y de ti no.
CATALINA
Me
sabe mal que salga de la casa sin haberle avisao pa la Virgen de Agosto.
SAGRARIO
Pero
¿es que quieres irte tú?
CATALINA
Al
fin y a la postre, una criada se muda a cualquier hora. Un gañán, no.
SAGRARIO
Déjale
que se vaya, Catalina.
CATALINA
Pero
el amo Miguel, ¿qué dirá?
SAGRARIO
A
mi hermano yo se lo explicaré como a ti.
(Entra
en la casa con algún objeto de los que recoge)
CATALINA
No
lo entiendo... Pero, bien mirao, el ama me da una prueba de aprecio.
MONIQUITO
(Entrando
por la derecha)
“Me
estoy poniendo, niña,
como
un membrillo,
de
tanto como peno
por
tu cariño.”
CATALINA
“cuando
madures
que
te cuezan, te pelen
y
te hagan dulce.”
MONIQUITO
¡Vaya
una voluntá que me ties! ¡Con lo que yo sueño contigo por las noches!...
CATALINA
“Despierta,
compañero,
porque
es de día
y
ya están los gañanes
haciendo
migas.”
MONIQUITO
Lo
que yo digo
es
que ¡a ver cuándo juntos
hacemos
pisto!
SAGRARIO
(Saliendo
de la casa)
Moniquito,
¿cumpliste mi encargo?
MONIQUITO
¡Vaya!
En la cómoda le he dejao el santo, con la onza de oro al pie, entre un cepillo,
una canasta, una cantimplora y un pito. Lo cual que al santo no le ha hecho
mucha gracia el mueble, tan aglomerao, y me miraba diciéndome: “Y a esta
tarimita, ¿por qué le llaman cómoda?”
CATALINA
Y
cuando Don Generoso se encuentra allí el dinero, ¿qué piensa?
SAGRARIO
No
lo sé. Pero, ¡me da tanta lástima que un señor tan señor viva tan pobremente y
tan en otro mundo!...
CATALINA
Con
los caudales que ha derrochao.
MONIQUITO
Por
tirar ha tirao hasta el fósforo, y así tie el celebro tan oscurecido.
(Aparece
Don Generoso por la derecha. Es un señor de más de sesenta años, pálido,
enjuto, espiritual.
Su
cara ofrece aspecto de viejo militar. Viste humildes ropas señoriles y se toca
con un gorro cuartelero de jefe de ejército. En una mano trae una cayada de
madera blanca y tosca)
DON
GENEROSO
¡Dios
me dé vida, amigos, para ver las mudanzas grandes que se anuncian! Caerán al
fin los enemigos de la legitimidad y España será un vergel de gracias... Dame
albricias, Sagrario, que no poca parte he de tener en ese porvenir de rosa.
(Acercándose
a Sagrario, confidencialmente)
Me
ha escrito el general Weyler... ¡Chist!
MONIQUITO
(Aparte
a Catalina)
No
te lo creas tú.
Catalina
Si
no lo he oído.
MONIQUITO
Pero,
por si acaso, no te lo creas.
DON
GENEROSO
Quiero
que la vuelta del rey legítimo se celebre en mi casa, como corresponde, y he
mandado venir albañiles.
MONIQUITO
¡Sobar!...
DON
GENEROSO
Aquel
arco va al suelo; la bodega también se derruye; a la casa le quito esta nariz,
y aquí levantaré una plaza de toros donde se lidien cada mes vaquillas bravas.
SAGRARIO
Pero
todo eso le va a costar muchos miles de reales.
CATALINA
O
de duros más bien.
DON
GENEROSO
¿Qué
os importa a vosotros lo que cueste, si no lo hais de pagar? Mi cosecha ha sido
hogaño espléndida, esas trojes rebosan el grano, cien tinteros de aceite quedan
por vender y la paja que almacenamos no se la comería en un lustro toda la
caballería de los usurpadores. ¡Lástima que mi unigénito no pueda compartir mi
gloria!
SAGRARIO
¿No
viene usted a tomar algún dulce?
DON
GENEROSO
Ya
comprendo, mi buena Sagrario, que quieres distraer mi dolor. ¡Hijo de mi
sangre! ¡Me lo robaron esos lobos, estigma de La Mancha!
CATALINA
(A
Moniquito)
Otra
manía suya, porque es solterón de nacimiento.
(Salen
por el fondo Miguel y Juan Pedro)
MIGUEL
¡Don
Generoso!
DON
GENEROSO
Ven
con Dios, Miguel, espejo de colonos honrados y de leales administradores. Si
algún día me muero, que no sé qué decirte, porque siento en mí algo de
inmortal, Sagrario y tú heredaréis mi hacienda, ya que Dios ha dispuesto del
que debiera ser dueño de este caudal.
MONIQUITO
Y
la plaza de toros, ¿a quién se la deja?
DON
GENEROSO
A
quien me asegure que no entrarán en ella, a peso de oro, ni Don Andrés, el
maestro, ni Don Jeremías, el párroco, ¡dos sanguijuelas republicanas!
(Catalina
se acerca a Juan Pedro, y al verlos juntos, Sagrario da muestras de inquietud)
MONIQUITO
Pa
eso cuente usté conmigo.
MIGUEL
¿Nos
tomamos un vaso de mistela?
DON
GENEROSO
Ya
me recuerdas que no te felicité por tu santo. Mi intención me salva, porque he
aquí mi presente.
(Ofreciéndole
la cayada)
Este
bastón, sobre ser de ébano fino y llevar este arillo de oro y estas
incrustaciones de brillantes...
MONIQUITO
(Aparte)
¡Cómo
está el pobre!
DON
GENEROSO
...
es un glorioso recuerdo de Zumalacárregui, del que me hizo manda en su
testamento.
MONIQUITO
¿Zumbala...
qué?
DON
GENEROSO
¡Zumalacárregui!
MONIQUITO
¡Vaya
una palabreja pa cuando te pisan un callo!
MIGUEL
Le
estimo su presente como lo que es.
DON
GENEROSO
Y
¡vaya por la mistela!
(Medio
mutis con Miguel hacia la casa. Por la derecha asoma Un Mendigo)
UN
MENDIGO
Hermanos,
una limosnica, que voy de camino a pie, por el amor de Dios.
MIGUEL
El
te socorra, hermano.
SAGRARIO
Venga
el viernes.
DON
GENEROSO
¿Eh?
UN
MENDIGO
Apiádese
de mí el caballero.
SAGRARIO
Venga
el viernes, le digo.
UN
MENDIGO
Todo
sea por Dios.
(Medio
mutis)
DON
GENEROSO
Hermano...
(Vuelve
el Mendigo)
¡Tome!
(Le
da una moneda)
UN
MENDIGO
¡Bendito
sea Dios! ¡Si es una onza!
MIGUEL
¿Una
onza?
SAGRARIO
¡Don
Generoso!
MONIQUITO
(Sacudiéndose
los dedos)
¡Zumbalacárregui!
UN
MENDIGO
¡Que
el Señor se lo aumente y le dé su gloria y salú para vivir muchos años y...!
DON
GENEROSO
Déjese
de letanías y grite conmigo: ¡Muera Espartero!
MONIQUITO
¡Muera!
UN
MENDIGO
(Se
santigua con la moneda, la besa y hace mutis)
¡Alabado
sea Dios!
CATALINA
(A
Juan Pedro)
¡La
única que tenía!
JUAN
PEDRO
¡Pobre
viejo!
(Sagrario
y Miguel van a interrogar a Don Generoso y él los detiene con un gesto)
MIGUEL
Pero,
Don Generoso...
DON
GENEROSO
He
cumplido con mi deber. ¡Vamos!
(Mutis
con Miguel por la casa)
MONIQUITO
(A
Sagrario)
Y
yo le pregunto a usté: ¿qué va a cenar esta noche Don Generoso?
SAGRARIO
Lo
que se merque con estos cuarenta reales que ahora mismo vas a ponerle al pie de
San
Roque.
(Dándole
una moneda)
MONIQUITO
¡Ca!
Con este dinero le pongo dos libras de carne, dos de patatas, una de aceite,
tres onzas de sal y una docena de bizcochos...
(Aparte.
Al mutis)
Y
me sobran veinticinco reales.
¡Muera
Espartero!
(Se
va por la derecha)
SAGRARIO
¿Qué
haces ahí ya, Catalina?
CATALINA
Recogiendo.
SAGRARIO
Pues
recógete tú también.
CATALINA
Al
contao.
(Mutis
por el arco del fondo)
SAGRARIO
(A
Juan Pedro, que marca el mutis hacia la izquierda)
¡Juan
Pedro!...
JUAN
PEDRO
Mande.
(Volviendo)
SAGRARIO
Ya
sé la novedá.
JUAN
PEDRO
¿Cuál
novedá, mi ama?
SAGRARIO
Que
has pedío a la Catalinilla y, a lo que parece, pa buen resultao.
JUAN
PEDRO
Si
ella lo dice... A mí no me ha contestao todavía. El domingo la pedí; mil reales
la llevé en señal... y eso es todo.
SAGRARIO
Ya
te digo que el resultao es que sí.
JUAN
PEDRO
Mejor.
SAGRARIO
Es
buena muchacha la Catalina, y así te haga feliz como yo lo deseo. Ahora que...,
como forastero, no sé si sabrás la costumbre... Juntos en la casa no podéis
estar... Así que recoge tus cosas..., y ya que hoy mismo es San Miguel, hoy
mismo te vas.
JUAN
PEDRO
(Después
de una pausa)
Si
es esa la costumbre...
SAGRARIO
Eso
no quita pa que se te guarde estimación y se sienta de verdá este lance. Mozo
no ibas a estar toda la vida. Te has fijao en ésa como te podías haber fijado
en otra. Es de tu clase y bien escogía
está.
JUAN
PEDRO
Eso
mismo he pensao yo...
SAGRARIO
Te
voy a hacer una pregunta, Juan Pedro.
JUAN
PEDRO
Si
yo sé contestar...
SAGRARIO
¿Cómo
explicáis los hombres el cariño?
JUAN
PEDRO
¡Que
no lo sabrá el ama!...
SAGRARIO
¿Tú
no sabes que nunca he sido novia?
JUAN
PEDRO
¿No
lo he de saber? En los pueblos se comenta todo. “No hay en la villa hombre pa’l
ama Sagrario”.
SAGRARIO
¡Es
tan orgullosa!
JUAN
PEDRO
Así
lo dicen, es la verdá.
SAGRARIO
¡Es
tan orgullosa que nunca ha escuchado de los hombres una palabra de cariño! Por
eso te decía: Juan Pedro, ¿cómo lo explicáis vosotros? Dímelo.
(Música)
Dúo de Juan Pedro y Sagrario
JUAN
PEDRO
Ama,
lo
que usté me pide
es
muy fácil de sentir
y
es muy difícil de explicar.
SAGRARIO
Creo
que
sentir amores
es
lo mismo que aprender
nuevos
modos de cantar.
JUAN
PEDRO
¡Mejor
lo explica el ama
de
lo que yo sabría!
SAGRARIO
Oírlo
de tus labios
quisiera
todavía.
JUAN
PEDRO
Reírse
quiere el ama
del
rústico gañán.
SAGRARIO
(Aparte)
¡Quién
sabe si al oírte
mis
ojos llorarán!
(A
Juan Pedro)
Dime,
dime
qué palabras
canta
el hombre a la mujer
cuando
le habla con amor.
JUAN
PEDRO
Temo
que
la desengañen...
SAGRARIO
Si
tú quieres de verdad,
has
de ser buen cantador.
JUAN
PEDRO
Manchega,
flor y gala
de
la llanura
manchega:
te
quiero por tus ojos
y
por tu boca
te
quiero.
Tus
ojos son alegres
como
cantares
de
siega.
Tus
labios son tan dulces
como
la miel
del
romero.
SAGRARIO
(Aparte)
Bien
dicen del cariño
que
todo lo hermosea
y
que la hermosa envidia,
la
suerte de la fea.
(A
Juan Pedro)
Comprendo
al escucharte
que
quieres de verdá...
y
que ella esté orgullosa
de
su felicidá.
(Recitado)
¡Juan
Pedro!...
¿Me
lo quieres repetir?
(Cantado)
JUAN
PEDRO
La
de usté es mi voluntá.
“Manchega,
flor y gala
de
la llanura
manchega...”
SAGRARIO
¡Déjame
seguir!
“Te
quiero por tus ojos
y
por tu boca
te
quiero...”
JUAN
PEDRO
¡Bien
se lo aprendió!
SAGRARIO
“Tus
ojos son alegres
como
cantares
de
siega...”
JUAN
PEDRO
(Cogiéndole
las manos)
“¡Tus
labios son tan dulces
como
la miel
del
romero!”
(Sagrario
se aparta)
SAGRARIO
No
sé qué penas
me
están matando,
no
sé qué duelos...
¡Parecen
fogaradas
de
celo!
JUAN
PEDRO
Bésame,
niña,
con
esos labios
dulces
y rojos,
mientras
que están mirando
tus
ojos.
(Mutis
de Sagrario por la casa)
(Hablado)
JUAN
PEDRO
(Que
la ha seguido por un impulso irrefrenable, deteniéndose en la puerta)
¿Dónde
vas, tonto?
CATALINA
(Saliendo
por el fondo)
¡Juan
Pedro!
JUAN
PEDRO
¡Qué!
CATALINA
No
es menester aguardar el domingo pa darte la respuesta que quieres. Mucho
agradezco tu voluntá de pedirme y...
JUAN
PEDRO
¡Acaba!
CATALINA
¿Tanta
prisa te corre el sí?
JUAN
PEDRO
O
el no.
(Confiado)
CATALINA
Pues...
no.
JUAN
PEDRO
¿No?
CATALINA
No.
JUAN
PEDRO
Me
has engañao, mujer. Hasta creí que tenía permiso del ama pa platicar, porque me
ha despedío ella misma.
CATALINA
Ya
lo he oído, hombre. ¿No ves que se clarean las tenajas?
(Señalando
las del foro)
Aunque
espesa y rústica, una no se chupa el dedo, más que cuando se pincha con una
aguja. ¿Estamos?
JUAN
PEDRO
El
diablo que te entienda, Catalina.
CATALINA
No
pienso ser más clara, que a gusto estoy con los amos y me tiran muy poco la
vendimia y la escarda.
JUAN
PEDRO
Está
bien, mujer.
CATALINA
No
te creas que me quedo soltera, que no me faltan hombres con buenos ojos... Ni
ganas pa recibirlos con los brazos abiertos; lo cual es un decir, pero ya me
entiendes. ¡Verás en cuanto se entere Moniquito! ¡Y que Moniquito no es de los
que tien dos caras, que si tuviera dos, no llevaría tos los días la mesma!
¡Adiós!
JUAN
PEDRO
¡Adiós!...
(Medio
mutis, ella a la casa y él a la izquierda)
CATALINA
Y tocante
a los mis reales que me diste...
JUAN
PEDRO
Vengan.
CATALINA
¿Vengan?
¡Ay, hijo! Lo dao por lo platicao.
(Mutis)
JUAN
PEDRO
¡Bueno!
¡Qué más me da! Pero... ¿será posible, Juan Pedro?
(Mutis
por la izquierda)
MONIQUITO
(Asomando
la cabeza por la derecha)
¡Pa
que luego no crean en San Roque!
(Avanza.
Al costado izquierdo trae una garrafa o cantimplora)
¿Qué
se pone por medio entre yo y la Catalinilla? ¡Juan Pedro, que es el mejor gañán
de la villa y, como ayudaor, gana doscientos reales más que un zagal!...!Un
partido con toa la barba! Pues no hace más que llegar San Roque ahí a la portá
y…
(Silba)
Juan
Pedro a la una… ¡Eso sí que es un milagro grande!
(Cogiendo
la cantimplora con las dos manos y alzándola)
¡Viva
San Ro…! ¡Zumbalacárregui! ¡Si me he traído la cantimplora!
(La
baja)
LA
CUSTODIA
(Entrando
por la derecha)
¿Qué
haces ahí, milagrero?
MONIQUITO
¡Girnasia!
(Repitiendo
el juego)
LA
CUSTODIA
La
mujer de Carracuca…, convaleciente.
MONIQUITO
Si,
¿eh? Pues lo de Catalinilla…, arreglao.
LA
CUSTODIA
¡Vaya
una noticia! ¡Que Juan Pedro la ha pedido!
MONIQUITO
Si;
la ha pedido los mil reales; pero no se los ha dao.
LA
CUSTODIA
No
me quiero enritar discutiendo, porque tengo a la Meteria de parto, y aluego si
estoy niervosa no atino.
MONIQUITO
Ahí
si que no le hago competencia..Y además, a San Roque me lo he dejao en ca de
Don Generoso, pa ver si se le borra alguna de sus manías. Hoy está… que
espeluzna. Le ha dao por decir que tie un hijo y que un tal Espartero se lo ha
robao.
LA
CUSTODIA
¡El
Evangelio!
MONIQUITO
Amos,
hermana Custodia.
LA
CUSTODIA
Lo
de Espartero, calunia; pero lo del hijo… Mira: me da mucha rabia que cuatro
esnarigaos como tú sos riáis de ese caballero, y te voy a contar lo que hay pa
que le tengas lástima y le ayudes a conllevar su desgracia…Yo na he dicho
nunca, porque me creí que él no lo recordaba en su locura; pero si él mesmo lo dice
¡que no se ría nadie de ese dicho, porque es más verdá que la dotrina!
MONIQUITO
¡Sobar!
Explique usté esa aleluya.
LA
CUSTODIA
Don
Generoso, rico y soltero, tuvo unos amoríos con una moza, que ahora ya va pa
los cincuenta y está mu bien casá.
MONIQUITO
La
Pepa del Espabilao.
LA
CUSTODIA
Se
dice el pecao, sin mentar el pecaor.
MONIQUITO
Como
al Espabilao le meto yo toa la monea falsa que me cae…
LA
CUSTODIA
Güeno,
pues no es ésa. Yo mesma llevé en estos brazos a lo que nació, camino de Zuidá
Real, una noche de octubre…
MONIQUITO
¿A
la casa cuna?
LA
CUSTODIA
No,
que iba a ser al batallón de Melicianos.
MONIQUITO
¡Adelante!
LA
CUSTODIA
Cuando
pasó el tiempo y Don Generoso, arruinao, quiso dirse por esos mundos y ampararse
en ese cariño, fue lo primero a la casa cuna…!El chico había muerto!
MONIQUITO
(Tragicómico)
¡¡Ah!!
LA
CUSTODIA
De
Zuidá Real volvió ya loco… y loco está pa siempre.
(Salen
por el fondo Micael, Carmelo y Quinilo)
MICAEL
¡Aguarda!
(Llamando
a la puerta)
¿Está
por ahí el amo o el ama?
MONIQUITO
¡Ea!¿Ya
os vais?
LA
CUSTODIA
Así
parece.
MIGUEL
(Saliendo)
Micael,
hay una novedá: Juan Pedro se marcha también.
MICAEL
¿Juan
Pedro?
LA
CUSTODIA
¿Qué
dices?
MONIQUITO
(A
La Custodia)
¡El
Evangelio!
MIGUEL
Cállate
tú.
MICAEL
¿Y
se va?...
MIGUEL
Por
causa de que se hace novio de la Catalinilla…
MONIQUITO
(Aparte
a La Custodia)
Lo
del noviazgo, calunia.
MICAEL
¡Ea!
Siendo así… Pero no encontraremos otro como él.
SAGRARIO
(Saliendo)
Lo
buscaremos, mayoral.
MICAEL
¡Ea!...
(Sale
Juan Pedro, por la izquierda)
MIGUEL
Ya
me ha dicho mi hermana la novedá… Sean todos testigos de que no sales, aunque de
repente, por tu deshonroso. Aquí dejas una casa de amigos… y ésta es mi mano.
JUAN
PEDRO
A
mí también me hace duelo el dejarla… Y, por lo que toca al motivo, sepan ustés
que esa moza y yo…, antes de comenzar, hemos terminao.
MONIQUITO
(Aparte
a La Custodia)
San
Roque que me lo había dicho.
MIGUEL
Si
es así…
JUAN
PEDRO
Así
es.
SAGRARIO
Sin
embargo…, ¡vete!
JUAN
PEDRO
Adiós,
pues. Vamos, amigos.
(A
Carmelo Y Quilino)
QUILINO
Ahí
se quean ustés.
CARMELO
Con
Dios.
(Salen
por la derecha Juan Pedro, Quilino y Carmelo)
MIGUEL
¡Sagrario!
SAGRARIO
Eso
de terminar es una componenda. Por no perder la casa ninguno.
MONIQUITO
¿Qué?
¡Me voy a descambiar la cantimplora!
(Mutis
rápido por la derecha)
MIGUEL
De
esas cosas, las mujeres sabéis más que uno. Vamos a pensar lo que hacemos.
(Se
van Miguel y Micael por el fondo)
SAGRARIO
Custodia,
pasa adentro. ¿Entiendes tú también de males de alma?
MIGUEL
De
esas cosas, las mujeres sabéis más que uno. Vamos a pensar lo que hacemos.
(Música)
Juan Pedro
JUAN
PEDRO
(Cantando
lejos)
Dale
al viento
tu
trigo y el acento
de
tu primer lamento
de
amor…
¡Y
aguarda el porvenir,
sembrador!
(Las
dos mujeres se han quedado oyendo el canto)
SAGRARIO
Custodia,
pasa dentro. ¿Entiendes tú también
de
males del alma?
LA
CUSTODIA
De
éste pué que sí entienda, Sagrario.
TELON Y MUTACION
CUADRO SEGUNDO
Telón
corto, en el que se ve, a la izquierda, una casita blanca, de un solo piso, con
puerta practicable; en el centro, una calle, en cuyo fondo aparece una plazuela
con la iglesia parroquial, elevando al cielo su esbelta torre hexagonal,
cubierta por un capitel de pizarra; a la derecha, casa de dos pisos, humilde como
la primera y enjabelgada como aquélla. Las dos casitas son practicables. Es de
noche y hay luna clara. Nadie en escena.
(Música)
Canción Popular Manchega
Un
Pastor, Juan Pedro y Coro de Hombres.
UN
PASTOR
(Dentro
por la derecha)
Como
soy, nena mía,
pastor
de ovejas,
por
las noches platico
con
las estrellas.
Y
aquella blanca,
¡cuántas
noches me dice
que
tú me aguardas!
DON
GENEROSO
(Hablado.
Dentro, lejano, por la derecha)
¡Alerta…está!
JUAN
PEDRO
(Dentro
por la izquierda)
Hoy
es sábado y no quiero
dormir
en la quintería,
porque
rondan los gañanes,
y
me muero de envidia
si
me entero
de
que rondan
las
esquinas
de
mi novia.
(También
por la izquierda han salido Catalina y La Custodia, dirigiéndose a la derecha)
(Hablado)
LA
CUSTODIA
¿Has
estado en el cantar?
CATALINA
Y
en la voz que lo canta: Juan Pedro.
LA
CUSTODIA
¿Vuelve
a rondarte o qué?
CATALINA
No
señora, que yo me he apañao con Moniquito y a platicar con él vengo a mi casa… Juan
Pedro…¡pa’l ama!
LA
CUSTODIA
¡Cállate,
infiel! ¿Dónde se habría visto chasco semejante?
CATALINA
¿No
pasa usté un ratico?
LA
CUSTODIA
Poco
será, porque antes de la media tengo que hacer una cosa mu grave.
CATALINA
Ya
no me acordaba.
(Mutis
de las dos por la puerta de la derecha)
JUAN
PEDRO
(Saliendo
por la izquierda con un grupo de Mozos, algunos con guitarras)
Y
ya que hemos rondao en las esquinas de toas las novias de la reunión, vamos a
echar un cantar por mi cuenta.
MOZO
1.º
¿Aquí
pa la Catalina?
JUAN
PEDRO
Que
le cante el sereno a la Catalina. Vamos a echar un cantar en las esquinas del
ama Sagrario, que dicen que nunca le han echao cantares a esa moza tan guapa.
MOZO
2.º
Alto
picas, Juan Pedro.
JUAN
PEDRO
Eso
no es picar, es cantar.
(Se
van por la derecha, rasgueando las guitarras)
DON
GENEROSO
(Apareciendo
por la derecha. Lleva terciada, como se hiciese centinela, una carabina)
Día
llegará en que sobre las piedras milenarias se cincele el nombre de los reales.
(Sale
La Custodia por la puerta de la derecha)
LA
CUSTODIA
¡Gracias
a Dios!
DON
GENEROSO
¿Quién
vive? ¿Eres tú, Custodia?
LA
CUSTODIA
Yo
sí soy yo y parezco yo. Pero usté es Don Generoso y pace un cazador de zorras.
DON
GENEROSO
Pasa
sin miedo, amiga, que no soy cazador, sino soldado. No amanecerá sin que agudos
clarines te desvelen y, como gallos madrugadores, saluden el más glorioso día
de la historia.
LA
CUSTODIA
¡Así
sea!
(Mutis
a la casita de la izquierda)
DON
GENEROSO
¡Qué
un hombre tan aguerrido sienta la dulce emoción del bisoño!...
(hace
mutis por la izquierda, pausadamente y volviendo la cabeza con recelo de vez en
cuando. Por la derecha sale Carracuca, coincidiendo con La Custodia, que
aparece en la puerta de la casa, ocultando una criatura en pañales)
CARRACUCA
¡Hermana
Custodia!...
LA
CUSTODIA
¡Jinojo!
¿Eres tú, Carracuca?
CARRACUCA
Yo
mesmo, que busco a Moniquito pa que me empreste el santo y me la encuentro a
usté, que casi es mejor. ¡Venga usté, hermana Custodia, que tie un histérico
que me quiere afeitar con la badila del brasero!
LA
CUSTODIA
Arrepara
que esto que llevo aquí es de carne y hueso y mañana mesmo tie que quedar en la
casa cuna. Y que como se sepa por ti, te degüello.
CARRACUCA
Pero
venga usté por mi casa…, que la coge al paso. ¡Que la Gertrudis no dura na,
hermana!
LA
CUSTODIA
Anda,
echa pa adelante, que estoy ya de la Gertrudis hasta el rodete.
CARRACUCA
¡Pobrecilla!
¡Con lo güena que es!... ¡Si el histérico no le diera por atizarme esos palos…
que me arrea!
LA
CUSTODIA
¡Rejinojo!
¡Alivia!
(Se
van por la derecha)
(Música)
Pasacalle de la Escaleras
Moniquito,
Carmelo, Quilino y Gañanes 1.º Y 2.º
(Salen
por la izquierda, por el orden que se indica, el Gañán 1.º con una escalera de
mano al hombro, Carmelo con una manta parda, Moniquito con escalera, Quilino
con manta y el Gañán 2.º con escalera)
TODOS
Dos
por dos son cuatro;
tres
por dos son seis;
tres
por cuatro, doce;
dos
por cinco, diez.
Ya
me sé la tabla
de
multiplicar,
y
antes del invierno
me
podrá casar.
MONIQUITO
Si
me adviertes al pedirte
que
no ties ventana baja,
no
es el hijo de mi madre
el
que sube a tu ventana.
TODOS
¡Aaay!...
¡Ay,
ay, ay, aay!
MONIQUITO
Ya
verás, mujer, la que te espera,
¡Aaay!...
¡Ay,
ay, ay, aay!
Cuando
suba yo por la escalera.
Cuando
llegue arri…,
aunque
tú no quie…,
si
no está tu ma…,
voy
a darte un be…
LOS
DEMAS
Quiere
darte un be…,
pero
se equivoco…,
porque
está tu ma…,
¡y
van a ser po…!
(Moniquito
coloca en el suelo la escalera, que le sujetan Carmelo y Quilino, y sube a ella)
MONIQUITO
Aquí
estoy porque he subío,
y
no me bajo sin darte
un
abrazo de los fuertes
¡y
recuerdos pa tu madre!
(Baja
de la escalera)
TODOS
¡Aaay!...
¡Ay,
ay, ay, aay!...
MONIQUITO
Si
al casarte no reculas…
¡Aaay!...
¡Ay,
ay, ay, aay!...
…
tengo ya mujer y un par de mulas.
Pero
si me enga…,
con
un archidú…,
¡apañao
me que…
con
un par de mu…!
LOS
DEMAS
Con
un par de mu…
apañao
se que…,
porque
si una es co…,
¡la
otra es burricie…!
Dos
por dos son cuatro;
tres
por dos son seis;
tres
por cuatro, doce;
dos
por cinco, diez.
Ya
me sé la tabla
de
multiplicar,
y
antes del invierno
me
podré casar.
(Hacen
mutis por la derecha en la misma forma que salieron, mientras cae el telón)
MUTACION
CUADRO TERCERO
Patio
principal de la casa de Sagrario. Una columnata limita una galería en el fondo.
En la galería hay un arcón a la derecha, sin tallas, y a la izquierda, un
bargueño sencillo sobre una mesita castellana. Entre ambos muebles, una puerta cuarteronada.
En el lateral izquierdo, una cancela que cierra el paso al zaguán. En el
lateral derecho, dos puertas semejantes a la del fondo. Sobre la galería de la
planta baja descansa, en la superior, un corredor no practicable. En el centro
del patio hay dos largas mesas de pino, sencillos tableros sobre asnillas; a su
alrededor, sillas de madera con asiento de esparto trenzado, de distintas
formas y altura, huyendo de toda uniformidad. Encima de las mesas, montones de
rosas azafrán y platillos con clavos de la misma planta. En el suelo,
esportillas con mas flor. Es de día.
(Las
Mozas y entre ellas Catalina y Lorenza, aparecen sentadas alrededor de las mesas,
mondando la rosa, presididas por Sagrario. Van tomando las flores una a una,
extrayéndoles los hilos de azafrán y depositando éstos en sus respectivos
platitos. La Custodia entra y sale por
la segunda puerta de la derecha, como si dentro tuviera una ocupación que
interrumpe de vez en cuando)
(Música)
La Monda de la Rosa
Sagrario,
Catalina, Lorenza, La Custodia y Coro General.
TODAS
De
montar mucha rosa
yo
no me alabo,
porque
no tengo novio
que
tire el clavo.
SAGRARIO
La
rosa del azafrán
es
como la maravilla,
que
un día la ve nacer
y
la mata el mismo día.
TODAS
Me
casé con un sastre
por
no estar mala,
y
el aire de la aguja
me
resfriaba.
La,
la, la, laralala.
La,
la, la, la, la, la…
(Hablado sobre la música)
SAGRARIO
¡Custodia!
¿Has aviao la merienda?
LA
CUSTODIA
¡Vaya
que sí! Aguamiel y nuégados pa los golosos, carne frita con pisto pa los
hambrones y pa las que no tienen novio, melones…
CATALINA
Eso
no va conmigo, que lo tengo.
SAGRARIO
Irá
por mí.
LA
CUSTODIA
¡Qué
disparate! Si estás moza entavía es porque quieres. Que pue que nos esté oyendo
quien bebe el viento por tu persona... Más rico no lo vas a encontrar, ni más
importante tampoco.
SAGRARIO
Cállate,
Custodia.
LA
CUSTODIA
(Acercándose
a las Mozas)
Julián
Herencia, que así se llama por su padre y porque desde que nació no hace más
que heredar…Adentro está con el amo consolándose del «no» del ama.
LORENZA
¿Habéis
sentío una voz?
LA
CUSTODIA
No
hemos sentío na; pero ya vemos que ese que te ronda está a la puerta con otros
y, a la cuenta, sos quieren echar el clavillo.
SAGRARIO
Déjalos
pasar.
LA
CUSTODIA
(Abriendo
la cancela)
Yo
abro y el que sea valiente que pase.
(Mutis
por la segunda derecha)
(Música)
(Empiezan
a entrar Mozos campesinos por la izquierda. Unos llevan chaquetillas pardas y
sombreros negros; otros, blusas de cuadros y montera, calzando abarcas estos
últimos; todos llevan al hombro mantas pardas o de cuadros blancos y negros. Avanzan
los Mozos hasta colocarse cada uno, en pie, junto a una Moza. Algunas de éstas,
entre ellas Sagrario y Catalina, no tienen pareja. Los Mozos se ponen a la
faena de mondar rosa, echando los clavillos en el plato de su Moza)
MOZOS
Aroma
de tomillo de abril
se
escapa de tus labios en flor.
MOZAS
Por
Dios, no te arrimes, galán,
no
vaya a marearte el olor.
MOZOS
Si
me quieres cerca, ¿por qué
me
miras con tus ojos de imán?
MOZAS
Pues
pídele al alcalde un cartel
que
diga: «Se prohíbe mirar. »
SAGRARIO
La
rosa del azafrán
es
una flor arrogante
que
brota al salir el sol
y
muere al caer la tarde.
MOZAS
Tan
frágil es el amor
como
esta flor peregrina
Se
quiere al atardecer
y
a medianoche se olvida.
MOZOS
No
quieras olvidarme después
que
tengo ya encargao el ajuar.
MOZAS
Teniendo
ya el ajuar encargao
alguna
se lo puede encontrar.
MOZOS
Si
alguna se lo encuentra también
te
digo que le puede pesar.
MOZAS
Con
esas indirectas, pa mí
que
no voy otro novio a encontrar.
La
rosa del azafrán
vestida
está de morado
y
tiene el tallo pajizo
y
el corazón encarnado.
SAGRARIO
(Recitado)
¡Pasen
todos a merendar!
(Se
levantan las Mozas, Sagrario, Catalina y las que no tienen mozo se van por la
derecha. Detrás, por parejas, hacen mutis los demás)
(Hablado)
(Entran
por la izquierda Moniquito con la carabina de Don Generoso, cinco Chicos de doce
a catorce años y uno de cinco a seis, en fila y con varas a guisa de fusiles.
Detrás de ellos entra Don Generoso, que lleva en la mano otra vara corta con un
palito cruzado como si fuera una espada)
CHICOS
¡Un,
dos, un, dos, un, dos, un, dos!...
DON
GENEROSO
¡Alto!
¡Al …! ¡Izquierda! ¡Hup!... ¡Muy bien! ¡Admirablemente bien! ¡Soldados de la
lealtad!
MONIQUITO
Un
momento, mi general
(A
los Chicos)
¡Descansen!
¡Ar…! ¡Sentarse! ¡Hup!
(Los
Chicos se sientan en el suelo y Moniquito en una silla. Detrás de ésta, el más
pequeño de los Chicos)
DON
GENEROSO
(Avanzando
hacia Moniquito)
¿En
qué tratado de arte militar has visto tú que una división se tienda a la
bartola para escuchar la arenga de su mariscal? La tropa nunca dará oídos a la
pereza ni tregua al ejercicio. Y ante el deber tiene que erguirse, crecerse,
multiplicarse…
MONIQUITO
Y
¿en qué arizmética ha visto usté que una división se multiplique?
DON
GENEROSO
Temo,
alférez Moniquito, que no te podré hacer comandante. Me está dando en la nariz un
olorcillo a majadero…
MONIQUITO
¡Zumbalacárregui!
(Poniéndose
en pie) A lo que huele aquí es a carne con pisto. (Deja la carabina en la silla
y se asoma a la segunda de la derecha) ¡Míalos ahí cómo merendolean!...!Allá
voy, mi ama!
(A
Don Generoso)
Siga
usté con la arenga, que en cuanto se caliente la boca, ¡a mordiscos y a coces
acabo yo con el enemigo!
(Mutis)
DON
GENEROSO
¿Esta
es la raza del Indíbil y Mandonio? ¡Pero conmigo quedan los mejores! ¡Soldados
de la lealtad! «Sursum corda, sursum fides, sursum mentes…»
(Pausa)
¿Qué
se responde a esto, perezosos?
CHICOS
(Cantando)
¡Aaa..mén!
(Entra
por la izquierda La Dominica, una mujer del pueblo como de cuarenta años)
LA
DOMINICA
Si
ya sabía yo que aquí estabais. ¡Recondenaos! ¡Indinos!
(Los
Chicos, excepto el más pequeño, que sigue merendando tranquilamente, se ponen
de pie y dos de ellos huyen de la mujer que les amenaza)
DON
GENEROSO
Y
¿quién eres tú, furia viperina, para amedrentar a mis reclutas?
LA
DOMINICA
¿No
me conoce ya, Don Generoso? Soy La Dominica del Manco Bigotes, la madre de estos
dos novilleros, que me se escapan de la escuela pa dir con usté; la tía de este
otro, que es otro tal, y la vecina de esos dos, que han salío tan trebajaores
como su padre, que se murió sin el óleo por no abrir la boca pa decir amén. ¡Arreando
tos ahora mesmo! ¡El viejo chocho este!...
DON
GENEROSOS
Si
como tu marido es manco tú fueras muda… ¡Vive Dios!
LA
DOMINICA
(Agarrando
a un Chico)
¿Quién
te ha hecho este chichón en la frente?
CHICO
1.º
El
Enemigo.
LA
DOMINICA
¡El
ene…! ¡Bueno! ¡Tente , lengua!
(A
otro Chico)
Y
a ti, ¿dónde te han regalado este siete?
CHICO
2.º
En
la trinchera.
LA
DOMINICA
¡Pa
delante tos en un suspiro! Y al primero que me se tuerza lo hago gachas.
DON
GENEROSO
Dominica,
no destruya los más caros ideales de un patriota.
LA
DOMINICA
Déjese
usté de pláticas, Don Generoso. Aquí no hay más deales que los míos, y en cuanto
a caros, arrepare usté en cómo lleva los calzones esa creatura… !Mos ha jorobao
el hombre! ¡Unto y andando!
(Dando
cachetes a los Chicos, que se van atropelladamente por la izquierda, quedando
sólo el pequeñín merendando impertérrito)
DON
GENEROSO
¿Y
es esta la estirpe de Isabel la Católica? «Los infantes de Aragón ¿qué
hicieron?» ¿Dónde moran aquellas esforzadas madres de héroes que por sus manos
les calzaban la espuela? ¿Dónde está el capitán de nuestras epopeyas gloriosas?
¿Dónde está el soldado?
CHICO
3.º
(Asomado
a la cabeza)
¡Presente!
DON
GENEROSO
¡Ah!
¿Tú no escapaste? Ven aquí, levadura de batallador. (El Chico se acerca a Don Generoso, habiendo cogido la carabina de Moniquito)
¡Júrame por tu honor que hasta verter la última gota de tu sangre defenderás tu
bandera, y si toda una división ha desertado, haremos tú y yo guerra de
guerrillas! ¿Lo juras?
CHICO
3.º
Si,
señor.
DON
GENEROSO
¿Sí?
Pues mientras haya un soldado, habrá un ideal. ¡Paso ligero! ¡Mar…!
(Echa
a andar hacia la izquierda. Delante el Chico 3.º, con el arma al hombro)
CHICO
3.º
¡Un,
dos, un, dos, un, dos!...
(Mutis
de ambos)
LA
CUSTODIA
(Saliendo
por la segunda de la derecha con Sagrario)
Me
salgo pa no verlos de comer… ¡Qué hambrones!
SAGRARIO
Cómo
tú padeces del estómago…
LA
CUSTODIA
Y
me salgo, además, pa preguntarte…¿Es verdá que has despachao con cajas
destemplas a Julián Herencia?
SAGRARIO
No.
LA
CUSTODIA
¡Ah,
vamos!
SAGRARIO
Le
he dao las gracias por haberse fijao en mi y le he dicho que, por ahora, buena
estoy moza.
LA
CUSTODIA
Pues
eso es una atrocidá.
SAGRARIO
¿Qué
quieres que le haga? Yo no puedo querer a ningún hombre.
LA
CUSTODIA
A
ningún hombre que no se Juan Pedro, y como es un pobre gañán que en tu mesma
casa ha servío, te quedas soltera pa in sécula. Pero, ¿qué gracia condená le
has visto a Juan Pedro?
SAGRARIO
No
me hagas sufrir con tus preguntas. ¿Sé yo misma la gracia que tiene? Ya ves que
cinco o seis años ha estao en la casa sin que le encontarara ninguna. Pero, de
repente, le vi enamorao de otra, a lo que parecía… y me dio coraje que no se
hubiera enamorao de mí.
LA
CUSTODIA
Ya
lo has lograo, mujer.
SAGRARIO
¡Calla!
LA
CUSTODIA
¿No
oíste coplas antes de anoche?
SAGRARIO
Las
oí; pero, ¿pa quién eran?
LA
CUSTODIA
¡Sabe
Dios!...
Hasta
el cielo volaría
pa
besar a las estrellas.
¡De
qué sería capaz
sin
moverme de la tierra!
SAGRARIO
Ya
ves…Eso no dice na…
LA
CUSTODIA
Amos,
que tú las querrías como las del Tonto de Alhambra… Quiero a Juana García, que
tie diecinueve abriles y tres yuntas y, además, dos tíos guardia-ceviles.
SAGRARIO
Me
quiera o no me quiera Juan Pedro…
LA
CUSTODIA
¡En
mi querer naide manda!
SAGRARIO
¿No
han de mandar en él? ¡To el mundo manda! ¿No ves que no somos iguales? Tiras de
pellejo, así nos sacarían a mi y a mi hermano si yo diese oídos a ese querer.
(Por
el fondo salen Miguel y Julián, tipo de labrador acomodado)
MIGUEL
Aquí
la ties a mi hermana.
(A
Sagrario)
Julián
que se despide.
JULIAN
Y
para no volver. Dos veces he pretendido lo que pretendí y eso prueba que no es
cosa de juego. Comprendo que soy poco pa ella.
SAGRARIO
Eso
no.
JULIAN
Y
confío en que no dejaremos de tener la amistá de siempre.
MIGUEL
Es
claro.
JULIAN
Uno
se deja llevar de su sentir, desoyendo la voz de la calle, y hay que comprender
que muchas veces…la calle tie razón.
SAGRARIO
¿Qué
dicen por la calle de mí?
MIGUEL
¿Qué
dicen, Julián?
JULIAN
No
dicen na que toque a la honra, pero ya ves si mi pueblo está seis leguas de
éste y hasta en mi pueblo se sabe que Sagrario ha despreciado los mejores
partidos de La Mancha.
LA
CUSTODIA
Eso
es verdá
SAGRARIO
Pero
no creo que lo haya publicao La Gaceta.
JULIAN
¿No
tenéis en la casa un ayudaor que es de mi pueblo?
LA
CUSTODIA
Le
tenían.
MIGUEL
¿Juan
Pedro?
JULIAN
Pues
si alguna vez ha ido por allá, siempre le he preguntao por ti y siempre ha
tenío que decirme de dos o tres pretendientes desairaos.
SAGRARIO
¿Es
de tu pueblo ese hombre?
JULIAN
Es...
y no es. Allí vivía desde que a los quince años le licenciaron en el hospicio.
Es un buen chico, donde los haya.
MIGUEL
Sí
lo es.
JULIAN
Merecedor
de haber nacío como Dios manda y de no haber ido a para al torno de una
inclusa.
(Sagrario
se apoya en La Custodia, desfallecida)
LA
CUSTODIA
(Aparte
a Sagrario)
¡Por
Dios! ¡Que se te nota!
SAGRARIO
(Reponiéndose)
Bueno,
Julián…No te ofendas tampoco porque no haya podido ser…
MIGUEL
Cuando
la vieras novia con otro más rico o más señor, podrías pensar que tú eras poco.
JULIAN
Adiós,
Sagrario.
(Alargándole
la mano)
SAGRARIO
Adiós…
MIGUEL
Te
acompaño a la plaza.
JULIAN
Cómo
quieras.
(A
La Custodia)
Adiós,
hermana.
LA
CUSTODIA
Vaya
usté con Dios.
(Mutis
por la izquierda de Julián y Miguel)
SAGRARIO
¡Catalina!
LA
CUSTODIA
¿Qué
vas a hacer?
SAGRARIO
¡Na!
(Sale
Catalina por la derecha)
CATALINA
¿Qué
quiere usté?
SAGRARIO
Que
si va a durar la merienda hasta la noche.
MONIQUITO
(Saliendo)
¡S’acabó!
SAGRARIO
Pues
a ver si seguimos mondando la rosa.
CATALINA
¡Al
avío!
(Mutis
por la derecha y enseguida salen Mozas y Mozos)
MONIQUITO
Pero,
¿quién me ha decomisao la carabina?
(Medio
mutis a la izquierda)
LA
CUSTODIA
A
ver si la ha cogío un muchacho y se va a disparar.
MONIQUITO
¿Dice
usté que se va a disparar? ¡Zumbalacárregui! Yo no me pierdo ese milagro.
(Sale
corriendo por la izquierda)
(Música)
Final Primero
Juan
Pedro, Sagrario, La Custodia, Catalina y Coro General.
(Las
Mozas, con Sagrario y Catalina, vuelven a ocupar sus puestos en las mesas,
reanudando la faena. A su lado, los Mozos, en pie, las ayudan)
MOZAS
Si
quieres que te lo diga,
cantando
te lo diré:
el
amor que tenía
por
donde vino se fue.
El
amor que tuve
fue
de bayeta;
se
le ha caído el pelo,
ya
no calienta.
(Entra
por la izquierda Juan Pedro con Quilino, Carmelo y algunos Mozos más)
JUAN
PEDRO
Buenas
tardes tengan todos.
TODOS
Buenas
tardes nos dé Dios.
SAGRARIO
(Aparte)
¿A qué viene madre mía?
LA
CUSTODIA
(Aparte)
¿Qué querrá el ayudaor?
JUAN
PEDRO
Aunque
soy forastero,
se
la costumbre,
y
a ayudaros venimos
como
nos cumple.
SAGRARIO
La
costumbre es que el novio
junto
a la novia,
la
partija le aumente
que
a ella le toca.
JUAN
PEDRO
Pero
si una mocita
no
tiene amante,
natural
es que alguno
venga
a ayudarle.
SAGRARIO
Si
alguno viene,
sin
palabras la dice
que
la pretende.
MOZAS
¡Bien
lo explica la Sagrario!
¡El
a quién ayudará!
MOZOS
No
te metas en dibujos
lo
que sea sonará.
(Juan
Pedro se pone junto a Sagrario, tomando una flor de la mesa para extraerle los
estigmas. Los otros Mozos se unen a las Mozas que no tienen pareja)
JUAN
PEDRO
Ama,
con
su licencia,
quiero
ayudarla,
pues
siento pena
viendo
que
a usted los mozos
no
se le acercan.
SAGRARIO
(Poniéndose
en pie)
Mira
que
me abochorna
lo
que pretendes.
¡Corre
por
tus caminos
sin
ofenderme!
JUAN
PEDRO
¡Qué
culpa tiene el tomillo
de
haber nacido tan bajo!
¡Que
culpa tiene el querer
de
andar arriba y abajo!
TODOS
El
pobre es pobre en su tierra;
El
rico es rico en su casa.
SAGRARIO
y
a la mujer rica o pobre,
nunca
sabe donde manda.
JUAN
PEDRO
Perdone
el ama Sagrario,
perdone
mi atrevimiento.
¡Que
culpa tienen mis ojos
de
haber mirao para el cielo!
SAGRARIO
Vete
presto.
Vete
ya.
Irse
todos,
por
favor.
LA
CUSTODIA
¡A
la calle!
TODOS
Vamos
ya
SAGRARIO
La
faena
se
acabó.
(Mozas
y Mozos, después de un angustioso silencio, desfilan por la izquierda, mientras
Juan Pedro, avergonzado, se repliega al primer término de este lado, y Sagrario
con La Custodia, hacia el primer término a la derecha)
JUAN
PEDRO
(Tomando
en sus manos una rosa)
Tan
frágil es el amor
como
esta flor peregrina
se
quiere al atardecer
¡y
a medianoche se olvida!
(Mutis
por la izquierda, desesperado. La Custodia se lleva a Sagrario por la segunda
de la izquierda)
CATALINA
(Que
se ha quedado sola en el fondo, observado todo el juego. Recitado)
¿Y
pa esto me lo ha quitao? ¡Adúltera!
TELON RAPIDO
SEGUNDO ACTO
CUADRO CUARTO
Plazuela
del Arcipreste, ya aludida en el cuadro primero. En el fondo derecha, parte de
la casa labradora de Sagrario, de la que solamente se ve una pared blanca que
se cruza oblicuamente, perdiéndose por una calle que hay al fondo izquierdo. En
el centro tiene una portada de carros, con dos hojas y un postigo en una de
ellas, y en la segunda planta, ventanitas pequeñas y apaisadas, idénticas a la
que ostenta en el Cuadro Primero de la obra el lateral derecho, pues esta
portada es el acceso al porche que, en el referido cuadro, figuraba en dicho
lateral. A un lado de la portada, un poyo de mampostería. A la derecha, en
primer término, casa pequeña, de una sola planta, con puerta practicable. Entre
ésta y la de Sagrario, otra calle, continuación de la que viene por el fondo
izquierda. A la izquierda, dos casitas, también pequeñas, separadas entre si
por una tercera calle. La línea de fachadas de ambas es perpendicular a la
pared de la de Sagrario. Las cuatro edificaciones tienen las fachadas
limpiamente enjalbegadas de cal con frisos de una vara, verde, azul plomizo,
rosa fuerte y naranja claro, respectivamente.
En
la de la derecha vive La Custodia; en la del fondo izquierda, Don Generoso y en
la del primer término de la izquierda Carracuca. Un cielo muy profundamente azul
recorta los tejados. Es de día.
(Nadie
en escena. A poco salen de la casita de la derecha La Custodia, La Dominica y Chico
1.º, éste con una cartera de colegial colgada)
LA
DOMINICA
¿Y
tú crees que no será na lo del muchaho?
LA
CUSTODIA
Na,
te digo. Una onza de sal de higuera y mañana, tan campante.
LA
DOMINICA
To
esto, ya se lo digo yo a su padre, es de la escuela. El maestro los tie dos
horas escribiendo latín y otras dos escribiendo historia. Las cuatro horas…, de
pie.
LA
CUSTODIA
Mu
fácil que por eso haiga pillao un asiento.
LA
DOMINICA
¿Te
has fijao cómo tie la lengua? Anda, hijo, sácale la lengua a la hermana
Custodia.
LA
CUSTODIA
¿A
ver? Oye, ¡si la tie morá!
CHICO
1.º
Eso
es de la caligrafía
LA
DOMINICA
Pero,
¿también escribes caligrafía?
LA
CUSTODIA
La
escribe y la lame.
LA
DOMINICA
Güeno,
¿qué te tengo que dar?
LA
CUSTODIA
Lo
que sea tu voluntá.
LA
DOMINICA
Mira,
toma.
(Extrae
de su faltriquera una patata y se la da a La Custodia)
¡Pa
un guiso!
LA
CUSTODIA
¿Me
das una patata agusaná?
LA
DOMINICA
Que
no está agusaná, que es que tie una sorpresa.
LA
CUSTODIA
Amos,
anda, dale esa sorpresa a tu marido, a ver si le hace tanta gracia como la otra
que le diste.
LA
DOMINICA
¿Yo?
LA
CUSTODIA
Cuando
nació la Madalena, que hacía dos meses que os habías casado y medio año que os habías
conocío.
LA
DOMINICA
Pues
mía tú.
CHICO
1.º
¡Amonos
madre!
LA
DOMINICA
¡Y
bien que si!
LA
CUSTODIA
Anda
de ahí, marraja, que paeces una lechuza desvelá.
LA
DOMINICA
Y
tú, ¿qué paeces?
LA
CUSTODIA
Parezco
tonta, porque no te he sacudío entavía.
LA
DOMINICA
(Al
mutis, sacándole la lengua)
¡Ah!
LA
CUSTODIA
Púrgate
tú también. ¡Con jalapa!
(Mutis
de La Dominica y el Chico 1.º por la primera calle de la izquierda)
¡Nos
ha molío ésta!...
CATALINA
(Saliendo
de la casa del fondo)
¿Qué
le pasa a usté?
LA
CUSTODIA
Esa
rumbona de La Dominica, que me quie pagar las consultas en desperdicios.
CATALINA
Pues
así le pagan a don Juan José, que es licenciao en cirugía.
LA
CUSTODIA
Pero
yo no soy el médico. Y hay que distinguir. ¿Anda por ahí tu ama?
CATALINA
Está
en la misa de la Gertrudis, que en paz descanse.
LA
CUSTODIA
Yo
no he podido dir. No me dejan los enfermos. Y ahora tengo que dir en ca el
escribano, que no sé que le pasa en la chimenea.
CATALINA
Mu
bien se ha portao Carracuca con la Gertrudis. Le ha hecho entierro de medio doble.
LA
CUSTODIA
Y
por él se lo hubiera hecho de capitán general. ¡Menuda pepla se ha quitado de
encima!
CATALINA
¿Y
será cierto que ella le pegaba?
LA
CUSTODIA
En
cuanto le daba el histérico. ¿Pues no le has visto lo señalao que está? Hace
tres días le tiró a la cabeza una plancha y lo ha dejao cojo. Porque, eso si,
puntería no tenía la pobre.
CATALINA
¡Gra…!
LA
CUSTODIA
¿Qué
te pasa?
CATALINA
Misté
quien viene por ahí.
LA
CUSTODIA
¡Juan
Pedro!
CATALINA
Pero
si va pa diez meses que se marchó del pueblo y dijo que no golvía.
LA
CUSTODIA
Vendrá
a por algo que se le olvidaba.
CATALINA
¡Eso
es un hombre y no el sacristán que me ha tocao en suerte!
LA
CUSTODIA
¿Y
cuándo sos casáis?
CATALINA
Nunca,
porque él no cuenta más que con San Roque y ca día le produce menos.
(Entra
Juan Pedro por el fondo derecha. Ellas han avanzado hacia los primeros términos
y él cruza de derecha a izquierda sin haberlas visto)
LA
CUSTODIA
Anda
con Dios, Juan Pedro.
JUAN
PEDRO
(Deteniéndose
y acercándose)
Buenos
días, hermana Custodia y la buena compañía.
CATALINA
Se
agradece, hombre.
LA
CUSTODIA
¿Por
Dónde te has perdío?
JUAN
PEDRO
Por
el mundo voy.
LA
CUSTODIA
Y
ahora, ¿vas de paso?
JUAN
PEDRO
No,
señora; que en este pueblo tengo la querencia y aquí vengo a vivir…, y a
casarme.
LA
CUSTODIA
Con…
JUAN
PEDRO
No
se sabe con quién. Eso que está usté pensando yo comprendo que era un imposible
pa mí; pero yo a este pueblo le tengo ley… y en este pueblo tengo que ser
casao.
CATALINA
Bueno,
hombre…Eso está bueno.
JUAN
PEDRO
Arreglaos
traigo los papeles pa en cuanto tenga novia.
LA
CUSTODIA
¿Qué
papeles traes?
JUAN
PEDRO
Ea,
los que se precisan. Solo en el mundo no puedo vivir más. A ajustarme vengo
donde me quieran y a enamorarme de quien me enamore, si buenamente puede ser.
LA
CUSTODIA
¿No
quies descansar y agua fresca?
JUAN
PEDRO
Se
agradece porque hace un calor…
CATALINA
Como
de agosto que es.
JUAN
PEDRO
El
jueves, la Virgen. Y por eso he venío a ajustarme.
LA
CUSTODIA
Entra,
pues, amigo.
JUAN
PEDRO
Allá
voy. Algo tendremos que platicar.
(A
Catalina)
y
adiós…, pimpollo.
(Mutis
a casa de La Custodia, precedido por ésta)
CATALINA
¡Flechá
me ha dejao! Que a Moniquito le doy yo el cañuto es más fijo que el sol. Porque
Moniquito…, no es que sea mal hombre; pero no suda. Y un hombre que no suda no
es un porvenir.
(Aparece
Moniquito por el foro izquierda, agobiado por el peso y el abrigo de un capote
de paño pardo, clásico en las ceremonias funerarias)
MONIQUITO
Pero
a esta pobre mujer, ¿por qué no se le ha ocurrido morirse en el invierno?
CATALINA
M’alegro
que vengas. Pero, ¿cómo vienes?...
MONIQUITO
Pues,
mía tú: ¡chorreando!
CATALINA
¿Sudando?
MONIQUITO
Toca
aquí… Y aquí.
CATALINA
Sí
que es verdá.
MONIQUITO
Si
estas capas de ceremonia son peores que cavar al sol. Mía lo que pesa.
CATALINA
Cuando
tú sudas sí que será de abrigo.
MONIQUITO
Lana
dulce, na más. Chupa aquí.
CATALINA
Chupa
tú, condenao.
CATALINA
Pero
m’has dicho que te alegrabas que viniera.
CATALINA
Pa
decirte una cosa que…¿Cuándo nos casamos?
MONIQUITO
¡Dios
lo sabe!
CATALINA
Y
tú, ¿con qué cuentas pa la boda?
MONIQUITO
Cuento
contigo, con el cura y con la banda municipal. Porque yo es que me caso con música.
CATALINA
Con
música pue que sí; pero lo que es conmigo…
MONIQUITO
Y
eso ¿por qué?
CATALINA
Porque
ya me duelen a mí las muelas de que to lo fías en el santo. Y a un santo no se
le puen pedir gollerías. Tú me dijiste que te agarrarías a algo, y ¿a qué te
has agarrao?
MONIQUITO
¿Ya
no te acuerdas de la gofetá que me diste?
CATALINA
¿Te
has vuelto gañán?
MONIQUITO
No.
CATALINA
¿Te
has hecho albañil?
MONIQUITO
No.
CATALINA
Di…¿Qué
has hecho?
MONIQUITO
Me
he hecho vegetariano.
CATALINA
Pues
esto se acabó. ¿Te enteras? Se acabó pa siempre.
MONIQUITO
¡Magras!
CATALINA
¿Magras?
o torreznos, pero ca uno por su lao.
(Música)
Dúo de Moniquito y Catalina
MONIQUITO
Pero
ven acá.
CATALINA
No
vengas con lisonjas.
¡No
me digas na!
MONIQUITO
Ya
verás cómo te esponjas.
CATALINA
No
te quiero oír.
MONIQUITO
Pues
te lo diré por señas.
CATALINA
Lo
pues escribir.
MONIQUITO
Te
lo escribo si te empeñas.
CATALINA
Pero
es inútil
lo
que me digas.
MONIQUITO
Eres
más terca
que
un jabalí.
CATALINA
Tú
eres más suave
que
las ortigas.
MONIQUITO
¡Pa
mí que mucho!
CATALINA
¡Pa
mí que sí!
MONIQUITO
Yo
soy la luna
y
tú eres el espejo
de
la laguna
donde
la rueda brilla
de
mi fortuna.
CATALINA
Si
soy espejo,
no
caso con un hombre
que
es un pellejo.
Por
eso, Moniquito,
me
desparejo.
MONIQUITO
Tú
no me quieres,
porque
prefieres
un
hombre de esos
que
nunca se echan
y
que aprovechan
hasta
los huesos.
CATALINA
Yo
te abomino,
porque
el camino
que
tú has tomao
es
el de estarte
siempre
tumbao,
sin
levantarte
más
que pa echarte
del
otro lao.
MONIQUITO
¡Hasta
ahora si que
no
me has matao!
CATALINA
Yo
necesito
que
el hombre que me quiera
sea
bonito;
pero,
además, que sude
como
un bendito.
MONIQUITO
¡Mira
qué guapa!
Lo
que tú te propones
no
me se escapa;
¡que
vaya to el verano
con
esta capa!
CATALINA
Que
te apliques
y
te agarrases
a
algún oficio.
MONIQUITO
Al
de escribano,
que
es el más sano
y
alimenticio.
CATALINA
Yo
te aseguro,
porque
lo juro,
que
se ha acabao.
MONIQUITO
Por
lo que veo,
te
has atufao.
CATALINA
Porque
no creo,
que
exista un feo
más
desahogao.
MONIQUITO
¡Se
ha güelto loca!
CATALINA
¡Se
ha rematao!
(Desde
la puerta del fondo)
¡Miau!
(Mutis)
MONIQUITO
(Desde
la esquina primera de la izquierda)
¡Miau!
(Mutis)
(Hablado)
MONIQUITO
(Volviendo
a salir)
¿Y
adónde voy yo, sin haberle dao el pésame a Carracuca? ¡Lo que son las mujeres!
La que más y la que menos pace una yegua… y es una borrica.
(Sale
Don Generoso de su casa – segunda de la izquierda – con unos cuantos cartones
de regular tamaño, bajo el brazo, dirigiéndose, serio y silencioso, a la puerta
del fondo. Al verle Salir)
Buenos
días, Don Generoso.
DON
GENEROSO
Buenos
días, amigo.
(Pone
los cartones en el suelo, toma uno, lo cuelga en la puerta del fondo, recoge
los demás, se los pone otra vez bajo el brazo y se dirige hacia la calle de la
derecha. El cartel colgado dice: «Se vende»)
MONIQUITO
¡Vaya
usté con Dios!
DON
GENEROSO
¡Adiós,
amigo!
(Mutis
con la misma seriedad)
MONIQUITO
¡Zumbalacárregui!
«Se vende». ¡Que tío más grande! ¡El amo del pueblo!
(Música)
La Caza del Viudo
Carracuca,
Moniquito y Coro General.
(Por
el fondo izquierda sale un grupo de Hombres, todos con sus capotes pardos,
presididos por Carracuca, que viste de negro con capote pardo y cojea discretamente.
Llegan a la puerta primera de la izquierda y los Hombres van estrechando la mano
de Carracuca, a cuyo lado se ha puesto Moniquito)
CORO
¡Conformidá!
CARRACUCA
¡Qué
voy a hacer!
CORO
¡Resinación!
CARRACUCA
¡Cómo
ha de ser!
MONIQUITO
(Recitado)
¡Peor
fuá no verlo!
(Mientras
los Hombres se van despidiendo, marchándose por la primera calle de la derecha,
Carracuca lanza suspiros entrecortados y Moniquito le ayuda. Detrás de los Hombres
ha aparecido un grupo de Mujeres con medios mantos a la cabeza)
CORO
¿Y
agora, ¿qué vas a hacer?
¡Lo
tienes que cavilar!
Si
te has quedao sin mujer,
¡así
no puedes estar!
CARRACUCA
Yo
mesmo me he calculao
que
en algo debo pensar.
MONIQUITO
El
pobre está apabullao.
CORO
¡Se
va a tener que casar!
CARRACUCA
Yo
comprendo que yo solo
con
las cinco criaturas
voy
a verme en un apuro
pa
sentarles las costuras.
MONIQUITO
¿Quién
les cose? ¿Quién les plancha?
¿Quién
les barre? ¿Quién les guisa?
¿Quién
les suena las narices?
¿Quién
les lava la camisa?
CARRACUCA
¡Son
tan chicos!
MONIQUITO
¡Son
tan guarros!
CARRACUCA
¡Tan
corticos!
MONIQUITO
¡Tan
cerraos!
CARRACUCA
Sin
su madre están perdíos.
MONIQUITO
¡Sí
que están extraviaos!
(Cuatro
Mujeres apartan a Carracuca, rodeándole)
GRUPO
1.º
La
Juliana
de
casarse contigo tie gana;
pues
ya sabes que es medio tontiza,
y
es sana y rolliza
como
una manzana…
MONIQUITO
(Cogiendo
a Carracuca y llevándoselo a otro lado)
¡No
me gusta pa ti la Juliana!
(Otro
grupo de Mujeres se apodera de Carracuca, rodeándole)
GRUPO
2.º
La
Clemente
va
a cumplir este mes los cuarenta,
y
es tan guapa y graciosa entavía
que
nadie diría
los
años que cuenta…
MONIQUITO
(Repitiendo
el juego)
¡Pues
tampoco me va la Clemente!
GRUPO
1.º
¿Y
a ti qué te importa?
GRUPO
2.º
¿Y
a ti que te va?
CARRACUCA
Cuando
lo hace será conveniente.
TODAS
¡Cuándo
él lo consiente
por
algo será!
MONIQUITO
La
Juliana no me gusta
porque
tiene un ojo tuno,
y
no digas na del otro
porque
no tiene más que uno.
Y
tocante a la Clemente,
¡cuántas
cosas te diría!
CARRACUCA
Pues
ahórrate el inventario,
¡porque
fue mi ama de cría!
GRUPO
1.º
Ten
en cuenta que eres viudo.
GRUPO
2.º
Que
no hay tantas pa escoger.
MONIQUITO
Pero
al menos que en visita
no
la tenga que esconder.
(Un
tercer grupo de cuatro aparta a Moniquito, rodeándole)
GRUPO
3.º
La
Calixta,
si
la hubiás encargao a un artista,
no
le sale tan mona y tan maja,
porque
es una alhaja
de
hermosa y de lista.
CARRACUCA
(Apartando
a Moniquito)
¡Es
muy poco pa mí la Calixta!
(Un
cuarto grupo capta y rodea a Moniquito)
GRUPO
4.º
La
Jacoba,
¡hay
que verla moviendo la escoba
o
guisando en las ollas de barro!
¡Y
el lomo de guarro
lo
bien que lo adoba!
CARRACUCA
(Despreciativo)
¡Que
se vaya a fregar la Jacoba!
GRUPO
4.º
¡Pues
sí que eres tonto!
GRUPO
3.º
¡Pues
no pides na!
GRUPO
2.º
¡Querrá
una princesa!
GRUPO
1.º
¡La
reina querrá!
(Conforme
dicen su frase se van a una esquina cada grupo)
TODAS
(Con
coquetería)
Si
tú quieres, Carracuca,
yo
no tengo inconveniente.
Si
es que el médico le ha dicho
que
no tome na caliente.
(Después
de mirar picarescamente a Carracuca y de mostrarle cada una un poco de
pantorrilla, hacen mutis simultáneamente)
(Hablado)
CARRACUCA
¿Tú
las oyes, Moniquito?
(Suspirando)
¡Ay!
MONIQUITO
Y
no les falta razón.
(Se
ha quitao el capote, dejándolo en el poyete del fondo)
CARRACUCA
Como
quieras; pero mira, pa mí to son recuerdos. ¿Ves esta descalabradura que paece un
surco?
(Enternecido)
¡Pues
es de ella! ¡Y quieren esas mozas que yo la olvide!
MONIQUITO
A
una mujer así no se la sustituye tan fácil.
CARRACUCA
Eso
digo yo. Si es que no se me borra de la imaginación. Voy al corral…, ¡y allí
está la escoba con que m´atizaba!
(Llorando)
Me
siento a comer y no pueo ni masticar… ¡porque la probe m’ha dejao sin muletas!
MONIQUITO
¡Probecilla!
CARRACUCA
¡Y
con un cariño!
MONIQUITO
Sin
embargo, ties que hacerte el ánimo a la conformidá. Y ties que casarte.
CARRACUCA
Pero
¿dónde voy a encontrar una mujer que me llene?
MONIQUITO
¿Qué
te llene de desconchaos? Pues a lo mejor la encuentras. La Gertrudis ¿te ha
flaturao alguna costilla?
CARRACUCA
Eso,
no.
MONIQUITO
Pues
entonces alegra esa cara, que aún ties porvenir.
CARRACUCA
Además,
yo ya he perdío la gracia pa enamorar.
MONIQUITO
Es
custión de dos ratimagos, tres frases y un colofón. Ratimago primero.
(Guiña
un ojo y da una cabezada como a derrote)
Lo
del guiño es pa que se fije, y lo de la cabeza, pa que te llame.
CARRACUCA
(Remedando
la cabezada)
¿Y
no me llamará algo feo?
MONIQUITO
Entonces
tú te lanzas y dices: «¿A cuántos estamos hoy?». Y ella contesta: «A
diecisiete».
Y
tú vas y le dices: «Pues…, diecisiete razones tengo pa amarte.»
CARRACUCA
To
eso pa mi es pan mascao.
MONIQUITO
Ahora
es cuando pega el segundo ratimago.
(Da
un paseillo que termina quedándose parado con los brazos en jarras)
Eso
siginifica que ties a cada lao una alcayata y que o se cuelga de ella o te
cuelgas tú.
CARRACUCA
Yo
no me cuelgo por desaire más o menos.
MONIQUITO
Si
es que, aunque te cuelgues, luego te descuelgas con esta frase: «¡Viva el
ayuntamiento!».
CARRACUCA
Te
advierto que estoy a matar con el alcalde.
MONIQUITO
Yo
me refiero al de tú y ella. Y ahora el colofón.
(Conforme
está en jarras le da un codazo en la espalda)
CARRACUCA
¿Y
crees que con este paseíto la convencerá?
MONIQUITO
¡Amos!
Si ahora ties un balanceo que te hace la mar de airoso.
CARRACUCA
(Echándose
a llorar)
¡Otro
recuerdo de aquella bendita!
MONIQUITO
¡Sobar!
No llores.
CARRACUCA
Si
es que tengo una pena que yo no estoy pa na.
MONIQUITO
Esa
te la quito yo…
(Medio
mutis)
CARRACUCA
¡No
me traigas a San Roque que es otro recuerdo!
MONIQUITO
Lo
que voy a traerte es una guitarra, y aquí nos estamos yo y tú hasta que bailes
de coronilla.
CARRACUCA
Pero
si yo soy mu negao pa la música.
MONIQUITO
A
otros más carraos se la he metío yo en la cabeza. Güelvo al contao.
(Se
dirige a coger el capote)
CARRACUCA
(Va
a entrar en su casa y al dar frente al interior se detiene)
¡Qué
te paece! Veo la mano del almirez…, y se me parte el alma!
(Mutis
berreando a su casa, mientras Moniquito lo hace por el fondo izquierda)
CATALINA
(Asomándose
a la portada del fondo, mirando hacia donde se fue Moniquito)
Ronda,
ronda, rondaor,
que
por mucho que te canses,
ni
yo me peino pa ti,
ni
tú te lavas por nadie.
JUAN
PEDRO
(Saliendo
de casa de La Custodia)
¿Eres
tú, Catalinilla?
CATALINA
Yo
soy.
JUAN
PEDRO
(Acercándose)
Ya
me ha dicho la hermana Custodia que lo de Moniquito se va formalizando.
CATALINA
Casualmente
has acertao, porque hemos desconcluío.
JUAN
PEDRO
Me
alegro.
CATALINA
¿De
verdá te alegras?
JUAN
PEDRO
Me
alegro de verdá, porque yo a un amigo no le hago un mal tercio. Y, puesto a
buscar mujer, ¿cuál más buena que tú?
CATALINA
¡Ea!..
(Ruborosa)
JUAN
PEDRO
Piénsalo.
(Aparecen
en la calle primera de la izquierda Sagrario y Lorenza. Viene de la iglesia, y la
segunda trae la sillita del ama)
LORENZA
¡Ama!
SAGRARIO
Cállate,
mujer.
JUAN
PEDRO
Lo
piensas con despacio, porque no es fritura que se achicharre.
CATALINA
Medio
pienso lo tengo; pero aguárdate al día de la Virgen.
JUAN
PEDRO
Poca
es la espera.
CATALINA
(Viendo
a Sagrario)
¡El
ama!
(Y
se entra en la casa como un rayo. Sagrario y Lorenza avanzan entonces)
LORENZA
Buenos
días, Juan Pedro.
JUAN
PEDRO
Buenos
días.
SAGRARIO
Entrate
eso a la casa.
LORENZA
¡Con
Dios!
(Entra
por la portada. Juan Pedro se dirige a casa de Carracuca)
SAGRARIO
¿Te
vas?
JUAN
PEDRO
A
dar un pésame. Me he enterao al venir y…
SAGRARIO
¿Y
a qué has venío?
JUAN
PEDRO
A
na que pueda mortificar al ama.
SAGRARIO
Yo
no soy ya tu ama.
JUAN
PEDRO
Ahora
no.
SAGRARIO
Pero…
¿es que no se te ha olvidao la Catalinilla?
JUAN
PEDRO
Na
se me ha olvidao.
SAGRARIO
Ni
a mí tampoco…
JUAN
PEDRO
Con
que me hubiera usté perdonao…
SAGRARIO
(Emocionada)
Juan
Pedro, ¿de verdá me querías tú?
JUAN
PEDRO
Como
no se ha querío antes ni se vuelve a querer.
SAGRARIO
Pues
si me has querío, vuélvete a marchar. ¡Pa siempre!
JUAN
PEDRO
Ama.
SAGRARIO
Sagrario
JUAN
PEDRO
¡Sagrario!...
SAGRARIO
Ojos
que no ven, corazón que no siente… Vete con tu cariño..y con el mío… Y hasta si
quieres, cásate con otra; pero que no lo vea yo…, porque me da una pena de
morirme.
JUAN
PEDRO
(Dándole
la mano)
Adiós…
Sagrario.
SAGRARIO
Adiós.
JUAN
PEDRO
Cuándo
digo que me vuelvo a marchar, bien te aseguro que te quiero.
SAGRARIO
Y
cuando yo te pido que te vayas, es porque no me atrevo a decir que te quedes.
JUAN
PEDRO
¡Quien
fuera…alguien!
SAGRARIO
¡Quién
fuera pobre!
(Mutis
de él a casa de Carracuca)
(Música)
Romanza de Sagrario
SAGRARIO
No
me duele que se vaya,
no
me importa que me olvide;
lo
que siento es que sus ojos
en
otra mujer se fijen
y
mirarlo con los míos
y
no poderla decir:
Muchacha,
no te ilusiones,
porque
ese mozo es pa mí.
Quisiera
que se marchara
volando,
que
hubiese cuarenta leguas
por
medio,
que
nadie me lo mentara
siquiera…
Y
luego querría verle
de
lejos.
¡Ay!
¡Que me pasa!
¡Qué
es lo que tengo!
Con
él… ¡quién piensa!
Sin
él…me muero.
La
mujer que se hace esclava
de
un querer que es imposible,
ni
descansa, ni sosiega,
ni
es digna de que la miren,
porque
nadie se conduele
del
mal que le hace sufrir.
¡Mal
hayan las conveniencias
que
me separan de ti!
(Se
va acercando a la portada del fondo)
Aléjate
de mi lado
pa
siempre.
Aléjate
y no te olvides
de
mí.
¡Ay!
¡Qué en mal hora
te
conocí!
¡Adiós…,
Juan Pedro,
y
sé feliz!...
(Mutis)
(Hablado)
LA
CUSTODIA
(Asomando
a la puerta de su casa)
¡Hablando
sola se va esa mujer! ¡Mordiendo el aire se ha marchao ese hombre! El no me
s’importa mucho, por más que es mu galán y mu buen hombre. Pero lo que es ella…
(Sale
Juan Pedro de casa de Carracuca)
¡Arrepara
cómo viene de esmerecío!
JUAN
PEDRO
Ea,
hermana Custodia, pues adiós pa siempre.
LA
CUSTODIA
¡Qué
te vas? ¡Ja, ja jamones!
JUAN
PEDRO
Na
tengo que hacer en el pueblo. La he vuelto a ver y…
LA
CUSTODIA
¡Cabalico!
Y estáis entrambos como pa que sos aten…el uno al otro.
JUAN
PEDRO
Hay
ataduras que no ligan, hermana. Las conveniencias son como son. Ella es una labradora
rica y yo soy un pobre. Y además, un concejo miserable, sin familia, sin nombre
y sin honra. Que lo de pobre tendría arreglo con afanes de trabajar y suerte y
buen tempero.
LA
CUSTODIA
Too
tie arreglo, hombre.
(Pausa)
¡Mia
que si tú resultaras hijo de Don Generoso! Pariente de duques y mayorazgo de
esa mesma casa. ¡Na más que eso!
JUAN
PEDRO
Eso
no es verdá.
LA
CUSTODIA
Claro
que no es verdá, pero…!Tú déjame a mí! Te cargas a tos los ricachos del partío.
JUAN
PEDRO
Es
un dislate, hermana.
LA
CUSTODIA
Pero,
¿la quieres o no?
JUAN
PEDRO
Más
que a mi vida.
LA
CUSTODIA
¡Pues
entonces! Trae esos papeles que llevas… y ¡déjame a mí! ¿O es que ties reparo
en hacer un bien?
JUAN
PEDRO
Hermana
Custodia, piense usté que eso no es un bien, que si mi padre supiera algún día
que he renegado de él…
LA
CUSTODIA
Sí,
que tu debes ser hijo del Caballero de la Triste Fegura.
JUAN
PEDRO
Son
cosas muy graves pa andar hurgando en ellas.
LA
CUSTODIA
Trae
esos papeles, jinojo.
JUAN
PEDRO
Pero,
¿qué va usté a hacer?
LA
CUSTODIA
La
felicidad de media docena de seres: la Sagrario, tú, su hermano, tu padre
adoptivo y el juez y el señor cura, que no lo perderán… Y reventar a más de
cuatro que se están bañando en agua de rosas.
JUAN
PEDRO
Pero,
¿qué hechura legal tiene eso?
LA
CUSTODIA
Hasta
molde hay pa estas cosas. ¿O crees que yo soy una indígena? Trae los papeles,
porra, y déjame a mí, que entre yo y don Paco el Gafas, que es el tío más lince
del pueblo, encontramos una pramática que venga al caso.
(Juan
Pedro, silencioso, saca de sus bolsillos unos pliegos doblados y se los entrega)
Y
ahora te vas. Pero dentro de cuatro o seis días güelves y …no digo más.
JUAN
PEDRO
Por
ella lo hago, hermana.
LA
CUSTODIA
Echale
una mirá a esa pared… (Por la tapia del fondo), que a lo mejor se te
transparenta.
JUAN
PEDRO
Dios
dirá.
(Mutis
por el fondo derecha)
LA
CUSTODIA
(Examinando
los papeles)
Luego
dicen de las casualidás. ¡Cuatro días llevan éste y el otro!
(Sale
por la portada del fondo Catalina con un lío de ropa bajo el brazo)
CATALINA
A
buscarla iba.
LA
CUSTODIA
¿Qué
tripa se te ha roto a ti?
CATALINA
Que
me acompañe usté a mi casa. ¡Cosas del querer!
LA
CUSTODIA
Pero
¿a estas horas te vas a platicar?
CATALINA
¿Qué
platicar, si hemos descompadrao yo y Moniquito? Es que Juan Pedro güelve a las andás…
y el ama se lo ha maliciao y me despide. ¡Y ahora sí que le digo que sí! ¡Con
lo que él me gusta!
LA
CUSTODIA
Mía
que hace calor, ¿eh?
CATALINA
¿Qué
dice usté?
LA
CUSTODIA
Que
en ese hombre no ties que pensar.
CATALINA
¡Vaya!
Que, con toas estas cosas, ya voy pa moza vieja y ni pa Dios me caso.
(Sale
Carracuca, ya sin el capote, quedándose junto a la puerta)
CARRACUCA
¡Se
me cae la casa encima!
LA
CUSTODIA
¡Mía
ese probe!
CATALINA
Ya,
ya…
CARRACUCA
(Mirando
a Catalina y sintiéndose como electrizado)
¡Reconchis!
¡Qué colorcitos tie la Catalina!
LA
CUSTODIA
Es
natural que hable solo. ¡Con esa esgracia!
(Carracuca
guiña el ojo y da el cabezazo, casi pegándose con el quicio de una puerta)
CATALINA
¡Si
hasta se pega contra las paredes!
CARRACUCA
(Avanza
hacia las mujeres, cojeando jacarandoso)
¿A
cuántos estamos hoy?
CATALINA
A
martes.
CARRACUCA
(Rascándose
la cabeza, dudando; pero luego se arranca)
¡Amarte
es mi inclinación y por eso t’amo!
(Aparece
Moniquito por el foro izquierda con la guitarra al brazo)
LA
CUSTODIA
¿Qué
dices, hombre?
CATALINA
¿He
oído bien?
CARRACUCA
(Dándole
a Catalina un buen metido en la espalda)
¡Viva
el ayuntamiento!
MONIQUITO
¡Zumbalacárregui!
(Enarbolando
la guitarra)
CATALINA
(A
Carracuca)
¡Cuidao
tú!
MONIQUITO
¡Déjeme
usté, sobar! Que ése es mu negao pa la guitarra y yo le he jurao que se la meto
en la cabeza.
(Carracuca
huye, le amenaza Moniquito y a éste le sujeta La Custodia)
TELON RAPIDO Y MUTACION
CUADRO QUINTO
Telón
corto. Paisaje de agosto a pleno sol. Campos de mies, rastrojos y viñedos
lejanos. Cinco o seis molinos de viento, más o menos próximos.
(Música)
Coro de Espigadoras
Catalina
y Coro General.
ESPIGADORAS
(Dentro)
Acudid,
muchachas,
a
la rastrojera
que
los segadores
ya
se van de vuelta.
(Salen
las Espigadoras y al frente de ellas, Catalina. Todas llevan haces de espigas
bajo el brazo y en la cabeza sombreros de palma)
Acudid,
muchachas,
a
la rastrojera
que
los segadores
ya
se van de vuelta.
CATALINA
Esta
mañana,
muy
tempranito,
salí
del pueblo
con
el hatico.
Y
como entonces la aurora venía,
yo
la recibía
cantando
como en pajarito.
ESPIGADORAS
Esta
mañana,
muy
tempranito.
CATALINA
Por
los carriles
de
los rastrojos,
soy
la hormiguita
de
los despojos.
ESPIGADORAS
Y
como tiene
muy
buenos ojos,
espiga
a veces
en
los manojos.
CATALINA
¡Ay,
ay, ay, ay!...
¡Qué
trabajos nos manda el Señor!
Levantarse
y volverse a agachar,
todo
el día a los aires y al sol.
ESPIGADORAS
¡Ay,
ay, ay, ay!...
Ten
memoria de mí, segador;
no
arrebañes los campos de mies,
que
detrás de los hoces voy yo.
CATALINA
La
espigadora
con
su gavilla
paece
la sombra
de
la cuadrilla.
Sufre,
espigando tras los segadores,
los
mismos sudores
que
el hombre que siega y que trilla.
ESPIGADORAS
La
espigadora
con
su gavilla.
CATALINA
En
cuanto suenan
las
caracolas,
por
esos trigos
van
ellas solas.
ESPIGADORAS
Y se
engalanan
con
amapolas,
sin
abalorios ni
angaripolas.
CATALINA
¡Ay,
ay, ay, ay!...
¡Que
trabajos nos manda el Señor!
Levantarse
y volverse a agachar,
todo
el día a los aires y al sol.
ESPIGADORAS
¡Ay,
ay, ay, ay!...
Ten
memoria de mí, segador;
no
arrebañes los campos de mies,
que
detrás de las hoces voy yo.
SEGADORES
(Dentro)
¡Ay,
ay, ay, ay!...
No
arrebaño los campos de mies,
porque
aguardo que vengas tú aquí
pa
escuchar lo que vale un querer…
ESPIGADORAS
(Haciendo
mutis por la izquierda)
¡Ay,
ay, ay, ay!...
Si
a tu lado me aguarda un querer,
no
me importan los aires y el sol,
ni
que arranques de cuajo la mies.
(Hablado)
(Sale
Carracuca por la derecha, en mangas de camisa y con una horca de aventar en la
mano o al hombro. Hace con el brazo llamadas a Catalina)
CARRACUCA
¡Eh!
¡Gorriona!
(Vuelve
a salir Catalina con otras dos Espigadoras)
CATALINA
Pero,
¿estabas ahí?
CARRACUCA
Ahí
ablentando.
CATALINA
Si
paeces el dios de las aguas.
CARRACUCA
No,
piropos ya sabes que no te los aceto. Eso me corresponde a mi, ¡melcocha de mi existencia!
CATALINA
¿Y
cómo no te habremos visto?
CARRACUCA
No
será porque no levanto polvo, que con este aire solano te pones a ablentar y
paece que estás batiendo nubes. Yo sí que te he visto; pero alguardaba a ver si
tú me hacías alguna demostración de afezto. Pero…na: ni un mal pedruscazo.
CATALINA
Ni
yo he sido pastor, ni tú eres oveja.
CARRACUCA
No
soy oveja; pero…!A mí no me hagas estas cosas! Eso de pasar de largo…es como despreciarme.
Y ¡cuidao con dispreciarme, pues poco que se alegrarían la Juliana, la Clementa,
la Calixta, La Jacoba y una porción más que están desfallecías por mí!
CATALINA
¡Qué
barbaridá!
CARRACUCA
Ya
lo has dicho tú antes:
(Pavoneándose)
¡El
dios de las enaguas!
(Sale
por la derecha La Custodia)
LA
CUSTODIA
Que
güenas tardes.
CATALINA
No
me hablo con usté.
LA
CUSTODIA
Pues
… ¡adiós!
(Avanza
hacia la izquierda)
Como
t’has apañao con un viudo y no hay que llevarte a platicar…
CATALINA
No
es por eso. Pero el haber hecho señor a Juan Pedro, cuando ya no es pa mi…
CARRACUCA
¡Eh!
¡Eh! ¡Eh!... Que si me mientas otro querer trasnochao, te hablo yo de la
Gertrudis. ¡Que aún no se me ha olvidao!
LA
CUSTODIA
Y
que a Juan Pedro yo no lo he hecho señor: lo hacen las leyes.
CATALINA
¿Y
qué pruebas hay que sea hijo de Don Generoso?
LA
CUSTODIA
Pruebas…dengunas.
Que es hijo suyo y na más. ¿Qué pruebas hay que seas hija del tío Mancuerna?
CATALINA
Que
consta en la parroquia, hermana.
LA
CUSTODIA
Pa
prueba no es bastante, aunque sea más verdá que el vino moro.
CARRACUCA
¡Que
lo es!
LA
CUSTODIA
Pues
esto es igual, galanes…Don Generoso pue probar únicamente que el día tantos de tantos
entró por el torno de la casa cuna un infame que llevó servidora.
CARRACUCA
Nombre
de la madre.
LA
CUSTODIA
Mambrú
se fue a la guerra.
CARRACUCA
No
la conozco.
LA
CUSTODIA
Y
la ley no le da al padre más que un camino: adotar al expósito. Y una vez
adotao y una vez sabedores tos nosotros, porque lo semos, de que es su hijo,
asunto acabao. Porque, ¿lo semos o no lo semos?
CARRACUCA
¡Qué
duda cabe!
(Sale
Moniquito por la izquierda corriendo, jadeante y sudoroso)
LA
CUSTODIA
¿Anda
vas, hombre?
MONIQUITO
Ande
me dé el aire, porque vengo…vengo asustao. ¡Acabo de presenciar lo más grande que
ha ocurrío en este pueblo desde que ahorcaron a Riego en Madre! Juan Pedro ha
regresao por tercera vez.
LA
CUSTODIA
Se
le esperaba.
MONIQUITO
Y
yo que, la verdá, estaba un poco alebrao con ese romance de la adoción
paternal, que yo me creía fruto de la imaginación abundante de aquí…
(Por
La Custodia)
LA
CUSTODIA
Si,
si…(Con sorna)
MONIQUITO
…he
estao al acecho…
CATALINA
¿Y
qué?
MONIQUITO
Que
se han encontrao Juan Pedro y Don Generoso delante de dos ocenas de multitú. ¡Que
escena más altisonante! Ochenta abrazos, cuarenta y dos besos, tres
pisotones…que m’han dao a mí por meterme en medio… Y de repente, Don Generoso
que se encara con tos y dice: «¡Aquí lo tenéis! ¡Es mi hijo!».
Y
al Bizco de la Colasa, que le pareció que se sonreía, le tiró la carabina a la
cabeza y lo escalabró.
CARRACUCA
No
hay que contrariarle, ¿eh?
LA
CUSTODIA
Es
claro.
MONIQUITO
Y
se estuvo llorando obra de media hora…
CARRACUCA
¿El
escalabrao?
MONIQUITO
¡El
mesmo Don Generoso que echaba unos cuajerones de lágrimas como catedrales!
LA
CUSTODIA
(Radiante)
¡Digo!
MONIQUITO
Pero
aquí viene lo tremendo, hermana Custodia…Sacó un pañuelo de hierbas, se secó el
llanto con mucha prosopopeya… ¡y curao!
CATALINA
¿Qué
dices?
CARRACUCA
¿Curao?
MONIQUITO
¡Curao!
Lo primero que le dijo a Juan Pedro fue lo siguiente: « ¡Que siento, como te
legaré un nombre honrao, no dejarte un caudal que he dilapidao en aventuras!».
Y luego ha mandao retirar los cartelitos de «Se vende» que tenía puestos hasta
en la puerta de la sacristía, y que tos habían respetao por lástima. Y por último,
se ha encarao conmigo pa decirme: «¡Cuánto daría por encontrarme a Espartero pa
convidarle a lo que más le guste!». Y por ahí anda del brazo de Juan Pedro, más
feliz que un recién casao.
LA
CUSTODIA
Y
ahora, ¿qué dices de esta tía curandera?
MONIQUITO
¡Eh,
cuidado! Que me olvidaba lo mejor. ¡Que hace cerca de un año en ca Don Generoso
duerme a diario San Roque!
CARRACUCA
¡Escucha!
¡Míalo por donde!
CATALINA
Es
verdá…
(Expectación)
LA
CUSTODIA
¡En
los ojos se le ve que es otro hombre!
MONIQUITO
Echarse
a un lao, que no quiere plática más que con Juan Pedro. ¡Echarse a un lao!
(Empujando
a todos hacia la derecha)
LA
CUSTODIA
¡Pa
eso es su hijo!
CARRACUCA
¡Reconchis!
Da gusto verles…
MONIQUITO
¡Es
lo grande del mundo!
(Mutis
todos por la derecha. Por al izquierda sale Don Generoso, siguiéndole de cerca
Juan Pedro, sombrero en mano)
DON
GENEROSO
Ven,
hijo, no te separes; que escuche tu aliento cerca, que lleve tu espalda moza la
cruz de mi historia vieja. Mis dos amores reviven y frente a frente se
encuentran: el hijo de los ensueños y el haz de la madre tierra. Ven, hijo,
mira a tu madre y aprende a buscar en ella sustento, brío, ternura, virtud,
amor y belleza.
(Encarándose
con el paisaje)
Castilla
La
Nueva.
Llanura
reseca.
Terrones
y glebas.
Encinas
leñeras
en
lomas
escuetas
-cabezos
apenas
con
humos
de
sierra.
Paloma
que
vuelan,
cansinas,
sedientas.
La
yunta
mulera
que
arrastra
la
reja,
y
un mozo
sin
pena
que
empuña
la
esteva
y
el páramo
alegra
con
suaves
cadencias
de
breves
endechas.
Agosto…
Pereza…
Silencio
que
atruena…
Bochorno…
Soñera…
Jadeo
de
siesta…
Zumbido
de
abejas…
Cigarras
plebeyas
que
estriden
sin
tregua…
Y
hormigas
discretas
limpiando
las
eras..
Molinos
de
vela,
bajeles
en
tierra,
fragatas
manchegas
que
bogan
esbeltas,
solemnes,
soberbias,
con
vientos
que
crean
y
en mares
que
inventan…
¡No
era sólo el Caballero!...
¡También
los molinos sueñan!
TELON RAPIDO
(Música)
MUTACION
CUADRO SEXTO
Patio
principal de la casa de Sagrario, osea, el mismo decorado del Cuadro Tercero,
sin las mesas de las azafraneras. También es por la tarde. Hay sillas en
abundancia alrededor del patio.
(Aparecen
Sagrario y sus Invitados y Sirvientes sentados unos, en pies otros. Sagrario, a
la derecha, y Juan Pedro, a la izquierda, junto a Don Generoso, que, ajeno a la
fiesta, lee un libro. En el centro del grupo del fondo, Miguel, Micael y Francisco.
La Custodia y Lorenza atienden a unos y otros, sirviéndoles mantecados en
bandejas y vino en vasos. Cuatro parejas bailan jotas en el centro. Tres o
cuatro Hombres rasguean guitarras)
(Música)
Jota Castellana
Juan
Pedro, Sagrario y Todos.
JUAN
PEDRO
Bisturí,
Bisturí
se
quería casar,
y
quería vivir
a
la orilla del mar,
y
gastaba levita,
pantalón
y fusil.
Y
por eso le llaman
Bisturí,
Bisturí.
MICAEL
(Recitando)
¡Venga
el cantar de la novia!
TODOS
¡Eso!
¡Bien! ¡Venga!...
SAGRARIO
(Cantando)
Manzanares,
Manzanares
ya
no es tierra de manzanos;
pero
en mujeres bonitas
no
hay quien le gane la mano.
Son
esbeltas y bizarras,
son
graciosas y arrogantes.
¡Pa
guastarle al que me gusta
quién
fuera de Manzanares!
TODOS
A
la Mancha, manchegos,
que
hay mucho vino,
mucho
pan, mucha carne,
mucho
tocino.
Y
aunque veas un Sancho
no
te alborotes,
porque
quedan hogaño
muchos
Quijotes.
LA
CUSTODIA
(Hablado)
¡Y
ahora… el del novio!
TODOS
¡Venga!
¡Digo! ¡Ole!...
(Etcétera,
etcétera…)
JUAN
PEDRO
(Cantado)
Quisiera
ser tu pañuelo
y
quisisera ser el aire;
lo
primero, pa envolverte;
lo
segundo, pa besarte.
TODOS
El
cariño es avaro
como
un judío,
y
por eso se dice:
¡Cariño
mío!
Si
me quieres, te quiero;
pero
ya sabes
que
te encierro en un arca
con
siete llaves.
«Bisturí,
Bisturí…, etc.»
(Vuelve
el baile hasta el final del número)
(Hablado)
MICAEL
Mu
bien cantao y mu bien bailao. Y ahora me tomo licencia, como el más viejo de la
casa, quitando a éste (Por Francisco), pa dar el parabién al nuevo amo, que
presto lo será, si Dios quiere, y el ama Sagrario, que se despide de su
soltería, y al amo Miguel, que entre tos le buscaremos novia guapa, sin olvidar
a Don Generoso, que fue mi primer amo, y muchos años lo güelva a ser, como
agüelo, y yo que lo vea.
DON
GENEROSO
Muchas
gracias, Micael, por tus lisonjas, de las cuales no es menor el haber callado
que soy más viejo que tú.
MICAEL
Hablo
de los criaos, Don Generoso.
SAGRARIO
¡Gracias
a Dios que el abuelo (Por Don Generoso) dio tregua a su lectura!
DON
GENEROSO
Cada
cual se regocija a su modo…Yo, releyendo mi viejo breviario, y tú, bullendo de
grupo en grupo, cantando jotas castellanas y comunicando a todos tu alegría por
los hilos de luz de tus ojos.
SAGRARIO
No
puedo negar que casi lloro de contenta. Y no lo disimulo, como Juan Pedro, que
parece preocupado y triste…
DON
GENEROSO
Parecer
no es estar… La alegría es señora de tanto respeto que también se la reverencia
callando.
LA
CUSTODIA
¿Y
qué oraciones lee Don Generoso en su breviario viejo?
DON
GENEROSO
Prosa
de Cervantes, en la vida gloriosa del más discreto hidalgo de La Mancha.
(Entra
Moniquito por la izquierda)
SAGRARIO
¡Vamos,
hombre! Creí que no venías…
LA
CUSTODIA
Y
de venir, no vengas mohíno.
MONIQUITO
¡Calle
usté, mi ama! Yo no soy ya sombra de mi cuerpo…Desde que se me casó la
Catalina.
(Gimoteando)
LA
CUSTODIA
¡Hinojo,
que propensión tenéis los hombres pa llorar!
MONIQUITO
Esto
se lo debo yo a Carracuca, que me ha quitao la novia y me ha dejao, en cambio,
esta facilidá p’al lagrimeo. Güeno, ¿y qué? ¿A qué hora es la boda? ¿Se pué ver
la cama?...
LA
CUSTODIA
¡So,
Poderoso! ¡Mía que viene incongruente!
MIGUEL
Se
puede ver la cama y todo el ajuar de la novia.
MONIQUITO
Pues,
¡amos a verlo! Que en el pueblo ha más de un mes que no sabemos qué creticar.
SAGRARIO
¡Qué
Moniquito!
MONIQUITO
Ya
sé yo qué el ajuar del ama no lo lleva Doña Isabel II; pero…
SAGRARIO
Pasar
conmigo. Yo, del brazo del abuelo.
DON
GENEROSO
¡Dios
te bendiga!
SAGRARIO
Y
con permiso del ingenioso hidalgo.
(Van
entrando todos por las dos puertas de la derecha)
MONIQUITO
¡Lo
que va de ayer a hoy! - Le decía Paco a Pocho-. ¡Mía que ayer ser diecisiete y
estar hoy a dieciocho!...
(Mutis
de todos, menos Juan Pedro)
(Música)
Dúo de Juan Pedro y Sagrario
JUAN
PEDRO
Tengo
una angustia de muerte,
siento
un afán interior,
que
de vergüenza me muero
como
si fuera un ladrón.
Aunque
me cueste la vida
le
he de decir la verdá,
porque
el amor de mi pecho
no
puede ser desleal.
(Aparece
Sagrario en la primera derecha y se acerca a Juan Pedro, que está sentado y
caviloso)
SAGRARIO
¿Qué
tienes amor mío?
Cariño,
¿qué te pasa?
Ven
a que yo te elivie
las
penas de tu alma.
JUAN
PEDRO
(De
pie, respetuoso y grave)
La
pena que yo tengo
no
es nube de verano.
Perdona
que me calle…
y
olvídame, Sagrario.
SAGRARIO
Si
quieres que te olvide,
me
obligas a morir.
JUAN
PEDRO
Escúchame,
Sagrario…
SAGRARIO
Escúchame
tú a mí.
Lo
que tú quieres decirme
ya
me lo se de memoria:
que
tu prosapia de hidalgo
es
fingida y engañosa
JUAN
PEDRO
¡No
me maldice tu orgullo
si
dejo de ser lo que era!
SAGRARIO
Es
que a mi orgullo le basta
que
los demás se lo crean.
JUAN
PEDRO
¡Manchega!
Tu cariño
me
da la vida.
LOS
DOS
¡Te
quiero!
JUAN
PEDRO
Cariño
tan callado
como
seguro…
LOS
DOS
¡Tan
bueno!
Tus
labios siempre callen
lo
que nosotros
sabemos.
¡Que
hermosa la alegría
de
compartir
el
secreto!
Ven
a mis brazos,
que
muy cerquita
quiero
mirarte…
¡Y
nada nos importe
de
nadie!
(Hablado)
SAGRARIO
Así
me gusta oirte… Y que entre los dos no haya desde ahora más que confianza y
lealtá…
JUAN
PEDRO
Pero,
¿y Don Generoso, ese santo varón que no es mi padre?...
SAGRARIO
Su
voluntá y las leyes te lo han dao…Ven. Hombre de conciencia, mírame… (Cogiéndose
las manos)
JUAN
PEDRO
¡Calla!...
(Sale
Don Generoso por la derecha con su libro en las manos, cerrado)
DON
GENEROSO
«La
infanta viene a ser su esposa, y su padre lo viene a tener en gran ventura,
porque se vino a averiguar que el tal caballero es hijo de un valeroso rey de
no sé qué reino, porque creo que no debe de estar en el mapa.»
SAGRARIO
Salvo
que aquí la infanta no es más que una rústica, por muchas talegas que encierre,
no
podría
esclarecer sus blasones, como se aparta el trigo aechando granzas.
JUAN
PEDRO
(Suplicante)
¡Sagrario!...
DON
GENEROSO
A
eso también responde Don Alonso: «Porque te hago saber, Sancho, que hay dos
maneras de linajes en el mundo; unos que te traen y derivan su descendencia de
príncipes y monarcas, a quien poco a poco el tiempo ha deshecho…, y otros
tuvieron principio de gente baja y van subiendo de grado en grado hasta llegar
a ser grandes señores…».
(Apartándose
a la izquierda)
Bueno
está lo bueno, hija mía.
SAGRARIO
(A
Juan Pedro)
¿Y
quieres tú volverle a su locura?
JUAN
PEDRO
También
con él me callo y…viva feliz.
(Empiezan
a salir por la derecha todos los personajes de las escenas anteriores. Por la
izquierda viene Catalina con dos Chicos de la mano)
CATALINA
¡Viva
la novia, digo yo también!
SAGRARIO
Y
pensé que estabas sentía.
CATALINA
¿Qué
voy a estar sentía?
LA
CUSTODIA
¿Y
qué tal te prueba el matrimonio?
CATALINA
Ni
mejor. Al principio no congeniábamos. Pero ya le he cogío el aire a mi marido
y… ¡ni más felices! ¡Míalo usté por donde llega!
CARRACUCA
(Por
la izquierda. Dentro, estentóreo y jocundo)
¡Que
güenas tardes!...
(Sale
de la mano de otro Chico, con la cabeza vendada y con un brazo en cabestrillo)
LA
CUSTODIA
¡Graa..cias
a Dios!
CARRACUCA
Yo,
tan güeno, ¿Y ustés?
(Gran
algazara)
TELON RAPIDO
FIN DE LA ZARZUELA
Información obtenida en:
http://www.zarzuelaoviedo.es/programas/libreto-larosadelazafran.pdf
http://www.zarzuelaoviedo.es/programas/libreto-larosadelazafran.pdf
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