BLACK EL PAYASO
Opereta
en un prólogo y tres actos.
Libreto
de Francisco Serrano Anguita.
Música
de Pablo Sorozábal.
Estrenada
en el Teatro Coliseum de Barcelona, el 21 de abril de 1942.
REPARTO (Estreno)
Sofía
– Gloria Alcaraz.
Catalina
– Angelita Navalón.
La
Condesa de Saratov – Teresa Sánchez.
Black
– Marcos Redondo.
White
– Manuel Gas.
Dupont
– Ricardo Mayral.
Marat
– Antonio Garrido.
El
Barón de Orsava – Joaquín Torró.
Gregorio Zinenko – Mariano
Beut.
Baydarov –
El
Oficial de servicio, El Director de escena, Un criado, Damas, Doncellas,
Cocineras, Mujeres de Orsonia, Caballeros, Militares, Soldados de la Guardia,
Cocineros, Criados, “Grooms”, “Chauffeurs”, Jardineros, Artistas de Circo,
Hombres de Orsonia y Gente del pueblo.
PROLOGO
(Música)
Introducción
(Al
comienzo de la música se levanta el telón de boca y se ve una pista de un circo
en medio de la oscuridad. Trastos de circo alrededor, en la penumbra: baúles,
restos de un carromato, espejos de maquillaje, roperos, restos de caballitos de
feria y carteles antiguos, y artistas derrotados por los rincones. Un circo de
pulgas en el proscenio, como metáfora de nuestro mundo y metonimia en miniatura
del circo en que nos encontramos. En el centro del escenario, dentro de la
pista e iluminado por los focos del circo, un gran marco de espejo preparado
para el primer número de los payasos)
Presentación y dúo
(Black
y White salen a la pista. Llega cada uno por un lado del espejo hasta que se
chocan a través del mismo. Sorprendidos, se miran y hacen el juego del espejo,
imitando uno los movimientos del otro, acercándose al espejo y chocando,
colocándose la ropa y mirando extrañados su propia ropa y la del otro. Se
tratan de despistar y vuelven rápidamente a encontrarse. Llegado un punto
descubren los dos al tiempo la presencia del Público y se dirigen hacia el
proscenio y empiezan a cantar hacia el Público)
BLACK
Ilustre
concurrencia
flor
de elegancia, espuma de opulencia,
honra
de los salones,
gala
y pasmo de todas las naciones.
(White,
haciendo como si cantara, imita todos los gestos y ademanes de Black, y mientras
este fila su nota, hace extraños gestos para contener un inoportuno estornudo, que
al cabo se le escapa ruidosamente)
WHITE
¡Atchissss!
Pecheras
distinguidas,
que
en los palcos lucís brillo y tiesura,
con
almidón y plancha conseguidas…
a
fuerza de paciencia y mano dura…
(Black
y White, sobre todo este último, ilustran de modo grandilocuente los tipos de los
que van hablando, pudiéndose ayudar de elementos, objetos o complementos de vestuario)
BLACK
Presumidas
madamas respetables
que,
faltas ya de encantos peregrinos,
llevan
en los escotes venerables.
WHITE
…
huellas de venerables pergaminos.
BLACK
Muchachas
pizpiretas que vienen a soñar
en
las lu… ne… tas…
WHITE
Mientras
vigilan las mamás sus sueños
quedándose
dormidas como leños…
LOS
DOS
O
pensando, con pena y con desgana,
en
qué pondrán para almorzar mañana.
Señores
de agrio gesto
a
quienes da un mal rato
el
potaje indigesto
y
no pueden tomar bicarbonato.
(White
saca un enorme vaso con un líquido burbujeante. Antes de bebérselo, se lo
piensa y se lo entrega a un ayudante, que viene a cogerlo con un acrobático
salto)
BLACK
Algún
pollo…
(White
imita alegremente el canto del gallo mientras saca un pollo de plástico de otro
de
sus
bolsillos)
...o
pollastre,
que
acompaña a su novia en cuarta fila...
(Tira
el pollo hacia atrás, y alguien lo recoge, también con una espectacular
acrobacia)
...
y observa que el sastre
con
un bastón de nudos lo vigila.
Toda
la oscura masa,
cada
cual con su amor y sus apuros...
WHITE
¡Y
vaya puros…!
(White
saca un enorme puro humeante y hace que fuma, a lo Groucho Marx. Al acabar tira
el puro y alguien lo recoge. Ambos marcan unos pasos de baile ilustrando con su
pantomima los elementos fundamentales de lo que cantan: los diez duros, el
despertador, la sisona y el gesto de sisar, etc.)
LOS
DOS
Que
hay que pagar la casa;
que
hay que buscar diez duros;
que
hay que estar tempranito en la oficina;
que
un acreedor nos hace tragar quina;
que
hubo que despedir a la fregona,
porque
nos resultaba una sisona…
(Cara
de ambos de lamentarse mucho por la gran desgracia)
¡Ay,
ay, ay, que se acabó el dinero
y
está al caer la cuenta del tendero!
(Señalando
a los Espectadores)
¡Todos
con sus problemas,
con
su malestar y sus fracasos,
vienen
a olvidar sus malos trances
con
los chistosos lances
de
dos pobres payasos!
(Dan
una vuelta y vuelven frente al Público de nuevo)
¡Y
hay quien dice que da preocupaciones
gobernar
a las naciones!
¿Y
gobernar al público, no es nada?
(Se
encaran enérgicamente con el Público, como si le exigieran una respuesta ante
su
pregunta)
Hacerle
coincidir en la palmada,...
(Aplauden
ambos a la vez, perfectamente sincronizados)
...
en el suspiro suave,...
(Suspiran
cómicamente)
…
en la alegre risotada,...
(Ríen
con fuerza, para cambiar de gesto en una transición brusca y adquirir una
seriedad
casi
dramática)
...
o en el pensamiento grave.
(De
nuevo se dibujan las sonrisas en sus rostros y retoman la coreografía al igual
que antes, pero cambiándose de lado)
Que
hay que pagar la casa;
que
hay que buscar diez duros;
que
hay que estar…
(Al
cambiarse de lado, Black he quedado por primera vez junto al palco que ocupa Sofía.
Black deja de cantar al percatarse de la presencia de Sofía, quedando como hipnotizado.
White continúa la frase)
WHITE
…
tempranito en la ofi…
(También
se interrumpe White. En uno de los palcos proscenios del teatro, han cobrado presencia
la Princesa Sofía de Surevia, la Condesa de Saratov y el Barón de Orsava. Las
damas visten traje de noche y el Barón, de gala, pero todos ellos con elementos
que recuerdan al fasto circense. Sofía es una mujer joven, bella, de gran
elegancia y distinción. La Condesa y el Barón son mayores que ella. Al ver a la
Princesa, Black queda como deslumbrado e interrumpe su labor para contemplarla
absorto. Al darse cuenta de ello, White, inquieto, se acerca a él para
preguntarle a media voz)
(Hablado)
WHITE
Black,
¿qué pasa?
BLACK
¡Nada!…
WHITE
Pero,
oye… ¡Despierta!
BLACK
¡Déjame!
(White
procura disimular y dice, dirigiéndose otra vez al Público y tirando de su
oficio para versificar un momento tan comprometido como este y sacar punta a la
situación, ironizando sobre su compañero, que ha quedado virtualmente
congelado, riendo enérgicamente)
WHITE
¡Este
Black es un ganso!
Ahí
le tenéis en su lugar de descanso,
negro
como conciencia de usurero,
triste
como un artículo de fondo,
formal
como pedante majadero,
serio
y callado, el pensamiento hondo…
(Black,
como hipnotizado por la situación, saca el violín de uno de sus enormes
bolsillos)
Frío
de gesto y en palabras parco…
va
a rascar las tripas con el arco.
¡La
seriedad del burro, a cierta gente,
le
da reputación de inteligente!
Pues
de tal seriedad, o lo que sea,
es
de lo que este músico alardea,
y
le molesta verme hacer el paso
y
cumplir mis deberes de payaso.
(White
ve a Black llegar de nuevo al proscenio con el violín preparado y aún fuera de sí,
absorto como en sueños)
Pero,
en fin, ponte grave, violinista;
rasca
las tripas, la atención reclama…
¡y
a tocar la Obertura futurista,…
(Llamando
la atención del Público, para que no pierda detalle de lo que viene)
…
que es de lo más gracioso del programa.
BLACK
(Rápidamente
y a media voz)
¡No,
eso no!
WHITE
(Desconcertado)
¿Qué
dices?
BLACK
Voy
a tocar algo mejor. Las melodías de la
Estepa.
¡Anúncialo!
(Se
advierte bien que el diálogo es improvisado y que no lo ensayaron los payasos. White
mira con asombro a Black, que, muy emocionado, contempla con melancólica atención
a la Princesa Sofía, acodada en la barandilla de su palco. Encogiéndose de hombros,
White dice al Público, con algún azoramiento y entre risas, de nuevo
forzadamente ampulosas)
WHITE
Black,
que está medio loco, y que procura
hacer
las cosas sin que yo las sepa
en
vez de la Obertura va a tocar… Las melodías
de
la Estepa.
(White
se sacude la responsabilidad, explicando lo siguiente:)
Serán
bonitas; pero yo confieso
que
no sé lo que es eso,
y
que lo que ha de hacer mi camarada
no
es cosa por nosotros ensayada.
(White
se aparta de la zona luminosa del foco y se dirige al fondo, sentándose en el taburete
en que estaba la guitarra al inicio, y desde la penumbra simula acompañar a su camarada.
También en penumbra se percibe la imagen o la sombra del Clarinetista que acompaña
a Black en Las melodías de la Estepa. Ahora solo se ve a Black, negro y erguido
bajo el chorro de luz mágica de distintos colores. El Artista empieza a tocar el
violín y se va acercando lenta y vagamente hacia el lugar que ocupa la Princesa.
Se
produce una mágica mirada entre ambos, como si se aproximaran movidos por la música
por encantamiento. Después de tocar los pasajes más enérgicos dominado por la emoción,
Black deja de tocar y dirigiéndose hacia ella canta:)
Canción
BLACK
Princesita
de sueños de oro,
te
doy un tesoro
con
esta canción.
¡Quiera
Dios que la música mía
resuene
algún día
en
tu corazón!
(Aún
más cerca de ella y casi como en un susurro amoroso continúa Black cantando, acompañado
por el clarinete)
Princesita
de sueños de oro,
te…
(La
Princesa, que oía indiferente y como ajena al espectáculo, se estremece y fija
su atención en el payaso, para acabar poniéndose en pie, engarfiadas las manos
en la barandilla, y no pudiendo contenerse, exclama…)
(Hablando sobre la música)
SOFIA
¡Esa
música!… Que calle esa música...
(La
Condesa y el Barón acuden junto a ella)
CONDESA
¡Alteza!
BARON
Señora…
¿qué ocurre?
SOFIA
¡Mandadle
callar!…
(Rompe
a llorar)
BARON
(A
los del circo y a la orquesta) ¡Cállense!
WHITE
¡Calla,
Black! Una señora se ha puesto enferma.
(La
Princesa, en efecto, parece desvanecida entre los brazos de la Condesa y el Barón,
que la sostienen apuradísimos. White, alarmado, va a una de las laterales, por
las que se asoman, Curiosos, algunos Artistas de Circo. Sale, vestido de domador
con su casaca y sus dorados raídos, amenazante y con el látigo en la mano, el Director
de Escena)
DIRECTOR
¿Qué
sucede?
CONDESA
La
princesa Sofía de Surevia se ha desmayado.
BARON
¡Necesitamos
un médico!
DIRECTOR
(Tratando
de dialogar y ser conciliador)
Si
llevásemos a Su Alteza a la dirección… el espectáculo debe continuar…
BARON
¡El
espectáculo somos nosotros! ¡Peste de titiriteros!
(Todos
abandonan el palco. El Barón, solícito, le ofrece el brazo a la Princesa para ayudarle
a salir. El Director de Escena se dirige al Público)
DIRECTOR
Rogamos
al respetable público que dispense esta momentánea interrupción. El telón caerá
unos minutos, para que Black y White, los artistas inimitables, vuelvan a
ordenar su trabajo. Ellos se esforzarán como nunca, para compensar a sus
admiradores de este pequeño percance…
(Da
un enérgico y amenazante latigazo)
¿Verdad,
White?… ¿Verdad, Black? ¡Música, Maestro!
(White
asiente. Black no contesta. Queda cabizbajo, mirando con melancolía al palco proscenio
que acaba de abandonar la Princesa. Cae el telón y cuando llega al suelo continúa
bajando o se transparenta para dejarnos ver a Black y White que, cabizbajos y en
la soledad del escenario vacío comienzan a desvestirse y desmaquillarse para
después vestirse de calle. Black se quita la calota con la divertida peluca y
aparece su aspecto real, derrumbado. Bajo los luminosos trajes del circo vemos
a dos hombres comunes, en
ropas
humildes y algo raídas.
Con
el crescendo de la música, los Artistas del Circo, Malabaristas, Operarios, Payasos,
Funambulistas... comienzan a aparecer y empiezan a introducir los elementos del
decorado que nos informan del nuevo espacio, que después nos explicarán el Violinista
y el Director.
Un
Violinista en escena para comenzar a tocar la coda final del Prólogo, con la
música ya muy tenue y débil, y sus evocaciones de los aires bohemios.
El
Director hace un pequeño número de malabares con una esfera iluminada, que nos puede
recordar al juego de Hynkel de El Gran Dictador, y después habla ampulosamente sobre
el pianísimo de la orquesta)
DIRECTOR
Lujoso
palacio parisino que acoge el exilio de la princesa Sofía de Surevia y su
hermana la gran duquesa Catalina Feódorovna, huídas de su país tras los grandes
disturbios que acabaron con la muerte del rey. Henry Marat, periodista, viene a
interesarse por lo ocurrido en el circo. Todo París comenta el desmayo de la
princesa cuando Black, el payaso compatriota de Surevia, tocaba una melodía de
su añorado país.
(Al
acabar hace un gesto lleno de orgullo al Maestro para que este ordene a la
orquesta el acorde de la resolución con vigor)
FIN DEL PROLOGO
ACTO PRIMERO
(A
la orden del Director de Escena el telón sube. Hay tres carromatos con gradas, uno
al fondo de la pista y dos en los laterales.
El
Acordeonista acompaña la acción con una música rítmica, similar al fox-trot que
va a sonar después. Catalina explica detalladamente las peripecias de su viaje
hacia el exilio, mientras Marat toma notas en su libreta de da cada uno de los
pormenores)
(Hablado)
CATALINA
De
no haber sido por mi entereza no hubiéramos podido afrontar aquella odisea de Surevia.
MARAT
¿Muchos
peligros?
CATALINA
Figúrese,
dos mujeres solas…. Tuvimos que huir del palacio y salir del país. Ya nos creíamos
libres cuando nos vimos a merced de una turba capitaneada por un desarrapado, un
«mujik» sucio y mal oliente… ¿Sabe usted lo que es un «mujik»? (1)
(1)
«Mujik», del ruso «muzhík»: entre 1861 y 1917, eran siervos que se convirtieron
en campesinos libres.
MARAT
¡Claro!
Y lo que es el samovar (2), y la troica, y la balalaica…
(2)
Samovar: recipiente metálico para calentar el té; troica: trineo tirado por
tres caballos y, por extensión, tres miembros de un gobierno; balalaica:
instrumento musical de cuerdas metálicas y caja triangular.
CATALINA
¡Qué
gran cultura oriental!
MARAT
¿Y
el «mujik»?
CATALINA
Tuvimos
que confiarnos a él. Y aquel hombre exigió…
MARAT
¿Qué?
CATALINA
¡Dos
besos!
MARAT
Pero…
¿dos besos de verdad?
CATALINA
Dos
besos de cine.
(Marat
toma el bolígrafo ávido de noticias jugosas y Catalina se lanza a cantarle lo más
picante de sus peripecias)
(Música)
Dúo cómico y Fox-trot
CATALINA
¡Dos
besos míos! ¡Dos besos míos!
En
aquellas barbazas revueltas
que
envidiaban los machos cabríos.
MARAT
¡Yo
no lo creo!
¡Yo
no lo creo!
¡Una
dama de rango y de alcurnia,
«osculando»
a un granuja tan feo!
CATALINA
Pues
se los dí…
y
no me desmayé.
MARAT
A
ese «mujik»
por
siempre envidiaré.
CATALINA
¡Dos
besos míos! ¡Dos besos míos!
En
aquellas barbazas revueltas…
MARAT
¡Hay
que ver! ¡Hay que ver!
¡Ay,
qué tío!
CATALINA
¡Pobre
de mí!
Yo
me eché atrás.
MARAT
(Insinuando
un beso)
¿Y
él hizo así?
CATALINA
Un
poco más…
MARAT
(Insistiendo)
¿Así?
CATALINA
Quizás…
¡Pobre de mí!
Yo
me eché atrás…
MARAT
¿Y
él hizo así?
CATALINA
Un
poco más.
MARAT
¿Así?
CATALINA
Un
poco más.
MARAT
¿Así?
CATALINA
Más…
más…
Y
me decía el «mujik»
lo
que no escuché jamás.
«Catalina,
Catalina,
son
tus labios de coral
una
rosa peregrina
enredada
en un zarzal.»
MARAT
Catalina,
Catalina,
yo
no he visto cosa igual.
¡Una
boca purpurina
dando
besos a un chacal!
(Marat
y Catalina, que han ido flirteando progresivamente en todo el dueto haciendo que
la temperatura emocional del mismo vaya subiendo hasta llegar al clímax, se
funden en un interminable beso durante el cual el circo explota en todas sus
manifestaciones, como unos fuegos de artificio que explican la montaña emocional
de Marat y Catalina en su beso. Trapecistas que suben y bajan, incluida la
subida de Sofía con una larga capa de circo, que llega hasta el suelo como si
fuera un telón. Funambulistas, Malabaristas, Payasos en monociclo, Acróbatas, Forzudos...
en una orgía de movimiento que finaliza dejando de nuevo a la vista el final
del beso de Marat y Catalina. Ellos se besan sentados en la grada central y los
Artistas del Circo se los llevan al fondo del escenario)
(Hablado)
(El
Acordeonista y el Clarinetista evocan lánguidamente el pasado dueto con carácter
melancólico, tocándolo lentísimo)
DIRECTOR
En
palacio se celebra una gran fiesta. Pero Sofía no tiene ganas de divertirse. De
nada sirve que su hermana Catalina intente animarla. Sofía solo piensa en la
melodía que cantó el payaso y en cómo pudo ese hombre conocer aquella canción
secreta…
(Se
ve a Sofía en lo alto del trapecio, mientras el Barón manda a todos salir)
BARON
Pueden
marcharse todos de momento. La princesa no desea compañía en este momento, aún
está afectada por la emoción y lamenta no asistir a la fiesta.
(El
Barón espera a que todos se marchan y habla a la Princesa)
BARON
Vendrán
esta tarde. Vendrán los dos… Vestidos de paisano no se conoce al negro ni al blanco…
No supe distinguirlos...
(Mientras
el Barón habla a Sofía del circo, el Director comenta la escena)
DIRECTOR
El
barón está aturdido. Esa… peste de titiriteros del Alhambra (3). Gorgoritos,
volatines, mujeres barbudas, trapecistas… enanos… ¿Por qué la princesa se
empeña en hablar con ese payaso...?
(3)
El Alhambra fue una sala de espectáculo de París, que cambió varias veces de
nombre, siendo sucesivamente la Opera Popular, el Teatro de la República, el
Teatro del Pueblo y la República, el Alhambra y el Alhambra-Maurice Chevalier;
el edificio fue demolido en 1967.
BARON
Ya
sé que lo que tocaba el payaso eran Las melodías de la Estepa que compuso para usted
el gran duque Daniel de Orsonia y que solo él conocía. Pero, ¿por qué le
impresionó tanto, señora? Quizás alguien pudo escucharlas y recordarlas...
Quizás esos payasos sean compatriotas
nuestros que escucharon la canción...
(Sofía
se muestra al público con un precioso traje de noche. Canta sobre el trapecio, mientras
los miembros del circo dejan sus actividades y la miran emocionados. El Barón atiende
con atención y lástima a la Princesa)
(Música)
Romanza
SOFIA
Yo,
que jamás había sentido
las
inquietudes del amor,
no
vi hasta entonces a mi prometido
que
para mí buscó el emperador.
Fue
mi sueño infantil
y
recuerdo de él
el
semblante borroso
y
el mirar cariñoso
del
gran duque Daniel.
En
Francia se educó,
y
tuvo aquí, en París,
mujer
que le adoró.
¡Y
la dejó por mí!
¡Por
mí!
Desdeñaba
las glorias
de
la corte imperial,
y
en la música puso
su
entusiasmo cordial.
Y
queriendo el gran duque tener
un
recuerdo de amor para mí,
me
brindó la sencilla canción
diciéndome
así.
«Princesita
de sueños de oro,
te
doy un tesoro
con
esta canción.
¡Quiera
Dios que la música mía
resuene
algún día
en
tu corazón!
¡Princesita
de sueños de oro
te
doy un tesoro
con
esta canción…»
Aquel
afán que me aturdía
tuvo
un final desgarrador,
porque
la muerte, que nos perseguía
vino
a romper los planes de mi amor.
Destrozó
mi país
la
tragedia cruel,
y,
entre fuego y metralla,
en
la dura batalla,
cayó
el duque Daniel.
Luchando
sin cesar
el
príncipe murió,
y
se deshizo así
el
sueño de mi amor…
¡Mi
amor!
Se
acabaron las glorias
de
la corte imperial,
y
en la fuga cobarde
se
apagó mi ideal.
Y
ahora vuelve su dulce canción,
despertando
recuerdos en mí
y
su voz me parece escuchar
diciéndome
así:
«Princesita
de sueños de oro,
te
doy un tesoro
con
esta canción.
¡Quiera
Dios que la música mía
resuene
algún día
en
tu corazón!
¡Princesita
de sueños de oro
te
doy un tesoro
con
esta canción!…»
(Al
terminar el número, Sofía llora amargamente y el Barón de Orsava acude a consolarla. Le ayuda a bajarse del columpio y
ella llora en el regazo de él desconsoladamente. El Acordeonista toca notas
largas y llenas de dolor y amargura, acompañado por el clarinete, evocando la
romanza de Sofía)
(Hablado)
SOFIA
Necesito
que venga ese artista y me aclare el misterio… Cuando lleguen, les dirás que
pase solo Black.
BARON
Descuide
Vuestra Alteza.
(Sofía
y el Barón de Orsava se marchan)
DIRECTOR
Y Black
y White dieron el salto mortal de la pista al palacio.
(Se
oye al acordeón tocar una evocación de la romanza de Sofía. Después, clarinete
y acordeón tocan música de baile. Los dos Payasos permanecen en pie. Visten
trajes de calle, sencillo el de Black y más llamativo, más de artista de circo
el de White.
Black
es hombre de treinta años en cuyo rostro pálido relucen los ojos poderosos y
firmes.
White,
más viejo con el cabello gris, es fuerte, musculoso y tiene una cara encendida
y risueña y aspecto de dandy maduro)
WHITE
Me
hacen venir… Y no me invitan ni a sentarme… También nosotros tenemos nuestra
categoría. Reyes en nuestro oficio, soberanos en la pista. (Añade, riéndose) Estás
nervioso…
BLACK
Nos
llama una princesa ilustre.
WHITE
Te
llama a ti, que anoche tuviste la habilidad de conmoverla. Yo vengo de
comparsa. Aunque, a lo mejor, lo que pretenden es que hagamos algún numerito de
circo…
BLACK
No.
La cita no es para eso.
WHITE
Tú
sueñas mucho...
BLACK
¡Calla!
Ya vienen…
WHITE
(Prestando
atención y levantándose)
Luz
en la pista.
(Por
la izquierda, en primer término, llega el Barón, que dice, saludándolos)
BARON
Señores…
lamento haber molestado en vano a uno de ustedes. Su Alteza no desea saludar más
que al llamado…
WHITE
¿Al
llamado Black?
BARON
Exactamente.
WHITE
Es
mi compañero. Yo estoy aquí de más.
BARON
Crea
usted, señor… que lo siento. Celebramos aquí una pequeña reunión. ¿No quiere beber
una copa de vino?
WHITE
Será
bueno, ¿verdad? ¡Vino de príncipes!
(Despidiéndose
de su compañero)
¡Animo,
Black!
BLACK
Ve tranquilo, White.
BARON
Su
Alteza vendrá ahora mismo.
(A
White, acompañándole)
Permítame
usted acompañarle…
(Se
van White y el Barón de Orsava. Black, solo en escena, curiosea en torno suyo.
Los del circo colocan las cosas de la estancia según las indicaciones del Director.
También
bajo las órdenes del Director, un Mago hace aparecer de la gran chistera de uno
de los payasos un retrato de la Princesa Sofía. Black lo examina, leyendo su dedicatoria)
(Música)
Dúo
BLACK
«Para
mi príncipe, rendidamente…»
(Deja
el retrato)
¡Rendidamente!
¡Y
mil recuerdos hechos hoguera
que
están ardiendo bajo mi frente!
¡Rendidamente!
¡Quién
lo dijera!…
(Algunos
Payasos del circo traen a Sofía con los ojos vendados sobre una de las gradas,
y al llegar junto a Black le quitan la venda. Componen la escena dos gradas en ángulo
dentro de la pista)
SOFIA
Si
hasta mi casa le he llamado, disculpe mi atrevimiento.
BLACK
Solo
con verla estoy pagado, y con servirla estoy contento.
SOFIA
Anoche,
con mi desmayo, quizá pudiera juzgarme mal.
BLACK
Bendije
aquel accidente, porque halagaba mi vanidad.
SOFIA
Oyendo
sus Melodías estuve a punto de enloquecer.
BLACK
Con
ellas rendí homenaje a quien me honraba con su interés.
SOFIA
Pero…
¿cómo llegó a sus manos la canción?
BLACK
No
puedo darle ninguna explicación.
SOFIA
¿Y
no ha de hablar si se lo pide una mujer?
BLACK
Debo
callar
cumpliendo
mi deber.
SOFIA
En
París volví a escuchar
lo
que nunca sospeché…
¡y
ahora debo preguntar
quién
es usted!
(Black,
ante el espejo hace un juego de reflejos con otro de los Payasos del circo y se
ve «reflejado». Después canta hacia Sofía y hacia el Público)
BLACK
¿Quién
soy yo?
¿Quién
soy yo?
Yo
soy un payaso loco
que
estruja un poco
su
corazón,
y
ve que la sangre brota
de
cada nota
de
su canción.
(Apasionadamente)
¡Canción
que llevo conmigo
como
un castigo
y
un dulce afán;
canción
en que mis dolores
y
mis amores
unidos
van!
Yo
soy un artista
sin
patria ni hogar
que
ríe en la pista…
¡queriendo
llorar!
Dejad
que el payaso inquieto
guarde
el secreto
de
este placer,
sintiendo
el alma abrasada
por
la mirada
de
una mujer.
Dejad
que calle el payaso
y
pida vuestro perdón,
y
que, vencido
por
su fracaso
bajo
el vestido
de
negro raso…
¡estruje
su corazón!
(Los
Artistas del Circo empiezan a asomarse y a mirar embelesados a la pareja, al
ver que Sofía va quedando cada vez más fascinada ante la confesión de Black)
SOFIA
(Que
ha oído a Black como en éxtasis)
¿Quién
me habla así?
¡Tú
eres Daniel!
BLACK
(Apartándose
de ella y con risa amarga)
¡No
sueñe más!
¡No
piense en él!
SOFIA
¿Por
qué negar?
BLACK
¡Pobre
de mí!
¡Solo
soy Black!
SOFIA
¡No!
¡Tú eres Daniel!
BLACK
¡No
sueñe más!
¡No
piense en él!
¡No
piense en él!
SOFIA
¡Nada
me importa
que
hables así!
¡Rey
o payaso
vuelves
a mí!
(Se
abraza a él)
¡Daniel!
¡Mi
Daniel!
BLACK
(Rendido
a las caricias de ella)
Yo
seré lo que ordenes que sea…
¡porque
tú lo has querido, mujer!
SOFIA
¡Otra
vez la ilusión se abre paso!
BLACK
¡Dí
que quieres a Black, el payaso!
SOFIA
Es
mi amor una llama perdida,
y
me incendia su luz como el sol,
y
en su fuego revivo y me abraso.
BLACK
(Con
angustia)
¡Dí
que quieres a Black, el payaso!
SOFIA
¡Te
quiero! ¡Te quiero!
Rey
o bufón, o pordiosero.
BLACK
¡Te
quiero! ¡Te quiero!
¡Ya
de tu amor todo lo espero!
LOS
DOS
¡Te
quiero! ¡Te quiero!
Rey
o bufón, o pordiosero.
Ya
de tu amor todo lo espero.
¡Te
quiero! ¡Te quiero!
¡Y
no me importa el mundo entero!
Es
mi amor una llama perdida
y
me incendia su luz como el sol.
Ya
volvió a florecer
mi
pasada ilusión…
¡Y
mi amor se fundirá
con
tu amor!
(Hablado)
(Quedan
estrechamente abrazados. A su alrededor, todos los del circo han ido haciendo
un círculo rodeando a Black y a Sofía, embargados por la emoción y dejando
escapar alguna lágrima. Al acabar la música el acordeón acompaña con una
rítmica y viva música que recuerda al momento en que Black cantó «yo soy un
artista sin patria ni hogar»)
DIRECTOR
El
amor ha logrado el milagro de convertir a Black en un gran príncipe y a White
en su
primer
ministro.
(White
entra y sorprende a Black y Sofía aún acaramelados)
WHITE
Black.
SOFIA
¡Black, no! ¡Daniel! ¡Daniel Estebanoff, gran duque de Orsonia! (A
Black) Daniel, quiero saber cómo te salvaste de la hoguera…
BLACK
Déjalo…
WHITE
¿Por
qué te callas? ¡Cuéntalo!
BLACK
¡Calla!
SOFIA
El
príncipe escapó con su primer ministro, Tarnovitz.
WHITE
A
los pies de Vuestra Alteza.
(El
aire resuelto de White, contrasta con el gesto desolado de Black)
SOFIA
¿Usted?…
Pero...
WHITE
Sí,
Alteza. (Echándole teatro) Huimos disfrazados de campesinos.
BLACK
¡Calla!
(White
besa lenta y ceremonialmente la mano a la Princesa Sofía, mientras le habla el
Director)
DIRECTOR
Y
así es como White se presta a contar su huida y sus penurias a la princesa, sin
callar ningún detalle de su terrible camino. Todos dispuestos. Luz. Música,
maestro.
(A
las órdenes del Director se apaga la luz de la escena dejando un foco sobre White
y luz tenue sobre Sofía, que se sienta en una de las carras con grada a
escuchar la historia.
El
Director pide a los Artistas del Circo que ayuden a White a contar la historia
y los detalles de su narración)
(Música)
Romanza
WHITE
Aunque
todos nos daban por muertos,
no
nos fue muy sencillo escapar,
y
corrimos por toda Surevia
donde
nadie nos quiso ayudar.
Parecíamos
dos trotamundos…
BLACK
(Dándole
codazos)
Pero…
¡cállate, no hables así!
WHITE
(Sin
atenderle)
Parecíamos
dos trotamundos…
¡cómo
hay tantos que van por ahí!
¡Cuántas
angustias!
¡Qué
padecer!
Fuimos
artistas;
fuimos
mendigos…
¡fuimos
de todo
lo
que hay que ser!
Nos
rondaban aquellos chacales;
nuestro
sino se hacía fatal;
nos
cercaban agudos puñales
el
peligro era siempre mortal…
Y
entre el odio, el hambre y el fuego,
dominados
por miedo cerval,
sin
tener un minuto sosiego…
¡lo
pasamos, señora, muy mal!
BLACK
¡Calla,
por Dios!
WHITE
¡No
insistas más!
¡Ya
no hay temor!
¡Déjame
hablar!
¡Ja,
ja, ja, ja!
¡Me
río
recordando
nuestro miedo!
¡Me
río
porque
al fin contarlo puedo!
¡Ja,
ja, ja, ja!
¡Quién
nos diría
que
llegaría
esta
dichosa
tranquilidad?
Una
noche asaltaron la choza
en
que ocultos vivimos los dos,
y
al empuje de bombas terribles
nuestro
humilde refugio se hundió.
BLACK
(Dándole
codazos)
Pero…
¡cállate, no hables así!
WHITE
(Sin
atenderle)
Y
apartando maderas y escombros…
¡por
milagro salimos de allí!
¡Cuántas
angustias!
¡Qué
padecer!
Fuimos
artistas;
fuimos
mendigos;
¡fuimos
de todo
lo
que hay que ser!
Nos
rondaban aquellos chacales;
nuestro
sino se hacía fatal;
nos
cegaban agudos puñales;
el
peligro era siempre mortal…
Y
entre el odio, el hambre y el fuego,
dominados
por miedo cerval,
sin
tener un minuto sosiego…
¡lo
pasamos, señora, muy mal!
BLACK
¡Calla,
por Dios!
WHITE
¡No
insistas más!
¡Ya
no hay temor!
¡Déjame
hablar!
¡Ja,
ja, ja, ja!
¡Me
río
recordando
nuestro miedo!
¡Me
río
porque
al fin contarlo puedo!
¡Ja,
ja, ja, ja!
¡Quién
nos diría
que
llegaría
esta
dichosa
tranquilidad!
(Hablado)
El
clarinete, el violín y el acordeón recuerdan Las melodías de la Estepa.
SOFIA
(Que
ha oído con espanto el relato)
¡Qué
pena, Daniel!
BLACK
La
mayor de todas fue saber vuestro drama.
DIRECTOR
White
recuerda el asesinato del Emperador y cómo todos creían que la princesa Sofía y
su hermana habían muerto en el siniestro… Por eso se sorprendieron al verla en
el circo.
SOFIA
¡Es
hora de que el príncipe Daniel vuelva a su rango! (A Black) Has de reconquistar
tu reino. Orsonia logró librarse del populismo, dueño de Surevia. Hoy es un
estado independiente…
WHITE
Que
busca un rey con dotes de gobernante.
¡Black!
SOFIA
¡Tú
serás ese rey!
BLACK
¡No
lo seré!
SOFIA
¡Hoy
se sabrá la verdad! (Llama) Orsonia aguarda a su soberano.
(Por
la derecha llegan la Gran Duquesa Catalina y Marat)
DIRECTOR
Sofía
llama a Catalina y le pide que convoque a toda la corte para darles la gran
noticia: la aparición del príncipe.
SOFIA
(Llena
de entusiasmo) ¡Que vengan a conocer al príncipe Daniel Estebanoff, gran duque de
Orsonia!
MARAT
(Estupefacto)
¡¡Oh!!
(Marat
y Catalina llaman pulsando los timbres y campanillas. A ellos se suman
trompetas, bocinas y demás artilugios circenses, lo más excéntricos posibles)
WHITE
¿No
querían un numerito? Pues… ¡Música, maestro!
(Baja
el trapecio y Sofía sube lentamente mientras abajo se inicia un movimiento espectacular;
van entrando La Condesa de Sarátov, El Barón de Orsava, Damas y Caballeros, con
elegantes trajes de tarde; todos los del circo aparecen con complementos de Doncellas,
muy peripuestas de uniforme; Criados, de librea y de frac; Cocineras y Cocineros,
con gorro y mandiles blancos; «Chauffeur», «Grooms» y Jardineros, también
uniformados. Así se forma un conjunto abigarrado y pintoresco, cuya nota de
color contrastará con el tono solemne del número final. Sofía corona el
conjunto elevada en el trapecio. Black y White quedan en proscenio, pero
separados: Black azorado y superado por la situación, y White encantado con el
baño de multitudes
que
les espera)
(Música)
FINAL ACTO PRIMERO
CONDESA
Sofía,
¿qué ocurre?
BARON
Sofía,
¿qué pasa?
INVITADOS
¿Llegaron
ladrones
o
hay fuego en la casa?
DONCELLAS
Ordene,
señora;
disponga
Su Alteza.
¿Por
qué se nos llama
con
tanta presteza?
COCINERAS
Llegó
a la cocina...
COCINEROS
...
tremendo alboroto
y
los marmitones
cien
platos han roto.
CRIADOS
Estamos
temiendo
lo
que haya pasado
al
ver de qué modo
el
timbre ha sonado.
CHAUFFEURS
Ordene,
señora;…
GROOMS
...
disponga Su Alteza…
JARDINEROS
¿Por
qué se nos llama
con
tanta presteza?
WHITE
Jamás
en la pista hubo ocasión
de
producir tal sensación.
¡Oh,
pantomima colosal!
¡Jamás
soñé ninguna igual!
MARAT
¡Esto
va a ser fenomenal!
¡Qué
información
en
Le Journal!
CATALINA
¡Una
aventura singular!
¿Quién
la podía sospechar?
¿Quién
la podía sospechar?
BLACK
Princesita
de sueños de oro
te
doy un tesoro
con
esta canción…
(Sofía
canta desde el Trapecio. Black y White en el proscenio. Todos los demás se dirigen
a la princesa. Llegado el momento ella alza la mano pidiendo silencio y
atención. Todos callan y escuchan en silencio)
SOFIA
(A
Todos)
Oíd,
amigos y servidores;
ya
han terminado los sinsabores
de
nuestra lucha, dura y cruel.
¡El
pueblo no sufre en vano!
¡Ya
tiene Orsonia su soberano!
¡Volvió
a nosotros el príncipe Daniel!
TODOS
(Girándose
y saludando a White con grandes reverencias)
¡Señor!…
(White
hace cómica y discretamente un gesto a todos para que se dirijan al «verdadero»
rey, a Black, y no a él)
¡Señor!…
BLACK
(Desconcertado
y azorado)
No
sé como empezar…
¡Qué
extraña situación!
Os
debo dar —una explicación…
WHITE
(Disculpando
a Black, aproximándose a él)
De
la emoción —no puede hablar…
Su
triunfo, grande y brioso,
mitiga
el viejo dolor.
(Ocurrente,
toma un tono mayestático)
¡De
Orsonia el himno famoso
salude
al rey vencedor!
(Todos
se ponen de rodillas y alzando la mano saludan a Black. Coloca una bandera de Orsonia
en un mástil y la izan solemnemente. La bandera ondea majestuosa)
TODOS
(Con
gran solemnidad, puño en alto)
De
Orsonia sigamos la suerte;
por
ella sabremos vencer…
¡Si
allí nos espera la muerte,
alegres
juramos caer!
(El
Pueblo se aleja dejando solos a Sofía, a Black y a White en el proscenio)
¡Orsonia,
mi patria soñada,
Orsonia,
mi orgullo y mi amor!
Morir
en tierra sagrada
será
nuestro encanto mejor!
De
Orsonia sigamos la suerte;
por
ella sabremos vencer…
¡Si
allí nos espera la muerte,
alegres
juramos caer!
SOFIA
Princesita
de sueños de oro...
BLACK
...
te doy un tesoro
con
esta canción…
¡Mi
amor!… ¡Mi amor!
TODOS
¡Loor!…
¡Loor!..
CAE EL TELON
ACTO SEGUNDO
(Penumbra.
Una jaula cruza el escenario como en medio de una fantasmagórica procesión circense.
Entre las sombras se percibe la manipulación de los baúles cambiando la
disposición del espacio. La bandera de Orsonia sigue izada. El Director
manipula un circo de pulgas bajo la luz. Largos acordes melancólicos del
acordeón que recuerdan al himno Orsonio, pero decadente y triste)
(Hablado)
DIRECTOR
Cinco
meses después en la capital de Orsonia, en la Europa Central. El circo marcha
de
un
lugar a otro. Los payasos son reyes y los reyes...
(Están
en escena: Sofía, Catalina, La Condesa de Sarátov, Damas de la Corte de Orsonia,
Mujeres del Pueblo, Black, Henry Marat, El Barón de Orsava, Militares y
Caballeros de la Corte y Hombres del Pueblo.
Sofía,
Catalina y las restantes damas, visten trajes muy elegantes. Las Mujeres y Hombres
del Pueblo, ropas al uso de Oriente artísticamente armonizadas, con detalles
del circo. Black, hoy rey Daniel de Orsonia, luce uniforme de gala, con bandas y
condecoraciones. La antigua timidez del artista parece desvanecida entre la
pompa de sus vestiduras y solo recuerda al payaso de ayer la mirada grave y
profunda de los ojos melancólicos. Los Militares llevan también distintivos y
vistosos uniformes. Sofía y Black presiden el acto. Alrededor se agrupa el
resto de la corte. Las Mujeres y Hombres del Pueblo, reunidos ante Sofía y Black,
vienen a ofrecer a aquella sus regalos sencillos, como homenaje a la que va a
ser su reina)
(Música)
Escenas y Danzas
(Las
Mujeres se dirigen a la Reina. Los Hombres, en un discreto segundo plano)
CORO
Para
ofrecer a nuestra soberana
todo
su amor en cándidos tributos,
llena
de luz Orsonia se engalana
y
trae aquí sus flores y sus frutos.
SOFIA
Nunca
sabré cómo expresaros
mi
gratitud y mi alegría.
Solo
mi amor puede pagaros
esta
bondad y esta hidalguía.
BLACK
Para
su reina tiene mi pueblo
dulces
ofrendas,
porque
ya sabe cuánta ventura
debe
a su Reina.
Y
en este trono
que
va a ocupar,
tiene
la reina por escalones
los
corazones
de
todo un pueblo que sabe amar.
(La
Trapecista, con un elegante vaivén, y al tiempo que hace artísticas piruetas,
tira pétalos de flores sobre los príncipes)
MUCHACHAS
Orsonia
guarda sus flores
para
la reina gentil,
y
quiere que en sus amores
triunfen
mayo y abril.
Camelia
pulida de nieve y de seda
tu
carne remeda
y
en rojos claveles de luz y de fuego
mi
sangre te entrego.
Orsonia
guarda sus flores
para
la Reina gentil,
y
quiere que en sus amores
triunfen
mayo y abril.
¡Y
abril!
(Con
la aparición de la música de baile, llena de reminiscencias bohemias y
zíngaras, aparecen un Malabarista que juega con sables y otro Malabarista que
juega con antorchas de fuego. Primero hacen cada uno su exhibición y después se
unen en una danza o pelea entre ambos. También exhiben, en una gran jaula,
algunos de los triunfos de la guerra: prisioneros enjaulados)
Llama
el amor a tu puerta;
abre
tu puerta al amor,
que
si el amor te despierta
los
frutos de tu huerta
tendrán
dulce sabor.
¡Ah!…
¡Ah!…
TODOS
De
Orsonia sigamos la suerte;
por
ella sabremos vencer…
¡Si
allí nos espera la muerte,
alegres
juramos caer!
(El
acordeón toca música animada y rítmica, similar al bajo rítmico de la romanza
de White del Primer acto. El Director cambia la bandera del circo de pulgas y
coloca la de Orsonia. Después hace cantar el himno a las pulgas.
Se
marchan Damas, Mujeres y Hombres del Pueblo, Militares y Caballeros. Quedan en
escena Sofía, Black, Catalina, la Condesa de Sarátov, Marat y el Barón de Orsava)
(Hablado)
DIRECTOR
Un
magnífico espectáculo.
BARON
Inolvidable.
MARAT
Y
unas chicas estupendas. ¡Viva Orsonia!
DIRECTOR
Tras
el gran recibimiento, la princesa Sofía acude a su paseo a caballo, Black
despacha los asuntos de estado con White, Marat fisga entre las súbditas de
Orsonia, bajo la atenta mirada de Catalina, y el barón y la condesa buscan sin
descanso el...
BARON
Cronicón
de actos y ceremoniales del Gran Ducado de Orsonia.
CONDESA
Que
explica cómo debe celebrarse la boda real.
(Catalina,
la Condesa de Sarátov, Marat y el Barón de Orsava, hacen las reverencias
obligadas y se van)
SOFIA
Ya
hay grandes preparativos para la boda.
BLACK
Como
tú te mereces. Quiero darte el cortejo nupcial más fastuoso.
SOFIA
(Conmovida)
¡Daniel!… Mi cortejo eres tú. Contigo seré tan feliz como lo es tu pueblo. Tú lo
has engrandecido por arte de magia.
BLACK
(Abrazándola)
¡Sofía!
(La
acompaña hasta la puerta y la despide besándole la mano)
(Música)
Romanza
BLACK
Hacer
de un mísero payaso
un
soberano triunfador;
cambiar
en éxito el fracaso,
esta
es la fuerza del amor.
Correr
el áspero camino
sin
que se entibie nuestro ardor
vencer
con ímpetu al Destino,
esta
es la fuerza del amor.
Como
una rosa encendida
viniste
a mi soledad,
para
ofrecerle a mi vida
una
nueva claridad.
Como
una rosa encendida,
el
triunfo supe obtener
y
he de llevarla prendida
a
tu gloria, mujer.
Lograr
que el ánimo despierte
frente
a la angustia y el dolor;
mirar
con júbilo a la muerte…
¡esta
es la fuerza del amor!
(Hablado)
(El
acordeón acompaña al clarinete con una melodía triste del inicio de la romanza
anterior. White observa a Black mientras lleva grandes libros y legajos, convertido
ahora en el Marqués de Tarnovitz, primer ministro del rey Daniel de Orsonia. Su
uniforme recuerda algo a su aspecto de payaso)
WHITE
Mientras
Su Majestad se ocupa de las cuestiones del corazón, yo atiendo las cuestiones
de Estado. El Tratado con Toscania…
(Mientras
Black lee detenidamente el tratado, el Director interviene)
DIRECTOR
Fíjense
bien. White se ha convertido en un estadista que maneja tratados, leyes y
pactos...
WHITE
Tendremos
petróleo, trigo, hierro. Este es el acuerdo que quiero proponer a los
Populistas… El pueblo de Orsonia no quiere los antiguos horrores. Hay que
pactar con los antiguos enemigos…
BLACK
¡Bravo,
White!
WHITE
Tarnovitz,
señor. Conviene olvidar ciertos nombres… de guerra.
BLACK
¡Bravo,
Tarnovitz!
WHITE
¡Marqués
de Tarnovitz!
BLACK
Eres
un gran hombre de gobierno… ¿Dónde aprendiste?
WHITE
En
la pista. Hay que tener al público de buen humor, como aquí.
(El
Director anuncia con toda pompa la llegada de un nuevo embajador)
DIRECTOR
Su
Excelencia el Embajador de Toscania.
BLACK
Allá
vamos…
WHITE
Después
tiene concedidas dos audiencias privadas. El señor Zinenko, de Krichopol, y el señor
Dupont, pianista francés…
BLACK
Se
alojarán en palacio. Es la tradición de Orsonia. ¡Vamos!
WHITE
Estos
adornos pesan como el demonio. ¡Y el cuello aprieta!
BLACK
(A
media voz, hace un malabar con algún objeto y se lo lanza a White) Cuánto mejor
aquella gola, ¿verdad, White?
WHITE
Ahora
tenemos otras ventajas, Black.
(Black
y White salen, imitando un pequeño paso de la coreografía del circo)
(Música)
Cuarteto cómico y Marcha
(Entran
Catalina, la Condesa de Sarátov, Henry Marat y el Barón de Orsava. Traen un
libro enorme, un códice miniaturista: el Cronicón. Lo colocan en un enorme
facistol)
LOS
CUATRO
¡Ya
se encontró!
¡Ya
se encontró!
El
Cronicón ya apareció.
CATALINA
El
asunto es de importancia…
CONDESA
Y
de mucha trascendencia…
MARAT
La
costumbre es algo rancia
con
perdón de Su Excelencia.
CATALINA
¿Qué
dice usted?
¡Calle,
por Dios!
¡Si
va a tener
mucho
esplendor!
Sobre
la nieve de los cien jacos
los
cien cosacos
de
negra piel.
MARAT
¡Habrá
que verlos con esa pinta,...
BARON
...
sudando tinta...
CATALINA
Blancos
los penachos...
CONDESA
...
altos los aceros,
abren
los guerreros
la
marcha nupcial.
MARAT
Y
con el hisopo...
BARON
...
del agua bendita
va
el archimandrita
de
capa pluvial.
CATALINA
Y
la novia con traje bordado.
Y
la novia con manto de armiño.
Y
la novia mirando a su amado
con
mucho cariño…
CATALINA
Y
la novia con traje bordado...
CONDESA
Y
la novia con manto de armiño.
Y
la novia mirando a su amado
con
mucho cariño…
MARAT
¡Señora,
a su edad
hay
que tener formalidad!
CATALINA
Y
a la media noche,
solitos
los dos,
buscan
más detalles
en
el Cronicón.
Ni
una sola página
pueden
encontrar,
y
a la media noche…
¡Tralará,
tralará,
tralará!
TODOS
Y
a la media noche…
¡Tralará,
tralará,
tralará!
CATALINA
Triunfará
nuestra prestancia…
CONDESA
Se
impondrá nuestra presencia…
MARAT
¡Esto
es una extravagancia
en
Orsonia y en Florencia!
CATALINA
¡Calle,
por Dios!
¡Qué
insensatez!
¡Nunca
podrá
verlo
otra vez!
Cien
mil campanas, en loco vuelo,
llevan
al cielo
su
vibración.
MARAT
Y
a las dos ha enloquecido...
BARON
...
con el sonido
la
población.
CATALINA
Vivos
los caballos...
CONDESA
....
hacen mil corbetas;
britan
las cornetas
y
suena el clarín.
MARAT
Y,
no será extraño...
BARON
...
que yo me desmaye
al
verme en la calle
con
este trajín.
CATALINA
¡Cuántas
novias trazando sus planes!
¡Cuántas
novias sufriendo la espera!
¡Cuántas
novias pidiendo galanes
que
estén a su vera!
CONDESA
¡Cuántas
novias sufriendo la espera!
¡Cuántas
novias pidiendo galanes
que
estén a su vera!
MARAT
¡Señora,
a su edad...
BARON
...
hay que tener formalidad!
CATALINA
Y
a la media noche,
solitos
los dos,
buscan
más detalles
en
el Cronicón.
Ni
una sola página
pueden
encontrar,
y
a la media noche…
¡Tralará,
tralará,
tralará!
TODOS
Y
a la media noche…
¡Tralará,
tralará,
tralará!
(Hablado)
(Se
van los cuatro. Acordeón, violín y clarinete tocan las fanfarrias del inicio
del número anterior. El Director, como ujier de palacio, anuncia la llegada de
Carlos Dupont y Gregorio Zinenko)
DIRECTOR
¡Carlos
Dupont y Gregorio Zinenko!
Esperen
aquí a Su Majestad.
(Dupont
examina la estancia con mucha curiosidad. Zinenko está encogido y como asustado.
Los Músicos tocan Las melodías de la Estepa)
DUPONT
Creo
que podemos sentarnos.
ZINENKO
No
me atrevo. Podría llegar el rey Daniel…
DUPONT
El
rey, ¿le conoce?
ZINENKO
Yo
le enseñé a nadar y a remar en una canoa. Yo era guardabosque en la finca donde
pasaba los veranos, cuando era pequeño, en Krichopol, mi pueblo.
DUPONT
Krichopol...
ZINENKO
Le
gustaba mucho la música. Me hacía cantarle una y otra vez el Adiós a la siega,
una canción de campesinos… Y ahora voy a verlo, después que le lloré por muerto.
¿Se acordará de mí?
DUPONT
Los
príncipes no suelen tener buena memoria.
ZINENKO
Me
conformo con que diga: «¡Hombre!… ¡Gregorio Zinenko!»
DIRECTOR
¡Su
Majestad el rey!
(Entra
Black. Dupont y Zinenko se ponen de pie. Black entra y mira sus notas)
BLACK
¿El
señor Zinenko?
ZINENKO
A
la orden. Servidor, Gregorio Zinenko.
BLACK
De
Krichopol. ¿Allí tenemos una finca, verdad?
ZINENKO
Sí,
señor. Yo era guardabosque. Gregorio...
BLACK
¡Krichopol!
¡Tengo que ver a aquella buena gente!… ¿Y usted, qué necesita de mí, amigo mío?
ZINENKO
(Afligido
porque el Rey no le recuerda)
Yo…
nada… venir a San Telmo… tal vez, no debí hacerlo…
BLACK
¿Por
qué no? Siempre me alegra ver a mis leales campesinos.
ZINENKO
Guardabosque,
y sargento de la Segunda Brigada de Cazadores.
BLACK
Esta
noche vendrá usted a una fiesta en palacio.
ZINENKO
¿Yo…
en palacio?
BLACK
Nos
veremos luego.
(Zinenko
se aleja de la presencia del Rey haciendo reverencias, hasta marcharse. Black
se dirige a Dupont, que ha escuchado discretamente)
BLACK
Señor
Dupont.
DUPONT
Carlos
Dupont, músico francés. A las órdenes de Vuestra Majestad. Orgulloso de haber
comprobado el amor que los hombres de Orsonia sienten hacia su rey.
BLACK
Espero
que nos honre con su presencia en la fiesta que damos en palacio. Aunque esto
no sea Francia tiene sus encantos.
DUPONT
Lo
conozco todo. Los lienzos de Rembrandt, de Tiziano, de Velázquez… Y sobre todo
los dibujos de Nicolás Irmanoff.
BLACK
¿Los
dibujos…?
DUPONT
Perdone
si fui indiscreto. Ya sé que esos dibujos, únicos en el mundo, se guardan ocultamente.
BLACK
Sí…
DUPONT
¡Qué
emoción volver a este despacho y poder abrir la cueva de Aladino! ¡Ábrete,
sésamo!
(Mueve
unos resortes y se abre una trampilla en el suelo, quedando al descubierto el
escondite secreto. Dupont entra por la puerta secreta y sale con unos lienzos.
Black mira
sorprendido)
DUPONT
Un
escondite admirable.
BLACK
¿Cómo
conocía ese lugar secreto? ¿Quién es usted?
DUPONT
También
yo deseo saber quién es… Su Majestad. Porque el legítimo Daniel Estebanoff, príncipe
de Orsonia, soy yo.
(Dupont
contempla los cuadros)
(Música)
Dúo
BLACK
¡Daniel
Estebanoff!
DUPONT
Dibujos
de clara belleza,
¡ya
os vuelvo a ver!
BLACK
Disponga
de mí Vuestra Alteza,
¿qué
debo hacer?
DUPONT
Puedo
jurar
que
aquí me trajo únicamente
el
aclarar
una
aventura sorprendente.
Y
he de añadir
que
una vez calmada
mi
curiosidad,
yo
me he de ir
sin
pedirle nada
a
Su Majestad.
BLACK
El
trono está ya libre.
DUPONT
¡Por
Dios, qué insensatez!
¡No
piense que deseo
volver
aquí otra vez!
Nunca
tuve el afán de gobierno
ni
el ansia de mando.
Por
milagro salí de este infierno
y
estoy disfrutando
un
amor apacible y eterno.
¡Aquel
amor
del
que me quiso separar
el
implacable emperador,
al
que tenía que acatar
disimulando
mi dolor.
Una
mujer
era
mi sueño juvenil
y
no lo quise deshacer
por
la princesa tan gentil
que
me vinieron a imponer.
Nunca
tuve el afán de gobierno
ni
el ansia de mando.
Por
milagro salí de este infierno,
y
estoy disfrutando
un
amor apacible y eterno.
¡No
quiero glorias ni honor!
¡Pienso
tan solo en mi amor!
Tengo
dos hijos que adoro,
una
mujer y un hogar…
¡No
hay en el mundo tesoro
por
que poderlos cambiar!
No
quiero mantos de armiño.
¡Quiero
tan solo reinar
en
la sonrisa de un niño
y
en la mujer de mi hogar!
BLACK
Y,
a pesar de todo,
ha
venido aquí…
DUPONT
Para
ver al hombre
que
pasa por mí.
¡Era
verdad!
¡Era
verdad!
¡Un
payaso a mi patria le daba
la
felicidad! Ja, ja, ja….
No
extrañe usted
mi
buen humor…
¡Es
que al verle arrogante y altivo
me
asalta el temor
de
que usted fuera siempre el monarca
y
yo el impostor!
(Hablado)
(Los
Músicos tocan partes lentas del número anterior)
BLACK
¡No
soy el rey! ¡Soy Black, el payaso!
DIRECTOR
¡Black,
el payaso! ¡En París, una noche, vio resucitada ante sus ojos a la princesa Sofía!
Black adoraba a aquella mujer… tocó para ella Las melodías de la Estepa, que
recordaba…
DUPONT
¿Cómo
pudo recordarlas? Nadie conocía esa música.
BLACK
La
conocía yo. Mi nombre es Alejo Ivanich.
DUPONT
¿Ivanich?…
DIRECTOR
Su
Alteza conoce ese apellido. El padre de Black era el famoso orfebre que labró,
con todo secreto, una plancha de oro con la melodía que dedicó a la princesa su
prometido…
BLACK
Mientras
mi padre trabajaba en ella, yo la aprendía al violín…
DIRECTOR
Así
fue como Black aprendió de memoria Las melodías de la Estepa y así pudo aquella
noche recordarlas ante Sofía. Lo demás, ya lo saben. Ella vio en Black a su
príncipe perdido…
BLACK
Cayó
en mis brazos, sentí su aliento, el calor de sus besos… rey, pordiosero,
asesino… ¡Yo sería lo que ella ordenase!
DUPONT
¡Y
es usted rey! Un rey que sabe elegir a sus colaboradores… Quién es el marqués
de Tarnovitz, el actual estadista. El auténtico murió, a mí lado, al huir de
San Telmo.
BLACK
Es
un compañero de circo: White…
DUPONT
(Se
ríe) Me alegro de haber hecho el viaje.
(Entra
Sofía, con traje de equitación. Llega rodeada de Gente del Circo que la trae en
un caballo de madera de feria)
DIRECTOR
La
princesa Sofía regresa de su paseo y encuentra a su antiguo prometido.
DUPONT
A
los pies de Vuestra Alteza. Carlos Dupont, músico francés.
DIRECTOR
El
pasado está a punto de reaparecer de golpe, pero Dupont se marcha a preparar el
concierto que ha de dar en el palacio y se despide súbitamente.
(Dupont
hace una reverencia y se retira. Sofía ríe alegre y burlona)
(Música)
Dúo y Final del Acto segundo
SOFIA
¡Ay,
Daniel! ¡Ay, qué gracia, Daniel!
¡Qué
tipos tiene tu mundo del Arte!
Este
sujeto que vino a buscarte…
BLACK
¡Calla!
¡No te rías!
SOFIA
¡Si
es muy divertido!
Con
su melenita, con su bigotín…
¿Y
ese hombre es artista?
BLACK
Pues…
¿no lo has oído?
SOFIA
¿Y
toca el piano… o rasca el violín?
¡¡No
te enfades conmigo!!
¡¡No
pongas ese gesto!!
Ya
verás esta noche lo seria que estaré.
Delante
de tu corte, como tú lo has dispuesto,
¡y
escuchando asombrada, al señor del
chaquet!
BLACK
¿Solo
te inspiran risas y bromas?
¿Nada te dice tu corazón
sobre
ese artista que a burla tomas
y
que merece tu admiración?
SOFIA
¡Qué
bueno eres, príncipe mío!
Y
no te enfades… ¡Ya no me río!
¿Un
gran artista llegó hasta aquí?
Tú
me lo dices y yo, lo creo…
Pero
te juro que nunca veo
ningún
artista digno de ti.
Tú
eres el grande y el victorioso…
Tú
eres mi príncipe conquistador,
el
abnegado y el generoso
para
el que guardo todo mi amor.
BLACK
¡Habla,
Sofía!
¡Vibra
en tus labios el ansia mía!
¡Y
hemos de hablarnos!… ¡Y me has de oír!
Pero…
¡más tarde! Déjame ahora
gozar
tu risa fresca y sonora…
¡solo
tu risa quiero sentir!
SOFIA
¡Ah,
vanidoso! ¿Quién te hace caso?
¡Black,
el payaso
goza
oyendo reír!
BLACK
¡Di
que quieres a Black, el payaso!
SOFIA
¡Te
quiero!
¡Te
quiero,
rey,
o bufón, o pordiosero!
¡Te
quiero!
¡Te
quiero!
¡Yo
de tu amor todo lo espero!
Es
mi amor una llama perdida
y
me incendia su luz como el sol.
Ya
volvió a florecer
mi
pasada ilusión…
¡Y
mi amor se fundirá
con
tu amor!
TELON
ACTO TERCERO
(Los
Músicos tocan un vals imperial, inspirado en la romanza de White)
Intermedio
(Hablado)
DIRECTOR
Gran
fiesta en palacio. Todos bailan y se divierten. Solo el viejo Zinenko está
triste. (A lo lejos, se ve un grupo de sombras bailando un vals expresionista
en penumbra. Entran Zinenko y Dupont)
DIRECTOR
La
fiesta le parece aburrida. Nada distinto de lo que sucede en su pueblo. Había
imaginado otra cosa… Y el rey ni se acordaba de su nombre.
DUPONT
Se
equivoca usted, amigo mío. La etiqueta impide al rey ciertas expansiones. Pero
él me ha dicho que se acordaba de usted perfectamente. Me habló de una vez, en
Krichopol, paseando por el lago, volcó la canoa y al chocar con las piedras de
las orillas se hizo una herida en la cara…
ZINENKO
Y
yo le curé con el vodka que llevaba en la cantimplora. ¡Y lo recuerda el rey
después de treinta años!
DUPONT
Hasta
me tarareó una canción que usted le enseñó.
ZINENKO
¿El
Adiós a la siega?
DUPONT
Sí,
¿cómo empieza?
ZINENKO
Deja
la guadaña, segador…
(Música)
Romanza y Czardas
DUPONT
Deja
la guadaña, segador
que
por fin concluye tu labor…
Deja
la guadaña, segador,
que
por fin concluye tu labor…
Al
dejarla acaso pensarás
que
con ella dejas algo más…
Llora
con la ausencia mi dolor…
¡pero
no te olvides de mi amor!
¡Pronto,
pronto volveré!
¡Siempre,
siempre te recordaré!
Besos
tuyos guarda el segador
y
a buscar tus besos otra vez aquí vendré.
¡Pero
no te olvides de mi amor!
(Hablado sobre la orquesta)
ZINENKO
¡Yo
se la enseñé al rey! ¡Y él la recuerda aún!
(Llega
Black, aturdido por la fiesta, adornado con el uniforme de gala)
BLACK
¿Todavía
por aquí señor...
¿Cómo
se llama usted?
ZINENKO
Zinenko…
Gregorillo Zinenko… Ya sé, ya sé que Su Majestad tiene que disimular. No se preocupe.
DUPONT
(A
Black) Si Vuestra Majestad me da licencia…
BLACK
Vaya.
Está Usted en su casa. Mañana continuaremos la conversación. (A Zinenko) Páselo
bien, veterano.
(Cantado)
DUPONT
¡Pero
no te olvides de mi amor!
(Dupont
lanza una alegre carcajada al tiempo que él y Zinenko marchan. Sofía cruza el
escenario sonriente, con una copa en la mano, viene a avisar a Black para el
brindis)
(Hablado)
SOFIA
Daniel,
todos te esperan para el gran brindis.
BLACK
Sofía.
Sofía, yo no soy Daniel Estebanoff.
DIRECTOR
Llega
el momento de la verdad. Black, el musiquillo honrado, el clown del circo,
acaba la farsa y descubre a Sofía su secreto.
SOFIA
¡Aparta!
¡No me toques! ¿Es cierto que me has mentido?
BLACK
No
quise engañarte. Fue por tu amor, Sofía.
SOFIA
¡Atrás!
¡No se acerque! ¿Yo he podido querer a este bufón? ¡No! ¡Yo quería al príncipe!
(Sofía
se va. Black queda destrozado)
DIRECTOR
¡Pobre
Black! Ahora él también sabe la verdad. Sofía le amaba solo porque le creía el príncipe.
Black piensa que su única salida es renunciar al trono y escribe su renuncia.
(Black,
tras firmar su renuncia, llama a White)
WHITE
A
las órdenes de Vuestra Majestad.
BLACK
White. ¡White! Ocurren cosas
graves.
WHITE
Señor,
la policía me ha informado de los disturbios. Los rebeldes asaltarán el
palacio.
(Black
le entrega a White su carta de renuncia)
DIRECTOR
¡Qué
le importa eso a Black, ahora que Sofía sabe la verdad!
WHITE
(Tira
la carta) Sabía que acabarías haciendo una necedad.
BLACK
Prepara
tus cosas.
WHITE
Siempre
están preparadas. Costumbres de payaso andariego…
BLACK
Trabajaremos
en lo nuestro. Black y White volverán al circo.
(Black
se va. White se queda pensativo)
DIRECTOR
¡Al
circo! White también ha sentido nostalgia de la pista… Se acabó su papel de
Tarnovitz, el gobernante que había hecho dichoso a un país.
(White
marca un número de teléfono y habla)
(Música)
FINAL DEL ACTO TERCERO
WHITE
Al
habla… ¿Jefatura?
¿Qué
ocurre por ahí?
Bien,
bien… El comisario…
Le
llama Tarnovitz…
No
entiendo… No… Más alto…
¡Ah!
Bueno. Ya entendí.
La
guardia de palacio
ya
está avisada
y
es menester que nadie
sospeche
nada.
Avise
a los cosacos
que
estén alerta,
y
que toda la gente
siga
despierta.
Del
rey no se cuide,
que
estoy aquí yo…
sujete
los nervios…
será
lo mejor…
(White
cuelga el teléfono. Fuma en silencio. Vuelve Black vestido de paisano. Trae una
maleta y el estuche de violín)
BLACK
¡Date
prisa!
¡A
correr otra vez al ocaso
y
que triunfe en el mundo la risa
de
Black, el payaso!
Con
las ropas del circo me llevo
el
caudal de mi vida y mi historia
y
vestido con ellas me atrevo
a
ganar nuevamente la dicha y la gloria.
WHITE
(Cogiendo
el retrato de Sofía)
Llévate
al menos
esto
de aquí…
BLACK
Este
retrato
no
es para mí.
Fíjate
en él.
¡Bien
claro está!
(Leyendo
la dedicatoria)
«Para
Daniel…»
¡Y
yo soy Black!
(Black
tira el retrato al suelo y se rompe)
Yo
soy un artista
sin
patria ni hogar,
que
río en la pista…
¡queriendo
llorar!
Pero,
no importa;
quiero
vivir.
La
vida es corta…
¡Y
hay que reír!
(Riendo
a carcajadas)
¡Ja,
ja, ja, ja!
«Ridi,
Pagliaccio, sul tuo amore infranto!»
¡Ja,
ja, ja, ja!
(Se
oyen gritos lejanos que van acercándose. Los Payasos se han enfundado los
abrigos y gorros del ejército populista y avanzan amenazantes, con Baydarov en
la carra-grada central, lleno de medallas)
CORO
En
la lucha se puede vencer
o
en la lucha se puede rendir
pero
nunca se deben perder
la
ilusión de triunfar o morir.
(Hablado sobre la música)
WHITE
¿Qué
es eso!… Cállate ahora…
Oye…
¡Es la turba aulladora
Que
se ha lanzado al motín!
(La
Multitud invade el palacio. Suenan dos o tres disparos de fusil)
BLACK
¡Bravo!
¡Que todo lo arrasen
mientras
nosotros nos vamos!
(Entran
Sofía y Dupont. Black se serena)
SOFIA
¡Vienen!
BLACK
Sosiéguese
Vuestra Alteza.
(Black
hace pasar a Sofía y a Dupont al interior de la puerta secreta)
Pase
aquí dentro, señora.
(Black
cierra los tableros)
(A
White) ¿Vienen, verdad?
WHITE
¡Mala
suerte!
BLACK
¡Salvemos
a esa mujer
y
venga luego la muerte!
(Black
abre la maleta y saca sus accesorios de payaso. White hace lo mismo. Ante el espejo
se maquillan lentamente como al inicio.
Empiezan
a entrar Soldados cerrando a Black en un círculo. Son Soldados vestidos a la
manera del circo. Baydarov va a la cabeza, lleno de condecoraciones y armado)
CORO
En
la lucha se puede vencer
o
en la lucha te pueden rendir;
pero
nunca se debe perder
la
ilusión de triunfar o mo…
(El
canto se interrumpe de golpe al ver a Black y White vestidos de payasos)
WHITE
Ilustre
concurrencia,
flor
de elegancia,
espuma
de opulencia,
honra
de los salones,
gala
y pasmo de todas las naciones.
(Estornudando)
¡Atchissss!
(Todos
ríen, menos Baydarov)
BAYDAROV
¡La
corte da ejemplo
de
broma y de farsa!
¡Así
se divierte
y
así nos engañan!
(A
White)
¡Dadnos
al rey! ¡Caerá prisionero!
¡No
se irá así!
(Cantado)
WHITE
El
rey no huye, gentil caballero…
¡Míralo
ahí!
(Señala
a Black, vestido de payaso. Todos ríen, menos Baydarov)
(Hablado)
BAYDAROV
¡No
me contestes de esa forma!
(Cantado)
WHITE
¿Y
qué voy a decirte, si tú no me haces caso?
¿A
qué se debe tu inquietud?
(Black
toma el espejo y lo pone delante de cada uno para reflejarlos a todos)
BLACK
¿Es
que no has visto nunca que un hombre
haga
el payaso ante la alegre multitud?
Payasos
por doquiera, payasos triunfadores
en
el trapecio o el tapiz…
¡Payasos
miserables, que sacian sus furores
burlando
al público infeliz!
Payaso
el erudito cargado de medallas
y
cuyos libros nadie lee;
payaso
el estratega que gana las batallas,
sobre
la mesa del café…
Y
payasos vosotros, tozudos de la pista,
que
aquí venís en confusión,
mientras
el que os dirige se esconde
a
vuestra vista,
¡¡y
no abandona su rincón!!
(Hablado)
BAYDAROV
¡No
le hagáis caso!
¡Es
un payaso!
(La
Turba, sin hacer caso a Baydarov, ríe y palmotea ante el espectáculo inesperado.
De pronto suena un toque de clarín; luego unos disparos y el clamoreo asustado
de la multitud)
UNA
VOZ
¡Los
cosacos!
BAYDAROV
¡Ah,
traidores!
OTRA
VOZ
¡Vienen
hacia aquí!
OTRA
¿Qué
hacemos!
OTRA
¡Escapemos!
(Todos
huyen despavoridos. Los ecos del motín se alejan)
BLACK
¡Sí!
¡Correr, que aún es hora! ¡Correr!
¡A
la fuga, que os pueden coger!
(Black
ríe y abraza a White)
(Cantado)
BLACK
White,
al combate, que ahora empieza
la
vida aún tiene su emoción.
(Black
abre la trampilla secreta y se inclina ceremoniosamente)
Salga
sin miedo Vuestra Alteza
que
ha terminado la función.
(Salen
Sofía y Dupont)
(Hablado)
DUPONT
¡Gracias!
BLACK
(A
Sofía)
Perdonad,
señora,
si
aún no cumplí mi promesa.
Nos
retuvo aquí una empresa
que
hemos rematado ahora.
(A
White)
¡Vamos,
payaso!
¡Y
a seguir nuestro camino!
DUPONT
¿Irse
usted?
WHITE
¡Un
desatino!
¡Se
ha empeñado en el viaje!
DUPONT
¡No
será! ¡No lo consiento!
BLACK
Para
hacer mi voluntad,
no
tengo necesidad
de
ningún consentimiento.
¿Qué
intenta?
DUPONT
Librar
de horrores
a
un pueblo adorado,
y
dejar bien ocupado
el
trono de mis mayores.
BLACK
White,
en marcha.
Se
me ofrece
lo
que no me satisface.
BARON
Ya
ni los payasos quieren ser reyes.
WHITE
Otra
vez al camino.
BLACK
Al
camino de siempre.
WHITE
Como
siempre, payasos errantes.
ZINENKO
¿Alguien
sabe por dónde se va a Krichopol?
Quiero
regresar allí.
SOFIA
Pronto...
pronto iremos a Krichopol.
(Todos
caminan llevando maletas y vagando por el escenario. Empiezan a entrar todos
los componentes de la troupe y de la corte vestidos ahora a la manera del
circo. Entran las miniaturas de las caravanas y el circo de pulgas. El Director
va recogiendo los elementos del circo lenta y ceremoniosamente)
DIRECTOR
¡Bonita
historia! Final… ¿feliz? El circo debe continuar su camino, arrastrándose por el
barro de los caminos. Exiliados eternos... Cambiemos de nombre, idioma, de
circo, quizás… Pero antes de marcharnos, hagamos feliz a nuestro distinguido
público... ¡Vamos, gandules! ¡Holgazanes! ¡Seres sin alma! ¡Cantad!
(Cantado)
TODOS
¡Loor!
¡Loor!
(Un
Coro de sombras canta a lo lejos los compases finales, mientras el Director y dos
Payasos cargan con el circo de pulgas lenta y fatigosamente. Los demás se
quitan las ropas de circo y las van guardando en los baúles, y acarrean con los
carromatos)
TELON
http://teatrodelazarzuela.mcu.es/media/k2/attachments/black-pagliacci.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario