Augusto Ordóñez

Augusto Ordóñez

Augusto Ordóñez Fernández Nació en Oviedo el 20 de Junio de 1883 y falleció en Oviedo el 13 de Mayo de 1957 (73 años).


BIOGRAFIA. Barítono. En 1910 comienza a sonar el nombre Augusto Ordóñez, por sus dotes para el canto, en su Oviedo natal. Sus inquietudes por el arte le llevarán hasta Madrid con la idea de formarse como cantante y también como pintor; hombre polifacético, también destacaba entonces como violinista. Tras estudiar canto durante ocho meses debuta en el Teatro Real de Madrid en la ópera “Lohengrin” el día 3 de enero de 1911 compartiendo escenario con el tenor Francisco Viñas, y dado el buen resultado marcha a Italia para perfeccionar su técnica vocal. Los teatros italianos empezaban a gozar del arte del asturiano cuando la situación generada por la Primera Guerra Mundial le lleva a regresar a España, donde fue aclamado en el Gran Teatro del Liceo de Barcelona por sus interpretaciones en óperas como “Rigoletto”, “La Dolores” y “Aida”. Las apariciones de Ordóñez en Madrid junto a las hermanas Angeles Ottein y Ofelia Nieto en 1916 despertaron tal expectación que en el ámbito artístico comenzó a llamársele “el barítono del porvenir”. El siguiente objetivo del barítono ovetense fue cantar en América, recorriendo durante años Centroamérica, el Caribe y Sudamérica. En 1919 decide probar suerte en Nueva York, donde conocerá a su primera mujer: Sonia Yaakowa, con la que tendrá un hijo. En Nueva York donde será contratado para actuar en México junto a Enrico Caruso, situación que derivará en una amistad entre el tenor y el barítono que fructificará en proyectos artísticos compartidos como una exitosa gira por los Estados Unidos. Posteriormente Augusto Ordóñez conocerá a la que será su segunda mujer, la soprano nacida en México y afincada en Cuba Maruja González. Tanto en los años veinte como en los años treinta el teatro lírico español había recuperado el interés por la zarzuela grande tras el reinado del género chico y la opereta; Ordóñez no dejó pasar la ocasión y en 1924 firma un contrato con el Teatro Tívoli de Barcelona; las ovaciones se sucederán con zarzuelas nuevas y de repertorio (inmenso en “Las golondrinas”). “Todos los géneros son dignos de escucharse si los preside una buena dirección artística y las obras que se nos brinda en ellos son de calidad”, dirá el barítono a unos aficionados a la ópera sorprendidos al encontrarle cantando zarzuela en el Teatro La Latina de Madrid sin necesidad de promocionarse como gran divo de la ópera. Merece destacarse que en 1925 Ordóñez había estrenado en Madrid la obra “El collar de Afrodita” y con su interpretación de la escena del robo del collar (de la que afortunadamente existe grabación) revelaba a un Jacinto Guerrero inesperadamente hábil en el manejo de la intensidad dramática. En los años treinta, el artista vital y aventurero participará en giras por España con Maruja González, obteniendo éxitos señalados como cuando ofrecieron “Luisa Fernanda” en primicia en teatro del norte del país junto a Matilde Martín, la excelente tiple dramática que ya había compartido escenario en las Islas Canarias con el barítono en 1915 (en aquel año, la tinerfeña, aún desconocida a nivel nacional, recientemente había terminado sus estudios superiores de canto en Madrid. La zarzuela cubana, potenciada entonces en España con artistas de la talla del dominicano Eduardo Brito, encontrará en Augusto Ordóñez otro excepcional barítono que pondrá lo mejor de su arte al servicio de títulos de tanta popularidad como “La Virgen Morena” de Eliseo Grenet. Tras vivir un tiempo en Cuba, en los años cincuenta Augusto Ordóñez se estableció en España, primero en Barcelona y posteriormente en Oviedo, donde en sus últimos años se dedicó a la enseñanza del canto.

DISCOGRAFIA.  


Información remitida por Luis-Alberto González.

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